TREINTA Y CUATRO

Pasaron dos días luego de la conversación con su hermana, y ahora Jungkook está sentado en el sofá al lado de JiMin. Una ansiosa mirada y lamiendo sus labios a cada momento Jungkook quería decir algo hacia su pareja que observaba la televisión.

― Feliz aniversario de tres meses.

JiMin se sorprendió de que él hablara, volteó su rostro hacia Jungkook y observó la sonrisa tímida en su rostro. Sonrió él también cuando comprendió las palabras.

Hoy cumplían tres meses desde que decidieron ser una pareja oficialmente.

― Igualmente, cariño. ― Se acercó con sus manos picando por tomar el rostro del hombre frente suyo para besarlo como hace mucho no se besan.

Hoy decidieron no pelear, fue un pacto silencioso entre los dos. Decidieron ignorar lo que les molesta por ese día y disfrutar de su compañía mutua.

Decidieron fingir que todo estaba bien.

― Uno más. ― Jungkook pidió cuando sus labios se separaron.

JiMin asintió con las mejillas coloradas y sus manos dejaron de sostener su rostro para posarse en cada hombro.

Se besaron una y otra vez, porque querían borrar inconscientemente la amargura de sus discusiones.

― Llegaremos tarde. Podemos seguir luego. ― Coqueteó.

Sus ojos dorados cautivaron los verdes de Jungkook y ambos volvieron a juntar sus labios por última vez.

― Vamos.

No llegaron tarde, pronto era medio día y estaban llevándole rosas a Julie en el hospital. Llegaron a tiempo para su visita.

― ¡Oh, mis bebés!

Ella estiró sus brazos y rodeó a JiMin con cuidado. Una gran sonrisa adornaba su delicado rostro.

Sus ojos asombrados se posaron en la gran barriga de su yerno y sus manos acariciaron con cuidado la pancita. ― ¡Pero mira cómo crecen! Ya pronto seré abuela, no lo puedo creer, ¿Me veo vieja? ― JiMin rápidamente negó aliviando a Julie y ambos rieron juntos.

Jungkook sintió todo estrés y preocupaciones irse volando lejos de su corazón cuando vio la escena frente suyo. Su madre se veía bien, mejor que semanas antes con esa linda sonrisa amable que siempre carga y JiMin a su lado dejando ver su barriga. El sol alumbraba por la ventana detrás.

Si pudiera le tomaría una foto a lo bello del momento. Se acercó con una sonrisa relajada y sincera, dejando el ramo de flores artificiales en las manos de su madre.

Sus ojos se posaron en su hijo y luego en las flores. ― ¡Oh! Son flores preciosas.

― Las más bonitas.

― Para la más bonita. ― Dijo JiMin.

― Qué detallista, mi amor.

Julie rodeó con fuerza a Jungkook, y acarició su cabello en el proceso. Una madre siempre extraña a los hijos, aunque no se hayan visto en menos de una semana.

La mujer se sorprendió cuando Jungkook dejó un beso en su mejilla de forma delicada para luego alejarse.

¿Desde cuando era tan cariñoso? Se preguntó, pero aún así se derritió de amor por su hijo.

Pasó una hora entre conversaciones amenas y luego tuvieron que irse porque tenían una reservación en un lindo restaurante por el centro de Seúl.

― No puedo creer lo que mi mamá me dijo hasta ahora.

Había sido una total sorpresa.

― Ni yo, mi suegra lo dijo muy a la ligera. ― Rio JiMin al recordar las palabras de Julie. ― Pero es bueno que haya encontrado el amor, además antes ya los había visto hacerse ojitos.

― También me alegra. Mi mamá y el doctor, ellos realmente se ve que se quieren. Me gustaría que un día salgamos los cuatro a una cena. ¿Qué piensas?

― Sería perfecto. Solo debemos esperar a que Julie se recupere y salga del hospital. ― Le sonrió.

Un camarero se acercó a ellos, pidió sus órdenes y se retiró. Permanecieron en silencio admirando lo bonito del lugar. El camarero poco después traía su comida.

― Cariño, ¿Luego que haremos?

