Capítulo 4 Descendencias
Naruto Uzumaki
Me encontraba en mi despacho como todos los días. Odiaba firmar documentos, estar continuamente revisándolos, yo quería salir, hacer misiones como hacía Sasuke y es que él era un ANBU prestigioso en la aldea, todos le hacían caso desde que se convirtió en el líder de su equipo. Dejé de firmar papeles un segundo dejando la pluma en el tintero y miré la fotografía de Sasuke de mi escritorio. Cogí el marco entre mis manos y sonreí, le amaba y este año con él había sido el mejor de mi vida. Lo que más echaba de menos era hacer misiones con Sasuke, desde que era Hokage a mí no me dejaban salir de la Villa a hacer misiones, decían los ANBU que mi protección era lo más importante y es que intentar convencer a Sasuke de que me dejase ir... era misión imposible, él estaba dispuesto a protegerme de todo y de todos.
Era un maldito dominante pero le amaba. Sonreí recordando nuestras noches, recordando nuestros momentos más íntimos y es que adoraba a ese chico, con él era capaz de hacer lo que fuera, pero no me gustaba que no me dejase hacer misiones con él, me moría de ganas de volver a trabajar a su lado.
Llamaron a la puerta y cuando di acceso, entró un ANBU con su máscara dejándome un informe encima de la mesa.
- Quítate esa máscara Sasuke – le dije sonriendo – reconozco tu forma de moverte desde kilómetros.
- No esperaba menos del Hokage – me dijo Sasuke quitándose la máscara y sonriendo. - ¿Pensando en mí Dobe? – me preguntó viendo como miraba la fotografía.
- Siempre pienso en ti Sasuke, pero... me muero por hacer misiones.
- Sabes que no puedes dobe, estoy a cargo de tu seguridad.
- Y sé que me protegerías si fuera a pasarme algo, por favor Sasuke... quiero hacer misiones.
- Tienes una misión muy importante Naruto... proteger la Villa, tú sitio está aquí, deja que mi equipo y yo nos ocupemos de las misiones más peligrosas fuera de la Villa.
- ¿Cómo llevas la técnica de mi padre?
- Casi controlada – me dijo Sasuke sonriendo enseñándome un Kunai con el sello – no seré tan rápido como tu padre pero... ya he conseguido superar tu velocidad.
- Es complicado superar la velocidad del relámpago de Konoha, pero sabía que tú estarías cerca de igualarla, siempre fuiste muy rápido, nadie podía alcanzarte.
- Fue gracias a Kakashi – me dijo – él me enseñó a coger la máxima velocidad posible para el Chidori. Debería agradecérselo a él.
Sé que mi padre enseñaba a sus alumnos y a los ANBU a utilizar su técnica para poder proteger mejor la Villa y yo había conseguido su Kunai en la cuarta guerra. Me costó aprender su técnica y sé que jamás sería tan rápido como él, pero había decidido seguir sus pasos, mi padre era mi admiración, para mí... siempre sería el mejor Hokage que tuvo la villa y continuaría con su trabajo, estaba enseñando a los ANBU a utilizar esta técnica y mi primer objetivo fue Sasuke, yo sabía que él podía conseguir prácticamente la velocidad de mi padre, él era muy rápido. Sasuke era ahora el profesor que enseñaba esa técnica, tenía hasta a sus propios alumnos.
- Me siento aburrido – le dije de golpe levantándome y golpeando la mesa con fuerza. Él empezó a reírse.
- ¿Muy aburrido? – me preguntó Sasuke.
- Sí, además... últimamente llegas muy tarde a casa, siempre tienes muchas misiones.
- Cuido de la Villa para evitarte más trabajo – me dijo sonriendo.
- Quiero hacer una misión contigo – le dije muy serio.
- Naruto... enseña a tus alumnos y déjame las misiones peligrosas a mí y a mi equipo.
- No es justo Sasuke... yo soy fuerte, puedo hacerlo.
