Los llantos del bebé alertaron a los muchachos de que el infante ya había nacido.

Al cabo de unos minutos la mujer de cabellos azabache salió del dormitorio con una gran sonrisa.

-- ¿Y bien Robin? ¿Cómo están Nami y el bebé?

-- ¿Podemos pasar ya a verlos?

Los chicos se encontraban claramente preocupados y emocionados al mismo tiempo.

-- Sí, aunque deberíais hablar en plural.

Todos la miraron desconcertados, pero en lugar de preguntar prefirieron apresurarse a entrar a ver a su amiga.

Sobre la cama se postraba una sonriente muchacha de cabellos cobrizos con dos bultos arropados en cada brazo.

-- Os presento a las nuevas tripulantes. Sara y Luna.

-- ¡Gemelitas! -- Exclamó Sanji emocionado.

La muchacha llevó la vista a los dos bebés que dormían plácidamente en sus brazos, contemplando sus cortos cabellos oscuros como los del padre.

-- Mis niñas. -- Murmuró mientras le daba un beso a cada una. -- Luffy, gracias por este maravilloso regalo.

FIN