07 - Razones para volverme loco

Advertencia: Escenas violentas, lenguaje soez, sangre leve.

Un enfermero joven se va de la habitación, y la doctora del lugar sigue viendo al paciente roto de un brazo, una pierna, herido gravemente del cuello y unas muelas rotas. Este estaba inconsciente y para cuando despertara, lo mandarían a casa.

Pasaron los minutos y el paciente despertó. Estaba solo y sorprendido, porque despertó casi de la nada en otro lugar. En eso la doctora se asoma a la habitación y se acerca al paciente al verlo despierto.

-Buenos días, ¿recuerda qué ocurrió? - Preguntó la doctora, quien se parecía mucho a Nurse Redheart, pero más entrada en edad.

-Sí, caí de una ventana y me agarraba a golpes una mujer. Era muy bonita, pero peligrosísima.

-¿Cuál es su nombre?

-Minuette.

La doctora sospechó un poco.

-¿Minuette es el nombre de usted?

-¡Ah! No no no. Me llamo Paúl Romero.

-Okay señor Romero, usted se rompió la pierna derecha, tiene fracturas en el lado derecho de las costillas, se rompió la muñeca derecha, daños menores pero graves en el cuello y unas muelas rotas. Adivine de qué lad...

-Sí sí, del lado derecho. Recuerdo aterrizar de lado al piso.

-De camino en la ambulancia le extrajeron las muelas rotas. Todo lo demás que le duela son moretones y heridas nada graves.

-Oiga, usted se me hace muy familiar. ¿En dónde la he visto?

-Tal vez esté hablando de mi hija, está estudiando en el mismo colegio. Canterlot Highschool.

-Oh, cierto. Se llama Nurse Redheart. ¿Usted cómo se llama?

-A usted no le incumbe. Ya se puede ir, pero tenga cuidado, porque está medicado.

En eso llegan unos enfermeros genéricos con una silla de ruedas, sientan al paciente y lo llevan a la sala de espera para que lo recogieran sus amigos o alguien.

Paúl se quedó ahí por unos minutos, viendo una revista de mujeres en trajes de baño.

-Recuerdo de niño que estas revistas tenían crucigramas y sopas de letras justo a la mitad del contenido. Tenía mujeres en bikini con el dibujo estilo Equestria Girls en la portada. Tienen curvas exageradas, es curioso.

El chico se decepcionó al ver que encontró los pasatiempos, pero todo estaba resuelto.

En eso, se escucha que la puerta principal se abre y aparecen Shining Armor, Flash Sentry y Spike. Muy probablemente vinieron a ver a Paúl, pero por alguna razón, él se tapó la cara para que no lo vieran y se hizo el desentendido. Notó que Armor y Sentry preguntaron por él para saber su habitación y fueron a buscarlo, pero dejaron a Spike en la sala de espera, amarrado en una silla para que no se escapara.

A los pocos segundos, vuelve a escuchar otra vez la puerta, pero esta vez con menos ruido. Vió de reojo que eran estudiantes de la escuela Crystal, porque tenían el uniforme característico.

-¡Mira! Es el perro pulgoso de aquella compañera que se transfirió a la escuela Canterlot -dijeron uno de ellos. Paúl siguió oculto detrás de la revista.

Eran 2 estudiantes de la escuela Crystal. A pesar de saber de qué escuela proviene, Paúl no sabía sus nombres, nunca los había visto. Se veían bastante resentidos sobre Twilight y querían por lo menos desquitarse con el perro.

-¡Mira, está amarrado! ¿Quién lo estará cuidando? -Preguntó el más greñudo de los 2, haciendo notar que quería escrachar a Spike.

Spike se sentía intimidado. Comenzó a ladrar, pero estaba temblando. Estaba solo con esos tipos. Paúl tenía enyesado la pierna derecha y el brazo derecho, poco o nada podía hacer. Después de que los 2 matones se acercaban más a Spike, éste dejó de ladrar y temblaba aún más. Trataba de quitar el nudo de su correa para escapar y buscar a Shining Armor y a Flash Sentry. Estaba agitado y desesperado, tanto que quieres hacer algo para salvarlo.

