CAPITULO 12: RECUERDOS PARTE I


"Nadie entra por azar en tu vida, por que nada es casualidad, en el fondo las cosas tienen un plan secreto y una función en tu destino"


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¡JUNKOOK!

El muchacho se estremeció al escuchar la potente voz de su padre retumbar en las paredes de la sala, su mirada se perdió clavada en la alfombra café que decoraba la estancia y es que, aunque su lobo aullaba de temor, la tristeza de su alma pesaba más. Ya no tenía nada que perder, su destino estaba decidido, un reclamo más o un golpe más no haría la diferencia, así que levantó su mirada e inhalando profundamente, pero su cuerpo dio un respingo al sentir la mano cálida de Hwasa acariciando su hombro.

—Ve chico...no hagas esperar más a tu padre—

El omega le insinuó una sonrisa que no llegó a convertirse en eso y aun con sus ojos rojos del llanto anterior avanzó hacia el despacho de su padre, tocó la puerta con suavidad y después de un sonoro—pasa—el muchacho abrió y se perdió en el interior de la habitación.

La guardaespaldas lo observó con el ceño fruncido y con su lobo gruñendo en su pecho, por la necesidad de protección que le despertaba el niño, empuño sus manos y giró para salir a tomar un poco aire, topándose con su superior quien fumaba en las escaleras de la entrada. El beta la vio de soslayo y continuó con lo suyo mientras la chica se sentaba a su lado en el mismo escalón, se quedaron unos segundos viendo a la nada mientras el viento frío sacudía sus cabellos.

—Controla tu aroma chica...te lo he dicho mil veces, mantente alejada de los asuntos de esa familia—soltó el mayor mientras le daba una calada a su cigarro.

—Ya lo sé...—respondió ella con gesto de fastidio

—Pero parece que lo olvidas—

—¡No lo olvido!... se bien mi lugar, pero no puedo evitar sentirme mal, está en mi naturaleza, soy alfa—decía la muchacha viendo a su superior y haciendo gestos con las manos

—Eres una alfa con un lazo, solo un omega debe preocuparte —le aclaró correspondiendo a su mirada— no lo arriesgues por algo que no puedes solucionar—

La muchacha lo escuchó y abrió la boca para refutar, pero no tuvo nada que decir, Siwon tenía razón, no había nada que ella pudiera hacer por el destino de aquel lindo omega. En cambio, ella ahora tenia a alguien importante que no podía poner en peligro, y eso era justo lo que haría, si se le ocurría intervenir, suspiró volviendo su mirada al jardín principal

—Eso también lo sé—

El hombre le asintió y dio otra calada a su cigarro. No era que Siwon no lamentara lo que le pasaba a esa familia bajo el dominio de aquel alfa, pero no podía hacer nada por cambiarlo. Tantos años observando callado esa realidad, le habían enseñado que no era saludable meterse en el camino de Kim SunYoon, mas si había dinero en juego. Solo podía esperar por que algún día todo ese poder desmedido, obtenido con bajos recursos que tenía el magnate le pasara factura dándole la libertad que esa familia necesitaba y quizás ese golpe de gracia podía venir de la mano de Kim SeokJin

Ambos se quedaron unos minutos más viendo el paisaje, hasta que el beta tiró el cigarro y se levantó pisoteándolo para apagarlo, colocando sus manos en los bolsillos, entonces su voz interrumpió el silencio llamando la atención de Hwasa.

—Pero no deberías lamentarlo tanto—

—¿Por qué lo dice señor? —

—Porque al final esto es quizás lo mejor que le puede pasar a ese chico—

—¿Qué? ¿casarse obligado? —preguntó irónica

—No, salir de esta casa—

El beta se dio la vuelta para dirigirse a la cocina supuso la muchacha, su superior tenía dos debilidades, el cigarro y la comida. Mientras la alta figura desaparecía razonó que el hombre tenía un punto, aun si no era el matrimonio y el alfa que el pequeño JungKook hubiera deseado, probablemente nada puede ser peor que su propio padre.

—¿Tú crees que todo esto es un juego JungKook?

—No... padre—contestó el muchacho en un hilo de voz y la mirada baja

Llevaba el abrigo que se había retirado en uno de los brazos, aunque bien podía haberlo usado dentro de esa habitación porque era más fuerte el frio dentro, que fuera de ella. Su padre lo observaba replegado en su silla, con una ceja alzada y una indiferencia que contrastaba con el aroma de molestia que se percibía en él.

