CAPÍTULOS: 13 RECUERDOS II


"Dejar ir significa que algunas personas son parte de tu historia, mas probablemente no de tu destino, pero si algo está destinado a suceder, no tendrás que perseguirlo ni forzarlo, él solo te encontrará"


—¡Jimin! ... ¡Jimin!... ¡Jimin! —

Aquellas voces resonaban en su mente de forma tan vívida como sí, todo hubiera ocurrido justo ayer, y no hace más de 7 años

Incluso las imágenes de esa tarde, agolpaban su mente, porque hasta podía recordar la sensación de su cuerpo al golpear contra el agua y lo suave que se sintió la piel de sus brazos cuando lo ayudó a salir de aquel canal. Sin embargo, el recuerdo más permanente de ese día, será el haber podido percibir aquel aroma distintivo de su cuerpo, por primera y única vez de forma tan cercana. Nunca más pudo hacerlo, pero jamás lo pudo olvidar.

Y es que la piel tiene memoria, el oído tiene memoria, el olfato tiene memoria, el alma tiene memoria...

Flashback

Ya una vez en tierra, de rodillas tosiendo, con las palmas contra la gravilla y botando toda el agua que había tragado, giró su rostro y sus ojos se clavaron en la figura que estaba a su lado. Sentado, con sus piernas extendidas y tan agitado como él, con el cabello rubio brillante que caía en su espalda y su cuello completamente extendido, porque su cabeza estaba tirada hacia atrás, buscando regular su respiración.

Solo pudo mirarlo una fracción de segundos porque rápidamente quedó rodeado de su séquito de acompañantes, que no dejaban de preguntar por su condición, ninguno se preocupó por él. Se giró para sentarse abrazando sus piernas y sintió el frío azotar su cuerpo mientras una terrible tristeza lo invadía. Su madre de seguro lo iba retar por arriesgarse a enfermarse habiendo salido del hospital hace poco, pero ver su guitarra tan inalcanzable en aquella malla, sin posibilidades de alcanzarla, eso sí lo hizo derramar sus primeras lágrimas en esa tarde.

—¡¿Te volviste loco niño?!... ¡¿porque haces esas cosas? pudiste matarte! —

El rubio había logrado salir de en medio de su grupo de amigos, para mirar con el ceño fruncido a un JungKook cabizbajo y pensaba seguir sermoneándolo si no fuera porque los hombros de chico empezaron a moverse sin control, y si eso no lo convenció del que el niño lloraba, los suaves sonidos de su nariz sí.

—Oye...emm no llores...lo siento—

La voz suave y demasiado dulce del rubio, tenía la intención de tranquilizarlo, el muchacho lo sabía, y aunque le agradecía haberlo ayudado, nada le quitaría lo mal que sentía. Sus lágrimas corrían mezclándose con el agua y el frió calaba su piel, cuando sintió la presencia del otro más cerca y aun en medio de su llanto, pudo distinguir un sutil aroma a Pino y eucalipto.

—Dime chico ¿porque hiciste una cosa así? Eso fue muy peligroso —

Su tristeza no le dejaba levantar la cabeza, pero aquel aroma lo serenaba lo suficiente como para después de unos segundos responder.

—Unos chicos arrojaron mi guitarra del puente—empezó Jk con el llanto atorado nuevamente—solo quería rescatarla...ahora estoy empapado y acabo de salir del hospital—hipeo otra vez—mi madre se va enojar y de todas formas... ¡perdí mi guitarra para siempre! —terminó el niño llevando ambas manos a su rostro.

El rubio lo miró con gesto de congoja y confusión, no le entendía mucho, seguro el chico no era coreano. Pero dentro de todo dos cosas si comprendió, que aquella guitarra que colgaba de la malla del puente era del niño y que acababa de salir de un hospital.

