✨primer acto: perdida (3/3)

El viaje en tren fue relativamente rápido y poco frecuentado.

Algo raro pero considerando que paso de la hora de entrada de los trabajadores de oficina, es normal.

Hizo memoria si no había olvidado su cargador de celular, dudaba mucho que tuvieran el mismo tipo de celular que el. Divagando de vez en cuando en nada en especial.

Eran pasadas de las 10 de la mañana cuando llegó a la enorme residencia Rengoku, el primer portero lo dejo pasar, al parecer los niños habían hecho su parte en avisar. Camino un poco más pasando por grandes portones elegantes e intrigados pero que podía ver fácilmente la casa a unos metros. Al llegar al pórtico con un escudo de armas de una llama y la figura de un tigre, supo que es la indicada.

Una finca estúpidamente grande que podría usar un carro para tan solo llegar a la entrada principal de la casa. ¿Que tienen los ricos con tener enormes terrenos?

Tocó la caseta de vigilancia electrónico que fue atendida por un tipo mala cara que le dió una escaneada descarada.

— identifiquese y ¿que hace aquí?- habla con voz gruesa y cuando estaba por responder vio el alboroto que provocan los gemelos para quitarlo del intercomunicador.

¡fuera!! ¡Fuera!! ¡Vaya a vigilar las flores!!
- Zorajuro empujó al guardia mientras que Torajuro toma control de la pantalla.

¿Quien es? ¿Superior Homura? - se escucha ansioso ¿Desde a qué hora lo están esperando?

— si soy yo. Abran para que pueda pasar -
¡Yeeey!! Vamos por ti. !anda Shiki!! ¡Anda!! Vamos por Superior Homura - apura ahora Torajuro mientras se escucha la puerta eléctrica abrirse en un clic ruidoso.

Con sus cosas en la espalda, se adentro a ese inmenso llano con árboles hermosos y flores en arbustos por los alrededores.

El camino principal es de roca y mientras más avanza, ve puntos de aparada con una banca y un faro de luz. ¿Tiene su propio alambrado? No le sorprende. Tampoco sería raro que hubiera una especie de minisuper mercado.

— lo decía de broma... - suda una gotita cuando ve una pequeña cadena de tiendas de mediano tamaño con un pequeño estacionamiento para carritos de golf.

Veia ir y venir empleados, posiblemente para evitar que se fueran demasiado lejos.

— ¡Superior Homura!! - escucha a la distancia y justo venían los gemelos con el guardia mala cara que conduce a una velocidad decente.

— ¿Cómo están cosa uno y cosa dos? - les da un mimo en la cabeza alborotando el cabello. El guardia hace un gesto indignado por la libertad que se dió en hablarles así.

=¡Bien! = Responden contentos.
— ¡Vamos!! !vamos hay muchas cosas que hacer!! -
— ¡vamos a la piscina!! - cada chico tomo un brazo mientras lo jalan al carrito de golf.
—¡No! Juguemos videojuegos ¡Tenemos el de VR!! Hay uno de miedo que podemos jugar.-

— hey, cálmense par de mocosos. ¿Cuántos refrescos se tomaron? - corta de Tajo su enorme entusiasmo.

— primero, lleguemos a su casa y dejo mis cosas. Ahí hablamos que hacer - toma asiento en medio y junto a el los gemelos.

=Está bien =
—¿Hicieron su tarea? -
= Emmm= los gemelos hicieron una sonrisa torpe y avergonzada.

— eso si que no, irán a hacer su tarea y luego jugamos. – reprende con seriedad. El guardia deja la indignación por incredulidad. El chico prácticamente tiene a los malcriados gemelos a su favor.

= ¡¿Queee?!! =
— hagámoslo interesante. Quien la termine primero, elige que hacemos hoy - los dos gemelos se miran mutuamente y luego sonrien en mutuo acuerdo.
= ¡Vale! =

...

