Sostener tu mano
Kyojuro había revivido varias veces el momento donde Tanjiro se confesaba y siempre volvía al punto de partida, lo había visto suicidarse con su katana, morir en un accidente de caballo, asfixiarse, ahogarse, incluso siendo asesinado por otra persona por un amor enfermizo no correspondido.
Pero las que más le dolieron fueron aquellas donde Tanjiro terminaba emparejado con otra persona, incluso las más dolorosas fueron con Sanemi y con Giyuu.
En esta vida Tanjiro se confesó a tiempo, le dijo lo mucho que lo amaba, y Kyojuro, por un sentimiento ajeno al amor, decidió aceptar a esta persona, pero siguió siendo frío y distante.
Sin darle una oportunidad al muchacho de realmente conquistarlo y entonces todo sucedió tan rápido.
Un día, mientras Tanjiro trataba de hacerle una comida de cumpleaños, el chico estaba cocinando con su hermano cuando Kyojuro llegó y al verlo allí, haciendo de cuenta que eran una pareja normal de enamorados... Se molestó tanto que le dijo algo muy doloroso a Tanjiro.
-¡Es que no te das cuenta que no puedo quererte! ¡No de esa forma!
Tanjiro fue a su lado y trató de sostener su mano, mientras su hermano y su padre miraban todo en silencio.
-Kamado... Mi muchacho, debes dejar esto, por tu propio bien yo...
-¿Por qué me aceptaste?
-Ten en cuenta que no fue por amor...
-Entonces fue por lástima... Por eso aceptaste mi amor...
El dolor se vio reflejado en sus ojos y Rengoku no pudo seguir guardando silencio cuando el chico soltó su mano y se dio la vuelta para ir por sus cosas.
El pastel ya estaba horneado y decorado, había tanto amor en la comida que no se atrevió a mirar al muchacho de los bellos ojos rubíes.
Antes de irse se acercó a Rengoku padre e hijo menor y agachó su cabeza para reverenciarlos, una vez que lo hizo habló con dolor pero firme.
-Supongo que no nos veremos más, por favor Senjuro... Deseo que sigas el camino que quieras, el que te haga sentir bien. Señor Shinjuro, cuide de su salud.
Las palabras... Le trajeron a Rengoku los recuerdos más difíciles... Dónde su muerte, donde perdía, donde su deseo era estar a lado de esta persona, y movió su mano de forma inconciente, a pesar de estar escuchando desde el comedor lo que en la habitación el chico le decía a su familia, fue tanta su distracción que no se dio cuenta de que había tirado una veladora y ahora la casa se estaba incendiando.
El olfato de Tanjiro lo descubrió y fue a Kyojuro tratando de ayudarlo, los otros Rengoku salieron de la casa en orden para detener el fuego, mientras el chico llegaba a su amado y le hablaba, pero este no respondía, al final, el fuego lo despertó, el calor intenso y la mirada de su amado.
No obstante, cuando lo hizo... Se dio cuenta del incendio y Tanjiro lo ayudó a ponerse de pie par que salieran, Kyojuro y él estaban cerca de la puerta, el chico le sonrió con ternura y lo empujó fuera de la casa soltando su mano, una viga cayó y Tanjiro se consumió entre las llamas del fuego de la casa por voluntad propia.
Kyojuro le lloró desesperadamente porque no pudo ir al fuego, se paralizó con las llamas, con su sonrisa.
Después de eso... Llegó la última oportunidad que pidió para estar a su lado.
Tanjiro lo miró con amor cuando regresaron triunfantes de la batalla contra Muzan, los pilares vieron la forma especial con la que el chico lo miraba y Uzui le insinuó a Kyojuro.
-Tienes mucha suerte, si ese niño me mirara así, ahora mismo estaría en mi cama bajo mi cuerpo.
El sonrojo por lo que escuchó fue tan evidente, que incluso la misma Shinobu se burló de él y le pidió que lo cuidará.
Fue un lento, porque no quería creer en lo que le habían dicho, y si bien se había negado a escuchar una confesión directa, no era más que por vergüenza.
Tanjiro se acercaba a él cada vez más con comida y las mujeres parecían verlo inalcanzable, porque después de todo, en esta vida Kyojuro parecía atesorar con todo su corazón a este niño.