—Oye, no es fácil entenderte... y si hablas, lloras y te tapas el rostro el mismo tiempo, menos te voy a entender—dijo Jimin tomando las manos del niño y retirándolas de su rostro con suavidad

JungKook había tenido los ojos cerrados hasta el momento y empezaba a temblar, pero la voz suave del rubio lo hizo abrirlos y en medio de su cabello revuelto y sus flequillos largos, lo pudo distinguir. El dueño de aquella voz, se encontraba arrodillado frente a él, viéndolo con una sonrisa, y era realmente hermoso, con sus ojitos pequeños, su nariz perfilada, sus labios abultados y su piel clara. 

 Con su cercanía, ese suave aroma a pino y eucalipto se hizo más fuerte y entonces lo comprendió, esa esencia tan penetrante provenía del rubio. Su razonamiento se atoró en su figura y en su presencia, pero sobre todo en su aroma que, aunque era menos intensa, solo podía compararla con la de NamJoon o su propio padre, porque no se parecía en lo absoluto a la de su madre, por lo tanto, el  chico frente a él era un alfa.

—Eres un niño ¿cuántos tienes? —preguntó una peliroja, obligándolo a desviar su atención de aquel alfa. Ella lo miraba con una ceja alzada.

Fue en ese momento, cuando el muchacho fue consciente de que tenía un círculo seis personas mirándolo desde arriba y cohibido respondió

—o-once—

—¿Que les hiciste? —una morena preguntaba y pero Jk no entendió la pregunta y como no contestaba la chica entornó los ojos—¿Qué les hiciste, a los que te tiraron la guitarra? ¿Por qué te hicieron esto? —

—Go-golpee a uno de ellos—contestó el menor volviendo a bajar su cabeza

—Y ¿porque los golpeaste? —

La suave voz del rubio nuevamente irrumpió, obligando a JungKook a corresponder su mirada, era como se él no le pudiera negar nada.

—E-ellos... e-estaban maltratando a una c-chica y a su hermano en u-una cafetería—

—¡Entonces lo hiciste por una chica! —soltó emocionado el contrario descolocando al chico—¡bien! eso está muy bien...eres de los míos, ¡seguro serás un alfa! —

—Igual no te parece ¿qué es mucho por una simple guitarra? —

La morena había vuelto a preguntar y para JungKook fue obvio el tono de indiferencia en su voz, era muy parecido al de Lea en casa, desvió su mirada y respondió con voz apagada

—Esa... guitarra... es muy importante... para mí—

—¡Siendo así, no se hable más! —

El rubio se levantó súbitamente, dirigiéndose a su mochila tirada en el suelo. Mientras lo hacía, JungKook se percató de la vestimenta del chico, llevaba un polo sin magas gris que se le pegaba por la humedad marcando su cuerpo, unos pantalones anchos blancos de deporte y zapatillas blancas. Notó que todos estaban en uniforme de colegio, algunas en faldas, otros en ropa de deporte. Sin embargo, Jk solo podía mirar al muchacho, y es que, aunque aparentaba ser mayor que él, no podía ser por mucho, pero era obvio que ya se había presentado, el rubio ya era un alfa —¿Cómo era eso posible? —

El chico alfa se llamaba Jimin, lo supo porque solo escuchaba a su grupo de amigos repitiendo su nombre una y otra vez, pidiéndole que no lo hiciera, diciéndole que no era necesario, pero —¿Qué no hiciera qué? — la respuesta le llegó cuando vio al rubio calzarse guantes de gimnasio y empezar a hacer estiramientos. Lo sabía porque él mismo los usaba, se levantó como un resorte mirándolo espantado.

—¡¿Qué...qué vas a hacer?!—

—¿Qué crees voy hacer chico? Voy por tu guitarra—le dijo guiñándole un ojo, el gesto aturdió a JungKook y un latido fuerte lo sacudió en el pecho, dejándolo sin aire un momento.

