El sol se va
-Rengoku-san... Yo... Me enamoré de usted.
El joven rubio lo mirá a los ojos, Tanjiro está declarando su amor, está conmovido por su sinceridad, a pesar de que ha perdido el ojo izquierdo y que le agradece al chico por haberle salvado la vida ese día.
-Lo lamento Tanjiro, no puedo corresponder esos sentimientos, te considero un buen estudiante y...
Se queda callado cuando lo ve llorar, las lágrimas resbalan por sus ojos, y se encoge agarrando su haori con ambas manos y bajando la cabeza.
-Esta bien Rengoku-san, sólo quería decirle mis sentimientos, pero sabía que no podría corresponder así que yo... Ah... Lo siento, no quise molestarlo.
El mayor sabe que cualquier cosa que diga será usada en su contra y por lo tanto se queda callado y mirando al chico.
-Yo... Me retiro.
Salió huyendo y llegó a su casa, al entrar, lleva la frente en alto y mira a su hermosa hermana, dentro de unos días ella se va a casar, le da un abrazo y va a su habitación.
Debajo de su cama está una caja con un hermoso presente para su hermana.
La mujer ve emocionada el lindo kimono blanco con el que se va a casar, y su hermano la abraza con todas sus fuerzas.
Kyojuro se ha topado con Tanjiro varias veces después de ese día, pero el chico evita hablar mucho tiempo con él y se siente extraño.
Lo está evadiendo tanto que hasta los demás lo notaron, sobre todo su mejor amigo Uzui.
Entonces él le preguntó con algo de preocupación, porque el chiquillo parecía más nervioso que de costumbre.
-Tú... ¿Le dijiste algo? ¿Se pelearon?
-No.
-¿Entonces?
-Es algo personal.
-Sólo espero que no sea porque lo rechazaste. Su amor por ti es tan claro como el agua, todos sabemos lo enamorado que está de ti y aunque no lo digas, tu de él.
-Eso no es cierto, Kamado es sólo mi estudiante.
El hombre más alto lo miró y le respondió con una sonrisa.
-Estas mintiendo Kyojuro.
El joven se quedó callado y sonriendo se despidió.
Había pasado casi 3 semanas de que su hermana se casó, Tanjiro le rogó a Zenitsu que cuidará y amara a su hermana con todas sus fuerzas.
Su amigo había notado un sonido extraño en Tanjiro, estaba preocupado, pero... No sabía que más hacer, no le dijo nada a Nezuko para no preocuparla.
4 meses después de la confesión fallida de Tanjiro, el chico seguía su vida, pero tenía mucha tristeza y esa tarde llegó a casa, dejo sus cosas en la puerta, se dio un buen baño y regresó a donde estaba la cena que se preparó.
Se quedó dormido después de haber estado llorando toda la noche y a la mañana siguiente se despertó igual de triste, salió a la cascada y se la pasó varias horas en ella, purificando su mente con la frialdad del agua.
Finalmente salió y regreso a casa, la puesta del sol estaba hermosa, la miró y al ver el tono dorado y rojizo se quedó estático, pudo percibir a Zenitsu, estaba sólo.
Tomó un cuchillo y su vieja katana, la dejo en el piso frente a él.
Cuando su amigo llegó a su lado, el chico no le permitió abrir la puerta y le dijo un par de cosas desde adentro, su sonido era tan triste que el rubio se la pasó escuchándolo.
-Lo lamento... Es sólo que no puedo seguir teniendo esto en la mente, no me dejes solo Zenitsu, ayudame.
El rubio se quedó paralizado, escuchando, quiso moverse más rápido, pero no pudo, quiso detenerlo, pero era demasiado tarde.
El chico de ojos rubios miró a Tanjiro sufriendo y de sus ojos salieron lágrimas, sabía que al hacer esto, ya no había nada que hacer para salvarlo, pero no quería degollarlo, eso no podía ser, entonces recordó algo que Tamayo le enseño y perforó el corazón de Tanjiro con velocidad para detener su dolor.
Lo abrazó con mucha fuerza mientras sus ojos se llenaban del dolor de haber perdido a su amigo, era la segunda vez que enfrentaba esto y se rompía en pedazos al ver sus manos.
El cuervo que tenía Tanjiro aún estaba cerca y percibió el aroma de la sangre, al llegar vio a Kamado vestido de blanco y con las comisuras de los labios llenas de sangre, al final el de cabellos burdeos se veía más tranquilo.
El cuervo voló por todos los cielos y aviso a Kiriya lo sucedido, este informó de la situación a los cuervos y estos a los antiguos de los cazadores de demonios.
Uzui soltó la botella de sake al escuchar que Tanjiro había muerto, el cuervo no explicó las razones.
Un niño tan joven y tan sano no podría morir de esta forma, sin decir nada a nadie. Salió de prisa siendo seguido por sus esposas.
Giyuu se arrodilló de dolor al escuchar eso, reaccionó al pensar que su alumno... Se puso de pie y fue a la casa de los Kamado.
Uno tras otro de los pilares se movieron en dirección al joven de cabellos burdeos.