— Creí que había sido totalmente claro contigo, y que comprendías la importancia de tu compromiso, para la familia—decía el alfa con voz calma sosteniendo su barbilla con una mano, vio que el muchacho no abría la boca, como siempre ni para defenderse y su irritación le ganó— ¡responde! —haciendo que el omega se estremeciera

—Y-yo...yo comprendo padre—

—Entonces explícame ¡¿porque me desobedeciste, haciendo todo lo contrario de lo que te pedí JungKook?! —

—Yo... solo quise despedirme de los niños—consiguió decir Jk negando con su cabeza, sus ojos amenazaban con llenarse de lágrimas otra vez, pero ya no tenía más por ese día.

—Y arriesgas el futuro de tu familia, por un montón de niños enfermos y tus ridículos pasatiempos—dijo el mayor inclinándose y uniendo sus manos sobre el escritorio con su dura mirada puesta en su hijo.

—Lo...lo sient—

—¡NO ME INTERESAN TUS DISCULPAS! —soltó SunYoon estrellando un puño contra el escritorio y levantándose abruptamente, vio como el chico temblaba frente a él— te pedí una cosa y parece que hasta eso es demasiado para ti—

El alfa hablaba mientras rodeaba el mueble y se acercaba a su hijo de la misma forma que lo había hecho con su madre, con la diferencia que esta vez no había un lazo que lo detuviera, el chico mantenía la cabeza gacha y vio sus ojos rojos, pero a pesar del aroma a miedo que emanaba del muchacho, no había lágrimas en ellos.

—No has entendido que tu matrimonio con Kim SeokJin es demasiado fundamental, como para comprometerlo por tus caprichos —se acercó para susurrarle— para mí ya es suficientemente malo tener que depender de ti para proteger a la familia, después que tu hermana lo echara todo a perder— lo tomó con fuerza de la barbilla e hizo que el omega lo mirara—pero para ti ya no tengo paciencia—

SunYoon miró a su hijo y sintió rabia, Jk a pesar de sus ojos grises y rasgos finos, tenía mucho de él incluso más que NamJoon, pero era un omega.

—Todo este tiempo te he dejado ir y venir a tu antojo sin importar que nunca llenaras mis expectativas— le dijo apretando el agarre, JungKook gimió de dolor — solo te pido que al menos como omega trates de llenarlas —el hombre lo soltó bruscamente y se alejó llevando una mano a su cabello negro.

El chico se llevó una mano al lugar del agarre, mientras se inclinaba a recoger el abrigo que había caído de sus manos en medio del ataque de molestia de su padre, no emitió ningún comentario, nada de lo que decía el alfa era nuevo y el dolor físico al menos desviaba el dolor emocional. Vio como su padre respiraba profundo y lo miraba irritado desde su distancia

—No más visitas a ese mugroso hospital y abstente de seguir haciendo el ridículo en la calle, es la última vez que te lo digo ¿entendiste? —vio al muchacho asentir levemente y volvió a su lugar detrás del escritorio—después que te cases harás lo que tu alfa quiera, hasta entonces harás lo que yo digo, no me obligues a encerrarte en casa—

—No... no será necesario padre—respondió con voz apagada

—Eso espero...ahora retírate—

El chico hizo una pequeña reverencia y se dispuso a salir, pero antes de poder hacerlo la voz de su padre lo detuvo

—Ah...y JungKook—el omega volvió a mirar a su padre— no andes por allí vestido como si fueras al gimnasio siempre...trata por lo menos de parecer un omega acorde al prometido que tienes y la familia de la que vienes ¿entendido?, no quiero volver a repetírtelo—

—Si...padre—a penas y contestó el omega para luego salir del despacho.

El muchacho se recostó un momento de la puerta de roble cerrando los ojos y botando el aire de sus pulmones—No voy a llorar, no voy a llorar— abrió los ojos y caminó rumbo a su habitación lo más rápido que pudo, no quería cruzarse con su madre y que lo mirara con pena o se sintiera culpable, porque en realidad él no lo lamentaba habia disfrutado mucho esa última vez con sus pequeños fans. Entró con tanta rapidez a su habitación, que casi pegó un grito, cuando encontró a su hermana sentada en su cama con ese vestido negro de encajes y sus botas largas cruzada de piernas mirándolo con una sonrisa, de la impresión pasó al recelo.

