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—Han pasado dos años, con cuatro meses, dos semanas, diecisiete con cuarenta y ocho minutos con treinta segundos desde que no me das una respuesta, novia mía. —Toco mi pecho de manera que finjo indignación— Voy a morir en esta abstinencia.

Golpea mi abdomen con su antebrazo haciéndome sentie un leve dolor entre la risa que suelto.— Cállate. —Y continúa eligiendo unos folletos de universidades.

Estamos en una feria del último curso viendo las opciones de carreras que unos universitarios están exponiendo, y vaya que hay muchos interesados, es muy increíble como pasa el tiempo.

Una hermosa universitaria se atraviesa en mi camino, sonrío ante su amabilidad y buena expresión expositiva al decirme las ventajas fe elegir cuya carrera habla, y cabe mencionar que cada vez que asentía y daba mi opinión ella se aproximaba de manera insinuante.

Oportunidades de liarse hay muchas.

—Disculpa, pero él tiene novia y no le interesa nada que tú digas así que mantén tus ojitos lejos de mi chico. —Debí imaginarme este escenario cuando sus manos se envuelven en mi brazo y me jala.

Me rio un poco y le hecho una mirada a la chica— Esta tipa me trae loco, pero oye, eres preciosa. —agito mi mano viendo a la chica, su sonrisa crece mientras asiente— Novia mía, debes controlar tus celos. —le digo en un tono burlón.

—Eres un coqueto de primera, confío en ti, pero en tus encantos y en ellas no. —Es que mi chica me tiene ufff, me conoce muy bien.

—Entonces... ¿hay escenas calientes para mí?, ya sabes, estas inexpresiva, pero con una actitud que... —le susurro lo último en su oído.

Veo como le afecta al apretar la tela de su vestido, el leve sonrojo en sus mejillas y la mirada divertida que me da de soslayo.

—¿Crees que me vería bien de traje de enfermera? —Desvía el tema mirando el folleto en sus manos, bajo la mirada sobre el papel y lo tomo.

—¿Estarás de enterizo blanco?, que ardiente, aunque mi atención se va al trasero, se verán tus bragas de ositos. —Dicho aquello pasa su brazo por mi costado y la baja al bolsillo de mi pantalón dándome un apretón.

—Y nadie debe ver mis bragas de ositos.

—Excepto yo, al menos que te hagas el papanicolau claro.

—Eso me dio cosa.

—Igual a mí. —Admito, leo algo interesante en el folleto— Esta universidad es en el extranjero, cariño. —Esta bien, este momento es muy serio, así que mi sonrisa es cerrada y algo forzada— Tengo entendido que solo estas reuniendo folletos a universidades que piensas aplicar.

—Hay más oportunidades fuera.

Y aunque su respuesta me deja un sabor amargo en la boca del estómago, beso la esquina de su frente, necesito digerir esto.

—Sé que lo lograrás, en esta cabecita cabe una inteligencia extraordinaria. —Susurra algo, pero no la escucho.

Seguimos recorriendo la feria, solo tomo dos folletos, pero yo ya tengo una beca esperando por mí en una universidad a unos kilómetros de la ciudad, no quiero cambiar mis planes, no quiero.

Milk se reune con unas amigas, las que le hacían bullyng fueron sometidas a terapia psicológica al igual que las expulsaron del instituto, no supe más, papá despertó a los dos meses de coma, se hace cargo de nosotros ahora con mamá viniendo de visita.

Una vez llego a mi casa me lanzo en mi cama abrazando mi almohada, Milk aún no me responde a mi propuesta de hacernos una clase de locura representativo a nuestra relación, veo el portarretrato con nuestra foto, ella haciendo un mohín mientras beso la comisura de su labio,  no creí que realmente me enamoraría de ella de una manera que quiero mantenerlo por mucho tiempo, uno ilimitado.

Si ella logra ingresar a una universidad extranjera, ¿qué pasará con nosotros?, ¿tendremos una relación a distancia?.

Mi celular suena, con pereza la saco de mi bolsillo y respondo.

—He muerto, por favor, no llamé más. —cuelgo, al instante llaman de nuevo— Son en línea, hable.

—Pienso aplicar al extranjero, no te lo dije porque sabía que te ibas a molestar.

Suspiro y me siento sobre mi cama apoyando mi espalda en el respaldo— No estoy molesto con la decisión de tu vida, solo estoy sorprendido, no pienses que voy a impedir tus metas novia mía. —se oye una exhalación de alivio.

—Estoy conociendo a alguien...

—¿O...kay? —no estoy sintiéndome nada bien con esa declaración.

—No de manera romántica, no te haría tal inmadurez, solo que... Hemos salido un par de veces. —Cuelgo, no hay manera que no escuche esto sin que me llegue.

Exhalo fuerte, miro mi cama la manera en la que apreté mi sabana, maldigo en voz baja.

La puerta es abierta, ella se ve muy avergonzada y ¿enojada?, cierra y pone seguro, avanza hacía mí.

—Lo que quiero decirte es que me di cuenta que no puedo... No puedo hacerlo. —Me sorprende que mi hermano o papá la haya dejado pasar.

—No puedes ¿qué cosa?

No respondas, no me hieras, no tú.

—No puedo... —se sienta en mi cama, la manera en la que me mira me pone nervioso— no puedo sentir nada por otra persona, porque solo lo siento contigo, todo es mas intenso y lleno de vida contigo, ¿lo entiendes? —se aproxima, mis alertas se encienden y se desactivan al momento que su dedo índice se posa en mis labios.

—¿Me amas? ¿es lo que intentas decirme? —le susurro.

Asiente.— Te amo. —Simples palabras  con un gran significativo.

Me regala un sonrisa y no puedo controlarme cuando me abalanzo sobre ella para besarla, con mi pulgar deslizo sobre su mejilla hasta su cuello, me corresponde y se vuelve mucho mas húmedo y apasionado con cada segundo.

Que el retumbar y expansión caliente de mi corazón, es incontrolable.

...

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