Aunque no le sorprende ver qué la mansión es enorme y la habitación de los chiquillos es casi del tamaño de su casa, no evito soltar un ruido de sorpresa.

Además de ser enorme, la habitación está dividida en dos para cada gemelo. Una cama Queen size, cada quien tiene sus muñecos y su decoración, tener su propia sala de videojuegos, dos baños, una sala aparte, con armario del tamaño de su habitacion con mucha ropa y juguetes. vista al jardín con un balcón enorme.

Eso y no menciona los objetos decorativos y casi todo está automatizado.

— emmm ¿Dónde dejo mis cosas? Iré a una habitación de invitados -
— no, no. Déjalas en el armario - señala Torajuro.
— y dormirás conmigo - señala Zorajuro.
—¡Ehh! ¡No!! ¡Conmigo! - Torajuro salta por el atrevimiento de su hermano gemelo.

— calmense los dos, es una pijamada. Los tres dormiremos en la sala. —
— pero ahí no tiene cama -
— si, ¿Porque en la sala? -
— así estaremos los tres juntos - nuevamente se miran entre si y afirman dándole la razón al mayor. Al final, eso era lo que querían, pasar tiempo con su superior.

Hay días que está tan sola la casa, ni siquiera topan con la servidumbre. Así que no salen para nada de la habitación y piden cosas por el interfón.

— si es así, está bien - no hacen objecion.
— ahora vamos a la biblioteca o sala de estudio que tengan para que hagan su tarea. – dicho eso, el trío salió de la habitación para ir hacia la biblioteca.

...

El fin de semana fue divertido.

Homura jamás se había divertido tanto en toda su vida junto con los gemelos. No tanto por las cosas, sino porque son demasiado ocurrentes.

Después de la tarea, Torajuro fue quien terminó primero y pidió Ir a la piscina y jugar con pistolas de agua. Cosa que hicieron.

Persiguiendose mutuamente mientras se tiran chorros de agua, en momentos Homura los tira a la alberca y otras el duo conspira en contra suya.

Cuando les dió hambre, pidieron una pizza, casi exigiendo pero un golpe en la cabeza cortesía del mayor, les obligo a decir "por favor" y nuevamente así cuando se las trajeron decir "gracias". Que acompañaron con las tartas de camote que hizo su madre, al inicio estaban algo recelosos por la comida casera pero al ver comer tan gustoso a su superior, lo imitan.

Los niños comieron con mucho gusto, disfrutando el sabor de la batata y sonriendo por su dulce sabor. Pidieron más ración pero Homura se hizo de oídos sordos hasta que compitieron por ella de forma divertida.

Volviendo a la educación básica de "por favor" y "gracias". Homura sabe que a él no le corresponde la educación de los gemelos Rengoku pero siendo su hermano mayor, se siente parte responsable.

Luego fueron a la cancha de fronton para jugar los tres contra los tres. Homura no tenía experiencia pero se las ingenio para jugar.

vaya que fue emocionante y algo divertido porque se retaban o provocan sin malicia mientras hacen rebotar el esférico.

Ya era casi de noche cuando volvieron al interior de la mansión y directamente a la cocina. Esperaron pacientes a comer ahí mismo mientras las cocineras preparan casi un festín.

Ahí Homura les dijo de nuevo sobre el agradecimiento y comerse las verduras.

En la noche vieron películas de acción y unos capítulos de un anime popular antes de dormir. Tal como dijo Homura, durmieron en la sala con un par de almohadas y una cobija en la alfombra, cómodos y cansados por tanta acción.

El domingo fue de videojuegos, pasaron gran parte del día jugando y gritando de miedo por algunos jumperscars de unos animatronicos, otros porque un zombie los perseguía.

Los empleados miran con asombro al valiente chico que lidea con los gemelos y la santa paciencia que les tiene.

Al principio pensaron que se trataba de un nuevo niñero que escaparía a las pocas horas pero por la forma que lo tratan es obvio que se conocen desde hace rato.

