Capítulo 7: Rescate
Sasuke Uchiha
Me teleporté al clan Hyuuga y creo que les dí un susto de muerte a los allí presentes. Todos estaban reunidos para cenar y entré yo de golpe con los dos bebés en mis brazos causando un gran revuelo. Neji fue el primero en venir corriendo y cogerme a uno de los niños.
- ¿Qué ha ocurrido? – me preguntó sorprendido.
- Tengo que volver – le dije preocupado – asegúrate de que estén a salvo, tengo que ir a por Naruto.
- ¿El sello está intacto?
- Debe de estarlo o tendríamos al demonio de nueve colas suelto por la ciudad.
- ¿Crees que nos atacaría? – me preguntó.
- En principio no lo creo, pero no puedo estar seguro. Si el sello se debilita saldrá sin remedio, aunque él no quiera salir de Naruto.
- ¿Qué te preocupa si piensas que no es peligroso ahora?
- Lo que me preocupa es que puedan controlarlo y mandarlo a Konoha, ¿Para qué querrían al demonio sino? – le pregunté.
- ¿Qué está ocurriendo? – me preguntó sorprendido sin entender nada, pero es que yo tampoco entendía nada, sólo que habían tratado de robarme a mis hijos.
- Ponlos a salvo – le dije – tengo que ir a por Naruto.
- Movilizaré a todo el clan, estarán a salvo, te lo prometo, nadie tocará a tus hijos.
- Gracias – le dije con una medio sonrisa y volví a teleportarme a la sala del parto.
Llegué sólo para ver lo destruido que estaba todo el lugar. Shikamaru estaba vendando el brazo a su esposa mientras Ino trataba de que Karin recuperase la conciencia. Busqué con mis ojos por toda la estancia intentando localizar a Naruto, pero no lo veía.
- ¿Dónde está? – les pregunté.
- Lo tiene ese hombre – me dijo Temari – hemos mandado a Kiba, lo está rastreando.
- Llegaré antes que él – les dije.
- No vayas solo Sasuke... es una locura.
- Tengo que hacerlo, hablamos de Naruto. Joder... se supone que yo soy el ANBU responsable de la seguridad del Hokage, pero he permitido que se lo lleven.
- Tus hijos también te necesitaban – me dijo Ino.
- Voy por él – les dije.
- No hagas locuras Sasuke – me dijo Shikamaru.
Pero yo ya estaba teleportándome al sello que le había colocado al cuerpo de Naruto. Me habría gustado decir que llegué a tiempo, pero no, el zorro de nueve colas estaba fuera y Naruto se estaba desmayando justo cuando lo cogí antes de que cayese al suelo.
- Sas...uke – intentó sonreírme.
- Estoy aquí Naruto, estoy contigo.
- Sabía que vendrías.
- No pensaba dejarte.
- ¿Están a salvo? – me preguntó.
- Nuestros hijos están bien Naruto, están perfectamente. Los he dejado en el clan Hyuuga, sé que ellos los protegerán con su vida si es necesario.
- Tienes que ir a por Tai – me dijo Naruto – van a por él.
Yo miraba a todos los lados, pero ese hombre no estaba por ningún lado, sin embargo el demonio de nueve colas se iba hacia la villa directo sin mirar atrás.
- Creía que ya no quería nada con la Villa.
- Escúchame bien Sasuke... no quiere la Villa, esto sólo es una distracción – me dijo Naruto.
- ¿Hablaste con ese hombre? – le pregunté asombrado.
- Es Orochimaru, quiere el sharingan, no quiere nada con la villa. Te contaré lo que ocurrió – me dijo casi sin voz del cansancio que tenía.
Flashback
Naruto Uzumaki
El cansancio era demasiado, no podía mantener mis ojos abiertos pero aún así, yo sólo podía pensar en Sasuke y en que hubiera puesto a salvo a nuestros hijos. Todo esto me recordaba a mi padre, a lo que tuvo que vivir mi madre y yo no quería repetir su historia aunque sabía... que tener un Uchiha en mi vientre traería problemas. ¿Querían el Kyuubi o querían a esos niños? Ya no podía estar seguro.
- Es absurdo capturarme – le dije – aunque consigas sacar al Kyuubi de mí no atacará la villa.
- No me subestimes Naruto-Kun – comentó y esa voz... yo la había escuchado antes.
- ¿Orochimaru? – pregunté – creí que te habían matado.
- No es tan fácil deshacerse de mí.