—Te estaba esperando hermanito—

—¿Qué haces aquí? —

—Vine a ver cómo te fue con papy...seguro no le gustó nada tu paseíto—

JungKook la observó fijamente y luego empezó a recorrer su habitación con la mirada, tenía días que no la aseguraba porque Lea pasaba la mayor de su tiempo en Japón, no pensó que la chica desobedecería a su padre y regresaría antes. Caminó hacia su woking closet dándole la espalda a la rubia.

—No, no le gustó, ya puede irte—le dijo frío el muchacho señalándole la puerta, pero sabía que su hermana no se iría tan fácilmente.

—¿Porque me tratas así? después de meses sin vernos—dijo la chica en un puchero y con gesto de fingido dolor.

JungKook respiró profundo, mientras colocaba su abrigo en el armario. Había tenido un día de mierda, todo lo bien que se sintió con los niños, simplemente parecía estar desapareciendo y ahora la cereza del pastel era tener que soportar el descargo de su resentida hermana

—¿Qué quieres Lea? —

—Yo solo vine a felicitarte, eres el omega más afortunado de todo Corea—

No había que ser muy perceptivo para notar el sarcasmo en esa frase, el muchacho giró para encarar a su hermana con el ceño fruncido.

—Mira Lea, si estas enojada, déjame decirte que yo no lo quería, yo no lo busque y que finalmente tu tuviste la culpa de esto, así que no vengas a reclamarme nada—

—Te equivocas yo no vengo a reclamarte— aclaró la chica con inocencia—tienes razón, yo lo estropee, pero quizás fue lo mejor—vio como su hermano la miró alzando una ceja y con sus brazos sobre su pecho— Kim SeokJin quizás es demasiado serio para mí, yo necesito alguien.... no se... más divertido—

El azabache la miró serio, empezando a temer de la actitud de su hermana y el rumbo que estaban tomando sus comentarios, su silencio hizo que la chica continuara

—En cambio, tu... no se si felicitarte o sentir pena...—

—Lo sabía—Lea... —

—La vida en verdad ha sido una perra contigo, mira que casarte justo con el primo del hombre por el que has babeado desde hace más de ...cuatro o cinco años años—soltó la rubia con burla, haciendo que el chico tensara su mandíbula

—Siete—

—¿Era lo que querías decir, cierto? Ya lo dijiste...pued—

—El hombre por el que has llorado como un niño y has deseado en cada celo...—interrumpió la rubia mientras se removía en su cama y sacaba algo que guardaba bajo su cadera— guardando sus fotos....—

Jk abrió los ojos como platos, su hermana sostenía en su mano una de las pocas fotos de Jimin, que había logrado salvar del último ataque de la chica y que había guardado muy en el fondo de una caja del colegio, miró hacia su escritorio.

—¿Cómo? —

—¿Crees que puede ocultarme tus vergüenzas? —

El muchacho se llenó de ira y se le fue encima, pero la menuda rubia con todo y tacones fue más rápida y de un salto quedó de rodillas en medio de la cama.

—¡Dame eso!... ¡ya basta Lea! —soltó Jk empuñando las manos mientras su hermana miraba con interés la pequeña foto del alfa en un aeropuerto.

—Pero en serio no entiendo como aun guardas estas cosas, creí que ya lo habías superado, desde que te diste cuenta, que tu jamás podrías tenerlo—

—Vete Lea—

—Porque... tú sabes que a este alfa le gusta lo que alguien con tú, nunca podría darle... pero alguien como yo sí—le dijo la rubia con una sonrisa divertida mientras se pasaba una de sus manos por su cuerpo— es más Park se ajusta más mí que SeokJin, a ambos nos gusta divertimos—

—El jamás te haría caso—

—¿Quieres apostar?, puedo tenerlo en mi cama cuando quiera—contratacaba la muchacha gateando más cerca de su hermano y manteniendo su sonrisa—puede hacerlo hace años, cuando descubrí para ti que no tenías ninguna oportunidad, pero mi interés por SeokJin lo impidió, ahora en cambio...—

Y era cierto, ella pudo ir sobre Jimin hace un par de años, JungKook sabia que no le hubiera costado nada aquel día en que se confabuló con su amiguita, para hacerle creer que lo ayudaría con el alfa, solo para meterla a ella en su cama. Pero ella se equivocaba porque todos esos años conociendo en el silencio al mayor, le había enseñado muchas cosas de su personalidad, entre ellas que Jimin era un hombre leal con sus allegados y selectivo de todo aquello que representara un problema, y Lea era la definición misma de esa palabra. El chico sonrió y vio como el gesto descolocó a la muchacha.

