Me miro en el espejo pequeño que traigo en mi mano, para luego guardarlo en mi bolsillo y levantar la mirada hacia las calles repletas de personas haciendome sentir tan insignificante.

He cambiado bastante, es lo que dicen, que ya no soy aquel chico sonriente e infantil, el que se la pasa de diversión con sus amigos, y terminaba con sus dias con una sonrisa. Ya no soy así.

El mundo cada vez se esta pudriendo en todos los sentidos que puedas pensar; ambiente, sociedad, amistad o amor.

Sostengo mi skate, la dejo en el suelo, me subo en ella comenzando a avanzar, el viento choca contra mi sintiendome un poco mejor. Hago maniobras siendo el centro de atención de las personas, por que literalmente les estorbo en su camino, no me interesa.

Una azabache paso corriendo ocasionando que ahora este sentado en el suelo un poco adolorido, frunso el seño, agarro y me muento de nuevo en mi skate para perseguirla.

Logro alcanzarla regandole agua sucia de un charco por la cual cruze, curve una sonrisa, me mira, la miro, sus ojos rojos, me detengo, al parecer estaba llorando.

Chasquea sus dientes, da una giratoria con su pierna para golpearme en el abdomen, para después irse corriendo, cai en el mismo charco, ahora estoy mojado, sera mejor que vaya a cambiarme.

Llego a mi casa, cruzo la barda, trepo un árbol, entro por la ventana a mi habitación pero...

— Otra vez con tu rebeldia, Goku—Recrimina mi padre.

— Solo fui a dar un paseo —Contesto sacándome mi polera y ponerla en la canasta.

— Por que no te dignas en ir al instituto—Exclama, bufo con molestia y me adentro al baño a tomarme una ducha.

— No me interesa —Digo.

Pasan algunas horas, salgo de nuevo por la ventana llevándome conmigo una chaqueta negra con un gorro, meto un chicle en mi boca, camino por cualquier lugar. Giro mi rostro y observo un grupo de chicas detras de una azabache, me doy cuenta que es la misma de hace unas horas atras.

Se ven enfadadas y la azabache frustrada.
Tal vez haga algo.

«El fuerte siempre humillara al débil»