¿Quien tiene él dedo mi pie?
Ramón
A pesar de lo odioso de de lidiar con él espíritu de Harold y la actitud inmadura de Tommy logré tener una noche tranquila. Recién despertaba qué no me había percatado que había dormido en otro lugar qué no era el sótano, finalmente me di cuenta que estaba en el cuarto de Stella y con ella.
No podía creer que había dormido con ella, pero aún así me sentía muy complacido. La mire por un momento que inclusive hasta dormida se veía hermosa, fácilmente podría robarle un beso pero no, quisiera besarla cuándo ella esté conciente para que fuera más apasionado. Pero en eso ella despertó y yo seguía viéndola cómo si fuera lo más bello que he visto en la vida.
- Ahhhhh buenos días Ramón. Me saludó Stella mientras bostezaba.
- Buen día cie... Stella, ¿Que tal dormiste? Le pregunté rápido antes de que notará que casi la llamaba cielo.
- Cómo un ángel, ¿Y tú? Me preguntó ella.
- Excelente, siento haberme quedado en tu cuarto, bajaré al sótano para cambiarme. Si tú padre me ve aquí seguro me matará. Le dije bastante apenado por mi atrevimiento de haberme quedado dormido en su habitación.
- Tienes razón, aunque no hicimos nada más que dormír y platicar pero igual debo vestirme. Me contesto Stella todavía con traje de vampiro puesto.
- Bien te veré abajo. Le dije antes de salir del cuarto.
Apenas había terminado de cambiarme cuándo alguien tocó la puerta, fui de inmediato a abrirla creyendo que era el padre de Stella pero resultó ser Tommy lo que me resultó muy inesperado.
- Buenos días, ¿No te interrumpo? Me preguntó Tommy.
- No en realidad, pero ¿Qué haces aquí? Creí que nos odiabas. Le pregunté en tono serio recordando sus insultos de anoche.
- Bueno mi madre me contó lo que pasó y quería agradecerles por lo que hicieron por mi, y también disculparme por lo que le hice a tú auto y por lo de antes. Me dijo en un tono serio qué casi parecía ser rea su arrepentimiento.
- ¿Con quién hablas Ramón? !Tommy! ¿Que estás haciendo aquí? Preguntó Stella, igual de sorprendida que yo cuando lo ví.
- Bueno venía a agradecerles por salvarme y a disculparme por lo de antes. Le dijo rascándose la cabeza.
- Claro, no hay problema quieres pasar... Le ofreció Stella.
- Te lo agradezco pero no, y Ramón mi madre supo que buscas trabajo y quería saber si me ayudarías con la cosecha y ya te daría algo. Me preguntó Tommy un tanto nervioso esperando mi respuesta.
- En ese caso voy sólo deja despedirme. Le dije mientras cerraba la puerta. Mi orgullo quería mandarlo a la mierda pero necesitaba el dinero que terminaría aceptando la oferta.
- Bien, té espero aquí. Me respondió Tommy antes de que cerrará la puerta frente a él.
- Bueno Stella tengo que irme, te veré al rato para la segunda historia. Le dije antes de salir, aunque lo que menos quería era dejar sóla a Stella pero en esta ocasión era completamente necesario.
- Si, igual tenía cosas que hacer nos vemos al rato y no llegues tarde. Me dijo un poco sería Stella. Solo esperaba que se la pasará pronto.
- Listo Tommy, vámonos. Le dije abriendo la puerta.
- Mientras llegamos ¿Te puedo preguntar algunas cosas? Me preguntó Tommy.
- Está bien, ¿De qué quieres saber? Le dije no muy convencido por sus posibles preguntas.
- ¿Fui el único que secuestraron esas cosas? Me preguntó sin dudarlo.
- No, de hecho fueron por todos los que entramos a la casa de los Bellows, sólo que Stella, Ruth y yo sobrevivimos porque confrontamos a esos espíritus vengativos. Le respondí sinceramente.
- ¿Y a los otros dos que les pasó? Me preguntó de nuevo.
- Desde qué desaparecieron han tratado de regresarlos pero no fue hasta ayer que funciono contigo y ahora los traeremos de vuelta. Prácticamente le conté nuestro plan para regresarlos.
- Que loco. ¿Podría ayudarles? Quiero devolverles el favor. Me dijo Tommy, como si quisiera unirse a nuestro plan.
- Supongo que sí, un poco de ayuda no estaría mal. Le dije sin tomarle mucha importancia.
