6."Un demonio en cuerpo de ángel"
Nerea
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Es un cliché el primer día de clases.
Antonella tomó asiento a mi lado, era una chica bastante agradable, me había informado sobre el funcionamiento de la universidad y de algún que otro cotilleo.
—Después de realizar las presentaciones correspondientes, veo que tenemos una cara nueva —informó mi profesora acomodándose su falda antigua y los lentes de botella—. Señorita O'Connor, he leído su expediente y veo que tiene excelentes calificaciones, el máximo en todas. Nos honra que esta institución cuente con personas como usted, dedicadas cien por cien a sus estudios.
Todos me observaron con asombro, como si fuese una especie en peligro de extinción.
—Disculpe la tardanza, Miss Margareth. —Captó la atención una sofocada chica de apariencia un tanto rebelde.
Su cabello era negro como el azabache, lo adornaban perfectas mechas rosas y lilas, probablemente el resultado de una costosa peluquería. Su rostro era hermoso, como salido de una película anime.
—Señorita Hilton, primer día y llega tarde.
Aunque sea hija del director, no tolero diferencias entre mis alumnos. La próxima vez que ocurra no la dejaré entrar. Adelante, incorpórese con sus compañeros.
¿Señorita Hilton?
No era tan difícil atar cabos. Ella era Atenea, hermana del tal Alexandre, amigos de Derek. Por alguna extraña razón, Derek no me había mostrado fotografías de sus amigos en los meses que hemos estado juntos.
—Vieja estirada. —La oímos maldecir por lo bajo mientras tomaba asiento detrás de nosotras.
Antonella y yo no pudimos aguantar una pequeña risita.
—Atenea, tú como siempre. —La saludó Antonella—. No sé por qué no me sorprende que llegues tarde el primer día.
—Ya sabes, querida Antonella, que la puntualidad no es uno de mis fuertes. Tú eres nueva, ¿no? —Desvió su atención a mí, ofreciendo su mano en señal de cortesía—. Soy Atenea, la impuntual.
No pude evitar reír ante su comentario.
—Me llamo Nerea. —Correspondí a su saludo.
—Es la novia de Derek. —Intervino Antonella informándole sobre mí.
Atenea abrió sus ojos, sorprendida.
—Así que tú eres la novia de Derek Harrington. —Asentí afirmando su comentario—. Pues bienvenida a este "clan de antisociales".
—¿Clan de antisociales?
—Sí. Derek, Antonella, Isabella, Axel, yo, y el más antisocial de todos, mi hermano Alexandre —enfatizó mientras señalaba sus dedos para enumerar los nombres—. Por cierto, ¿ya lo conociste?
—Aún no lo conozco.
No tengo ni puñetera idea de quién sea ese tal Alexandre. Espero que no sea tan antisocial y estúpido como el chico del estacionamiento.
—Por cierto, mi madre está planeando una cena de bienvenida para mi hermano. Es esta noche, en mi casa. Estás invitada. —¿Cenar en casa del director? Aunque no podía negarme, estaba intentado ser amable conmigo—. A Antonella no la invito porque ella se invita sola.
Ambas reímos sin poder evitarlo.
—¿Vas a ir? —Atenea esperaba ansiosa una respuesta de mi parte.
—Iré, muchas gracias por invitarme —respondí con una seguridad determinante.
Claro que iría, son los amigos de mi novio. Me agradaba la idea de ir integrándome poco a poco en su llamado "clan".
—¡Genial! La cena es a las ocho. No te preocupes por la dirección, Derek la sabe perfectamente.
—¡Silencio, por favor! ─musitó "Miss vieja estirada Margareth".
Sí, que mala era poniendo apodos.
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Obviando el espantoso incidente de esta mañana, todo salió viento en popa y a toda vela. Había hecho dos amigas. Solo tuvimos que permanecer en la universidad hasta el mediodía
¿Qué más podía pedir?
Me encontraba en la salida de la universidad esperando a Derek y a mi hermano, hasta que no trasladasen su coche yo era su chofer particular.