—Jimin en serio, no me gusta que hagas esto...—la peliroja se había acercado sosteniendo un jersey en una de sus manos, mientras llevaba la otra al rostro del rubio—es peligroso amor—

—Sabes que esto no es nada para mi linda, soy un alfa—

—Igual me preocupa...—respondió ella con un puchero desviando su mirada

—Ya deja eso...y ven a darme un beso de buena suerte—

El chico la acercó de la cintura y aunque ella se resistió al principio terminó cediendo, entregándole su boca al muchacho. JungKook fue testigo de cómo Jimin delineo los labios de ella con la lengua, para luego abordarla intensamente haciéndola incluso gemir contra su boca. Ese fue el gesto que hizo lo hizo desviar su mirada sonrojado, no se había perdido nada y los latidos de su corazón aumentaban cada vez más, sin ninguna explicación asustándolo.

Cuando al fin se separaron, el rubio encaminó hacia la base del puente y JungKook tuvo miedo, no quería que aquel chico se arriesgara por su guitarra, de pronto la seguridad del desconocido se volvió más importante que su preciado instrumento, y aun con el frío entumeciendo sus piernas, dio un par de pasos al frente.

—¡No!... No lo hagas por favor—vio que el muchacho se detuvo un momento para mirarlo y la timidez lo azotó nuevamente bajando su mirada—no quiero que te pase nada malo—dijo en voz baja jugando con sus manos

—Tranquilo niño... esto es fácil para mí, practico gimnasia—El rubio lo miraba con suficiencia y una brillante sonrisa—pronto tendrás tu guitarra, confía en mí

 La convicción de sus palabras despertaron en JungKook  una extraña sensación de seguridad con la que no estaba familiarizado, el niño pensó que era la sonrisa más sincera que había visto en alguien jamás. Se sintió libre de creer en las palabras de alguien, aunque fuera un pequeño alfa exhibicionista, pero no pudo responderle con palabras y solo le dibujó una modesta sonrisa.

Jimin subió a la plancha inferior puente, y como si estuviera escalando se sostenía con fuerza de ciertos puntos, el azabache unió sus manos en señal de preocupación, pero notó que la chica morena, se había colocado a su lado mirándolo de reojo con sus brazos cruzados sobre su pecho. Era una omega, podía percibir un aroma demasiado dulzón a fresas y caramelo que aturdía sus sentidos provenir de ella, pero emitía un aire hostil a su alrededor que cohibía al muchacho.

—Mas te vale que esa guitarra realmente sea importante niño, mi chico se está arriesgando por ti—le dijo arrastrando las palabras en voz baja

JungKook la escuchó y solo pudo asentir, no preguntó cómo era su chico y besaba a otra, porque supuso que no era importante para ella.

El rubio siguió escalando por la base y en varias ocasiones estuvo a punto de resbalar, desatando gritos de pánico entre sus enamoradas, pero era flexible y fácilmente tomaba otros puntos de apoyo. Jk lo miraba entre aterrado y admirado, llegó al mismo punto donde él había caído, y su corazón latía a mil, era el momento de saltar a la malla, pero Jimin no lo hizo.

El pequeño alfa se estiró todo lo que su cuerpo le permitió extendiendo sus piernas, permaneció en esa posición unos segundos mientras se estabilizaba, una de sus manos logró tomar la malla y sujetándose con fuerza, cruzó llevando el peso de su cuerpo hasta ella, levantando gritos de ovaciones entre sus amigos, y una exhalación de alivio en el azabache. Lo vio deslizarse entre las ranuras de la malla apoyándose de ellas, hasta llegar a la guitarra, pero con solo la fuerza de un brazo no lograba desprenderla de donde el cobertor se había enganchado, y necesitaba el otro para poder sostenerse. Entonces para lograr la fuerza necesaria, colocó sus pies juntos haciendo presión contra la malla, aun sosteniéndose de una mano, provocando que el nerviosismo se apoderara de todos otra vez.

El movimiento fue rápido, el chico uso la fuerza de sus piernas, desprendió la guitarra del enganche, pero del impulso perdió el apoyo de sus pies, quedando suspendido contra la malla solo de su mano, todos volvieron a gritar

—¡Chico! —Gritó Jimin aun de espaldas a todos los presentes, JungKook se puso en alerta—¡tómala!

