✨primer acto: perdida.
«Pude ver los restos de una fiesta. Restos de mi vida junto a ti. Pude ver la soledad tan cerca. Y a ti tan lejos de mi...»
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El pesado despertador hace un eco ruidoso y molesto que lo hace fruncir el seño un poco pero no lucha para volverse a dormir. Al contrario lo hace levantarse de la cama y estirarse con suma pereza con una expresión que rivaliza con un zombie.
— mhhh - apaga a la alarma de su celular con movimientos torpes y por poco derrama su vaso de agua que consume cuando tiene poco despierto.
Sale de la cama tropezando con su cama con sueño en sus ojos para darse un baño rápido con la esperanza de despabilar y no morir en el proceso.
Bostezando cada 5 segundos llega al baño a pocos metros de su habitación, la habitación al conjunto está silenciosa y puede oír el ruido de cacerolas moviéndose. Le hizo sonreír un poco pero no quitó de vista su objetivo de despertar más. Al ingresar al baño y apenas molestandose en cerrar la puerta se fue desnudando o así era hasta que ve algo desagradable en el espejo.
— maldicion - gruñe mientras toca con asco aquello. Tendría que ir a la tienda saliendo del colegio.
Afortunadamente no se notan mucho con un poco de arreglo se esconden.
Abrió la llave de paso del agua y se metió bajo el chorro de gotas dispares sin importar si está fría. La tubería al parecer está un poco tapada ante el irregular flujo. Tendra que arreglarla.
Otra tarea para la lista de pendientes.
Al menos, ya tiene la cabeza despejada.
...
Después de unos minutos de arreglo personal y guardar sus deberes escolares sobre la mesa. Bajo de las escaleras para ir la cocina donde su madre lo espera con el desayuno. Sus ojos se abren con apetito con el aroma casero de la tortilla de huevo con arroz y te verde con miel.
—¡Buenos días mamá! - saluda con entusiasmo al verla junto al fregadero de platos.
— sabes que podría lavarlos antes de irme - continúa con una sonrisa suave.
— esta bien, ya estaba aquí de pie. Anda a desayunar que se enfría - anima mientras se gira a ver a su unigenito.
El joven con una linda mirada hacia su madre, su cabello corto a la altura del cuello, negro como obsidiana y esos ojos amables de azul zafiro que mientras sus manos secan con calma un plato de porcelana.
— ya voy. Gracias por la comida - agradable y empieza a comer con energía, tan rápido que apenas se permite masticar o hablar, hace un pequeño desastre con el arroz en su mejillas pero no le da importancia.
— con calma Homura. -
— ¡Está bien! - exclama terminando. — ¡Gracias por la comida! -
Tiene una razón para no comer con calma, una que detesta y no ha podido quitarse.
— ve con cuidado a la escuela - le da una suave acaricia en su mejilla cuando se levanta. Su hijo es mucho más alto que ella (1.65mts) tiene que ponerse de puntitas para besar su frente en cuanto a el, doblar sus rodillas (1.88mts)
— si mama -
— no olvides tu almuerzo - señala la lonchera de casi 8 litros de capacidad en la barra de la cocina. El joven estudiante se aparta de la mujer, toma su lonchera de peso considerable junto con su mochila.
— gracias. Me voy llendo - se despide rápidamente — hoy tengo práctica de Judo, vuelvo tarde. -
— te quiero Homura - despide con cariño ella.
— ¡También yo! - responde a lo lejos cerrando la puerta de la entrada principal dejando sola a la pelinegra. Solo suelta un suspiro pensado en lo mucho que ha crecido su hijo y continúa con sus deberes matutinos antes de abrir la cafetería en el otro extremo de la casa.
(Nota: la casa esta dividida en dos. La mitad junto con la segunda planta es la casa y la otra mitad es una pequeña cafetería)
El joven que corresponde a Homura camina sin mucha prisa por las calles conocidas rumbo al colegio. Está a 10 minutos caminando y aún falta mucho para la primera hora clase pero le gusta llegar temprano. Se evita tráfico, compañeros que estorban en el camino y conversaciones innecesarias. En el camino compro un café chai en un puesto local que abre igual de temprano que su madre.
