Prólogo
Dos años atrás.
Parker miraba por la ventana en aquella noche oscura mientras pensaba en su vida. Acababa de enterarse de que habían matado a su hijo.
La mujer que amaba había sido descubierta y golpeada hasta la saciedad para acabar con su embarazo.
Se dio cuenta de que no podía estar con ella, le había mostrado su rostro y en cambio ella solo había recibido dolor y tragedia. Cometió el error de dejarse ver en una ciudad donde el dominio de esa mujer y los suyos estaba latente.
Ahora de nuevo estaba huyendo mientras no volvería a verla a ella pero al menos se había asegurado de dejar lo suficiente para que ella huyera y de conseguir gente que la pudiera auxiliar. Él ya no podía estar ahí y le había partido el corazón dejarla y terminar de la manera en que lo hicieron pero era eso o ella terminaría peor.
Recordó sus lágrimas e insultos, sus gritos y el estallido tan propio de ella, el odio con el que lo miraba pero se dijo que era parte de su vida, que era lo que tenía que pasar.
A su mente llegaron los recuerdos desde que todo había cambiado, desde que todo había iniciado. Desde que su vida se había vuelto un infierno.
«—¿Estás segura de que esto es no legal? —preguntó con una sonrisa nerviosa—. Soy menor.
—Claro que sí —dijo ella—. Aquí están hermanos y los adultos que servirán para avalar esto son de mentira. Deja de ser tan exagerado. No es como que estamos haciendo nada malo.
—Estoy un poco nervioso —dijo de nuevo—. Sí mi madre se entera va a matarme. Además eres mayor que yo, se supone que eres la adulta y siento que estás haciendo esto demasiado formal.
—Pues porque es formal para que parezca real, bobo —dijo risueña—. Algún día vamos a casarnos de verdad.
—No lo sé, falta mucho para que sea adulto —dijo entre risas—. Quizás no estaremos juntos. Pero no quiero casarme a los quince y no sé por qué estás insistiendo, repito si mi madre se entera de lo que hacemos me mata.
—No lo hará, confía en mí —dijo divertida—. Yo soy mayor que tú y vamos a lograrlo. Déjame a mí. Estamos haciendo esto como un sueño que tengo, algún día voy a ser tu esposa y vamos a pasear juntos de la mano, pero ahora debo ir a Escocia durante seis meses y no voy a verte, quiero estar segura de que al volver vas a estar para mí.
—Eso es absurdo —dijo él.
La chica dio un beso en sus labios y después el hombre sacó los papeles.
—Firma aquí —ordenó señalando el lugar.
—Pero, ¿no debería leerlo con calma? —preguntó.
—¿Me quieres? —preguntó la chica ofendida—. Esta es tu forma de demostrarlo. Firma si es que me quieres. Vamos a ser esposos hasta que vuelva.
—Está bien —dijo y la vio sonreír con dulzura.
Tomó el bolígrafo y firmó el documento que tenía frente a sí sin leer mientras una mujer de la edad de su madre se acercaba para hacer lo mismo.
Todos sonrieron y el chico también lo hizo.
Abrazó a la joven que le devolvió el gesto y le acarició el cabello.
—Eres el mejor de los chicos —dijo la joven de solo tres años mayor que él—. De hoy no te veré hasta dentro de seis meses y espero que te portes bien y no me engañes.
—Con quién te habría de engañar, yo te quiero solo a ti —dijo siendo tan joven y sintiéndose enamorado por primera vez.
—Eso espero —dijo ella—. Estoy segura de que tu amor vivirá para siempre. Yo voy a vivir para siempre dentro de ti».
Recordó aquella mañana y se maldijo a sí mismo por haber sido tan ingenuo, pero en algo no se había equivocado, ella iba a vivir siempre dentro de él, sin duda alguna así era, siempre por siempre dentro de él.
Recordó a su familia, a sus hermanos, a su madre, a su padre a quien vio semanas después de eso.
«—Serás el mejor rey de la historia —dijo su padre—. Lo tienes todo. Eres el mejor chico de todos. Yo ya estoy orgulloso de ti.
El hombre alborotó el cabello de su hijo y lo abrazó antes de darle un beso y dejarlo ir.
—Ve a casa y cuida de tu hermanos y de tu madre —dijo con una media sonrisa—. Toma esto. Nunca olvides quién eres y el lugar que mereces, nunca olvides para qué viniste a este mundo; guárdalo y si algún día no estoy esto te hará el hombre que lo puede todo. Ahí estarán las respuestas al por qué tú y no Alfred ni Eleanor y mucho menos Sam. Si alguna vez tienes problemas ve a palacio donde mi hermano y su esposa seguro te ayudarán.
—¿Cuándo vivirás por fin con nosotros? —dijo guardando la carpeta en su mochila y protegiendo lo que su padre le había dado.
—Pronto, hijo —respondió su padre—. Debo antes hacer algo, liberarme de algo. Por cierto, me dijo tu madre que andas de novio por ahí.
Se sonrojó y asintió avergonzado.