- ¿No quieres al Kyuubi, verdad? – le pregunté haciéndome una idea de lo que quería - ¿Venganza contra Sasuke? – le pregunté.
- No Naruto, quiero el sharingan, siempre lo he querido. Me da igual coger el cuerpo de Sasuke que el de uno de tus hijos mientras pueda obtener el sharingan.
- Sasuke no lo permitirá.
- Sasuke estará ocupado protegiendo a la villa del Kyuubi que voy a arrancarte de tus entrañas. Voy a sacarlo y si eres la mitad de fuerte que tu madre, aguantarás vivo para ver como destruye tu preciada villa.
- No lo hará, ha cambiado, aceptó voluntariamente volver a mí.
- Voy a decirte un gran secreto Naruto... yo fui quien le dio aquella droga a Danzo para hacer que el Kyuubi se descontrolase, voy a descontrolarlo en cuanto salga y no podréis pararlo. Mientras protegéis vuestra villa, me llevaré a tus hijos.
- No voy a permitirlo – le dije revolviéndome como pude aunque no tenía fuerzas para hacer que me soltase.
- Deja de moverte Naruto, aún estás convaleciente del parto, no es fácil tener a dos Uchiha.
- Sasuke vendrá.
- Eso es lo que quiero... cuánto más se preocupe por ti, menos defendidos estarán esos críos.
- No te los vas a llevar, no me los arrebatarás como hiciste con Sasuke.
- Sasuke vino a mí voluntariamente Naruto. Hizo un pacto conmigo, iba a entregarme su cuerpo y no lo cumplió, es hora de que consiga lo que me prometió por mi propia mano.
Miré hacia atrás viendo como nos alejábamos de la Villa y en uno de los llanos se detuvo de golpe dejándome caer al suelo. Estaba demasiado cansado para poder levantarme pero aún así lo intenté, tenía que hacerlo. Apoyé mis manos en el suelo y empecé a levantarme aunque mis piernas temblaban hasta que sentí una mano en mi abdomen y tuve que agarrarme a ese brazo para no caerme.
- Empecemos Naruto.
- No lo hagas – le pedí pero notaba como estaba quitando el sello y sacaba una jeringuilla de su manga, seguramente para descontrolar al Kyuubi en cuanto saliera de mi cuerpo.
Intenté cerrar con el poco Chakra que aún me quedaba el sello que Orochimaru trataba de abrir, pero no pude, mis fuerzas se iban y al final... me desmayé frente a él viendo como salía el demonio de mí y le inyectaba aquella sustancia. Apenas seguía de pie cuando Orochimaru desapareció y empecé a caer al suelo mientras el Kyuubi se marchaba hacia la Villa pero unos brazos me cogieron justo cuando mis rodillas tocaban el suelo.
Fin Flashback
Sasuke Uchiha
No podía creerme que Orochimaru hubiera vuelto y más para insistir en conseguir el Sharingan. Lo intentó con mi hermano, conmigo... ¿Ahora con mis hijos? No podía creer que hubiera sido capaz de poner en peligro la vida de Naruto al sacarle ese demonio de nuevo tan sólo para conseguir un sharingan. Estaba obsesionado.
- Voy a llevarte con ellos Naruto – le dije
- Vale – me dijo agarrándose a mi cuello y yo lo levanté en brazos teleportándome a la casa de los Hyuuga.
No había nadie en la sala ahora, todos se habían ido a tratar de frenar al Kyuubi pero Neji al sentir mi presencia abrió la puerta enseguida acercándose.
- ¿Qué ha ocurrido? – nos preguntó al ver a Naruto en mis brazos.
- Te explicaré luego, ¿Dónde están mis hijos? – le pregunté.
- En la habitación de al lado, Hinata está con ellos.
- Voy a llevar a Naruto allí, necesita descansar.
Neji me acompañó abriéndome las puertas hacia la habitación y cuando llegamos, le pidió a Hinata que saliera dejándome entrar a mí con Naruto. Me acerqué a la cama donde estaban nuestros hijos ya durmiendo y dejé a Naruto encima de la cama. Miré a mis hijos unos segundos y sonreí, era mi familia y la protegería a como diera lugar. Tuve que matar a Orochimaru cuando tuve la oportunidad.
- Sasuke... - detuvo mi brazo Naruto con un leve hilo de voz – ten cuidado. Por favor.
- Lo tendré Naruto, volveré a por ti.
- ¿Voy a morir, verdad? – me preguntó asustado mirando a sus hijos.