—¿Realmente piensas eso, después de lo que le hiciste a su primo?... y aunque lo lograras, porque se tus métodos, no pasaría de un revolcón, porque él jamás querría otra cosa con alguien como tu—le soltó el muchacho con suficiencia mientras le arrancaba la foto de las manos a su hermana.

La chica lo miró con odio, y su respiración de agitó, pero volvió a sonreír, levantándose relajada de la cama y caminando por la habitación

—¿Y quién te dijo que yo quería algo más? Para mí es suficiente con disfrutar de lo que tu solo pudiste soñar...es más puedo mandarte una selfie con su...—

—¡BASTA LEA! ¡¿PORQUE HACES ESTO?! —

—¡Porque si!... porque quiero venir a restregarte lo infeliz que vas a ser, al casarte con el primo del alfa con el que has soñado ¡TODA TU PUTA VIDA! —

—¡ERES DETESTABLE LEA FUERA DE AQUÍ! —gritaba JungKook y la discusión se escuchaba fuera de la habitación

—¡PERO CON EL QUE NO SOÑARAS NUNCA MAS!... cuando la marca de Jin haga que lo olvides poco a poco... ¡SIN QUE LO PUEDAS EVITAR! —

—¡LARGO! —el azabache se le abalanzó a su hermana y la tomó con fuerza del brazo para sacarla de su habitación, pero la rubia aprovechó la cercanía para susurrarle

—Porque Jin... no te va dejar tener fotitos de su primo bajo la almohada—

—¡Basta... fuera! —el muchacho la empujaba a la puerta, pero su hermana se soltó del agarre, cuando la puerta se abrió súbitamente

—¡¿Que significan esos gritos?!... ¿qué haces aquí Lea? —Yan Mi veía con ojos desorbitados a sus dos hijos agitados y lanzándose miradas de odio

—Nada mamá, yo solo vine a felicitar a nuestro Kookie—

—¡Llévatela mamá!... ¡sácala de aquí antes de que me olvide que soy hombre! —soltó el muchacho jadeante y con los ojos húmedos

—Claro ya me voy idiota... ya dije todo lo que quería decir... —replicó fresca y tranquila la chica con su sonrisa, y cuando su madre quiso acercarse, la evitó y salió de la habitación.

Yan Mi miró a su hijo que había bajado la mirada y apretaba los puños, y es que, aunque el chico no derraba una sola lágrima, podía ver a su lobo sufrir. Intentó consolarlo, pero el muchacho no se lo permitió.

—No madre, no es necesario...—le dijo su hijo levantando la mirada y dándose la vuelta para sentarse en su cama—

—Kookie—la mujer camino hacia él pero el muchacho negó nuevamente

—No mamá, en serio... solo necesito estar solo—

La mujer lo miró unos segundos y entendió que seguía siendo una madre deficiente, porque ni su consuelo era necesario para a su hijo en estos momentos, asintió y se retiró acongojada de la estancia.

JungKook se quedó quieto tratando de regularizar su respiración y evitar que sus lágrimas volvieran a aparecer. Y es que su hermana sabia dar donde más dolía, siempre sabía que palabras usar para lastimarlo y aunque, con el pasar de los años había aprendido a defenderse, ella seguía siendo más hábil que él en arte de herir, tenía mucho entrenamiento, no por nada era la favorita de su padre.

Y teniendo las herramientas era peor, Jk nunca dejaría de lamentarse por haber sido tan tonto en dejarle a su alcance las muestras de sus sentimientos por Park, como sus fotos y sus recortes de periódico o su viejo diario. Pero su error mas grande fue haber confiado en ella y su amiguita, confirmándole estos sentimientos, creyendo estúpidamente que le ayudarían, cuando apenas tenía catorce años, solo para que lo humillaran más y su hermana nunca dejara de abrir de su herida.