El muchacho arrojó la guitarra a un punto del río y JK corrió hacia él, logrando evitar que la misma se hundiera en el agua. Desafortunadamente al tirarla, Jimin perdió el agarre de su mano, deslizándose por la malla, y azabache cerró los ojos por temor a una estrepitosa caída, con gritos de pánico a su alrededor.

Pero el sonido de alguien cayendo al agua nunca llegó, el rubio había logrado sostenerse ahora con sus dos manos, se deslizó con comodidad hasta el borde inferior de la malla, y estando ya a menos altura, repitió la maniobra. Colocó los pies juntos y se impulsó dando una voltereta inversa para caer artísticamente a la orilla del río a poca profundidad.

Jk observó todo con la boca abierta, mientras los amigos del alfa corrían a abrazarlo y las chicas lo llenaban de besos, el niño se sintió feliz de verlo bien. Pero viendo como todos parecían estar aliviados por ello, no tardó en reparar en lo tonto que había sido, por su culpa un chico que nada tenia que ver con él, se había arriesgado e incluso pudo haberse hecho daño. Quizás su padre tenía razón y él siempre era un inútil.

Camino hacia la orilla sintiendo el frío atravesar sus huesos y su cuerpo temblar ya sin control, se acercó al grupo de amigos y Jimin rápidamente se abrió paso entre ellos, acortando su camino.

—G-gracias p-por ayudarme, d-disculpa las molestias—dijo el azabache haciendo una reverencia

—Tranquilo chico no fue nada—

—Sí lo fue...Jimin está herido por tu guitarra—soltó molesta la morena nuevamente

JungKook se incorporó y se vio rápidamente rodeado del resto de los amigos, notó a  la chica que lo miraba con el ceño fruncido y cuando ella levantó el polo del rubio, en su cadera derecha vió una línea roja de más o menos cinco centímetros que asomaba con rastros de sangre. Un sentimiento doloroso se alojó en su pecho y de pronto murmullos de reclamos se empezaron a escuchar.

—¡Ohh ya cállense! ¡que no es nada! ¡me están avergonzando! —

Jimin se zafó del agarre de la chica, bajándose el polo y mirando a sus amigos con fastidio, pero el semblante le cambio a uno de preocupación cuando vio al niño, con un antebrazo cubriendo sus ojos y temblando terriblemente. Sabía que probablemente fuera por el frío, pero tenía la certeza de que el llanto era el principal motivo, porque apenas y lo dejaba hablar, obligándolo a acercarse más para poner una mano en su hombro.

—No llores chico—

—L-lo siento en verdad, y-yo no quise—

Jimin trataba de consolar al niño que hipeaba sin parar, pero con sus amigos alrededor mirándolo como un insecto no le ayudaban, así que lo tomó por los hombros y lo llevó a sentarse nuevamente en la orilla del río. Ambos se sentaron y Jimin entonces, masajeó su hombro un momento mandando sensaciones cálidas por el cuerpo del azabache, esperando a que el chico se serenara

—Ya...no les hagas caso, solo están molestos porque a esta hora planeaban estar el parque para jugar —

—Entendiendo...y por mi culpa están... —

—No te culpes, a mí me importó una mierda, porque yo me divertí un montón—dijo alegre

—No creo que haya sido divertido—

—Te equivocas... ¿Quién prefiere un aburrido juego de basket, si puedes ser un héroe?... gracias por eso—le dijo dándole un leve codazo con una sonrisa que el chico correspondió tímidamente.

Jimin observaba al niño con ese largo flequillo en la frente, ya no lloraba, pero continuaba temblando mientras apretaba con fuerza esa guitarra.

—¿Tienes frió cierto? — lo vio asentir—espera voy por algo

JungKook siguió con la mirada al rubio, mientras este llegaba hasta la peliroja tomando el jersey blanco de sus manos, intercambiaron un par de palabras que seguramente no fueron del agrado de la chica, por el gesto de irritación en su rostro y regresó.