- No... no dejaré que te pase nada.
- La historia se repite... esto le pasó a mis padres. Los dos murieron para salvarme. ¿Voy a morir?
- No Naruto, no dejaré que la historia se repita.
- ¿Cómo puedes estar seguro, Sasuke? El Kyuubi tenéis que meterlo dentro de mí otra vez.
- Lo haré Naruto, pero no dejaré que mueras.
- Mis padres murieron intentándolo.
- Tu padre no tenía a un Uchiha a su lado – le dije sonriendo – yo no voy a permitir que hagan daño a mi familia ¿Me oyes? Voy a protegeros, vosotros sois lo más importante para mí. Pensaré algo Naruto – me giré hacia Neji que estaba en la puerta – cuídalos, Orochimaru es quien está tras esto, el Kyuubi sólo es una distracción, protege a mis hijos.
- Estarán a salvo.
- Te traeré a mi equipo ANBU para que os proteja, voy a intentar bloquear a ese demonio antes de que destroce media Villa de nuevo.
- Te cuidado Sasuke.
- Lo sé, pero soy el único que puede detenerle. Si consigo conectar mi sharingan a él... todo estará resulto.
- Buena suerte Sasuke – me comentó Neji y salí de allí hacia la muralla que rodeaba la Villa.
Me encontré con Ibiki en la muralla. Había sacado su invocación y trataba de frenar al Kyuubi. No me quedó más remedio que sacar mi invocación para ganar algo de tiempo y mientras veía como mi serpiente se enrollaba al Kyuubi, pude hablar con Ibiki para contarle lo que ocurría. Todo por la maldita codicia de obtener el Sharingan. A mí me preocupaba Naruto, de hecho yo mismo también veía las similitudes con lo que les ocurrió a sus padres y quería poder decirle que estaría bien, pero no estaba seguro de poder hacerlo. Yo sólo quería que estuviera vivo y viviera con nuestros hijos aunque yo tuviera que morir... quizá si empezaba a comprender la decisión que tomó su padre.
- No hagas locuras – me dijo Ibiki como si supiera en lo que pensaba.
- ¿Hay otra solución que no sea la de Minato? – le pregunté sonriendo.
- Minato no tenía un Sharingan – me dijo – intentemos pararlo de alguna forma antes de llegar al extremo de Minato, a él no le quedó más remedio y luchaba contra Obito, luchó contra un Sharingan.
- Venció a un Sharingan – le dije – ni siquiera sé como lo logró.
- Era el prodigio de su generación. Ojala hubiera estado aquí.
- Intentaré algo.
Le dije lanzándome al combate. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera por Naruto, iba a salvar a mi familia y me daba igual lo que tuviera que hacer.
Naruto Uzumaki
Me desperté por el incesante ruido de las explosiones que había fuera. ¿Estaban en guerra? Creo que no, era para intentar mantener al Kyuubi a distancia de la Villa, para impedir que entrase de nuevo y destruyera todo a su paso como hizo ya una vez en el pasado.
- ¿Estás despierto? – me preguntó Hinata con una sonrisa.
- Sí – le dije - ¿Dónde está Sasuke?
- Se marchó hace horas – me dijo – estabas muy cansado, necesitabas recuperarte.
- Tengo que ir con él – le dije.
- No estas para pelear Naruto.
- Soy el Hokage, defender la Villa es mi responsabilidad. ¿Qué Hokage sería si dejase a mis ANBU hacer todo para protegerme sin yo mover un dedo? – le pregunté – voy a ir al campo. Cuida de mis hijos.
- Naruto... por favor no lo hagas – me dijo como si supiera en lo que estaba pensando.
Cogí un papel de una estantería y escribí algo en él dándoselo a Hinata con una sonrisa.
- Dáselo a Sasuke cuando todo acabe – le dije.
- No lo hagas – me repitió – no te sacrifiques tú por todos nosotros, Sasuke encontrará una forma de bloquearlo, lo arreglará.
- No hay una forma de arreglarlo Hinata, mi padre ya sabía la única solución, tengo que hacerlo.
- Por favor Naruto... confía en Sasuke.
- Dáselo por favor – le repetí yo refiriéndome al papel
Me despedí de mis hijos dando un beso en la frente a cada uno de ellos y me coloqué la capa de mi padre marchándome de la habitación y teleportándome frente a un trozo de la muralla sur más cercana al Kyuubi. No veía a Sasuke por aquí y supuse que estaría con el resto de ANBU peleando.