En eso, ambos dejaron sus mochilas en una de las sillas de tantas cercanas de la sala de espera y estaban sacando algo dentro de ellas de la manera más lenta y torpe posible; aumentaban la tensión para Spike, pero le daban más oportunidad a Paúl para caminar hasta allá con las muletas y liberar al perro. Dicha cosa fue así.

-Hola. Me reconoces, ¿verdad? -Dijo Paúl, en voz baja, quien se acercó en silencio hasta Spike para desatar su correa-. Acabo de ver lo que está pasando.

Spike estaba aliviado y desesperado por correr. Pero aún faltaba escaparse de esos matones. Cuando porfin Paúl lo liberó, Spike le agradeció dándole la pata, pero no hablándole.

-Listo, ahora corre. Flash Sentry y Shining Armor se fueron por ese pasillo. Yo trataré de ocuparme de estos pendejos, no me conocen -dijo Paúl, viendo la patita que Spike extendía-. Spike, yo sé que puedes hablar, no puedes seguir ocultandolo. Pero tú vete tan rápido como puedas.

-¡G-Gracias..!

En eso, Spike corre despavorido mientras que Paúl se aleja y se hace el desentendido. Cuando ambos matones terminaron de sacar algo de sus mochilas, que eran navajas de afeitar muy afiladas, notaron que el perro se había escapado sin tener alguna idea de cómo lo hizo. El greñudo estaba dramáticamente enojado con su compañero y le estaba picando los ojos con sus dedos, pisando fuerte sus pies, golpeando su estómago y dándole coscorrones.

-¡Idiota! ¡Te dije que ibamos a perder mucho tiempo afilando las navajas! ¡Y ya estaban afiladas, cabeza hueca! -Dijo el greñudo, golpeando a su compañero en la barriga y dándole épicas cachetadas al estilo Doña Florinda.

-¡Juro que voy a despellejar a ese maldito perro! -Dijo su compañero, quién se caracterizaba por tener piercings en la cara y en la lengua.

Paúl se asustó de sobremanera cuando escuchó que querían maltratar y fulminar a Spike con las navajas o como sea. Estaba riéndose por los golpes que esos 2 estudiantes se daban mutuamente, pero ahora debía actuar rápido. Comenzó a moverse de ahí tan rápido como podía, dirigiéndose a un pasillo diferente donde están los pacientes, no sabemos para qué.

Los estudiantes se separaron para buscar en diferentes pasillos; el de piercings eligió el pasillo correcto donde Spike escapó para buscar a Shining Armor y Flash Sentry, y el greñudo se fue a otro, paralelo a donde Paúl se fue. El greñudo, a pesar de ser más listo que su compañero, era el más osado: Revisaba cada habitación de cada paciente, sabiendo que se va a meter en problemas si se topa con algún doctor(a) o enfermero(a).

Esto le tomaría mucho tiempo, ya que eran muchas habitaciones, y buscaba hasta por debajo de las camas para decididamente encontrar al perro. Estaban pasando los minutos de manera eterna, y el greñudo seguía checando cada habitación, cada esquina, sin dejar rincones sin mirar. Ya se metió en problemas con algunas enfermeras y buscaba aún con más prisa y desesperación para acabar con todo y huir.

Estuvo por terminar el pasillo, checaba una de las últimas habitaciones que le quedaba, se notaba fatigado.

En cuánto a Paúl, corría sin rumbo por un pasillo, pensando. Entonces, así de seco, paró de repente y se metió a una habitación de un cirujano en plena operación de cuerpo abierto, sin previo aviso. El doctor pega un brinco del susto y casi echa a perder la operación, junto con los otros enfermeros. Sin decir nada ni perdón, Paúl corre con todas sus fuerzas a acercarse a agarrar un pequeño bote de analgésicos e irse tan rápido como llegó.

Por el pasillo podías observar a un loco que parece que se escapó del manicomio, pero solo era Paúl corriendo como si fuera un zombie, debido a su discapacidad. Tragaba unos cuantos analgésicos, con el rostro muy frío y una respiración de poca calma. No podías leer su mente, pero su gesto en el rostro te hacía deducir que hará algo peligroso con los maleantes.