El invierno los alcanzó 3 años después, cuando el hijo mayor de los Rengoku dijo ante la insistencia de Shinobu que no eran nada.
-¡Ya te dije que no! ¡Ni siquiera somos amigos!
Tanjiro bajó la cabeza con mucho dolor, pero le respondió.
-Esta bien, no lo molestes Shinobu-san, tiene razón, yo soy el alumno metiche.
Se dio la vuelta para irse, pero Uzui lo detuvo de la muñeca.
-Espera Tanjiro, no malentiendas a Kyojuro, estoy seguro de que eso no es lo que quiso decir, es mi mejor amigo y lo conozco...
Ante eso sintió el temblor de la pequeña mano y se dio cuenta que estaba un poco más fría de lo normal.
-Tú...
-¿De verdad? Entonces... Si.
-Tanjiro, soy un hombre bastante leal a mis sentimientos y eres mi adorado pupilo, pero amor... Es una palabra bastante grande.
El joven de cabellos rubios ardientes hizo que Uzui lo soltara para hablar con él de frente.
Las flores de los árboles, acompañaron su rechazó, pero...
Apenas 5 meses después, Tengen y Sanemi se lo encontraron en las calles, estaba comprando comida, se veía alegre y suspiraron un poco al verlo tan normal, lo único que no era normal en él... Era aquella bufanda en su cuello en épocas de calor.
Estaba por dar un paso, cuando lo vieron desplomarse en el piso.
Corrieron a su lado para ayudarlo y Shinobu lo recibió y pudo darse cuenta de lo que pasaba, sus ojos se cerraron con dolor y angustia.
Tokito estaba cerca con los otros pilares cuando Sanemi pasó con medicinas, así que lo siguieron sin preguntar.
Unos días después, la doctora mordió fuerte antes de salir de la habitación y hablar con sus muy insistentes amigos.
-Yo... He hablado con Tamayo sobre esto y ha dicho lo mismo que temía.
-¿De que hablas?
-Iguro-san... La vida de Tanjiro se está consumiendo deprisa, a este paso en un par de meses...
-¡No quiero escuchar esa estupidez! ¡Ese niño nos salvó a todos! ¡No podemos simplemente dejarlo morir!
-Lo sé, también quiero hacer más por él.
El pilar de la flama los vio hablando seriamente, algunos lloraban y preocupado se acercó a ellos, hasta que escuchó a Mitsuri.
-¿Es que no hay otra forma? ¿No hay otra cosa con la que podamos salvar a Tanjiro?
"¿Salvarlo?" Sus pensamientos fueron de confusión.
-Yo igual quiero hacer algo por él, pero ya se los he dicho, la misma Tamayo ha dicho que su vida se consumirá en poco tiempo y no hay nada que hacer.
El pan que traía en las manos se cayó al piso, y sus ojos se abrieron todavía más, asustado... Preocupado, caminó a ellos y preguntó
-¿Dónde está Tanjiro?
Uzui los miró a todos como advertencia antes de responder.
-Adentro, la tercera habitación a la izquierda.
Al ya no sentirlo, los demás le reprocharon.
-¡Sabes que no le importa!
-Si le importa, todo esté tiempo, le ha importado, pero no lo hago por él ¿Alguno pensó en lo mucho que Tanjiro lo quiere? Deberíamos darle felicidad al menos...
El niño dormía plácidamente cuando olfateo el característico olor a justicia de Kyojuro.
-Kamado... Mi chico...
-Oh... Rengoku-san está aquí, debería ponerme en pie.
-No, creo que debes descansar.
-Estoy bien.
Su cara se tornó sería cuando el chico le respondió.
-Shinobu hizo una vez un ademán cuando buscaba una cura para mí, y también estaba su aroma de angustia, se lo que eso significa, lo supe desde que enfermé, así que no quiero pasar mi tiempo en cama.
Instintivamente fue a su cama y lo abrazó enderezando a Tanjiro, segundos después, le dio un beso en los labios con tanta ansiedad, que ni siquiera podía procesar lo que estaba haciendo.
-No me dejes solo.