- No he dicho que no puedas hacerlo Naruto – me dijo cogiéndome el rostro entre sus manos con suavidad – Entiéndeme Naruto... sólo trato de protegerte, no puedo perderte. Déjame hacer mi trabajo, yo cuidaré de ti siempre.
- ¿Por qué tienes que ser tan tierno Sasuke? – le pregunté.
- Porque te amo, me enamoré del maldito Hokage – me dijo sonriendo antes de coger mis labios con pasión.
Sentí sus manos en mi pecho empujándome contra el asiento y caí en él de golpe mientras Sasuke apoyaba una rodilla en el asiento sin parar de besarme. Coloqué mis manos en su trasero apretándolo sintiendo su sonrisa aunque se negó a soltar mis labios. A cambio de mi atrevimiento, Sasuke metió su lengua con fuerza jugando con mi lengua. Podía sentir su sabor, su aroma, me excitaba sentir a Sasuke.
- ¿Cómo puedo amarte tanto? – le pregunté.
- Soy irresistible – me dijo sonriendo cuando tocaron la puerta.
- Mierda – le dije
- Shh, cállate Dobe – me dijo con una sonrisa divertido metiéndose bajo mi mesa.
- ¿Qué narices haces Teme? Sal de ahí, van a mal pensar.
- No siempre que te mantengas en silencio – me dijo.
- Ni se te ocurra... - pero Sasuke me dejó con la palabra en la boca escondiéndose bajo mi mesa cuando la puerta se abrió – Buenos días Kakashi – saludé al ver a Kakashi que venía hacia mi mesa con un informe.
- Buenos días Hokage, te traigo mi informe.
- Gracias – dije dando casi un salto al sentir como el maldito de Sasuke bajaba mi cremallera del pantalón.
- ¿Estás bien Naruto?
- Perfectamente – le dije.
- La misión que nos han traído ahora es el país de las olas, no muy lejos de aquí. Sería una misión fácil para que empezasen los alumnos nuevos a ir saliendo de la Villa, quizá tus alumnos o los de Sasuke se puedan encargar de esto.
- Yo iré – le dije emocionado y tratando de levantarme, pero Sasuke me empujó de la ingle de nuevo al asiento y me quejé.
- ¿Seguro que estás bien Naruto? – me preguntó cuando me quejé.
- S-Sí – le dije rojo como un tomate ahora al sentir la lengua de Sasuke en mi miembro.
- Parece que estás enfermo o algo, quizá debería ir Sasuke a esa misión.
- No... iré yo – trataba de hablar sin gemir por lo que Sasuke me hacía – quiero salir de este despacho.
- ¿Sasuke te dejará?
- Claro – le dije muy animado – Ah – gemí de golpe y me tapé la boca frente a un sorprendido Kakashi.
El maldito de Sasuke se había atrevido a mordisquearme la punta de mi miembro en clara seña de que no fuera a esa misión, pero pensaba ir, estaba muy aburrido ya de estar todo el día aquí sentado sin hacer nada... aunque si Sasuke venía todos los días a dejar que me follase su boca... quizá tenía una mínima posibilidad de convencerme para que me quedase quieto en este asiento.
- Que raro estás Naruto – me dijo Kakashi sorprendido - ¿Seguro que estás bien?
- Sí... puedes retirarte – le dije metiéndole prisa porque no aguantaba ya más gemidos.
Kakashi salió del despacho y aparté la silla con rapidez mirando bajo la mesa a Sasuke que me miraba con esa sonrisa prepotente.
- Casi nos pillan Teme.
- ¿Crees que Kakashi no sabe que estaba aquí abajo chupándosela al Hokage? – me preguntó divertido – deberías haber sido algo más disimulado. Por cierto, no vas a ir a esa misión.
- Si voy a ir – le dije amenazándole.
- He dicho que no – me dijo saliendo de debajo de la mesa y obligándome a levantarme de la silla.
Sasuke me empotró contra la cristalera metiendo sus dedos humedecidos por él mismo en mi entrada y me asusté al ver como la gente paseaba por debajo de la torre.