En un fin de semana normal, estarían soportando sus pedidos imposibles y burlas, es la primera vez en años que los ven reírse de verdad.

es un secreto a voces entre los empleados que la razón de su comportamiento tan horrible es por la ausencia de su padre y vanidad de la señora (que también brilla por su ausencia) incluso en su cumpleaños, el abuelo rara vez toca un pie en la casa.

Siempre están solos en esa inmensa mansión.

Intentaron ser comprensivos pero es imposible con niños tan crueles. Ahora casi parecen otros. Quizas sea una señal que las cosas en la familia Rengoku van a cambiar.

Hace tanto que no sentían la paz en la señorial casa.

— ¿Ya te tienes que ir superior Homura? - pregunta Zorajuro sentado en el sillón mientras el mayor guarda sus cosas.
— si, me queda lejos donde vivo. -
— ¿Volveremos a tener otra pijamada? - Torajuro tomando la palabra.
— solo si mantienen sus notas y sean amables con los empleados de la mansión. - los ve algo decaidos y les da una suave cariño en sus cabezas.

— no pongan esas caras. Los veré en la escuela ¿No?- eso los hizo sonreír. — anoten, es mi número de celular -
Ambos brillan con entusiasmo.

Podrían hablar con el cuando ya no estén en la escuela.

Hecha ya su mochila y con la caja de plástico donde venían las tartas (que por cierto, les gustó mucho) fue bajando las escaleras donde posiblemente esté el guardia para escoltarlo al portón.

No le sorprendería si le hace una revisión completa para ver si no se había robado nada por la forma que lo miro la primera vez.

— ¡Ya vamos Superior Homura! - el duo se adelantó a la puerta con tal de despedirlo pero no sé imaginaron que al abrir se toparian con una versión demasiado mayor de ellos en un traje elegante.

Homura abrió los ojos sorprendido. Era un hombre rubio bicolor mayor, mucho mayor con algunas arrugas en su rostro y una expresión severa en sus ojos.

Shinjuro Rengoku.

— ¡Abuelo! - el adulto escondió su sorpresa de ver a sus únicos nietos junto a la puerta cuando normalmente tiene que ir hasta la habitación para verlos.

Detrás de él venían algunos empleados cargando con algunas cajas de regalos que pasaron rápidamente cuando tuvieron la oportunidad.

—que bienvenida tan inusual - comenta escéptico pero no menos contento de ver verdadera inocencia en ellos.

— si, abuelo. Pensamos que... -
—... Llegarías tarde -
— solo despedíamos...-
= Superior Homura =
— buenas tardes - saludo con respeto propio de extraños.

— ¿Tu quien eres? -
— no tengo porque decir mi nombre si usted no ha tenido la cortesía de presentarse - aunque no es retador, su expresión seria puede tomarse como tal.

— idiota petulante. Lárgate y hay de ti que regreses - ordena.
— usted no me dice que hacer. - Homura le da una mirada suave a los menores, indicando que todo estaría bien.

— lo hago por ellos, usted no puede importarme menos - no dice más y se aleja del lugar. El guardia lo esperaba en el carrito de golf y se subió en el.

No le dedicó ninguna mirada mientras avanza el vehículo.

El investigo al viejo cascarrabias de Shinjuro. Millonario, guapo y anciano.

El prototipo perfecto deseado por las chicas que quieren un sugar daddy. tiene una que otra en su agenda

Pero las tiene amarradas con correa de nunca exigir más de lo que el da. lo sabe por los mensajes que les envía. Si una lo hace, la despacha de inmediato y le corta todas sus tarjetas. No podían hacerlo tonto ni manipularlo con sus encantos.

Sobre su esposa, no tiene idea. No encontro nada en relación a ella.

— no creo que le importe, hasta donde el sabe, solo soy una peste - susurra para si mismo mientras le manda un mensaje a su madre que iría a casa.