El rubio poso su cabeza en las piernas de Tanjiro, el chico le sonrió con ternura antes de acariciarle el cabello.
-No estás solo, tienes a los demás chicos.
-No es suficiente, quiero estar contigo.
-Seguro, puedes visitarme cuando puedas.
El tiempo pasó, fueron algunos meses, lo visitaba algunas veces, Tanjiro lo miraba con esa hermosa sonrisa, pero siempre estaban acompañados por alguien más y ya harto de esto, corrió va a Zenitsu y se quedó solo con el chico en el jardín...
-Eh... ¿Podemos ir a mi casa un rato?
-Si, claro.
Lo tomo en sus brazos y lo llevó a la montaña.
-Gracias
El murmuró fue pequeño cuando se terminó de sentar en la madera de su casa.
-Tanjiro. ¿Por qué no quieres darme una respuesta o estar a solas conmigo?
-Yo creo que me equivoqué al escuchar eso, es que es imposible que tú...
-¿Que yo te quiera de otra forma? ¿Que no te vea como mi alumno?
El menor se ruborizó un poco, se puso nervioso y sonrió de la misma forma.
Kyojuro lo cargó de nuevo y lo llevó dentro de la casa, entró a la primera habitación que vio y la cerró en segundos.
-Lamento la intromisión.
Al ponerlo en la cama se acercó a él para darle un beso en los labios, lo abrazó con tanta delicadeza, como si temiera quebrarlo.
-Quiero estar contigo... Por favor dame tu permiso.
-Ya te lo he dado.
-No ese... Yo...
-Sé a qué te refieres, ya te lo he dado.
Los ojos del rubio se cerraron mientras se acercaba un poco mas, y bajaba su mano al haori de Tanjiro y lo dejaba caer por la espalda, luego abrió el saco de los cazadores que traía puesto y lo retiró hasta dejar solo su camisa.
Al abrir los botones, un poco de frío se colo en su piel y lo vio temblar, sonrió con ternura antes de meter sus manos y tocar su piel de la espalda.
Con pequeñas caricias lo hizo suspirar, bajó sus manos y abrió su cinturón antes de abrir la cremallera y retirar el pantalón.
Lo depósito suavemente acostado en la cama, se dio la vuelta y dejó su capa en el piso, al igual que su propio saco y su pantalón.
Abrazó a Tanjiro antes de abrir las cobijas de la cama y finalmente se recostó a su lado mirando el techo unos segundos.
Poco después se volteó a verlo de frente, quedó embobado por sus bellos ojos, lo acarició de una mejilla antes de volverlo a besar.
Sus manos recorrieron su espalda, le retiró la camisa y miró su cuerpo, un poco más delgado, pero hermoso, tan perfecto, cabía perfectamente entre sus brazos, se ajustaba muy bien a él.
Si... Fue besando cada centímetro de su piel hasta tocar su erección y hacerlo correrse en su boca.
Después preparó su pequeño cuerpo para recibirlo, teniendo tres intrusos dentro del chico.
Finalmente retiró su última prenda de ropa para dejarse expuesto frente a su chico, que miró asombrado lo que iba a recibir.
No hubo palabras, solo conectaron con sus miradas y Kyojuro se posicionó en su entrada, un jadeo y la saliva bajando en los labios de Tanjiro hasta perderse en su barbilla.
Esa fue su primera noche juntos, tres meses después, el chico de hermosos ojos rubíes suspiró por última vez, sostuvo hasta el final la mano de Kyojuro y su más grande deseo fue.
-Sé feliz.
En cada vida había seguido pidiendo una oportunidad hasta que acostado en el piso de su habitación y deprimido le dijo a los cielos por esta partida tan dolorosa.
-Ya está bien, ya lo entendí, Tanjiro no podrá ser mío nunca, ya no quiero otra oportunidad, sólo quiero que sea feliz con quién el más quiera y seré gustoso de verlo envejecer con una vida próspera.
Abrazó las sábanas donde el niño durmió por última vez y lloró hasta que se quedó dormido, su padre y su hermano, sufrieron en impotencia con él, después de todo, ellos también lo amaban, uno como si fuera otro hijo y el más pequeño como a otro hermano.
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