- Estás loco ¿Quieres que nos pille toda esa gente?
- La gente no suele mirar hacia arriba, están ocupado, no te verán tranquilo – me dijo con una sonrisa picarona.
- Cómo te excita el riesgo Sasuke.
- Me encanta jugar contigo y lo sabes, eres tú quien me excita Naruto.
Entró en mí tras haberme preparado y gemí sintiendo como me empotraba una y otra vez contra el cristal mientras él también jadeaba conmigo. La verdad es que últimamente casi lo hacíamos más por mi despacho que en la propia casa y es que desde que habíamos adoptado al pequeño Taichi... nos daba un poco de apuro hacerlo por si nos pillaba, esperábamos a las veces en que se marchaba con su equipo.
Sasuke me movió hacia la mesa de golpe y cogió una de mis piernas obligándome a subirla encima de la mesa cogiendo aún más profundidad en mí. Sé que él sonreía y me ordenaba que bajase el tono, incluso metía sus dedos en mi boca tratando de que callase los jadeos para que no nos pillasen, pero no había forma, me gustaba Sasuke y sé que debía de estar rojo como un tomate ahora mismo sabiendo que un maldito ANBU encargado de mi seguridad me estaba follando encima de mi mesa. Ya se estaba corriendo Sasuke dentro de mí cuando sentí una sensación extraña, esto significaba peligro y sé que Sasuke también lo sintió.
- Taichi – exclamamos los dos de golpe y Sasuke fue el primero en salir de mí teleportándose con la técnica de mi padre.
Iba a hacer lo mismo cuando tropecé con mis propios pantalones cayendo al suelo y tuve que subírmelos lo más rápido que pude sacando el Kunai y teleportándome tras de Sasuke.
Aparecí en el bosque tras la puerta de la Villa viendo como Sasuke apartaba a Taichi de uno de los enemigos. ¿Cómo habían llegado enemigos hasta aquí? Lancé el Kunai hacia el enemigo viendo como Sasuke ya se apartaba con Taichi de la trayectoria del Ninja enemigo y me teleporté hasta el kunai activando el rasengan dando de lleno al enemigo al que lancé varios metros hacia atrás donde Sasuke ya lo estaba cogiendo del cuello y empotrándolo contra el suelo. El resto de ANBU no tardaron en llegar y fue Ibiki quien decidió llevarse al enemigo para torturarlo y ver qué hacía en esta zona tan cerca de nuestra Villa.
- ¿Qué hacías aquí fuera Tai? – preguntó enfadado Sasuke hacia nuestro hijo.
Taichi realmente no era hijo nuestro, apenas tenía ocho años y aún estaba en la academia. Lo encontramos vagando sin rumbo tras la cuarto guerra Ninja. Era el hijo de Pain y Konan, para ser exactos... era el hijo de Nagato y decidimos adoptarlos, yo no dejaba a ningún Uzumaki vivir en soledad. Su cabello rojizo lo delataba completamente y ya bastante tenía con soportar que mi clan estuviera al borde de la extinción como lo estaba el de Sasuke. Al final lo adoptamos. Por suerte para mí... Sasuke conocía bien el funcionamiento del Rinnegan y le estaba enseñando él a manejarlo a la perfección.
- El profesor nos pidió hacer una misión – dijo Tai – pero ha desaparecido.
- Mandaré guardias a buscarlo – le dije a Sasuke – lleva al resto de alumnos a la Villa y encárgate de que sus padres vengan por ellos – le ordené a Sasuke.
- Claro – me dijo llamando al resto de alumnos que estaban escondidos - ¿Yo no te he dicho que no te metas en líos? – le preguntaba Sasuke enfurruñado a Tai.
- Pero es que él nos atacó y tú siempre me dices que me defienda. Derribé a uno de dos – le decía ilusionado.