—Parker —dijo el hombre—. Desde hoy eres un Walsh Welshmen, no lo olvides jamás y mucha gente lo supone. Nunca dejes que nadie te embauque, no dejes que nadie nunca te diga que no mereces algo. Habrá enemigos, gente que no te aceptará pero no olvides que ya no eres un jovencito cualquiera ni puedes andar por ahí con alguna chica cualquiera.
—Nadie sabe que soy tu hijo —respondió el joven—. Vivimos aquí y tú muy lejos. Bueno al menos lejos de palacio. La gente no sabe quienes somos, vienes cuando puedes, a escondidas, vivimos en medio de la nada. Como van a saber que soy el hijo del rey.
—No importa y no eres el hijo del rey. Eres el heredero del rey —dijo dejando un beso en su frente. Ya debo irme pero vuelve a casa. La siguiente vez que nos veamos será tomando tu lugar en palacio. Como lo que eres.
Parker sonrió y vio a su padre subir al auto.
—Llévalo a casa —ordenó.
La mujer a cargo asintió mientras la camioneta de su padre arrancaba y él era guiado a otro auto para volver a casa donde una hora antes había dejado a su familia para acompañar a su padre.
Se subió al auto que le esperaba mientras pensaba en ella y en qué tal vez cuando fuera grande le dejaran casarse con su novia.
A su madre no le agradaba, decía que era demasiado joven para enamorarse pero él estaba convencido de que no era así y aunque no conocía a su novia ni sabía que era unos años mayor que él estaba convencido de que apenas la conociera estaría feliz por él.
Era tarde y la noche más oscura que nunca.
—Sabes, Stefanny —dijo a su guardaespaldas mientras ella conducía—. He hecho algo que no le hará gracia a mi padre y menos a mi madre.
—¿En serio? —preguntó la mujer que llevaba el cabello con los primeros cabellos plata debido a la edad—. ¿Qué tan malo pudo ser?
—Bueno, no es malo, pero a mí madre la hará enfadar —dijo y la mujer a su lado sonrió.
—Estoy segura de que pasara pronto —dijo una vez se detuvieron alejados de la propiedad pero desde donde se podía ver todo.
La campiña se mostraba a pesar de que era una noche oscura y a criterio del joven una noche extraña. Como si la noche estuviera triste, con el aire ondeando con pesadez, con el silbido triste de mal augurio.
Se bajó del auto dejando su mochila por error en el auto y caminó hacia la casa mientras platicaba con su guardaespaldas.
Stefanny era de total confianza y lealtad para su padre, el actual rey.
—¿Vas a contarme qué es eso tan grave que hiciste? —preguntó la mujer.
—Yo, en realidad yo solo me…
—Ya han llegado —dijo su madre interrumpiendo la conversación.
—Majestad —dijo Stefanny.
—¡Tonterías! —respondió la mujer—. Yo no necesito que me seas leal, tu única lealtad está a favor de mis hijos y de su padre, además no soy una reina.
—Pero lo será en breve —dijo risueña.
La mujer mayor se encogió de hombros y miró a sus hijos gemelos mientras sostenía a la recién nacida.
Eleanor, Alfred, Parker y Sam eran todo lo que tenía y la muestra más grande de amor entre ella y recién esposo.
—¿Así que ya llegaste crío del diablo? —dijo Alfred mientras apagaba la televisión.
Se sentó a su lado alborotando el cabello de su gemelo tan idéntico, como dos gotas de agua. Abrazó a Parker que solo era unos minutos menor que él.
—¡Ya estoy aquí! —dijo la integrante que faltaba sentándose a un costado de Parker.
—Están apretándome —dijo este último saliendo de en medio de sus hermano mayores.
Se recostó en el piso.
—Debo irme ya —dijo Stefanny—. Estaré en el auto, me toca la guardia, cualquier cosa me llama al celular.
—Hombre, ¿qué podría pasar aquí? —dijo la mujer—. Es tan tranquilo que da sueño.
El sonido del cristal rompiéndose hizo que todos se encogieran al mismo tiempo que Stefanny se lanzaba contra Parker y sacaba su arma.
El humo se disperso en segundos al mismo tiempo que los disparos comenzaron a resonar.
Como pudo la mujer tomó a Parker y lo arrastró para protegerlo.
—¡Mamá! —gritó el jovencito al ver a su madre en el suelo llena de sangre.
Stefanny se acercó con cuidado protegiéndose de los disparos mientras Parker veía a su hermano agonizar y a su hermana con los ojos abiertos en el piso y sin vida.
Se acercó a su madre que apenas respiraba.
Había protegido con su cuerpo a la pequeña Sam que apenas tenía un mes de nacida.
—Llévatela —dijo mirando a la bebé y colocando su mano sobre la mejilla de su hijo—. Llévatela y hazla tu heredera. Busca a tu padre. Huye.
Un disparo le hirió en el hombro mientras sintió que lo arrastraban fuera al mismo tiempo que la puerta era forzada.
Stefanny lo guió a una habitación donde se encerró con él sin saber a dónde ir y sin medios para comunicarse.
Se maldijo por no llevar el celular y dejarlo en el auto.
Movió el pequeño mueble por donde estaba construido el túnel de salida y a pesar de que el joven no reaccionaba lo empujó dentro junto a la bebé y ella después.