- Lárgate de aquí Naruto – escuché a Kakashi a mi espalda – no estás en condiciones de pelear.
- Soy el Hokage y defenderé mi Villa – le dije – he recuperado lo suficiente. Voy a sellarlo de nuevo en mí.
- Está descontrolado Naruto, no te obedecerá.
- Pues haré que me obedezca de nuevo – le grité enfadado – pero no tocará mi Villa.
Kakashi iba a decirme algo, lo sabía, pero yo sentí la presencia de mi hijo en peligro y antes de que pudiera escucharle, ya había sacado el kunai y me estaba teleportando hasta Tai cogiéndolo por la cintura y moviéndolo del sitio donde segundos después caía la pesada pata del Kyuubi. ¿Qué hacía Tai tan cerca del demonio? Pero luego escuché a Sasuke y a un grupo más de ninjas que estaban cerca... sus voces se camuflaban entre las explosiones y no conseguía escucharles bien lo que decían.
- ¿Papá? – preguntó Tai incrédulo.
- ¿Qué estás haciendo aquí? – le pregunté – deberías estar en casa.
- No podía dejaros solos con esto.
- Joder Tai... no podemos pelear si tengo que protegerte.
- No necesito que me protejáis... yo también soy un Ninja de Konoha, quiero ayudar.
- Tendrás mucho tiempo para ayudar cuando crezcas Tai... pero no hoy. No contra éste demonio. ¿Tu padre sabe que estás aquí? – le pregunté.
- No – me dijo – le oculté mi chakra
- Vuelve a casa ahora mismo – le dije
- ¿Me prometes que volverás? – me preguntó cogiéndome de la manga de la capa y evitando que me fuera y por unos segundos... me quedé inmóvil.
¿Qué debía contestarle? ¿Qué pensaba encerrar a ese demonio como fuera incluso dando mi vida si era necesario? ¿Tenía que mentirle y decirle que volvería para salvarle? ¿Qué decirle a tu hijo cuando está a punto de verte morir? ¿Qué recuerdo quería que él tuviera de mí? Le abracé con fuerza contra mi pecho y le susurré al oído.
- Estoy orgulloso de ti Tai, sé que serás un buen Ninja y que cuidarás del cabezón de tu padre pero... no sé si volveré. Voy a intentarlo, intentaré regresar ¿Vale? Pero no puedo prometértelo.
- Vuelve con vida, papá – me dijo casi llorando.
- Cuida de tus hermanos y de Sasuke si algo me ocurre ¿Vale? Te los encargo a ti – le dije sonriendo marchándome corriendo – vuelve a casa ahora y cuida a tus hermanos.
Me situé frente al Kyuubi ante el asombro de Sasuke y todos los ninjas que me vieron llegar y saqué el Kunai de mi padre haciendo el sello para teleportarme y Sasuke al verme, preocupado se lanzó hacia mí tratando de detenerme, pero conseguí acabarlo antes de que me alcanzase mandándonos al Kyuubi, a Sasuke y a mí lejos de la Villa.
- Imbécil – le dije a Sasuke cuando salimos en mitad del bosque – no tenías que venir.
- ¿Quieres matarte o qué narices te pasa? – me preguntó él cabreado levantándose del suelo y cogiéndome de la chaqueta – sé que lo has alejado de la Villa para que no destruya nada ¿Y ahora qué? ¿Quieres sellarlo tú mismo y matarte? No lo voy a permitir.
- Maldito estratega ¿Por qué tienes que leerme siempre la mente?
- Porque eres un maldito Dobe que no piensa más allá de lo que ha visto, tú no eres como tu padre, no dejaré que mueras, me tienes a mí, tienes a un Uchiha a tu lado que es lo que le faltó a tu padre para seguir vivo – me dijo
- Voy a sellarlo.
- Voy a obligarle a entrar en ti voluntariamente para que no tengas que matarte – me gritó.
- ¿Puedes hacerlo?
- Creo que sí, lo controlaré con el Sharingan y lo meteré de nuevo cerrando el sello.
Antes de que pudiera rebatirle esa idea, Sasuke ya estaba haciendo los sellos bloqueando al Kyuubi y activando su Sharingan para poder controlarlo. Le costaba entrar en su mente, veía el esfuerzo de Sasuke pero al final lo consiguió, consiguió devolverlo a mi cuerpo y cerró el sello cayendo después inconsciente al suelo.