El omega suspiró observando la foto en sus manos, una de las ultimas que había obtenido de las redes, sonrió viendo lo bien que le quedaba el color rosa al alfa, giró para ver el lugar de donde la rubia había tomado la foto y se acercó. La muchacha había registrado bastante el escritorio hasta que dio con la caja, pero no le dio tiempo de revisarlo todo, porque no dio con la única herramienta que la chica jamás encontró, y agradecía profundamente por ello.

Jungkook llevó la caja a la cama y sacó de ella un jersey blanco de algodón con el logo de un escudo en lado izquierdo del pecho y las iniciales S.F.S, Seul Foreign School, su color ya no era tan blanco y definitivamente hacía mucho que no le quedaba, pero áun conservaba el olor a lavanda del jabón que uso aquella vez, con el objetivo de dejarlo tan limpio como sus torpes manos de niño podían, para su real dueño. El chico giró la prenda hacia donde supondría sería la espalda y delineo con la yema de sus dedos las letras en grande que decían "PARK", sonrió con nostalgia—siete años— siete años desde aquel encuentro en aquel puente, siete años desde aquel verano en Seul.

Flashback

El azabache corría a toda velocidad, esquivando personas por la acera mientras evitaba que el helado que llevaba, que por suerte no era de cono, terminara estampado contra alguien sin querer. Su corazón latía intensamente por la carrera, podía oír las quejas de todos los que empujaba en medio de su huida, pero no podía detenerse eso sería una sentencia. Y es aun corriendo despavorido podía escuchar y sentir el aroma de furia en los chicos que venían tras él.

Él podía enfrentase a uno de ellos, quizás a dos, pero definitivamente con cuatro no podía. Se detuvo un momento a tomar aire, sosteniéndose de un letrero, mientras con la otra mano que llevaba el helado se apoyaba en una de sus rodillas, cuando alcanzó a oír un —¡Allí esta! —muy cerca suyo, no hizo falta que siquiera verificara quienes eran. Volvió a tomar carrera, llegó a un cruce de calle y el semáforo afortunadamente estaba en verde, corrió a todo los que sus pequeños pies le daban, alcanzando a cruzar antes de que el aparato cambiara de luz, el tráfico reinició y sus cazadores quedaron del otro lado de la calle. Sonrió con alivio, mientras veía la cara de furia en los otros y los gestos obscenos que le mostraban, él también lo hizo, su dedo medio los saludó, se dio la vuelta y se perdió.

Respiraba con tranquilidad sobre aquel puente de asfalto, mientras degustaba su helado. El puente no era muy alto, pero tenía mallas de metal en las bases, para evitar que alguien que cayera por accidente, ya sea en bicicleta o caminando y fuera a parar a sus aguas, supuso el niño. Aunque era verano y el nivel del agua era bajo. JungKook no podía negar que todo había sido divertido, y que estaba disfrutando al máximo este tiempo en Seul lejos de su padre.

Habían llegado a la cuidad solo con su madre, para que el chico aprovechara su convalecencia post cirugía en aprender Coreano, al menos correctamente, y es que aunque sus padres ambos eran mitad coreanos, a Jk el idioma no se le daba nada bien, algo que irritaba profundamente a su padre, y él no quería agregarle más motivos de vergüenza. Ese era el principal motivo, pero una vez allí, teniendo más libertad de la que él nunca pudo experimentar, se sintió en confianza de pedirle a su madre una guitarra, la mujer se rehusó al principio, pero no le costó nada convencerla con su rostro de—por favor acabo de salir del hospital—en cambio, convencerla de las clases de guitarra sí fue un reto, pero con el compromiso que pondría todo su empeño en aprender coreano, ella terminó aceptando.

Sabía que estaba abusando, si su padre se enteraba, ambos tendrían graves problemas y ni con todo lo bien que se le daba el boxeo podría calmarlo. Bueno, aunque estaba seguro que si su progenitor hubiera visto el golpe que le había asestado al chico aquel, de seguro estaría orgulloso.

