Después de la oscuridad

Stella

Ya habían pasado dos semanas desde lo ocurrido y todo parecía estar en paz finalmente. Chuck y Auggie volvieron a la escuela conmigo, Ruth progresaba en su trabajo cómo oficinista, Tommy se fue a trabajar junto con Ramón en la construcción del centro comercial.

Mientras que yo seguía concentrada en mis estudios y en poner mi vida en orden. Pero justo hoy Ramón me pidió verlo en la cancha que está a la orilla del pueblo, me preguntó si será algo grave o sólo será para pasar tiempo juntos cómo lo hacíamos antes.

Ya estaba cerca de llegar a la cancha, y aún no había señales de él, sólo esperaba que no me dejará plantada, así que fui a buscar una banca dónde sentarme y dejar estacionada mi bicicleta.

Apenas me estaba poniendo cómoda cuándo escuché unos pasos acercándose hacia mí, así qué me voltee a ver de quién se trataba y si efectivamente, era aquel chico moreno qué me hacía suspirar.

- Stella ¿Tienes mucho tiempo esperando? Me preguntó Ramón mientras me sonreía.

- No, de hecho no tiene mucho qué llegue, pero dime porque me pediste que viniera aquí ¿Te sucede algo? Le pregunté tratando de disimular mi alegría por estar junto a él.

- Sobre eso bueno, mira Stella llevo algo de  tiempo queriendo decirte esto pero no tenía él valor para hacerlo, y es que cuándo estoy contigo me siento completo, tú me haces sentir especial, a tú lado ya no siento sólo. La verdad es qué me enamoré de ti, eres cómo mi ángel porque llegaste a mi vida a darle un sentido qué jamás creí tener.  Me dijo Ramón bastante nervioso.

Me quedé sorprendida ante las palabras de Ramón, no podía creer que pensará tantas cosas bonitas sobre mí, y cuándo volví a reaccionar él se estaba acercando a mí y entonces sentí sus labios tocando los míos.

Me sentía muy nerviosa, pero a la vez sentí una sensación de adrenalina corriendo por mis venas, jamás había besando a nadie en mi vida pero intenté corresponderle a mí manera.

El beso fue perfecto y cuándo terminé instintivamente me toque él labio con la yema de mi dedo, todavía podía sentir ese calor y sabor qué me había dejado.

- Lo siento Stella pero no podía con estás ganas de querer besarte... Me dijo muy apenado.

- Ramón yo también estoy enamorada de ti y me daba miedo no ser correspondida, pero quiero decirte que te quiero a mi lado y no te quiero perder. Le respondí mientras lo tomaba del rostro.

Y entonces nos volvimos a besar muy necesitadamente, los dos llevamos tiempo buscando a quien amar pero al fin nos encontramos para estar juntos por toda la eternidad.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top