—Esto te ayudara con el frío...no evitara que tu madre se enoje, pero al menos puede que no te resfríes—le dijo colocándole protectoramente el jersey

—Pero es de tu novia—

—¡No es mi novia!... no digas esas cosas —dijo con gesto de terror exagerado en su bonito rostro, para luego sonreír—además tú lo necesitas más... ¿te sientes mejor? —

Al azabache asintió con tenue sonrojo, que Jimin no pudo ver por el largo de su flequillo.

—Pero ellos tienen razón, no debiste hacerlo, estas herido—

—¿Esto?... nah, no es nada para un alfa—Jimin señalo su cadera y le restó importancia, mientras el muchacho lo miraba con admiración.

—Eres un alfa...—

—Si... lo soy—

—Pero... ¿no eres muy joven? —

—Bueno si... en unos días apenas cumplo dieciséis y me presenté hace un año ya, pero creo que es herencia, mi madre también lo hizo antes de tiempo—aclaró el chico rascando su cabeza

El ambiente se había relajado, y JungKook se sentía cómodo, se preguntaba si así se sentiría tener un amigo, él nunca había tenido uno, su entrenador era bueno con él, pero no creía que fuera su amigo. Con Jimin se sentía diferente, él era cálido y valiente, era alguien que el azabache hubiera querido tener siempre en su vida, con él se sentía seguro. Por el contrario, la única imagen que el pequeño alfa tendría de Jk, sería el de un niño problemático que lloraba por una guitarra y eso lo entristeció.

—Lamento haberte causado tantos problemas—

—No te preocupes, entre alfas nos ayudamos—

— Yo no soy un alfa—

—Pero lo serás chico... estoy seguro de eso—le dijo con una sonrisa torcida que el muchacho correspondió, no muy convencido de ello

JungKook siempre se sintió inseguro de su futura identidad, pero se esforzaba todos los días para que su padre se sintiera orgulloso siendo más fuerte, era el mejor en su clase de boxeo y hacia los mejores tiempos en las piscinas, con la esperanza de que eso influyera en su lobo y él finalmente pudiera ser un alfa. Si cualquiera le hubiera dicho que parecía un alfa, lo hubiera tomado con alegría, porque querría decir que su trabajo podía dar resultado, no entendía entonces, porque oírlo de labios del rubio, no representaba lo mismo. Jimin observaba el río, pero Jk no podía quitar los ojos del brillo de su cabello rubio con la luz del atardecer, cuando unos gritos a su espalda lo trajeron a su realidad

—¡JIMIN YA DEJA DE HACERTE EL HÉROE Y VÁMONOS!...

—¡SI...DIJISTE QUE JUGARÍAMOS BASKET! —

Jimin rió por la ansiedad de sus amigos y JungKook pensó que hasta su risa era atractiva

—Bueno...tengo que irme chico... la plebe me espera—

—Si... entiendo—consiguió decir JungKook con algo de tristeza, mientras veía al muchacho levantarse

—Cuida esa guitarra—

El rubio le revolvió el cabello despidiéndose, sin lograr remover su largo flequillo y giró para encaminar hacia sus amigos. Cuando el aroma del chico se alejaba, el menor se dio cuenta fijándose en sí mismo, de que aun permanecía con algo de él.

—¡Ohh espera!... ¡tu jersey! —soltó Jk levantándose y quitándose la prenda de los hombros

—No tranquilo quédatelo, quizás te de suerte con las chicas... nos vemos—

El rubio le guiñó otra vez un ojo para voltear finalmente y el azabache sintió su corazón volver a responder con latidos fuertes. Miró la prenda en sus manos y agradeció tenerlo, no porque le diera suerte para nada, sino porque al menos sería un recuerdo del sinvergüenza chico que rescató su guitarra y consoló su llanto sin siquiera conocerlo. Al levantar sus ojos grises, por fin apartando su flequillo, lo vio alejarse con sus amigos, abrazando por la cintura a ambas chicas, mientras escuchaba a una de ellas reclamarle.