JiMin entrelazó su pequeña mano con la de Jungkook. Habían terminado de comer y ahora caminaban hasta el auto que aún Baekhyun le presta a Jungkook.

― Ver una película, ¿Te parece?

JiMin asintió mientras Jungkook sacaba las llaves de sus pantalones y abría la puerta del auto. Pronto ambos estaban dentro.

― Jungkook. ― Llamó el menor cuando se detuvieran en un semáforo rojo.

El hombre mayor lo miró y sonrió. ― ¿Qué pasa?

― Ha sido un día muy hermoso hasta ahora. Visitamos a Julie, paseamos y almorzamos en ese lugar tan bonito... ― Lo miró. ― Pero, ¿No crees que deberíamos dejar de fingir y hablar las cosas?

La sonrisa tembló en el rostro del mayor. Abrió la boca para decirle que estaba de acuerdo, pero unas bocinas lo interrumpieron. Se percató de que la luz del semáforo había cambiado a verde y debían avanzar.

― Hablemos en casa. ― Pidió. El de ojitos dorados no respondió pero sí asintió.

Llegaron a casa tan solo en minutos, cruzaron la puerta principal y subieron escaleras arriba. Estaban ahora en su habitación, sentados lado a lado en la cama matrimonial.

― ¿Por donde quieres empezar?

― Por tu trabajo... ― Lo miró y tomó su mano.

Jungkook asintió. ― Adelante.

― Cariño, tú... Tú estás todo el día fuera. Entiendo que estés ocupado, pero yo me siento muy solo cada que llego a casa del taller. Te extraño.

― Lo entiendo, cariño.

― Por eso quiero que renuncies.

― ¿Renunciar? ― Eso fue sorpresivo.

El menor asintió. ― Estás todo el día ahí, lejos y podrías encontrar otro trabajo que sea flexible y estés en casa.

― Yo renunciaré, sí. Pero no ahora, tengo cosas que arreglar, cariño. De eso también quería contarte. ― Abrió la boca para seguir hablando y contarle todo sobre su hermana y el problema en su trabajo más fue interrumpido.

― ¿Cuánto vas a tardar en renunciar?

― Primero escúchame, JiMin... ― Pidió calmado pero el ceño fruncido en el rostro de su pareja apareció. ― ¿Qué pasa?

― Entiendo que lo hagas por nosotros, pero yo... No sé, te necesito, te extraño. Tengo miedo, ya casi cumplo los nueve meses y tendremos a las bebés. ― Sus ojitos se llenaron de lágrimas y su nariz se puso roja.

― No tengas miedo, yo estoy aquí para ustedes. ― Posó su mano en la gran barriga de JiMin y le sonrió.

― No es cierto, no estás con nosotros. Quien atiende mis antojos, mis molestias y todo, son las tías en el taller. Tu siempre estás fuera.

Jungkook hizo una mueca y retiró su mano. Se sentía un poco irritado y ansioso. Pero tuvo que suspirar.

― Hablando del taller, quiero que lo dejes. Como tú dices, ya vas a terminar tu tercer trimestre y deberías descansar. ― Pidió.

― Si renuncio estaré todo el día solo aquí en casa.

― JiMin, por favor, te estoy pidiendo que lo hagas por las bebés... ― Pasó una mano por sus cabellos un tanto irritado ya. ― Sé que debo tenerte paciencia por tus cambios de humor, pero también pido que pongas de tu parte.

JiMin se quedó callado y dejó de ver a Jungkook para mirar el suelo. El ceño fruncido en su rostro no desaparecía. Jungkook suspiró cansado. Hace meses JiMin lo hacía sentir tan confundido con el amor que había entre ambos, y ahora lo hacía sentirse mal por amarlo y querer lo mejor para su familia. Mientras JiMin se cerraba en sus sentimientos y molestias.

― ¿Estás molesto? ― Tomó sus pequeñas manos y se acercó para querer besar sus labios pero JiMin apartó el rostro. Eso le dolió. ― ¿Qué pasa?

El de ojos dorados quitó sus manos de las de Jungkook. ― Estoy cansado, quiero dormir...

― Pero aún no terminamos de hablar, yo quiero contarte algo muy importante, cariño... ― Jungkook se levantó cuando JiMin lo hizo. ― ¿JiMin?

