Su aroma es muy satisfactorio, no sé que me pasa, pero, solo tenía ganas de hacerlo, de aferrarme unos segundos mas a su lado, se sentía bien.

— Etto...bueno, no es por ser un insensible pero me das escalofríos —dice, mis mejillas arden e inmediatamente me alejo, me doy la vuelta sujetando mi rostro con ambas manos, que vergüenza— pero pensándolo bien, desde este ángulo tienes unas hermosas nalgas. —sin pensarlo dos veces me giro sobre mis tobillos para mirarlo.

—¿Tú crees? —oh dios, no puedo creer lo que acabo de decir.

—Hmm, noup pero es aceptable.

—Tonto. —Sonrío un poco, él igual lo hace dando un paso hacía atrás.

—Te espero en la azotea a la salida, es una cita.—Guiña un ojo, gira y se  va antes de que siquiera formulara palabra alguna.

—Está loco. —dicho esto vuelvo a mi salón.

Las clases pasan más rápido de lo normal, dibujo algo en mi cuaderno, estoy aburrida.

— Hola —Me hablan, levanto la mirada para ver que es la nueva; ojos café claros muy hermosos, cabello castaño y piel muy blanca, es muy bonita.

— Hola —Respondo incómoda, no es mi fuente hablar con personas nuevas.

— Mi nombre es Fasha. —Me extiende su mano, la estrecho con la mía.

La campana suena, es hora de irnos, estoy súper agotada— Si lo que quieres es que te pase mis apuntes pierdes el tiempo. —debería hacer esto de hacer los apuntes un negocio.

Es un decir.

— No —Responde segura de su respuesta,— sólo quería que me enseñaras el instituto, entre todos aquí tú pareces ser más amable.

Me coloco la mochila, dándole la espalda y soltando un suspiro, entrecierro mis ojos para verla mejor si esta mintiendo o actuando, pero no encuentro mada negativo asi que accedo— Esta bien, solo espérame en la salida, voy en cinco minutos
—primero tengo que averiguar si lo que él dijo es cierto, además tengo curiosidad de lo que querrá.

Subo las escaleras, estoy al frente de la puerta, ¿De verdad estoy aquí para escucharlo y verlo?, al final y al cabo no sé su nombre, bueno si, pero no lo recuerdo, me giro decidida a irme.

Siento que sujetan mi muñeca izquierda, mi piel se estremece, una corriente eléctrica pasa por mi cuerpo entero y me alejo por instinto, solo se trata de él.

— ¿Me ibas a dejar plantado? —Dice con burla en su voz, me jala hasta estar en la azotea, cierra la puerta con seguro detrás suyo, se coloca detrás de mí, pone una mano en mi vientre y la otra la extiende hacia adelante con mi mano, mis mejillas arden, su aroma provoca que me sienta bien a su lado—tus manos son pequeñas y delgadas, loca si comes más te harías un favor —Susurra, mis mejillas están calientes al sentir su aliento golpear mi oreja.

—¿Qué...quieres de mí?—logro decir, me zafo de él dándome la vuelta, este solo se cruza de brazos evadiendo mi mirada, silencio— bien, muy bien, okey, genial, gracias por hacerme perder el tiempo —camino hacia la puerta pero al girar el picaporte no cede en abrir, tiene seguro, lo miro con enojo, me muestra las llaves entre sus dedos, ¿donde robo esas llaves? bueno, poco me sorprende— abre la puerta.

— Me niego

— ¿Qué es lo que quieres? —frunzo el entrecejo, avanzo hasta estar al frente de él—¿Alguién te envió para fastidiarme? —comienzo a enfadarme.

— No sé a que te refieres.

Gruño, me acuerdo de la chica que espera por mí, me había olvidado por completo de ello, sé que no me dará las llaves, así que mejor aunque es un poco riesgoso me iré por las escaleras de emergencia.

— ¿Adonde crees que te irás? —alza la voz, le saco el dedo de en medio continuando caminando— tú—escucho sus pasos detrás mío, me alcanza— no —sujeta mi mano—irás —me jala hacia a él, su cercanía desestabiliza mi corazón— a ninguna parte —sujeta mi cintura, su otra mano agarra mi nuca, su aliento mezclándose con el mío— no me dejes—susurró, antes de unir nuestros labios.

Lo único que siento justo ahora es...sorpresa

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