Sé que aunque Sasuke no lo aparentase, estaba orgulloso de su hijo, ambos sabíamos que cuando creciera, sería un gran Ninja, ese Rinnegan pocas personas podrían detenerlo. Estaba seguro de que Sasuke le enseñaría perfectamente a utilizarlo. Yo cada vez que le miraba... me recordaba a Yahiko, salvo por su pelo rojo.
- Ese es mi niño – le dije yo sonriendo revolviéndole el cabello.
- Papá – me llamó - ¿Por qué has tardado tanto? – me preguntó y yo miré a Sasuke.
- Digamos que tu padre me hizo una mala jugada – le dije y Sasuke sonrió.
- Yo no he hecho nada.
- Me has hecho tropezar... eres un tramposo, te habría ganado.
- Sigue soñando Dobe... soy más rápido que tú.
- Tramposo – le dije sonriendo.
Sasuke los llevó a la academia a todos y yo volví a mis quehaceres de Hokage. Menudo aburrimiento era estar todo el día aquí, yo quería acción, hasta mi hijo tenía más acción que yo. La puerta sonó y pasó Ibiki.
- ¿Me había mandado llamar Hokage-sama? – me preguntó Ibiki.
- Sí Ibiki, por favor siéntate. ¿Has conseguido sacarle algo de información? ¿Sabías por qué han atacado a mi hijo?
- Sí Hokage, por sus ojos, quería robárselos pero dijo algo aún más interesante, ha dicho que "él pronto vendrá"
- ¿Él? – pregunté.
- No lo sé señor, Ino Yamanaka entró en su mente, pero no pudo sacar nada de información, alguien lo mató antes de que pudiéramos acceder por completo.
- Gracias Ibiki, puede seguir con su trabajo, me ha sido de ayuda.
Cuando volví a casa esa noche, Sasuke y Taichi estaban entrenando en el estanque de la casa y yo aproveché a quitarme la túnica que antaño fue de mi padre y dejarla colgada en el armario. Al mirarme en el espejo me di cuenta... que cada vez me parecía más a mi padre, hasta en la forma de vestir.
- Ey papá... ¿Cenamos? – me preguntó Taichi
- Claro – le dije sonriendo – quiero Ramen
- Papá ha cocinado su "plato especial".
- ¿Enserio? – le pregunté con una cara que mostraba claramente mi miedo y mis náuseas. El plato especial de Sasuke era horrible.
- ¿Y si nos escapamos y comemos Ramen? – le dije sacando un Kunai y viendo la sonrisa de mi hijo.
- Cogí a mi hijo y me teleporté lejos de la casa, a mi lugar favorito del Ramen. Ya habíamos pedido el plato cuando Sasuke apareció tras nosotros.
- ¿Os parece bonito? ¿Yo cocino y vosotros os vais sin avisar a comer Ramen?
- Lo sentimos Sasuke... nos apetecía Ramen – le comuniqué.
- Siempre os apetece cuando hago mi delicioso plato especial.
- Cocinas horrible – dijo Taichi de golpe – ese plato es asqueroso.
- Quítate ese pircing de la nariz, renacuajo – le dijo Sasuke tirándole de uno de los metales de la nariz y sé que se lo decía de broma.
Sasuke le dio un coscorrón a Tai y yo sonreí mientras veía como Tai le insultaba con un "Teme" ¡Ese era mi niño! Había salido a mí, aprendía de mí con rapidez, ahí estaban los genes Uzumaki haciendo estragos en los Uchiha. Al final Sasuke se unió a comer con nosotros.
Tai cada vez me recordaba más y más a Yahiko, hasta estaba empezando a ponerse esos pircings en los mismos lugares que su padre... o al menos... que uno de los cuerpos de su padre. Yo sonreí y es que no podía ser más feliz en este momento, estaba con mi familia y eso me encantaba.
Cuando volvimos a casa, Sasuke fue el que acostó a Tai y les miré desde el marco de la puerta. Sasuke adoraba a ese niño, se metía mucho con él, pero igual que se metía conmigo y aún así me quería más que a nadie en su vida. Yo también le adoraba, era el hombre perfecto, no podía pedir a nadie más perfecto que él. Era un padre increíble.
