CUARENTA
MARATÓN 3/3
Recta final
Besó su mejilla y terminó por abrochar el suéter verde sobre la camiseta blanca que JiMin llevaba.
― Bebé.
JiMin alzó la mirada y la concentró en Jungkook que tenía las cejas ligeramente juntas.
― ¿Ah?
― Te pregunté si ya estás bien, te noto distraído, ¿Te estás sintiendo mal otra vez? ― Preguntó preocupado. ― Puedo traer a TaeHyung para que te revise...
JiMin negó, poniendo sus pequeñas manos sobre las suyas. ― No, solo tengo hambre, necesito comer por tres, ¿Lo olvidas?
Jungkook asintió y besó su frente esta vez. ― Entiendo,
entonces bajemos.
Habían subido a su habitación pues JiMin había sufrido un pequeño mareo aunque ahora ya estaba bien.
Mientras ellos estaban arriba, en el primer piso seguían charlando y comiendo dulces con suave música ¿Quiénes estaban? Los mismos invitados que en la reunión hecha en el cumpleaños de Jungkook, aunque ahora no celebraban un cumpleaños, si no una reunión para darle regalos a las bebés que pronto nacerían.
Llegaron a la parte de abajo, más específicamente a la sala.
― ¿Ya estás mejor? ― Se acercó Hae-sook para preguntar.
― Sí, sí, solo fue un mareo. ― Asintió.
Jisoo también se acercó con una mirada preocupada y lo tomó del brazo para sonreírle. JiMin le devolvió el gesto.
― Estoy bien, debe ser porque falta muy poco para el parto. ― Hizo un puchero.
Baekhyun tambien se acercó a ellos, y colocó una mano en el hombro de Jungkook.
― Iré a la cocina, Jisoo ¿Te traigo algo? ― Su mujer asintió con la cabeza. ― Perfecto. ― Sonrió.
― Bebé, ¿Te preparo un sándwich? ― Le preguntó Jeon a JiMin.
― Sí, por favor.
Jungkook asintió mientras el doncel se iba con ambas mujeres a la sala. Baekhyun se giró a verlo.
― Hablemos mientras vamos a la cocina. ― El oji verde asintió.
Caminaron a la cocina. Al parecer la cocina es el lugar favorito para las conversaciones, pensó Jungkook pues ahí también tuvo una conversación con su hermana, y ahora tendría otra con Baek. El rubio tomó un vaso de vidrio y le sirvió el agua, mientras Jungkook sacaba el poco pan que tenían guardado y un par de ingredientes más.
― Amigo, sabes disimular muy bien. ― Dijo con una sonrisa divertida cuando Jeon lo miró. ― ¡Yo en tu lugar estaría muerto de nervios! ― Dijo exagerando.
Jungkook rodó los ojos cuando entendió a qué se debía el entusiasmo de su amigo. El rubio lo miraba esperando que hablara.
― Claro que estoy nervioso, digo... Se que JiMin me ama, y yo lo amo, tendremos en brazos a nuestras hijas dentro de poco, pero aún así, quizás es repentino para él.
― Lo has pensado durante semanas, Jung. Al fin te decidiste y debes tener confianza en ello. ―Se acercó para palmear su espalda. ― Todo saldrá bien, estoy seguro que él aceptará.
Jungkook metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y suspiró sintiendo el objeto.
― Sí. ―Relajó los hombros mientras cortaba un tomate en rodajas.
Baekhyun bajó la mirada y por unos momentos se quedó viendo la preparación del sándwich. Luego dirigió su vista al de ojos verdes cuando recordó un tema.
― Hey, ¿Qué tal les fue con la venta de postres? En el tercer día no pude ir.
― No hacia falta, ayudaste mucho en el segundo día, compraste un pastel entero. ― Le sonrió. ― Ah, nos fue muy bien la verdad, todos querían apoyar a mi madre... Recaudamos la mayoría del monto para el último pago, lo demás lo pagué vendiendo la televisión de la sala.
Jeon un poco las cejas. Baekhyun sonrió sin enseñar los dientes.
― Tu mamá se merece todo eso.
― Claro que se lo merece... Cuando se lo contamos ella se emocionó mucho, lloró mucho y nos agradeció mucho. ― Bromeó un poco recordando el emotivo momento con su madre en el hospital.
― Lo imagino. ― Le dio unas palmadas amistosas al hombro de su amigo cuando notó sus ojos llorosos.
Aún se le hacía un tanto extraño ver esa faceta más expresiva de Jungkook. Cuando eran amigos en la universidad Jungkook era un hombre reservado y frío, casi sin amigos, viviendo por sus estudios y su madre... pero desde de conoció a JiMin es como si fuera alguien más divertido, más alegre y sonriente.
Jungkook también lo sentía así.
Es como si su mundo gris hubiera sido pintado con miles de colores. Cada color como una nueva emoción. Su amor con JiMin le dio un nuevo sentido a su vida.
Jungkook carraspeó un poco. ― Bueno, ¿Entonces que hiciste con tanto pastel?
Cambió de tema, ignorando el hecho de que casi suelta un par de lágrimas. Baek lo entendió y le siguió la conversación.
― Lógicamente Jisoo y yo no lo comimos todo, invité el pastel a mi papá y a su familia. ― Dijo con desinterés.
Jungkook paró sus acciones y volteo su rostro para verlo.
― Oh... ¿Cómo te va con tu padre?
El alto y elegante rubio rascó su nuca. ― Trabajar con él no está tan mal como creí.
Baekhyun había renunciado a la empresa de su madre, pues ya no se sentía cómodo estando con ella. De alguna forma se enteró su padre y le ofreció un puesto de trabajo en su negocio a lo que él aceptó. No habría aceptado si no fuera porque Jungkook le aconsejó intentarlo, y si no le gustaba podía renunciar, así que aceptó.