En cuanto a Shinjuro. frunce el seño y está a punto de sacar su celular cuando es detenido por los gemelos.

— es nuestro tutor de la escuela, el nos enseña cosas. Es divertido - Torajuro defiende a su superior.

— puedo contratar a alguien mejor - gruñe hacia los niños.
=¡No! Lo queremos a el= exclaman a la vez molestos.

— si haces que se vaya...-
— ...nunca te lo vamos a perdonar-
Aunque no le parezca, Shinjuro quería a sus nietos. Deseaba que su hijo pasará tiempo con ellos pero como el, estaba metido en el trabajo, ahogado en juntas y viajes de negocios.

Pensó que la mujer con la que se comprometió sería buen prospecto pero la desgraciada se la pasa viajando o comprando, incluso tenía amantes que tiene el descaro de trae a la casa cuando tiene oportunidad.

Apenas le dedica una llamada a ellos.

Desearía que fueran como las fotos que suben a las redes sociales mostrando una familia perfecta.

Suspiro, su esposa sabría que hacer.

— ya que, vamos a su cuarto para que vean sus regalos -
— ¿Podemos ir a jugar frontón? -
— por favor abuelo Shinjuro.-
= Solo un rato=
— está bien. Dejenme cambio de ropa - se encamino hacia su recamara al otro extremo de la mansión

= ¡Está bien abuelo!!= los críos se alejaron corriendo con risas divertidas.

Shinjuro da una mueca cariñosa. Es la primera vez que ve a sus nietos tan felices. Si ese muchacho maleducado es quien ayuda a que su soledad baje un poco, pasaría por alto su grosería pero...

También hay una inquietud en su ser.

Cuando lo vio por las escaleras, hizo todo lo posible para no expresar sorpresa. Si no fuera por el cabello y los raros ojos verdes podía pasar perfectamente como...

No, sencillamente no es posible. El flash de una chica de cabello negro y ojos azules pasa por su mente.

— ¿Y si...? - le preguntaria a sus nietos el nombre completo de ese chico.

...

Lunes, primer día de escuela de la semana. Homura despertó de buen humor y saludo a su madre con entusiasmo mientras acomoda sus cosas escolares en la mochila.

Ayer cuando llegó de su "pijamada". Le platico sobre lo que hicieron y como estuvo su estancia.

Deliberadamente no menciono al viejo cascarrabias porque no sabe que relación tuvo con su madre, no vaya siendo que la haya tratando con desden y le traiga malos recuerdos.

No va a arriesgarse, además, el viejo no sabe la conexión que tienen. para el, el es solo un chico grosero que es tutor de sus nietos y posiblemente ya tengan a su madre en el olvido.

—¿Mhh? - escucho el tintineo de su celular mientras desayuna y accede, suelta una leve risa al ver un mensaje en el pequeño grupo que crearon los gemelos. "Doctor Seuz"

Cosa 1.- «superior Homura, el duende de Blancanieves me recuerda a ti» (adjunta imagen)

El gato del sombrero.- «ha ha, que gracioso. ¿Ya estan en camino a la escuela mocosos?»

Cosa 2.- «emmm nop»

El gato del sombrero.- «¿Que están esperando? Vayan y si me entero que llegaron tarde, no los llevaré a comer ramen»

Cosa 1.- «😱😱😱»
Cosa 2.- «😨😨😨😨»

El gato del sombrero.- «los veo en el receso»

Cosa 2.-«¡sip!! 😛»
Cosa 1.- « dile a tu mamá si nos manda tartas de batata 🤤🤤🤤. Por favor 🙏🙏»

El gato del sombrero.- «quizas»

Cosa 1.- «¡Malo!! 😑»
Cosa 2.-«🥺🥺🥺»

— me alegro ver qué te llevas bien con ellos - Giyuu noto la sonrisa divertida de su unigenito mientras mensajeaba. Cuando se trata de sus amigos siempre son muecas más planas.