El maleante greñudo ya estaba muy cansado, ya no podía correr más. Azotó por última vez una puerta para poder revisarla y encontrar a Spike. Se tomó un descanso en la habitación, porque no encontró nada, solo un discapacitado acostado en cama, con su respectiva silla de ruedas al lado de la cama. Estaba dormido, así que no halló problema en descansar ahí en el frío piso.

Descuidó su retaguardia, escuchaba unos pasos detrás suyo. Sintió un escalofrío recorriendo su espina dorsal, y volteó lentamente hacia atrás como si fuera una película de terror. Era Paúl entrando a la habitación, encontró al maleante guiándose por el desastre causado en el pasillo en el que andaba. El tipo estaba confundido, jamás lo había visto y no sabía lo que ocurría, pero sentía el miedo y el escalofrío dentro de él. Obviamente no se iba a dejar sentir miedo por él, estaba casi incapacitado.

-¡Oye idiota! ¿Qué haces aquí? ¡Bórrate de aquí! -Dijo el greñudo, sudando de lo fatigado e incapaz de seguir moviéndose.

-¿Cómo te llamas...? -Preguntó Paúl, respirando agitadamente, consternado y una mente despejada.

-¡Me llamo Mighty Punch! Soy un rapero, ¡probablemente me haz escuchado como "Brutal Words"! ¿¡Pero eso qué tiene que ver ahora, estorbando en mi camino!? ¿¡Me quieres escrachar, acaso!? ¿¡Quieres que te descuente!? -Preguntó el greñudo, que ahora sabemos se llama Mighty Punch.

Mientras escuchaba al tipo hablar, Paúl se acercaba más a él sin ningún tipo de miedo. Mientras que Mighty Punch temblaba cada vez más fuerte conforme Paúl se acercaba sin una sola pizca de intimidación. Mighty incluso retrocedía un poco.

-Tengo razones ahora mismo para volverme loco, ¿sabes? No es como si no hubiera hecho esto antes. Todos tenemos razones para apalear a alguien, ¿estás de acuerdo conmigo? -Comentó Paúl, retorciendo su cuello.

El tipo brincó de un susto y cayó de nalgas, ya no había vuelta atrás. Se levantó y sacó la navaja que había afilado antes. Le intentó darle en el pecho, pero Paúl se hechó para atrás. Paúl entonces, cuanto Mighty tenía la guardia baja por atacar primero y fallar, Paúl lo tumba al suelo, se le sube encima y comienza a golpearlo en la cara, sujetándolo del cuello.

-¡Recuerda bien mi nombre, pendejo! ¡Paúl Romero! ¡Si me entero que vuelven a herir a un pobre perro, lo mato! -No paraba de golpearlo en la cara, su nariz ya comenzaba a expulsar sangre. El yeso en su brazo, con el que golpeaba, se caía un poco a pequeñísimos trozos, dejando yeso hecho polvo. Manchas de sangre imposibles de limpiar se quedaron en ellas.

El tipo se quedó ahí, inconsciente con la nariz sangrado. Parecía que forcejeaba con los brazos, intentando cobrar fuerza, pero finalmente se quedó inmóvil.

Paúl rápidamente se levantó para salir de la habitación y buscar a los demás. Era cuestión de tiempo antes de que el paciente de la habitación se despertara y se dieran cuenta de lo que pasó.

Paúl se llevó la silla de ruedas del paciente de la habitación, para fatigarse menos. Iba a toda velocidad a buscar al compañero de Mighty Punch. Deduciendo el porqué de la prisa, Paúl no sabía qué rumbo tomó el otro rufián y debía guiarse del relajo que causaba, así como hizo con el otro. El hospital no era tan grande de todas formas, Paúl tuvo una idea de dónde podría estar.

Spike se fue rumbo a la habitación donde atendieron a Paúl, porque ahí se encontraría a Shining Armor y a Big Mac, quienes lo iban a visitar. Recordó el número de su habitación y rápidamente marchó hacia allá, mientras escuchaba gritos de enfermeras, quienes probablemente provienen de la habitación donde Paúl le dio una paliza a Mighty Punch.

