Malditas pastillas
Norman estaba sentado en la sala tecleando en su computadora, tal vez buscando en el navegador:
"¿Cómo evitar matar a tu ex-mejor amigo por quitarte a la persona que te gustaba hace dos años?"
Y vaya que le aparecieron muchos resultados, y en uno de ellos incluía un genocidio, no sabía porque pero le llamaba mucho la atención. Saco lápiz y papel comenzando a tomar apuntes.
Anna y Ray estaban en la cocina, Ray explicándole a la rubia sobre como resolver ecuaciones químicas y ella tratando de prestar atención evitando todo pensamiento.
Cocina+crush+ Norman a unos metros queriendo matar al azabache= momento demasiado peligroso.
Ok necesitaba atención mental urgente, quizás exageraba.
—¿Entendiste?
—Si. Gracias Ray—la verdad no le había prestado mucha atención, pero con los dibujitos y todo eso que estaba en el cuaderno escritos por el azabache comprendió rápido.
—Bien. Has de ejercicios los 3 que te puse y con eso terminamos— concluyó el azabache recargándose en el respaldo de la silla.
Anna se dedico a hacer lo que le dijeron tratando de pensar en arcoiris, unicornios y uno que otro dulce de azúcar.
—¿Anna acaso tu planeaste todo esto?— preguntó Ray dejando a la rubia pensando.
—¿Qué cosa?—preguntó borrando la sonrisa que adornaba su rostro ante su sueño endulzado.
—De encontrarme con Norman y esto.—Su tono de voz era tan seca y decepcionada que hizo que a la muchachita de hebras doradas temblar.
—¿Qué?-Ah ¡No! En realidad no sabia que llegaba hoy e incluso para mi fue una sorpresa—Explico nerviosa, mirando las hojas en las que estaban escritos los ejercicios.
Se indigno un poco por la pregunta del azabache. O sea si lo admitía podía llegar a ser tonta y algo descuidada, pero sabe cual es la situación en la que están ambos chicos y su propia situación. Pero lo que mas le sorprendió fue que ninguno se le lanzará al otro a golpes, eso si hubiera sido un problema.
—Ya veo. Me disculpó por creer que eso de ti. No serias capaz de hacer tal cosa—Se disculpó mirando a la rubia con lastima.
Su estomago pareció removerse sin motivo alguno. Tenia unas inmensas ganas de decirle que la dejara de ver de esa manera, como si solo fueran amigos. Para su desgraciado corazón eso es lo único que eran, Amigos. Tomo aire llenando sus pulmones y lo dejo salir.
—No hay problema.
Esa sonrisa apacible muy típica de ambos hermanos Ratri se hizo presente. Haciéndoles creer a todo el mundo que sus caras de ángeles eran lo único que aparentan y que así eran, aun que la verdad es que ambos eran doble cara, tal y como un ángel caído.
—Regreso en un momento—dijo Anna dejando las hojas en la mesa y subir al segundo piso para ir a tomar sus pastillas y mantener la poca cordura que le quedaba.
Norman al ver como su hermana ya había subido penso que su Amienemigo se había ido. Entro a la cocina cantando como toda una diva desafinada una canción que lleva por título Copycat.
—¿Es Billie Eilish?— pregunto burlón Ray viendo lo pálido que se había puesto Norman, bueno más pálido de lo normal, muy cerca al muerto.
—¿Qué haces aquí?— preguntó nervioso.
—Anna subió y dijo que volvería en un rato.
—Es hora de sus pastillas—susurro para si mismo el albino abriendo el refrigerador y sacar una lata de cerveza.
—¿Desde cuando tomas?—aventuro burlón el azabache, bebiendo de su vaso de agua amablemente servido por la rubia.
—¿Desde cuando sonríes tanto?— contraatacó ganando una mirada seria del azabache— ahí tienes tu respuesta.
Norman todo triunfal y orgulloso pasa a un lado de Ray quien lo detuvo del antebrazo.
—Norman lo que paso con Emma-
—No quiero hablar de eso. Tu estas con ella no tienes nada mas que decirme. Ahora si me disculpas, tengo una cita con Neflix—sin mas se soltó del agarre del chico y regreso a la sala.
Aquel chico de hebras albina ya no era el mismo que había conocido hace dos años.
—Cambio mucho ¿Verdad?— habló la rubia entrando captando la atención de Ray.
—Algo. Sigue siendo igual de infantil.
—Ay Ray. Si tan solo lo hubieras conocido mejor durante ese tiempo que se hablaban— Alego la rubia sonriendo divertida y con las mejillas rojas.
Anna parecía que se iba a caer en cualquier momento, cada paso que daba se notaba como las piernas le temblaban para darle una buena visita al piso. De no ser por que los buenos reflejos del azabache, la tomó de la cintura evitando aquellas futuras caídas.
—Oye ¿estas bien?— pregunto haciendo que la rubia lo mirase.
Anna al aparecer perdió sus cinco sentidos, lo miraba de arriba a bajo, pasando múltiples veces su mirada por el agarre a su persona, hasta detenerse en sus ojos oliva. Digamos que su primer beso no fue con como lo había pensado, mas bien salio todo lo opuesto a lo planeado ¿Porqué? Pues fácil, justo ahora estaba atrapando los labios de Ray de una manera desesperada, casi necesitada.
Ray se quería alejar, pero Anna no parecía querer soltarle del cuello ¿Dónde carajos había aprendido a besar? Solo tiene 15 años. Anna sin estar consciente de lo que estaba haciendo siguió degustando de cada roce de labios que se daban, ambos estaban perdiendo poco a poco la parte racional
Una más que el otro.
No
Se dijo mentalmente el azabache apartando a la rubia quien ya hacia en sus brazos jadeando.
—¡Norman!—grito Ray con nerviosismos.
El albino quien entraba comiendo un taco lo dejo caer para hacer una expresión de horror por la situación de su hermana.
—¡Dios, Anna!— dijo tomando a la rubia en brazos, analizando el aspecto de la chica y los "síntomas" que tenía. —Ray, te recomiendo que mejor te vayas antes de que comience a delirar y escuches cosas de las que después te arrepentirás de haber escuchado.— Sin mas, subió a la rubia al segundo piso en donde la fue a encerrar al baño y abrirle al agua fría de la regadera.
Ray solo se quedo parado tratando de procesar lo que había pasado. No dijo mas y tomo sus cosas saliendo de la casa, el lunes hablaría con Anna sobre su estado.
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