—¡Jimin! ¿porque le dejaste tu jersey? dijiste que me lo darías a mí, porque se me veía muy bien—

—No te quejes Yuna, te ves mejor sin él... ¡es más! ¡te ves mejor sin nada puesto! —

—¡Jiminnn! —

Fin del Flashback

JungKook respiró profundo recordando que después aquel encuentro las cosas no mejoraron, su padre se enteró de sus clases de guitarra prohibiéndoselas, y su vida fue cada vez más gris. Sin embargo, atesoró ese momento en su memoria esperando por la oportunidad de volver a cruzarse con aquel rubio y devolverle su jersey. Acumulando sentimientos equivocados, por alguien equivocado, que también se equivocó, viendo en él un alfa que nunca existiría, mucho menos después de haberlo conocido a él.

Muchas veces quiso investigar de él, pero con solo su apellido en el jersey y sin saber su nombre real en coreano, nunca encontró nada. El tiempo pasó y cuando sus esperanzas cada vez eran más escasas, una imagen le mostró lo cerca que estarían para alegría y dolor después. Su hermano NamJoon había logrado una importante posición en la empresa de su suegro, la noticia había acaparado los titulares de todos los periódicos locales en Japón y en ella aparecía su hermano acompañado de los accionistas de esa empresa y entre ellos estaba él, más alto, aunque no tanto, con un llamativo cabello color rojo fuego.

El alfa había cambiado ya no era aquel pequeño chico risueño, ahora era un hombre y su físico definitivamente hablaba de ello, pero aún conservaba sus rasgos dulces, sus ojos pequeños y mejillas rellenas con esa sonrisa pícara que parecía su sello distintivo.

JungKook resguardó aquella imagen, como la primera de las muchas, enterándose también de que no solo era accionista de aquella empresa, sino familiar y alguien muy cercano, pues todos los artículos hablaban de la estrecha amistad entre el cuñado de su hermano y el alfa. Desde allí en más, tenía que reconocer que se comportó como el típico fanboy coleccionando recortes e imágenes de las redes, alimentando en su pecho la posibilidad de algún día volver a verlo.

El inesperado matrimonio de su hermano, obligado por el escándalo, le brindo esa oportunidad, y él ilusamente, se esmeró en lavar y perfumar ese viejo jersey, para entregárselo cuando se encontraran, porque JungKook estaba seguro que aquel recuerdo del pasado, era compartido por ambos. Solo bastó una mirada para saber que no era así

Flashback

Aquel era un evento íntimo sin prensa ni fotógrafos, solo había unas treinta personas incluyendo a los camareros, el juez de paz y su asistente, por lo que era más fácil llamar la atención. Jungkook se había arreglado lo más prolijamente que pudo, incluso le pidió consejo a su madre para ello, nunca podrá olvidar la cara de asombro que puso la mujer cuando se lo pidió. Se sentía nervioso y llevaba emocionado en un bolso cruzado, el jersey que debía entregar.

Durante toda la ceremonia la ansiedad no lo abandonaba, tanto que su hermana Lea lo miraba enojada a cada rato, y es que del otro lado, en los lugares correspondientes a los allegados de a la novia estaba él, luciendo simplemente espectacular de traje negro y lazo. Park Jimin era incluso más guapo en persona que en las fotos, sí era bajo comparado con su primo, pero no había nada en él que no fuera atractivo, quizás por eso su acompañante, una rubia en un vestido azul ceñido, no se le despegaba.

