¿Nuera?

—¡Que bien que te encuentro!— decían ambos hermanos al mismo tiempo.

—Tu primero.— Dijo Norman dándole la palabra a su hermana.

—Ok. Te estaba buscando para decirte que llegare tarde a casa, tal vez como a las 6. Es que tengo que hacer un trabajo en conjunto.— Mintió.

—Igual te venia a decir que no iba a llegar luego a casa, trabajo en equipo. Pero parece que igual estarás ocupada. Así que no vemos en la tarde.— Igual mintió.

—Ah si, nos vemos mas tarde.

Sin mas, ambos hermanos salieron en distintas direcciones.

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—Perdón por la tardanza.— Se disculpó Norman llegando a la entrada principal del plantel, encontrándose con Emma.

—Tranquilo, acabó de llegar. Fui a dejar unas cosas a la dirección. Vámonos.— Animo. Comenzó a tomar camino siendo seguida a un lado del albino.

—Y ¿En donde trabajan tus padres?— preguntó Norman quien iba bebiendo de una botella de agua.

—Trabajan para tu padre.— Dijo entre pequeñas risas.

Norman casi se atraganta. Comenzó a toser recibiendo palmaditas en la espalda de parte de su amiga comenzando a preguntarle si estaba bien o querían que fueran a un hospital, Norman nego.

—¿Con mi padre?— preguntó sorprendido, con los ojos abiertos de par en par.

—Sip, bueno hace poco comenzaron a trabajar con el, hace como año y medio.—Explico.— Mamá comenzó a tener problemas de acoso por parte de su  anterior jefe así que como mi padre trabajaba en el mismo lugar que ella, decidieron mejor renunciar. Le debemos mucho a tu papá.

Norman no sabía como tomarse aquello, su padre no le había ni si quiera comentado sobre el asunto, aun que era obvio que no le iba a decir nada, después de todo el se había ido para despejarse y no saber nada de su ciudad natal.

—Ya veo. No creí que hubieran pasado esa clase de cosas el tiempo que me fui.

Sonrió nervioso, se detuvo y se quedo mirando a un punto fijo en la nada. Emma había tomo a Norman de las mejillas y simplemente le sonrió, transmitiendo tranquilidad y paz al ambiente.

—Hay que apresuramos o se nos hará muy tarde.— Dijo Emma comenzando a caminar esta vez tomando las manos del chico.

Tardaron alrededor de 20 minutos en llegar, afuera se podía apreciar un edificio de al menos 30 pisos.

—Vamos, mis padres están en el piso 15.

Entraron y subieron al ascensor y oprimieron el boton del piso que iban, llegaron y fueron recibidos por la mirada de todos los trabajadores, mas que nada las miradas eran para Norman. Por dios quien no conocería al hijo del Magnate Ratri.

Emma trataba de disimular su incomodidad, ya que la mayoría de veces cuando iba nunca se habían quedado callados solo para observar quien había llegado. Caminaron por el estrecho pasillo que formaban las pequeñas oficinas, alcanzando a ver como las mujeres mas jovenes se acomodaban la falda e incluso se la subían mas arriba o se arreglaban el cabello.

Se rasco la nuca nerviosa, ahora no podía hacer su escena de "celos" como lo había hecho cuando se encontró con Norman, es más, se sigue preguntando el porque de aquella acción pasada.

Norman tan solo miraba de reojo como su acompañante parecía morir de los nervios, el no estaba muy diferente ya que trataba de evitar la mirada de las mujeres, así que solo encontró una sola salida.

—Emma.— La mencionada volteo a ver al albino, Norman la tomó de la mano como si nada.

la aludida ruborizo, pero tenia que seguirle el "juego". Las miradas de decepción, enojo y envidia no se hicieron esperar por parte de la mujeres. Al final del pasillo se encontraron a Yuugo, un hombre alto de cabellos azabaches quien miraba a Norman con odio y con ganas de ir y hacer que soltara a su hija, a su lado estaba Dina cubriendose el rostro algo sonrojada y con un extraño brillo en los ojos.

—¿Cuanto tiempo mas piensas seguir tomando de la mano a mi hija?— Yuugo se cruzo de brazos y se acerco al albino amenazante.

Norman sonrió nervioso y soltó la mano de su amiga-amada, ella, sintió distante al albino después de romper aquel tacto.

—Es un gusto volver a verlo.— Saludo regresando a su semblante tranquilo y sereno.

—Como sea. ¿Trajiste lo que te pedí?— Preguntó dirigiendo su mirada a su hija, quien andaba volando en las nubes.— Emma.— El mayor movió sus manos de un lado a otro enfrente de la menor hasta que reaccionó.

—¿Ah? Mmmh... Si. Aquí esta— Aun aturdida saco de su mochila dos carpetas entregándoselas a su padre.

—Gracias. Ahora— Miro al albino—no vuelvas a tocar a la antena.— Su mirada estaba con la pelirroja.— Y tu no te acerques mas a él.

—¡¿Para cuando la boda?!

Los tres se giraron a la adulta quien parecía emocionada, casi imaginándose cuidando a sus futuros nietos. Yuugo empezó a contar numero para no gritarle a su esposa por tal ridiculez que había dicho. Emma y Norman eran las envidia de los tomates.

—¿Emma?— Oh no.

La aludida se giro encontrándose con el padre del albino.

—Se-Señor James.— Dijo en tartamudeos, tratando de recuperar su postura y no morir de la vergüenza ahí mismo.

—Que gusto verte.— paso su vista por los presentes hasta dar con su hijo.— ah... Y vienes con Norman.—Su sonrisa se ensanchó aún más..

Norman al notar tales caras de su padre se cubrió el rostro de forma discreta. Nunca se había sentido tan avergonzado. Ahora ya sabe lo que se siente estar en los zapatos de su hermana cada vez que su padre le hacia burla con Ray.—Mi mas grande pésame Anna.— dijo mentalmente.

—Aprovechando que están aquí.— Oh no, ahí va.— Yuugo, Dina, me gustarían que me ayudaran con las ultimas revisiones.—James camino hasta quedar entre ambos mencionados.

Yuugo estaba apuntó de reprochar ya sabiendo las intenciones del albino mayor, pero Dina le cubrió la boca evitando que suelte queja alguna.

—oh. Si, si, si, si. Con gusto señor Ratri lo ayudaremos en lo que haga falta. Vámonos cariño, son ordenes de nuestro jefe.

Dina y James se llevaron a Yuugo dejando a ambos adolescentes mas que avergonzados por la situación que creaban sus padre.

—Nuera te encargó a Norman. Nos vemos.— grito James subiendo al elevador bajo la miradas de todos los empleados.

Norman ya estaba en el suelo echando humos y posiblemente muerto. Emma se quedo estática en su lugar procesando la despedida de James.

—Espera ¿me dijo nuera?

Y sin mas Emma tambien cayó al suelo.

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