—Princesa —no tuve que voltearme para saber que era Derek, me abrazó por detrás dejándome un camino de besos desde el cuello hasta la oreja—, ¿cómo tu primer día? Yo, contando los minutos para verte.
¡Qué lindo era!
—Yo también moría por verte. —Deposité un beso suave en sus labios—. Todo ha ido de maravilla.
«Mentirosa, un desconocido te besó, fuiste y le rayaste el auto»
¡Puto subconsciente!
—Tengo la novia más guapa de todo Hilton University. —Me susurró nuevamente.
—Cuando dejen el drama romántico, ¿podemos irnos? Tengo trabajo en dos horas —espetó mi "dulce" hermanito.
—¿Iremos a la cena de bienvenida de Alexandre? Aún no lo conoces.
—Sí. Atenea me invitó, no pude negarme. —Le respondí a Derek, mientras acomodaba mi cabello que se había atascado con el asa de mi mochila.
—Perfecto, paso por ti esta noche. Verás que bien te va a caer Alexandre, es mi amigo de toda la vida.
Eso espero, llevarme bien con él.
El tiempo había pasado demasiado rápido. ¿Eran ideas mías o en esta isla oscurecía más temprano? Debía ser cosa del huso horario.
¿Qué se supone que vistas para cenar con unas de las personas más importantes de esta isla?
Elegí un top negro cuello alto sin mangas. Una falda a cuadros negros y blancos, que se ceñía a mis curvas, con un largo prudente, y mis botas tobilleras con un ligero tacón. Opté por ponerme un colgante que tenía un pequeño dije con mi nombre, me lo había regalado Derek.
Me vino a la mente de nuevo aquel chico. Aún seguía pensando por qué me habrá besado, pero era mejor dejarlo así. Quiero mantenerlo lejos de mi cabeza y de mi vida. Aquella universidad era bastante grande y pienso que no tendría la tan mala de suerte de volver a cruzarme en su camino.
•••
El hogar de los Hilton era sin dudas salido de los Tops 10 de las casas más impresionantes del mundo, una maravilla de la arquitectura moderna.
Realicé entrada atravesando el portón principal, de la mano de Derek. Él estaba muy guapo. Ambos complementábamos perfectamente.
—Princesa —expresó preocupado buscando algo entre sus bolsillos—, olvidé el celular en el carro. Espera aquí, voy a buscarlo.
Asentí, sin más remedio.
Aún no quería entrar a la casa sin Derek. Decidí observar los detalles de aquel precioso jardín, era como si hubiese entrado en el hoyo que conducía a Alicia al País de las Maravillas.
Divisé una enorme fuente de agua que parecía más una piscina, que un adorno del lugar.
Daba vueltas observando todo el maravilloso sitio. Cuando al voltearme de repente, sentí un impacto contra el pecho de alguien.
¿Ese perfume?
En este instante, parecía un perro de caza analizando el olor proveniente y lamentablemente reconocía ese aroma de loción cara.
Alcé mi vista encontrándome con la mayor de mis pesadillas, el problema más fastidioso y a la vez el hombre más atractivo que había visto jamás. De esos que miras y ya se te mojaron las bragas, pero para mí era una jodida piedra en el zapato.
¿Qué coño hacía él aquí ?
Me observaba con fascinación y perplejidad. Al instante, modificó sus rasgos faciales como si hubiese ganado la mismísima lotería.
—Pero mira quien tenemos a aquí. —Él rompió el silencio que había proporcionado aquel fatal encuentro.
El pervertido del estacionamiento esbozó con una sonrisa maliciosa.
—¿Qué haces aquí? —pregunté con miedo de saber la respuesta.
—No, ¿qué haces tú aquí?
¡Por favor, ayuda!
¿Quién es este demonio en cuerpo de ángel?
Y peor aún, ¿qué hacía aquí?
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Nota de autora:
¡Feliz Navidad!
Año difícil para muchos, año de pérdidas humanas a causa del Covid. Por eso, quiero desearles lo más importante que tenemos.
¡Mucha salud, para ustedes y sus familias!
Que este nuevo año llegue lleno de bendiciones.
Mucho amor,
Daniela Ballart.
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