Pero había llegado el momento, su padre los estaba presentado a los familiares de la novia, especialmente a él y a su mama porque a Lea probablemente ya la conocían. Los nervios lo traicionaban y sus manos sudaban, se miró rápidamente en uno de los cristales laterales, arregló un poco su cabello que había cortado y perfumado, necesitaba que sus ojos se apreciaran, su madre siempre decía que sus ojos grises eran hermosos y que eran tan diferentes que nadie en el mundo podía olvidarlos jamás. Su padre los presentó con formalidad y orgullo en el caso solo de Lea, pero eso a Jk no podía importarle menos, porque frente a él tenía al chico al que había anhelado volver a ver desde hacía cuatro años.

—El es mi hijo JungKook—

El muchacho hizo una reverencia, para los alfas frente a él y estrechó la mano de todos, lastimosamente cuando llegó al pelirojo y se incorporó con una sonrisa tierna pero indudablemente feliz en su rostro, esperando que lo reconociera, eso no pasó.

—Park Jimin...mucho gusto— el alfa estrechó su mano con firmeza y una sonrisa, pero sus ojos fueron indiferentes.

Con el pasar de la velada, la emoción por el encuentro, poco a poco se fue drenando del cuerpo menor, y es que Jimin lo trataba como si aquel día en aquel puente nunca hubiera existido. En ningún momento sus miradas se encontraron después de las presentaciones, el hombre incluso paso a su lado muchas veces sin siquiera notarlo.

—Quizás es porque he cambiado mucho y ya no soy ese niño de once años—pensaba acongojado vagando por la mesa del bufet —¿y si le mostraba el Jersey? ¿lo reconocería? —el muchacho movió su cabeza en negación, acercarse al alfa era aún más difícil, siempre estaba rodeado de invitados, más del sexo femenino. Había pasado veinte minutos frente al kimichi, cuando ese familiar aroma a pino y eucalipto, que llevaba cuatro años en no sentir tan cerca, se hizo presente a su alrededor.

—¿Vas a comer Kimichi? —

JungKook giró el rostro con el corazón latiéndole a mil, y es que allí junto a él estaba Jimin, mirándolo con una ceja alzada y un plato en las manos, y su voz simplemente se atoró en algún lugar, debió tardar demasiado por que el alfa volvió a repetir

—¿Vas a comer o no? —

—S-sí—consiguió decir y vio una suave sonrisa en el contrario

El corazón Jk quería salir de su pecho y todo empeoró cuando el hombre procedió a servirle la comida en el plato, en vista que él ni eso podía hacer, solo pudo pronunciar un tímido— Gracias— mientras observaba lo bonita que eran las manos del alfa, comparadas con las suyas a pesar de ser menor. El alfa seguía siendo más alto que él, pero ahora por menos y JungKook razonó con decepción, que si él fuera un omega no sería uno delicado y apropiado para un alfa como Jimin.

— De nada...¿es tu primera vez en Corea? —Jk lo miró, pero no contestó—porque si es tu primera vez aquí, no creas que todas las fiestas son así ¿eh? — decía Jimin atiborrándose de comida

—N-no es mi primera vez a-aquí—

—¿No?... ¿Has venido antes? —

—Sí... cu-cuando tenía once años—

—Umm...pero hay mejores cosas en Corea hoy, no te guíes por esta fiesta de mierda—Jungkook sonrió y pensó que quizás esta era su oportunidad

—Yo... creo que te ví...u-una vez en un puente—

—¿En serio?... si..puede ser...me pareces conocido—dijo el alfa relajado con la boca llena y Jungkook abrió los ojos como platos emocionado

—¡¿Me esperas aquí un momento?! —

—Sfi claflo—dijo el pelirrojo a medias mientras masticaba extrañado de la actitud del niño.

JungKook salió corriendo a su lugar donde había dejado su bolso, sacó el jersey con una sonrisa y emprendió carrera de regreso con el alfa. 

