Cita

¿Estaba emocionada? Obviamente, es mas, quien diría que llegar tarde le traería algo ventajoso. Estaba tan emocionada que ni le prestó atención a su profesor de Ingles y se puso a dibujar unicornios y flores en su cuaderno. No podía quitar la sonrisa boba que se formaba en su labios.

Después de haber ido a dejar a Norman a la enfermería y llegar extremadamente tarde con su profesor de Lectura y que no le haya permitido estar en su clase, fue a una maquina expendedora a comprar algo de beber, aun que sea café frío ya que no había desayunado nada. Introdujo las monedas necesarias y de la apertura de abajo saco su café, necesitaba reponerse de alguna forma y eso que no era muy fan de los líquidos amargos.

Suspirando, se alejo de la maquina expendedora y camino por los pasillos de la escuela hasta llegar a la entrada, en donde ya veías al "prefecto" regañando a otra pobre alma por haber llegado tardé. No le dio mucho interés hasta que noto que aquella cabellera azabache era de nada mas y nada menos que Ray. Tal fue su sorpresa que casi se ahoga con su café. No lo podía dejar ahí, así que como toda enamorada que se respeta, camino a paso elegante hasta llegar justo a un lado del "prefecto".

—¿No deberías de estar en clase?—preguntó el hombre cruzado de brazos ignorando la existencia de Ray.

—Nop, el profi no me dejo entrar.— Bebió un sorbo mas de su café. De la nada ya no quería seguir bebiendo.

—Aun sigo aquí.— Llamo la atención Ray captando las miradas de ambos.

—Ah es cierto ¿Por qué no lo deja entrar?—Preguntó la rubia bebiendo otro sorbo de su cafe, intentando parecer despreocupada.

—Por que llego tarde.— Respondió el hombre, ya un poquito fastidiado por la situación.

—¡¿Qué?!— Levanto la voz, tocando su pecho falsamente indignada.

Ray los miraba con extrañes sin saber cuales eran los planes de la rubia, aun que lo único que espera es que le beneficie.

—Es un chiste ¿cierto?— El hombre estaba apunto de responder, pero Anna se le adelanto a hablar.— Esto es un injusticia total. Haber deme permiso—sin pedir permiso, tomo las llaves que ya hacían en el cinturón del hombre y comenzar a caminar hasta la cerradura del portón.— A mi me dejan entrar y a él no ¿cierto?, esto es injusto, haré que mi papá lo despida por...—Guardo silencio, intentando buscar la llave para abrir el portón hasta que lo encontró.—Por- Mmmh.. Por daño moral a la nación y ¡abuso de poder! ¡Si! Abuso de poder.—Abrió el portón tomando a Ray del antebrazo y comenzar a caminar.— ¡Y lo voy a denunciar, se lo aseguró!

Sin esperar mas respuesta, Anna se llevo a Ray arrastrándolo hasta llegar dentro del plantel.

El hombre no hacia mas que mirar como se iban, procesando lo que acababa de suceder. Ladeó la cabeza a un lado, cerrando el portón y sentándose en un silla, pensando y pensando.

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Anna estaba jadeando, intentando recuperar la respiración perdida por esa mini carrera que se habían dado desde la entrada hasta el pasillo principal, pero es que cabe agregar que ya había tenido una carrera mucho mas larga y pesada.

Se recupero y volteo a ver al azabache que parecía que no le quitaba la vista de encima. No pudo evitar sonreír en nerviosismo.

—Con que "Daño moral a la nación" ¿eh?— Sonrió burlón, recordando lo acontecido hace tan solo unos minutos.

—De nada.—Sonrió serena. Y por un minúsculo de momento se sintió una completa idiota.

—Anna, quería preguntarte si ¿Querias que saliéramos después de clases? Que sea como un agradecimiento por lo de hace unos momentos.

¿Le estaba pidiendo una cita? Oh dios, por favor no la despierten. Estaba nerviosa y emocionada, pero mas nerviosa, es decir, tiene novia y que le este pidiendo una cita a alguien más, ¿no es eso infidelidad?... No... Por que en realidad es por agradecimiento así que no hay nada de malo ¿Verdad? Suspiro conteniendo sus nervios y esperando que su cara no sea todo un poema.

—Claro. Aceptó.— ¿Sonó muy emocionada?

El timbre sonó, anunciando que la segunda clase estaba por comenzar.

—Te esperó en la segunda entrada.

—Adiós.

Ray se dio media vuelta y se fue, ella hizo lo mismo pero en sentido contrario, sin borrar su sonrisa estúpida.

Llego a su salón y se sentó en su respectivo lugar sin dejar de sonreír, pero ahora que lo pensaba, necesitaba decirle a Norman que no llegaría temprano a su casa, pero tampoco quería que le anduviera preguntando el por que Ray la cito, y aun que no quisiera —O bueno tal vez si—le mentiría a su hermano.

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