Lamentablemente ahora no se sentía tan valiente como antes, había dejado que su instinto gobernara sus acciones, y no pudo evitar molestarse cuando, mientras trataba de comerse su helado en aquella cafetería, esos bravucones empujaran a todos por ir hasta el inicio de la fila, lo peor fue cuando lo hicieron con una chica y su hermano pequeño, el dinero que llevaban quedo por todas partes y cuando la muchacha quiso recoger las monedas, uno de ellos, el líder de cabello verde quiso pisar su mano. Entonces todo pasó muy rápido, él intercedió por la chica, iniciaron una discusión y cuando fue consciente, ya le había contestado al rufián con un golpe en la mandíbula, solo pudo quedarse mirándolo espantado, pero sus amigotes reaccionaron y eso lo obligó a huir rápidamente de allí. Y ahora estaba en puente comiendo su maltrecho helado, sin haber alcanzado a llegar a sus clases de coreano.

Estaba tan distraído, que no se dio cuenta de que sus atacantes estaban otra vez junto a él y para colmo el líder había aprovechado su descuido para tomar su guitarra.

—Mira tú que tenemos aquí, el niñito que ni hablar coreano sabe—

—¡¿Qué haces?! —soltó JungKook a la defensiva intentando acercarse y dejando caer el helado, mientras el otro sostenía su guitarra sin cuidado del cobertor.

—¿Pensaste que ibas huir para siempre?, esta es mi calle chico—

El azabache los miraba a los cuatro, y tenían la pinta de ser los típicos brabucones que abusaban de la gente, una pandilla. Pero ninguno se había presentado aun porque al igual que él, no tenían ningún aroma distintivo, solo molestia indescifrable parecía emanar de ellos.

—Dame mi guitarra—soltó firme

—No trabalenguas, ahora tu y yo vamos a ajustar cuentas—se burló el líder causando las risas del resto, seguro por la dificultad de muchacho en el coreano— me vas a pagar ese golpe—

El peliverde miró a sus compinches y dio un par de pasos hacia el menor mirando con sorna

—¡VAMOS SOBRE ÉL MUCHACHOS! —

Jk dio dos pasos atrás, pero se puso en guardia, su entrenador le decía que jamás usara lo que sabía en contra de personas inocentes y aunque los chicos que tenía frente a él no lo eran, su guitarra si, que era casi tan valiosa para él como lo hubiera sido una mascota, y no quería que terminara arruinada por ese cuarteto de tontos.

—¡Ok perfecto ajustemos cuentas! —intervino serio—pero hagámoslo tu y yo... —

El contrario soltó una carcajada y Jungkook alzó una ceja

—y ¿Quién te dijo que yo haría lo que tu quisieras, trabalenguas? —el líder reía del sobrenombre y sus secuaces también—ni siquiera entiendo cuando hablas—

—Pero tu si entendiste lo que te dije, arreglemos esto tu y yo... o es que tienes miedo que vuelva a cerrarte la boca delante de tus amiguitos—habló Jk con maliciaserias una vergüenza de líder

—Miedo... ¿yo? ¿qué te pasa enano? —respondió irritado el mayor

—Si porque aún te duele el golpe que te di...pero eso no es nada comparado con lo que te haré, sino sueltas mi guitarra, te advierto que yo practico boxeo y si no me crees ven a comprobarlo—le dijo llamándolo con una mano.

Si algo sabía el azabache, era que en sus gestos se parecía mucho a su padre, su madre se lo dijo alguna vez, y lo comprobó cuando vio al otro tragar levemente, el contrario le echó una mirada de reojo a sus compinches y todos parecían esperar que su líder mostrara su coraje.

—No lo haré— soltó fingiendo valentía—no tengo porque probar nada, si tengo "esto" para desquitarme—terminó mirando la guitarra que sostenía con una sonrisa

Lo siguiente volvió a pasar demasiado rápido frente a sus ojos, el chico corrió hacia el muro del puente, llevando consigo la guitarra, JungKook intentó detenerlo, pero sus amigos se lo impidieron, y con la misma sonrisa de maldad que sostenía antes, el líder lo miró para luego arrojar la guitarra al vació. El azabache acumuló lagrimas que no derramó, pero si se zafó con violencia de los otros para correr hacia el muro, mientras el otro se alejaba riéndose.

—¿Querías tu guitarra?... allí la tienes niño rico, ve por ella antes que se hunda—

El muchacho solo alcanzó a oír las risas de burlas de aquellos abusadores, porque su atención estaba totalmente en su guitarra que pendía de la malla metálica cerca de la base, un extremo puntiagudo se había incrustado en la tela del cobertor evitando que cayera al agua. Lágrimas de impotencia amenazaba con ganarle.