- ¿Espiando en la puerta? – me preguntó sonriendo
- Me encanta cuando te comportas como un auténtico padre, me excita verte así.
- Me alegro, porque ahora me toca acostarte a ti – me dijo cogiéndome y obligándome a enrollar mis piernas en su cintura mientras me besaba.
Me llevó hasta nuestra habitación y me tumbó en la cama tumbándose encima de mí. No esperé que cogiera mis manos y las atase con sus malditas serpientes al cabecero de la cama mientras sonreía. Desde luego Sasuke era el niño de los mil juegos. Me besó los pezones y gemí mientras iba desnudándome poco a poco.
- Haz ese jutsu Naruto – me ordenó y yo me entristecí de golpe.
- Sasuke... no funciona, ya lo hemos intentado.
- No lo suficiente, no puedes rendirte.
- Aunque me convierta en mujer no puedo quedarme.
- Eres el único que desarrolló esa técnica por completo, si yo pudiera hacerla la haría por ti. Es pronto para saber si funciona Naruto. No esperabas quedarte a la primera ¿Verdad?
- Llevamos un mes intentándolo... creo que no funciona.
- Por favor Naruto... hazlo por mí, no te rindas, dame un hijo propio, dame un Uchiha como ya tenemos un Uzumaki, por favor.
- Está bien – le dije acumulando chakra para hacer el jutsu y convertirme en chica.
¿De verdad esto funcionaría? No lo sabía, pero llevábamos tanto tiempo intentándolo y no funcionaba que me empezaba a deprimir, creí que esto jamás iba a dar resultado y me daba miedo no poder darle a Sasuke lo que tanto había deseado, su hijo, un heredero Uchiha, un descendiente Uchiha. Tenía que funcionar, era lo que más deseaba, darle un hijo y tenía razón... yo era el único que había completado al cien por cien esta técnica, tenía un útero siempre que estuviera transformado en mujer pero tenía una gran duda... ¿Si me destransformaba...perdería al niño? Tenía miedo y creo que Sasuke lo sabía.
- Voy a estar contigo Naruto, esta vez funcionará, pondré todo mi empeño, te lo prometo.
- Hazlo Sasuke – le dije.
Sasuke entró en mí y sé que prácticamente ni siquiera me había preparado, pero es que a él también le costaba excitarse cuando utilizaba esta técnica, no le gustaban las chicas, sólo se excitaba cuando era Naruto de verdad y eso nos dificultaba a los dos la tarea de dejarme embarazado. Jadeé al sentir el miembro de Sasuke dentro de mí, era una sensación diferente a cuando era un hombre y Sasuke siempre me tocaba los pechos y el clítoris tratando de darme placer mientras me embestía una y otra vez jadeando.
Sé que siempre cerraba los ojos para imaginarme como Naruto, como un hombre, como su Hokage y no como la chica en la que me transformaba, pero no podía discutírselo, es como más cómodo se encontraba.
- Voy a llegar Naruto – me avisó.
- Mételo todo Sasuke, déjame embarazado, por favor – le dije – quiero darte a ese hijo.
Sasuke se corrió dentro de mí y no dejó que nada de su líquido saliera de mí. Me besó aún con los ojos cerrados y sé que tenía que quedarme en esta forma de mujer durante al menos dos semanas...era el tiempo que Ino necesitaba para saber si me había quedado embarazado o no, no podía destransformarme. Sé que Sakura habría sido mejor como médico, pero estaba muy enfadada porque según ella... le había robado a Sasuke, así que Ino se ofreció voluntaria y en parte... me caía muy bien, siempre le había preguntado mis dudas, siempre hablaba con ella de mis temores y al menos, intentaba ayudarme en todo lo que podía.
Sasuke se durmió abrazado a mí y yo acaricié su cabello. Recé... para que esta vez sí estuviera embarazado y con esa idea... me dormí.
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