Aquella voz

- Esta en descontrol, si esto sigue así tendremos que sacarlo de ahí.

- ¡No podemos dejar por más tiempo a Eren indefenso!

- Me voy a transformar, ocupamos tapar la puerta sí o sí. – Tuve que saltar para poder transformarme, Eren no parecía estas consciente de lo que hacía y los titanes seguían entrando.

Vi a Armin discutir con Mikasa, mi cuerpo permanecía débil por lo que mover la piedra me provocaba hacer demasiado esfuerzo, pero a la vez parecía que Eren reaccionaba. – Me siento tan inútil y cansada, me siento mareada.

Sentía como mi cuerpo dejaba de reaccionar y solo se sentaba en el piso a lado de la piedra, veía borroso, Eren parecía no querer reaccionar, pero mi cuerpo no se movía, ellos eran los causantes.

Yuyu, ven, levántate ¿Quién es?

Sabes cual es tu deber, sabes cual es tu poder y lo que debes de hacer, cargas contigo el poder del titán de defensa. Levántate.

Mi cuerpo se levanto con ayuda de la roca, Eren seguía en el piso y parecía que le estaban gritando algo. ¿Mar?

Me acerqué a la brecha donde me dispuse a matar a los titanes que entraran por ahí, se acercaban más, podía mantenerlos bajo control, mis piernas se movían y mis brazos atacaban. Debía de despejar el camino de Eren, matar a cada titan que atacará a los demás.

Debo de defenderlos.

- ¡Yume! – Carl se había acercado para sacarla del titan, la brecha había sido tapada y era el momento de la retirada. – Somos personas muertas, vamos, debemos de regresar.

- Mierda... me duele todo, siento que voy a vomitar.

- Ni se te ocurra vomitar sobre mí, idiota. – Comentó con asco mientras bajaba con ella, se encontraban en el piso junto a los demás, todos viendo como dos titanes se iban acercando.

- ¡Levi! – Grito mientras se levantaba como podía.

- ¿Qué haces aquí? Apestas, aléjate de mí. – La aparto con su mano mientras tapaba su nariz.

- ¡YUMEI! Te dije que no salieras, debiste quedarte, ahora mira, estás hecha un desastre. ¡Pudiste morir!

- Hola, yo también te extrañe. – La saludo con tranquilidad mientras la ayudaban a incorporarse, sus piernas fallaron y con ello, su conciencia la perdió.

- Debemos de ir con un médico de urgencia.

Lo demás quedo bajo la legión de reconocimiento, algunos titanes fueron capturados con vida, Yumei despertó luego de dos días, para sorpresa de los médicos y de todos, la salud de la pelinegra estaba intacta, le hicieron varias pruebas y todo salió bien. – Mi única recomendación es no hacer sobreesfuerzo, tu cuerpo no comunica aún bien con el titan, debes de controlar tu mente.

[...]

La pelinegra se encontraba en su oficina mientras discutía con la pelicastaña, sus quejas y unos gritos se escuchaban afuera de la oficina. Algunos cadetes se encontraban fuera de la puerta escuchando la discusión entre estas dos mujeres.

Antes de que se abriera la puerta, todos se fueron y lo único que escucharon fue como azotaban la puerta. Luego de eso siguieron con sus labores.

La mujer salió junto a dos hombres, uno más alto que ella y el otro más bajo. Se dirigieron a un carruaje y se subieron, cuando llegaron a su destino se bajaron entrando al lugar.

Pasaron unos minutos los cuales los tres esperaban a que Eren despertará.

- Has pasado tres días en coma, ¿Para despertar ahora? ¿Tan poco?

- Eren, ¿Tienes alguna pregunta? – Los tres lo observaban mientras este mantenía silencio con una expresión confundida.

- ¿Dónde estoy?

Deje de prestar atención, mi mente se fue a otro mundo, ya había hecho mi informe, el cual fue entregado a las autoridades, pero aún así sentía que algo faltaba y no lo recordaba. Alguien me hablo, me levanto y me dio su mano.

- Tu voluntad es la "llave". Que puede permitirle a la humanidad escapar de su desesperada situación. - ¿De qué llave habla Erwin?

Yumei, debes de aprender todo lo que te estoy enseñando, Grisha te explicará lo demás cuando llegue el momento.

- -Edwin, diles a los de arriba que nosotros respondemos por él. Para nada es que confíe en él. Solo quiero estar cerca para matarle si se vuelve contra nosotros y la lía.

- Hey tarado, ¿Por qué hablas por mí?

- Porque conoces a este niño y los otros mocosos.

- No te preocupes, yo misma me encargo de su poder. – Ahora que lo pensaba, todo era tan confuso, su memoria estaba echa un tornado, todo iba de un lado para otro. Necesitaba dormir un rato. 

-S-

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