— son un dolor en el trasero - dice en un falso tono irritado. Ese tono cariñoso escondido que ya es libre de expresar.


— aquí tienes tu almuerzo - le pone dos cajas de comida que requiere una mochila adicional. Eso extraño al pelinegro de ojos verdes y miro a su progenitora.


— la necesitarás -
— vale. Gracias - toma sus cosas levantadose de la silla, le da un abrazo rápido y se marcha para el colegio.

...

Un par de horas después...

— bien, eso es todo cosa uno y cosa dos - termino de explicar el adolescente de cabello negro mientras cierra la libreta.

— así que por eso funcionan las baterías - Zorajuro comenta mientras cierra sus libretas después de la lección de química.

— me dolió la cabeza... - se queja Torajuro. — ¿Aún tienes tarta de batata? -

— si aqui tengo. Pero no comerán todas porque les arruina el apetito - de forma furtiva, saca de su lonchera las tartas de consistencia cremosa. Le entrega uno a cada uno y estos la toman de inmediato.


Los tres saben que no pueden comer en la biblioteca pero es solo un postrecito. Dicen que el cerebro necesita azúcar para trabajar ¿No?

— delicioso - dicen los tres en voz bajita con la boca llena de migas.

Las clases eran como siempre, ruido propio de adolescentes. Cuando llega la hora del almuerzo, Homura se encontró con los gemelos Rengoku esperándolo en la entrada, les dió un mimo cariñoso en la cabeza y se fueron hacia las gradas a comer.


Ahí se toparon con Yumiko, la joven bello rostro se acercó y pidió comer con ellos.

Claro no espero que los tres hicieran una competencia para llamar su atención. Zorajuro y Torajuro contra Yumiko, peleando por tonterías mientras Homura come su tempura de camaron, observando en silencio con una expresión aburrida.

Antes la violinista podía jactarse de las pocas personas que podían tener una sonrisa amable de Homura pero con los gemelos malcriados le quitaron el puesto.

Después de tanto show, Homura les dió una tarta de batata a cada uno en cambio de un poco de paz. Si bien Yumiko no es fan del tuberculo, no puede rechazar un postre de la señora Tomioka.

— superior Homura, ¿Por qué no te llevas bien con el superior Hashibira? - pregunta Torajuro.

— porque es un hijo de... Una respetable dama de la sociedad. Porque es más falso que un billete de un dólar y si no es a su conveniencia, no lo hace - explica el pelinegro con una expresión aburrida.

— ya veo. Tampoco a mí me agrada - dijo Zorajuro determinado y Torajuro le dió la razón.

Los tres iban caminando por el pasillo de la escuela para irse. Posiblemente el chófer de la familia ya esté afuera esperando por los gemelos, solo se aseguraría que subieran al auto y se fueran.

De ahí, solo escucho que el par hablaban de un montón de cosas como v-tubers, stremers, youtubers populares o algunos videos populares de contenido dudoso.

Les prohibió ver el segmento infantil de la plataforma. Sus fuentes dicen que ahi demasiada evidencia de lavado de cerebro y mensajes subliminales.

Cuando preguntaron cómo sabía eso, el les dijo que investigaba de vez en cuando. No iba a decirles que es un hacker, al ser niños de alta sociedad se les podría escapar decirlo y ellos son paranoicos.

Cuando salieron del portón principal de la casa, los niños exclamaron de alegría y salieron corriendo hacia una persona de pie junto a un costoso automovil.

Sus ojos bicolores como los suyos a juego de una sonrisa suave, vestido de traje elegante color negro con una corbata roja. Su formido cuerpo trabajado por el ejercicio y cabello rubio con mechas rojas propias de la sangre Rengoku.

Kyojuro Rengoku.

— ¡Papa!! ¡Papa! ¡Viniste!! - los niños lo abrazan muy felices de verlo.
— ¡Claro que sí mis pequeños! - expresa con alegria dándoles palmadas en sus cabezas. Sus ojos amables que derraman cariño paternal.