—¿Que tanto hablas con el hijo de Kim...lo conoces? —

Escuchó Jk sin querer frenándose en el acto  y es que Jimin ahora estaba acompañado de su primo, el cuñado de su hermano. El mayor asaltaba la comida del pelirrojo

—¿Quién, el niño?... —dijo señalando hacia atrás—Nah, nunca en mi vida lo había visto, solo le hablé porque parecía más perdido en esta fiesta que tu—soltó riendo

JungKook sintió su corazón encogerse y apretó con fuerza el jersey que llevaba en sus manos. Él lo sabía, desde la primera vez que volvió a ver sus ojos, Jimin no lo reconocía, ni recordaba aquel día en ese puente y como siempre solo se acercó para hacerlo sentir mejor. Se sintió ridículo por sus esperanzas y sin poder evitarlo sus ojos se humedecieron. Miró la prenda y decidió que no valía la pena molestarlo con un recuerdo absurdo del pasado, giró para regresarse a su lugar y caminó cabizbajo unos metros, pero chocó con alguien y de pronto todo fue un desastre.

—¡¿Qué haces idiota?!... ¡¿No te fijas por dónde vas?!

Había chocado con la rubia acompañante de Jimin, haciendo que la copa que ella llevaba se derramara sobre su vestido, el jersey había caído de su manos, pero estaba tan asustado por los gritos de la chica que no lo notó y solo se dedicó a hacer reverencias.

—¡Lo siento...discúlpeme por favor! —dijo, pero su pánico creció cuando vio que el alfa caminaba hacia donde se encontraban, sintió vergüenza y salió corriendo, escondiéndose del pelirrojo detrás de una pared a un costado

—¿Qué pasó? —

—¡Un mocoso idiota manchó mi vestido amor! —

—Ya...no es para tanto, no hagas escándalo por esto—soltó Jimin mirándola con el ceño fruncido y ella inmediatamente se calmó haciendo un mohín, lo que provocó que el alfa le sonriera otra vez—ve al baño y arréglalo un poco—

—¡Pero ya está arruinado Jimin! —

—No te preocupes nena...no durara mucho puesto—le susurró a la rubia y está sonriéndole hizo lo que el alfa pedía, pero el chico alcanzó a escucharlo todo.

Cuando ambos se retiraron Jk vio el jersey tirado en piso, manchado con champagne, ninguno de los dos lo había notado. Mientras lo recogía, sonrió con tristeza y es que entendió que las cosas en realidad no habían cambiado, siempre habían sido así, solo que él en medio de su niñez, nunca lo pudo ver.

Fin de del flashback

JungKook colocó nuevamente la prenda dentro de la caja, junto aquellas fotos y suspiró, no tenía sentido que las guardara más, Lea tenía razón, SeokJin sería su alfa y no estaba bien que él atesorara fotos de su primo bajo la almohada. Quizás hasta era mejor permitir que la marca del Jin hiciera que sus sentimientos por Jimin desaparecieran, como aquel desengaño hace ya mas de tres años, no lo logró.

Mas de tres años viéndose esporádicamente en reuniones formales, subastas, fiestas empresariales y él cada vez se volvió más invisible para el alfa, sobre todo después de presentarse como omega y es que en cada ocasión solo confirmaba lo tonto que había sido al poner sus ojos en él. A la crueldad de su hermana, le debía al menos haberlo entendido y dejar de albergar falsas ilusiones, pero nunca mató sus sentimientos porque sus lágrimas y su lobo hablaban por él.

Ahora su lobo tenía que entenderlo y a la fuerza debía borrar esos sentimientos, que tanto dolor le causaron por más de siete años, era hora de dejar ir.

JungKook llevó a la caja el fondo de su armario, el día de la pedida de mano lo quemaría todo, para cerrar el ciclo por fin, de su tonta historia con Park Jimin





Nos acercamos al gran evento... la pedida de mano se acerca 😏 y la historia empieza a cambiar para todos lo personajes...

Gracias mil por leer una vez mas... gracias mil por la paciencia... un millón mas por los horrores ortográficos que encuentren

tengo pendiente hacer las nominación que honestamente me alagan, porque no hay mucho que decir solo tengo dos obras, pero es un honor que grandes escritoras me consideren una igual

Chao Chummys un beso😘😘

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