― ¿Conociste a...?
― Sí. Parece un buen hombre, al menos lo que puedo ver, aunque según mi madre fue una serpiente que se metió en su matrimonio con mi padre. No lo sé, puede que lo sea, puede que no... Jisoo dijo que no le tome importancia a esas cosas. ― Alzó los hombros mientras cruzaba sus brazos.
― Jisoo tiene razón. ¿Y conociste a tus hermanas?
― Son adolescentes, muy lindas, se acercaron a mí para conversar y así. ― Miró sus uñas con desinterés.
― Al menos eres bienvenido ahí. Quizás te quedas más tiempo del que piensas. ― Dijo untando mayonesa en el segundo sándwich. Faltaba uno más.
― Quizás, tú lo has dicho... En fin, ¿Jungkook?
Lo llamó. El oji-verde lo miró.
― ¿Se lo dirás hoy?
El hombre hizo una mueca. ― Puede que sí, dependiendo. O puede que espere un poco más.
― ¿Un poco más? No lo creo, Jungkook, tus hijas nacerán el sábado, ¡Ya estamos martes!
― Ah... Lo sé, lo sé, solo estoy un poco nervioso, no quiero estresarlo o molestarlo estando tan cerca del parto.
Baekhyun le dedicó una mirada amable y se giró para tomar el vaso de la isla.
― Está bien, no te molestaré más con el tema, vayamos a la sala.
― Están preciosos... Muchas gracias, Tae.
TaeHyung sonreía orgulloso, él tenía un buen gusto en la ropa y sabía que no fallaría en la elección de ropa para bebés.
Jungkook lo miró y le sonrió sinceramente. ― Gracias.
Él no creía que estarían en esa situación. Recibiendo un regalo para sus hijas de parte de la antigua pareja de JiMin.
Aunque sinceramente no tenía problema alguno con ello, es más, empezaba a tenerle confianza al Doctor.
TaeHyung y JiMin tuvieron algo, ambos quedaron como buenos amigos, así como él y Baekhyun. En su caso, ambos estuvieron juntos sí, pero el menor solo sentía un gusto por el mayor, más TaeHyung sentía algo más. Esa fue la diferencia entre JiMin y el doctor.
En cambio, en el caso de Baekhyun y Jungkook, ambos solo estuvieron confundidos. Quizás hubo un gusto, pero parecía más una amistad que una relación amorosa en sí.
En ambos casos pareciera que JiMin y Jungkook estuvieron destinados a enamorarse del otro por primera vez.
Para pintar la vida del otro con distintos colores.
― Wow, Suzy, está precioso... ― JiMin inspeccionó con asombro el cochecito doble frente a él.
Suzy sonreía feliz porque su regalo fue bien recibido. Sus ojos eran verdes como los de Jungkook, y su elegante vestir la hacían ver madura y hermosa. TaeHyung se le quedó mirando un momento hasta que desvío la mirada cuando ella también lo miró.
― ¡Mi turno! ― Exclamó Baekhyun.
De la nada Jungkook tenía cinco grandes paquetes de pañales para recién nacidos encima suyo, obstruyendo su vista.
Las tías sentadas el otro lado de la sala rieron por la escena. Jisoo se sentó al lado de JiMin y dejó una linda pero gran pañalera rosada con estampados de mariposas y flores.
El oji-dorado abrió la pañalera y se encontró con biberones, chupones, dos cajas de pañitos húmedos, cremas, latas de fórmula de leche materna, talcos, champús para recién nacidos y algunas cositas más. La pañalera estaba repleta de productos para bebés.
― Quisimos darles algo que ayudara al cuidado de las niñas. ― Dijo Baekhyun. ― Cuando fuimos a la tienda planeábamos comprar juguetes y conjuntos de ropa, pero al ver los precios de todos estos productos que son esenciales para los recién nacidos y sabiendo que a ustedes les serviría más esto que un par de juguetes, decidimos comprar un poco de todo.
Sonrió un poco hacia la pareja, Jisoo asintió a sus palabras. Movió sus manos hacia Baekhyun quién asintió.
― Jisoo dice que, como sus padrinos, les iremos apoyando en todo el transcurso de su crecimiento.
El menor asintió muy feliz. ― Son tan considerados, muchas gracias, les servirá mucho. ― Agradeció tomando la mano de la chica y luego mirando hacia el rubio.
― En verdad, gracias. ― Dijo Jungkook.
Les dieron todo lo esencial para las bebés, aunque no duraría mucho los pañales, lo demás sí y estaban muy agradecidos. Se imaginaban comprar todas esas cosas al doble, estaba preocupado, pero Baekhyun y Jisoo les habían quitado parte de ese peso. Al menos ya no se preocuparían tanto el primer mes.
Jisoo dejó un besito en la mejilla de JiMin y se levantó para tomar asiento al lado de su hombre rubio. Jeon entrelazó su mano con la de JiMin y sonrieron hacia los invitados.
― Esto no era tan necesario, ustedes nos han ayudado mucho... Gracias, a todos. ― Dijo sinceramente JiMin.
Ellos no planeaban eso, pero tenían tan buenos amigos que les insistieron em ayudarlos.
La reunión terminó pocas horas después, tanto Jungkook como JiMin estaban cansados así que subieron a su habitación para dormir de una vez.
Se lo pediré después, aún hay tiempo, pensó Jungkook mientras besaba la mejilla de JiMin.
Se quedaron dormidos, juntos uno al otro.
El frío que hacía fuera se la casa no era nada para ellos en ese momento, sus corazones estaban cálidos y pintados de miles de colores.
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