Como si fuera un milagro, encontró a Spike corriendo doblando un pasillo, parecía que estaba escapando de alguien. Paúl rápidamente se puso de pie como pudo y llamó la atención de Spike. Éste se da cuenta por fin de que encontró nuevamente su salvación, pero le asusta que su brazo esté manchado de sangre de quién sabe donde. Detrás de él estaba el otro chico con los piercings en la cara, y más atrás, Shining Armor y Big Mac persiguiéndolo. Paúl se acercó al rufián de los piercings para sorprenderlo y hacerle notar sin palabras que estaba para detenerlo.

El chico, desesperado y mirando hacia atrás también, saca su navaja. Después, recién se dio cuenta de que Paúl estaba manchado de sangre, y se puso más nervioso de lo que ya estaba. Con miedo, se le acerca a Paúl para clavarle la navaja, y ambos chocaron. El chico le clavó la navaja casi completamente en el abdomen.

Ambos se quedaron parados, con Paúl sangrando con el objeto punzante dentro de él por pequeños cortos segundos, eternos para Paúl. En eso, se levanta de la silla de ruedas y le aplica una llave al tipo para lanzarlo al suelo. Aún consciente, agarra del cabello al tipo y golpea su cara contra el suelo. Después, se puso de pie y comenzó a patearlo con la planta del pie. El tipo quedó inconsciente.

Shining Armor y Big Mac por fin llegaron, y notaron el horror que solo duró unos segundos. El chico de los piercings estaba moribundo y retorciéndose en el piso, intentando no irse. Paúl solo se tiró al piso para descansar, recargando su espalda a la pared. Se dejó la navaja clavada ahí, los doctores no recomiendan sacarse los objetos punzantes una vez ya dentro.

-¿¡Qué ha pasado!? ¿¡Qué haz hecho!? -Preguntó Shining Armor.

-¿Q-Qué crees que hi-hice? ¿Da-Darles un masaje? -Replicó Paúl.

-¿¡Te haz vuelto loco!? -Gritó Big Mac.

-Te-Tenían navajas, no parecía nada bu...eno para... Spike... -respondió Paúl, respirando pesadamente, con la mano izquierda cubriéndose la herida, y la mano derecha golpeaba el suelo, en respuesta al dolor agudo que sentía.

-¿¡E-Es acaso así como resuelves los problemas!? -Le gritó Spike a Paúl de manera desagradecida, pos creyó que les daría una lección, pero no al extremo de golpearlos así.

-Ellos 2 te querían hacer su cena, traían navajas. ¿Qué podría haber hecho...? -Respondió Paúl-. D-Dímelo S-S-Spike...

-¡La policía te estará buscando! -Comentó Shining Armor, quien no quería ver al tipo tirado ahí.

-Ustedes relaten todo si quieren, en ese caso les confío ésto. Necesito un momento a solas... -dijo Paúl, entrecerrando los ojos con vista de túnel.

Los 3 se miraron las caras entre ellos. No sabían cómo reaccionar a esto, mucho menos qué hacer después de regresar a Paúl a ser sanado. Al menos recordaron que Paúl tenía la herida en el estómago y se acercaron a él para convencerlo de que volviera. En eso, al doblar el pasillo, sale un doctor.

-¡Ahí estás, bribón! ¡Tienes mucho qué explicarle a la policíá!

Shining Armor y Macintosh rápidamente respondieron para aclarar todo. Paúl estaba retorciéndose en el suelo, con la sangre de la herida esparciéndose por el suelo.

-¡Señor, no! ¡No es como cree usted! ¡Esos dos estudiantes eran malvados! ¡Iban a desplumar a este perro! ¡Y quizás a cualquiera que se les cruzara en su camino! -Dijo Shining Armor.

-¡Por favor doctor! ¡Llévenlo a una habitación! ¡Está herido! -Dijo Big Mac.

-¡Claro que vamos a tratar su herida! Para esto está nuestro juramento hipocrático -replicó el Doctor.

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