No fue hasta que el cuervo de los Rengoku aviso a Senjuro que la verdadera conmoción empezó.
El joven estaba haciendo la comida cuando vio al cuervo y este le contestó, sus ojos se llenaron de lágrimas como cuando pensó que su amado hermano estaba muerto.
Su padre que estaba cerca lo escuchó llorar y fue a verlo, se paró en la puerta y le preguntó.
-¿Ahora que tienes?
Paralizado después de ver al cuervo, se imagino que había malas noticias.
-Es Tanjiro... Se ha ido...
El hombre más viejo se le acercó y lo sacudió.
-¿Que dijiste?
-Que se ha ido... Nos dejó...
-¡Eso es una broma de mal gusto!
Tomó al cuervo y finalmente, después de casi desplumarlo, el cuervo respondió a su pregunta.
-Tanjiro se suicidó.
Las lágrimas bajaron de los ojos del hombre mayor como torrentes y tomó a su hijo de la ropa.
-Vamos... Hay que presentar nuestros respetos.
El hijo mayor iba llegando a casa cuando vio a su hermano y a su padre caminar juntos, nunca salían acompañados así que se asombró.
-¿Qué pasa?
-Pues... Estamos... Vamos a ver a Tanjiro.
Shinjuro vio las dudas y la sonrisa animada así que le dijo.
-El chico ha muerto, ven con nosotros.
Tan crudo, pero no obtuvo respuesta, solo dejo sus cosas y los siguió, estaba en automático hasta que para la noche ya todos estaban allí, preguntando a Zenitsu, incluso Inosuke casi lo mata.
Shinobu habló... -Ya no había nada que hacer, si Zenitsu no lo hubiera hecho, Tanjiro habría sufrido mucho.
Iguro bajo la cabeza sin comprender y Sanemi casi quería golpear a Zenitsu, Himejima soltó en llanto, Uzui... El y sus esposas estaban confundidos.
-¿Qué fue... Lo que te dijo?
Giyuu habló y Urokodaki se acercó para contenerlo.
-Sólo me dijo que estaba sufriendo y que no quería más, no sé realmente nada, desde hace 4 meses su sonido era raro, así que lo estuve vigilando más y más, parecía destrozado por dentro, su siempre hermoso sonido puro era demasiado dolido, hasta me daban ganas de llorar.
Shinjuro tocó su mejilla, veía el rastro de la sangre que le limpiaron y le lloró amargamente.
-Perdi un hijo.
Senjuro estaba a lado de su padre y Kyojuro estaba en silencio.
Cuando se levantaron y se dieron la vuelta para ir con los demás, Nezuko seguía en un mar de lágrimas mientras las chicas la abrazaban, ahora estaba sola.
Kyojuro temblaba de las manos, Uzui lo notó y le hablo, pero el no respondió y siguió mirando al frente.
-¡Oye!
El rubio finalmente lo miró, pero seguía sin escuchar, estaba en shock, se soltó sin saber cómo y camino pisando raro hasta donde estaba el chico de cabellos burdeos, le habían puesto su ropa favorita, en vez de la blanca habitual.
-Tanjiro...
Lo miró en el futón recostado como si durmiera, con esa expresión tranquila pero dolida. Le tomó la mano, estaba fría, a su mente llegaron cientos de veces evadiendolo.
-¿Es mi culpa?
-Explicate mejor.
Iguro lo alcanzó a escuchar y le pregunto con dudas y furia contenida.
-Me dijo que me amaba y le dije que no podía corresponder a sus sentimientos, es... ¿Por eso se fue?
Nezuko lo escuchó todo, y se acercó a él.
-Mi hermano no te habría culpado nunca, así que no...
El mayor soltó en llanto silencioso.
-Pero si no lo querías, no quiero que estés aquí, si tuviste el valor de rechazarlo es porque no sentías amor por él, entonces no... Por favor vete.
La joven alejó su mano de la de Tanjiro, pero Kyojuro no pudo soportar eso, sin retroceder se acercó al chico y lo abrazó.
-Tan... Tanjiro...
La forma en que lo estaba abrazando fue tan extraña, sus lágrimas bajaban, estaba sentado con el chico en brazos, sin querer soltarlo, los demás no pudieron insistir en separlos para no maltratar el cuerpo del muchacho.
Su padre lo miró severo, pero les pidió que le regalaran un poco de espacio porque seguro que el idiota de su hijo mayor debía decirle muchas cosas al menor.
Al instante, Kyojuro abrió sus labios y los pegó a los de Tanjiro, mientras seguía llorando en silencio.
-Te amo... Ahora lo sé, quiero otra oportunidad.
El niño no abrió sus ojos, no le sonrió, no le dio la calidez de su cuerpo, ahora estaba frío y ya no había nada que hacer.
Un mes después, Kyojuro seguía deprimido en su casa.
-La única forma en que puedes compensar lo que sientes es viviendo la vida plenamente, si no sales de aquí... Tanjiro no podrá descansar en paz.
-Lo sé...
Kyojuro rogó a los cielos una oportunidad y el cielo le contestó.
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