No podía moverme por el cansancio y el tener que aguantar ahora al Kyuubi en mi interior luchando por salir, pero miraba a Sasuke tirado varios pasos más atrás de mí sin moverse y estaba preocupado. Su equipo no tardó en llegar a por nosotros y nos llevaron al hospital.
Tardé dos días enteros en despertarme o eso me dijeron. Cuando me dejaron ir a ver a Sasuke tras tanta insistencia que tuve preguntando por él, finalmente accedieron, pero cuando llegué a su habitación, me quedé absorto en el sitio, estaba ciego y era mi culpa, yo le había forzado a utilizar esa habilidad para salvarme.
- Sasuke – le susurré.
- No te pongas así – me dijo aún sentado en la camilla – es mejor esto que perderte a ti – me dijo – no es para tanto.
Me lancé a abrazarle y me dio igual quien estuviera en la sala. Lloré allí mismo y Sasuke se abrazó a mí acurrucando su cabeza en mi pecho.
- Te quiero Sasuke, siento haberte hecho esto.
- Tú no me has hecho nada Naruto, ya te lo dije... haría cualquier cosa por mi familia. Te amo sólo a ti, si tu estás bien todo estará bien, sólo necesito verte feliz, así que deja de llorar.
- Vale.
Tres días tardaron en dejar a Sasuke salir del hospital y regresar a casa. El primer día de su regreso, acostamos a los niños. Yo no podía dejar de ver a Tai y sabía que sería un gran Ninja en el futuro, pero aún era joven, un par de años y haría cosas increíbles, lo sabía, tenía puesta mucha esperanza en él, sería como su padre verdadero, sería como Nagato, un genio brillante que impartiría justicia. De mis hijos... no podía pedir nada mejor, mi hija era idéntica a su abuela, pelirroja de ojos oscuros como Sasuke y de mi hijo... moreno como Sasuke pero con el color azul cielo de los Namikaze, el color de mis ojos. Ambos eran nuestro mayor orgullo.
Nos quedamos en la cama abrazados. Yo no podía dejar de mirar sus ojos ahora tapados con la bandana con el símbolo de Konoha.
- Deja de mirarme así Dobe, estoy bien – me dijo sonriendo – sigo siendo el mismo Sasuke de siempre. Por cierto, tengo esto para ti – me dijo sacando un papel y reconocí el papel que yo había escrito y le había dado a Hinata – le dijiste a Hinata que me lo entregase cuando todo se arreglase, pero lo siento... no puedo leerlo ¿Me lo lees?
- Es el nombre que elegí para nuestro hijo – le dije.
- ¿Qué has elegido Naruto? – me preguntó con una sonrisa.
- Natsume – le dije y él empezó a reír.
- ¿Le has puesto el nombre de una baya curativa? – me preguntó riéndose.
- Sí – le dije – tenía esperanzas en que él encontraría una forma de sanar nuestra familia... de salvar los ojos ciegos de los Uchiha, de quitar esa maldición de que os mataseis los unos a los otros por el poder, de salvar a tu hermano... tengo esperanzas en él – le dije.
Sasuke se quedó absorto unos segundos y luego me besó con dulzura metiendo su lengua con suavidad en mi boca.
- Si tú tienes esperanzas en él... yo también – me dijo – él curará la maldición de los Uchiha – me dijo – yo también tengo ya elegido un nombre para nuestra hija – me dijo sonriendo – se llamará Yumiko.
- ¿Yumiko? – pregunté.
- Sí... porque voy a enseñarle a disparar con el arco, será idéntica a mí – me dijo sonriendo.
- Sasuke... - le dije sintiendo algo extraño en un momento de tanta felicidad como era este.
- ¿Qué ocurre?
- ¿Te acuerdas cuando el cuarto Raikage dijo que sentía la presencia de mi padre dentro de mí? – le pregunté.
- Sí ¿Qué ocurre?
- Yo también la sentía... pero ya no está.
- ¿Qué? ¿Cómo que no está? Él dejó su conciencia dentro de ti ¿Cómo puede no estar?
- No la siento – le dije preocupado - ¿Y si Orochimaru se la llevó cuando sacó al demonio de mí? ¿Y si era eso lo que buscaba de verdad? No fue a por nuestros hijos.
- No puede ser cierto... - me dijo Sasuke sorprendido - ¿Para qué querría a Minato Namikaze? ¿Él no tiene el sharingan?
- Pero derrotó a un Sharingan – le dije – derrotó una vez a Obito Uchiha. Sasuke... creo... que volveremos a saber de Orochimaru – le dije preocupado.
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