― Estoy cansado... Déjame dormir.

Rodó sus ojos verdes con fastidio. ― ¿Cansado de qué, JiMin?

Se dio media vuelta y encaró a Jungkook. ― De tenerte aquí discutiendo conmigo, de tener que soportar este embarazo de ocho meses, de sentirme solo todos los días, ¡Pero ahora quieres que me quede todo el día aquí! No sabes lo que se siente tener que lidiar con todo esto, tú tienes tu perfecto trabajo.

Puso las manos en su cadera y con una mirada molesta lo miró. ― Deja de echarme la culpa, y siéntate conmigo para hablar como adultos. Además sabes muy bien que con mi "trabajo perfecto"... ― Hizo mas comillas con sus dedos. ―...tienes comida decente en la mesa y a mi madre recuperándose en el hospital, ¡Hasta tenemos los ahorros para las niñas!

― ¡Tenemos comodidades pero ya no hay cariño! ― Alzó la voz y pasó sus manos por su rostro, notablemente estresado. ― Antes estábamos muy bien.

Jungkook soltó una risa sin gracia. ― ¿Acaso prefieres la vida donde no teníamos para comer algo decente? ¿Donde solo teníamos lo básico?

La carencia del dinero fue algo recurrente en sus problemas, y ahora que tenían dinero el problema era su relación.

¿No podían encontrar un equilibrio, acaso? Quizás las circunstancias eran las menos indicadas.

― ¡Lo hago todo por ti! ¡Siempre estoy por ti y-!

― ¡Nunca estás! ― Pisó el suelo con fuerza y las lágrimas se formaron en sus ojos.―Odio tu trabajo, odio estar embarazado, odio estar solo, odio todo. ― Cubrió su rostro mientras temblaba y los sollozos cortaban la molestia en ellos.

Se quedaron en silencio. Jungkook quiso acercarse pero JiMin lo alejó con sus manos en su pecho. Fue algo mínimo, pero que lastimó a Jungkook.―JiMin, ¿Cómo puedes decir que odias...?

― Déjame en paz, ya ni sé que digo, estoy cansado. ― Se alejó limpiando sus lágrimas.

― Solo quiero que salgamos adelante, tú, mamá y yo... ― Señaló a ambos. ― Por favor, siéntate conmigo y deja de llorar.

Él negó, se volteó y recargó sus manos en el borde de la cómoda detrás suyo donde guardaban sus ropas. ― ¿Sabes qué pasa? Que ya estoy harto... y es tu culpa.

― ¿Mi culpa? ― JiMin se quedó callado y Jungkook frunció el ceño, sus manos se hicieron puños. ― ¡Entonces me largo si tanto mal te hago!

― ¡Por mí puedes hasta desaparecer! ― JiMin escupió lleno de rabia.

― ¿¡Te das cuenta de lo que dices!?

― ¡Desearía no haberte conocido! ― Jungkook se calló. ― Así no estaría embarazado y discutiendo contigo por tonterías. Estaría teniendo una mejor vida...

Se quedaron en silencio con sus respiraciones agitadas y el sabor agrio en sus paladares. Nadie gustaba discutir con el amor de su vida y sentir que todo el sufrimiento que habían pasado para estar juntos... estaba siendo en vano.

― ¿Dices que a-arruiné tu vida? ― Su voz sonaba rota, pero JiMin no lo notó.

― Lo que oíste.

Ese momento se rompió el silencio con un sollozo de Jungkook. El menor volteó y lo miró. Estaba llorando. JiMin asimiló lo horrible de sus palabras pero era muy tarde ya para arrepentirse. Las lágrimas se apoderaron de sus ojos y el ceño fruncido se esfumó cuando vio el rostro destrozado de Jungkook.

Estaba herido por sus crueles palabras. Abrió la boca para poder decir algo pero no sabía que decir, se quedó en blanco. Jeon salió de la habitación hacia la sala para dormir separados, aún llorando por las palabras dichas.

¿Acaso no había manera de arreglarse?


Feliz cumpleaños a SweetSasha743 atrasado pero aquí está <3

- Mgg

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