Continúe explicándole la situación a Tommy, hasta qué llegamos a su casa y su madre nos dió de desayunar para después cosechar su siembra de elotes donde pasamos gran parte del día. Cuándo terminamos de juntar todos los bultos de la cosecha acompañe a Tommy a venderla con su proveedor, después regresamos a su casa, pues me invitaron a comer, me pagaron gentilmente y luego pasé a comprar una pequeña despensa básica antes de volver a la casa de Stella para prepararme, pues me tocaría leer la segunda historia.
- Y ¿Que tal tu día Ramón? ¿Cómo te fue con Tommy? Me preguntó Stella mientras leía un libro acostada en su sillón.
- Me fue bien, estuvimos todo el día ocupados pero no me quejó, por cierto les compré una despensa la dejé en la barra. Le respondí seriamente.
- Me alegra que te fuera bien Ramón y gracias por las compras. Me respondió Stella pero está vez con un tono más alegre.
- No hay de que Stella, ya casi es hora de la segunda historia, Tommy dijo que nos esperaría en casa de Ruth. Le dije antes de olvidarlo por completo.
- Quien lo diría después de todo ha cambiado y ahora son los grandes amigos. Me dijo Stella asombrada por el repentino cambio en la actitud de Tommy.
- Es agradable cuándo no se comporta cómo un patán. Le dije recordando cómo lo llamaba Ruth para insultarlo.
Luego de esa pequeña explicación pasamos a recoger a Tommy y Ruth para ir a la casa de Auggie dónde el sheriff y sus padres nos esperarían.
- Déjeme explicarles la situación, parece una tontería pero funciona, él es Tommy Minler quien también desapareció el año pasado pero gracias al trío de amigos aquí presente logro volver, ahora necesito que nos apartemos mientras Morales lee la historia, y es importante qué no interfieran hasta qué termine; puedes comenzar. Me dijo el sheriff después de que termino de explicar.
¿Quien tiene el dedo de mi pie?
Se escucho un sonido en la habitación, se arañaban las paredes, las ventanas abrían y cerraban y el terrible eco en el aire empezó diciendo ¿Quien tiene el dedo de mi pie? Los pasos del cadáver enojado se hicieron presentes en la habitación, las luces se apagaron y él cadáver apareció. Todos gritaron en la habitación, pero nadie tenía su dedo.
Pero un año de castigo era suficiente para devolver al joven Auggie y así encontar esa paz deseada, el cadáver grito de dolor, había vuelto a desaparecer pero cuándo volvió traía a Auggie consigo, entonces lo asoto en el piso y entonces por fin pudo encontrar su libertad añorada al dejar que la luz lo llevará desintegrando lo al otro plano astral.
- ¿Hijo estás bien? Le preguntaron sus padres de Auggie que corrían hacia él.
- ¿Cómo llegué aquí? Les pregunto Auggie quien recién despertaba.
- Luego hablaremos de eso hijo, amor llévalo a su habitación y ustedes chicos gracias por devolverme a mi bebé. Nos dijo la señora Hildebrandt.
- Es nuestro amigo y haríamos lo que fuera necesario, pero ¿Podemos verlo? Le pregunto Stella un poco apenada por los destrozos qué había dejado el cadáver al rededor de toda la casa.
- Claro, acompañenme. Nos dijo la señora Hildebrandt.
- Ehhh Ruth parece que ya todo está bien, si quieres puedes dejar de abrazarme. Escuché como Tommy le decía a Ruth quien lo tenía abrazado desde que apareció él cadáver.
- Mmm lo siento, pero yo aquí los espero con Tommy por si acaso. Nos dijo Ruth
- De acuerdo, enseguida volvemos. Les respondí antes de ir a ver el estado de salud de Auggie.
- Auggie, ¿Como estás? Le pregunto Stella mientras entraba al cuarto dónde habían lo habían subido sus padres.
- Algo confundido, ¿Cómo escape del cadáver? Le preguntó a Stella aún confundido por lo sucedido.
- Te rescatamos, pero En dónde estuviste todo este tiempo? Le contesté ya que Stella se había quedado en completo silencio por el asombro de ver de nuevo a su amigo.
- No lo sé, sólo recuerdo oscuridad. Fue su única respuesta de Auggie.
- Bueno entonces te dejamos descansar, me alegra verte de nuevo. Le respondió Stella mientras le besaba la frente a Auggie, sentí una opresión en el pecho ante su acto pero debía comportarme para no hacer un desfiguró ahora mismo.
- También me alegra verlos, y gracias por salvarme. Nos respondió Auggie un poco más calmado.
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