Lo hizo correr sin detenerse hasta salir lo más alejado posible de ahí pero afortunadamente cerca del auto.
Stefanny rompió su blusa al salir para proteger la herida del joven. Subió al auto e intentó pedir ayuda por el celular pero no funcionaba al mismo tiempo que el joven veía a lo lejos a un hombre muy parecido a su padre bajar de un auto.
Lo subió al auto y condujo sin cesar durante horas mientras llamaba a su superior después de muchos intentos y este afirmaba que debía llevar al pequeño a palacio donde una vez llegaron lo dejó en el auto con la promesa de volver con el rey.
El adolescente tomó a su pequeña hermana que estaba dormida tras las horas de camino y se adentró por los caminos que la vio seguir.
Era tan menudo que se escabullía fácil por lo que apenas llegó a lo que parecía una cocina y entró, la vio.
Ella estaba ahí, riendo junto a una mujer y al mismo hombre que había visto en su casa y que no tenía idea cómo había llegado tan rápido a casa de su padre.
—Nos quedan dos —dijo el hombre—. Han huido.
—¿Es él? —preguntó ella—. Estás diciéndome que mataste a todos menos al importante. Parker va a convertirse en ele heredero si no lo matas.
—Claro que no —dijo el hombre—. Su padre no lo reconoció jamás y nadie sabe la existencia de ese hijo.
—Eso espero —dijo la mujer.
—Yo también —dijo su novia—. No quiero haberme involucrado con un mocoso imbécil por nada.
El corazón del joven se detuvo en ese momento y cuando pensaba ingresar para enfrentarlos Stefanny estuvo ahí.
—Vámonos —dijo arrastrándolo y sacándolo de ahí a duras penas.
La mujer condujo en silencio.
—¿Lo mataron? —preguntó al mismo tiempo que ella golpeaba el volante y sollozaba—. ¿Mataron a mi padre por dinero?
—Por poder, cariño —dijo cuando pudo tranquilizarse—. Van a buscarte, a perseguirte pero vamos a estar bien, vas a cuidar de tu hermana; un día volverás y vas a volverte su peor pesadilla.
La mujer no dejaba de llorar al verse sola y con la traición a su rey y la destrucción de su familia.
—Un día voy a volver y voy a hacerles pagar —declaró el joven sabiendo que ahora era otro, un diferente Parker Wals Welshmen que iniciaba una nueva vida».
Parker miró por la ventana mientras limpiaba sus lágrimas tras el recuerdo de hacía 10 años cuando lo perdió todo.
—¿Estás bien? —dijo la mujer mientras se colaba entre sus brazos para abrazar su torso desnudo.
—Sí, lo estoy —dijo con una media sonrisa—. Ha llegado el momento.
—Que así sea —dijo dejando un beso en su pecho—. Vamos a dejar claro quién es el rey y a reclamar lo que por derecho te corresponde. Sé que nunca te ha interesado el reinado, pero es tuyo al fin y al cabo, aunque creo que tal vez deberías detenerte. Tienes motivos para hacerlo.
—No voy a detenerme ahora —dijo con los ojos azules sobre ella—. Lo perdí todo, a mi familia, mi padre, la dejé ir porque no me puedo permitirme estar vulnerable y me pides que me detenga. No tienes que estar si no quieres, pero nada hará que me detenga, absolutamente nada.
—Voy a seguirte al mismísimo infierno —dijo ella acariciando su rostro.
Parker la abrazó y sollozó tan fuerte que Melina sintió que el corazón se le partía.
Él sabía que si comenzaba todo no habría vuelta atrás con la mujer que amaba, quizás ni siquiera terminaría con vida pero estaba seguro de que iba a vencer así fuera con su muerte de por medio...
¡Ya llegó su escoba, brujas! 🤣🤣🤣
Iniciamos a mi cuarta señorita de la saga y bueno pueden verlo pero no mucho que esos 43 centímetros tienen dueña así que vamo a calmarno. Nos leemos. Iba a ponerla ayer, pero, siempre hay un pero por supuesto, no sería yo si no lo hago, así que vine a dejar mi veneno.
Saben que soy accesible, que trato de responder en la medida que pueda pero tengo un límite, no me amenacen ya con su "dijiste que en domingo y en España ya es domingo, si no vas a subirlo avisa ya me tienes harta". ¡EN ESPAÑA NICO, EN ESPAÑA! ¡Yo vivo en México, Méxicoooo!
En general son encantadoras casi todas y se los agradezco mucho pero ya saben que nunca falta, así que bueno entre más me insulten más ¡MULA ME PONGO! Y voy a borrar sus comentarios y las voy a silenciar. Las historias están gratis y creo que no pedimos nada más que respeto, al menos en mi caso, si alguna vez he pedido votos, comentarios o algo que se sientan violentadas u obligadas me disculpo. Recibo los 30 o los 500 votos que ustedes quieran dar con agradecimiento. Por amor a Dios no me pongan esas cosas que de verdad me enfado y se me quitan las ganas de publicar. Nos leemos y gracias por todo su apoyo. ❤️
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