Ahí estaba yo,
Rodeada de varias personas de las cuales era invisible antes sus ojos, y visible cuando necesitaban algún favor.

Las personas son muy hipócritas.

Camino rumbo hacia mi casa, el aire tenso me hace sentir escalofríos la cual me hace llegar corriendo. Llego cuando mi familia esta comiendo, saludo, al parecer no me escuchan, tomo asiento en  una de las sillas y comienzo a comer.

Mi familia cena normalmente sin darse cuenta de mi presencia, o eso creo, no es nada fuera de lo común.

Agradezco por la comida una vez que terminé, me levanto, mi padre me pregunta desde que momento llegue, quizas fue broma o en serio, tan solo no respondí, subi las escaleras y me encerre en mi habitación, me reviste sobre la cama con la mirada en el techo.

Ellos, Los amigos traicionan en el momento menos esperado o cuando de verdad los necesitas, se alejan en silencio dejando una grande decepción al igual que dolor.

Por eso no confio en nadie, estoy bien sola..

—Al día siguiente• 

Son las 7:30 de la mañana.

Me levanto de la cama para dirigirme al baño, me ducho, luego cepillo mis dientes y salgo con una toalla alrededor de mi cuerpo.

Comienzo a colocarme mi uniforme, peino mi cabello en una coleta, me pongo mis zapatos, alisto mis cuadernos y las meto en mi mochila, salgo de mi habitación directo al colegio. No hay nadie en casa

●Ｏ〇ｏ●

Como siempre, las "populares" me piden los apuntes de las tareas, me rehusó,  se enfadan y comienza a criticarme, me golpean, y yo no se los devuelve, por que literalmente no siento sus golpes, pegan como unas miserables, me dejan en el suelo, abren el cierre de mi mochila, botando todos mis libros, cuadernos, lápiz y materiales delante mio, arrojan mi mochila en la cara y se van riendose como vacas.

~Soy una víctima más en esta vida~