Miró a su alrededor buscando ayuda, pero no había nadie por el sector y si buscaba a alguien corría el riesgo de que, si tardaba mucho, la tela del cobertor cediera y la guitarra cayera al agua. Se agobió, no estaba tan lejos, pero él no estaba seguro de poder llegar, sabía que tenía fortaleza sin embargo él aún era pequeño, normal para un niño de once años.

JungKook apretó los puños, no se dejaría vencer tan fácilmente, esa guitarra le había costado mucho, no podía permitirse perderla, su madre no accedería dos veces. Así que asegurándose de que nadie lo viera para que no le llamaran la atención, subió al muro y camino hacia uno de los extremos de la bases, se sostuvo todo fuerte que brazos pudieran deslizándose como un bombero por la pase, pero él no era un bombero, ni tenía la fuerza de uno y la base era cuatro veces más gruesa que un tubo de bombero, por lo que el pase era lento, tenía que llegar al final y saltar hacia la malla, pero sus pequeños brazos temblaban, escuchó las risas de chicas que se acercaban, pero él estaba muy concentrado

— Solo un poco más—se decía así mismo

—¡Oye tú! ¡¿qué haces estás loco?!—

La voz de un chico llegó a sus oídos, giró el rostro y entonces se percató que bajo el puente había un pequeño callejón, donde un rubio rodeado de chicas, le gritaba. Su resistencia estaba flaqueando, pero él no se rendiría

—¡Oye niño! ¿no escuchas?!te vas a matar! —gritaba el rubio desesperado mientras sus acompañantes le hacían el coro, también gritándole que bajara

—¡Mi guitarra! —fue todo lo que JungKook alcanzó a gritarle en respuesta.

Sus fuerzas disminuían tenía que hacer algo, ya no podría llegar deslizándose hacia el final, se preparó para lanzarse hacia la malla de metal, mientras los gritos el chico bajo el puente y su séquito no paraban.

—¡No hagas eso!... ¡espera! —

Fue tarde la advertencia del chico, Jk se lanzó hacia la malla metálica pero sus brazos ya no tenían fuerzas y antes de siquiera afianzar el agarre sobre ella, sus manos cedieron, provocando que cayera al canal. El azabache era bueno nadando y no estaba tan profundo, pero no tenía fuerzas para nadar, sus brazos lo llevaban a la superficie, pero no tan rápido como él quería hacerlo, hasta que un brazo blanco como la nieve lo ayudó a salir, tomó aire, pero sus cabellos no le permitieron ver a quien lo auxiliaba, solo podía escuchar las voces de esas chicas que gritaban una y otra vez

—¡Jimin! —

Fin de del flashback

JungKook observaba por la ventana de su cuarto, el atardecer frío de ese día, y sosteniendo aquel jersey entre sus manos, pensaba en las curiosidades de la vida.

¿Qué hubiera pasado si no hubiera intentado rescatar aquella guitarra? ¿Qué hubiera sucedido si Jimin no hubiera estado allí bajo ese puente?

Siempre se lo preguntó, hoy no estaría sosteniendo ese jersey viejo como el mayor de sus tesoros, hoy no sufriría por casarse con alguien como Kim seokjin, hoy no importarían tanto las ofensas de su hermana. Pero hoy no tendría ese recuerdo tan bonito, de la primera persona en su vida, que mostró sincera preocupación por él, ese chico que sin conocerlo arriesgó su vida por un niño insignificante de 11 años, que ni siquiera hablaba coreano.

—La vida en verdad ha sido una perra contigo—no su hermana se equivocaba, si es cierto que él se lamentaba de lo que pasaba en su vida ahora, pero jamás lamentaría haber conocido a Park Jimin.


La foto que guarda Jk

Hello Chummys, lo siento por actualizar mas tarde de lo debido, lamentablemente las cosas se están normalizando en mi trabajo en términos de demanda, porque en mi país la cuarentena esta apunto de levantarse y pues ahora se agrega al ritmo normal, las nuevas disposiciones de salud.

Trataré igualmente de actualizar lo mas seguido que pueda...

Esta es la primera parte de este capítulo... era necesario ver que es ese pasado que hace tan importante a Jimin en la vida de Jk...

De ante mano disculpen las faltas, y mil gracias por leer esta historia, por el apoyo de mis amigas y mentoras, sobre todo por las nominaciones... soy escritora novata no sabia ni que era 😂😂😂😂

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