— ¿Mh? - levanta la mirada al notar un tercero cerca de ellos. Un joven de cabello negro y ojos verdes con una estoica mirada tremendamente familiar.

Le provocó un escalofrío esos helados ojos. Uno que deja un rastro fantasma en su pecho.

— ¡Ahhh! Papa, es el nuestro tutor, Superior Homura - presenta Zorajuro. Ajenos al extraño ambiente entre ambos.

— ¡Ah! Así que eres tu, muchas gracias por ayudar a mis hijos. - agradece con calma.

— no hay problema - responde con neutralidad.

—¡Papa! El nos enseña cosas geniales y práctica Judo - Torajuro hace poses extrañas para mostrar su punto. — ¡es cinta negra! ¿No es genial? -
— ¿En serio? Te esfuerzas mucho, te felicito.-

—...-
—¡Papa! ¡Vamos a comer!! - insiste Zorajuro emocionado.
— ¿Puede ir Superior Homura con nosotros? - fue turno de Torajuro en intervenir.

— !claro! -
— me reuso. - eso extraño al trío de rubios y lo miraron de la misma forma — olvide hablar con el director sobre los avances de los gemelos -

—!hum! Muy importante. -
— me retiro. - les dió la espalda y camino hacia adentro del edificio apretando con todas sus fuerzas la correa de su mochila.


=¡Hasta mañana superior Homura!!! =
El pelinegro solo hizo un ademan con su mano y se perdió por los pasillos de la escuela.

...

Bam! Bam! Bam!!




Clam!! Clam!!




Bam!! Bam!!



Golpes secos, contundentes y poderosos se escuchan contra el saco de arena que usan como materia prima para mantenimiento.

En casi oscuridad total rodeándolo, Homura golpea con furia los sacos de arena.

Sudando y sus puños sangrando por los impactos.


Su mente refleja esa escena feliz, un padre perfecto para un par de niños.


Un padre amoroso, alguien que cuidaría de ellos.


Sintio el golpe de realidad.


El era un hijo bastardo que su padre ni siquiera sabe que existe y si lo sabe, no le importa. por mas que se sintiera hermano de ellos, jamás sería reconocido. Sería siempre visto como el hijo bastardo de una madre soltera.


—¡Maldita sea!! - grita frustrado con lágrimas en los ojos. Herido en múltiples niveles de su corazón.


maldecia su gentileza.

maldecia sus sueños de niño.


Siguió gritando y golpeando el saco de arena hasta que un par de brazos más suaves lo sujetaron, intento quitarse de encima a la persona que lo tocaba.


— Homura... - se detuvo cuando reconoció la voz suave de su madre. ¿Que hace ella aquí?

—¿mama? - no dijo nada, solo lo acomodo en sus brazos y dejó que el llore todo lo que necesita.

Estaba cerrando por adelantado la cafetería para ir a comprar unas cosas al supermercado cuando una llamada del director Ubuyashiki, la alerto sobre Homura.


Dejo casi todo a medias y salió corriendo hacia la escuela.

Cuando llego, el hombre de mirada serena le explicó que tiene 10 minutos golpeando la arena, el intendente le dió aviso de la situación. El amable hombre intento razonar con el joven pero no lo escuchaba para nada. Solo la guío al almacén donde está y le dió privacidad.

— ¡Lo ví!! ¡Lo ví mamá!! - grita ahogado en llanto, Aferrándose a su falda.

— hijo... - no sabía que decir.

Eventualmente lo vería, creyó que estaba lista para decirle las palabras adecuadas pero se dió cuenta que no.

Lo mejor que podía hacer es darle apoyo. así que se limito a darle suaves palmadas en su espalda, un tierno consuelo.

Solo quedó esperar lo mejor para los dos en esa situación.

✨❤️✨

Fin del primer acto.

Gracias por leer y espero que les haya gustado 😊
Abracitos

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