(Homura pero con el cabello negro y ojos verdes)
— es verdad, ya casi es el cumpleaños de mamá - su tono reflexivo lo hace deliverar un poco. Homura piensa que darle de regalo, su mamá no es de joyas, al menos no con regularidad.
— podría ser ropa nueva o llevarla de Spa. - delivera un poco, tanto así que casi se pasa la entrada principal del colegio. Afortunadamente no hay nadie que vea ese desliz vergonzoso.
— ara~ ara~ Tomioka ¿Pensabas fugarte? -
— esa horrible voz - frunce el seño irritado. Se gira hacia el molesto individuo que está a pocos metros de el. Su cabello negro liso acompañado de unos pintorescos ojos lavanda y esa sonrisa pretenciosa, más falsa que un billete de 3 dólares.
—no es algo que te incuba - responde Homura con tono aburrido.
— claro que sí. Recuerda mi postura de vigilante escolar debo asegurarme que los alumnos no incumplan las reglas y aún usas esos feos pupilentes - esa mirada de superioridad le da asco. Incluso arruinó su apetito por su bebida y tuvo que tirarla.
— pffff, no afecta en tu código barato de moral. Ve a ser útil a otro lado - se da la vuelta para ir a su salon.
— que pobre educación te dió tu madre. Se nota que es una mujer de la comunidad - suelta tapándose la boca en un intento futil de discreción. Eso estuvo al pelinegro y lo voltea a ver con una sonrisa cruel en sus labios.
— al menos la mía no me abandono apenas supo de mi existencia. Dime Hashibira ¿Cuando fue la última vez que viste a tu mamá? ¡Cierto! Fue el mismo día que naciste -
— por supuesto que no, mi madre está conmigo junto a mi padre. -
— hacerte el tonto no te va aunque tengas la cara. Aunque es bueno para ti, así podrás conseguir un apartamento más pronto - eso extraño al rector — ¿Que? ¿No sabías? Tu padre va a sacarte de la casa -
— mientes -
Homura le dedicó una mirada maliciosa antes de volver a su objetivo de ir a su salón de clases. Los pocos estudiantes que presenciaron aquello solo cuchichiaron al respecto. Para nadie en el colegio es secreto que meterse con Homura Tomioka es peligroso, no porque sea violento, es más, es bastante afable de tratar si no buscas ser su enemigo.
Es hacker.
El pelinegro de un raro iris verde (que denota fácilmente que son pupilentes o lentillas) puede obtener cada gramo de información personal con solo ingresar sus redes sociales, historial de internet, saber los más oscuros secretos con hackear las cámaras de vigilancia o de celular.
Al principio nadie creía en eso, hasta que los sujetos o chicas que se meten con el, terminan cambiándose de escuela cuando su reputación social se va a la basura por revelar su información.
No solo eso, se asegura que las Personas más importantes para ellos se enteren al último para que duela más.
Una de sus hazañas fue hacer huir a un profesor porque acoso a su madre en una junta de padres y maestros.
Le descubrió no solo una familia secreta, también su gusto por las niñas de primaria y solía grabarse teniendo sexo con una de ellas.
Claro que lo chantajeó tanto con dinero como obligarlo a mudarse. Aunque eso no fue garantía de su silencio, entrego la evidencia a la policía de forma anónima y a las familias afectadas.
No es cínico para ignorar un crimen.
Desde entonces, los estudiantes se la piensan dos veces en ganarselo como enemigo, incluso algunos profesores le tienen miedo.
Pero como aliado o compañero de estudio es muy bueno, casi es garantizado una buena nota siempre y cuando hagas tu parte. Sino no dudará en echarte del equipo y evidenciar la nula participación.
Homura no se anda con medias tintas.
Tomo asiento en su lugar junto a la ventana y empezó a jugar con su celular. Uno pensaría que sería uno complicado o algún tipo de ajedrez.
En realidad, son sencillos como jugar a la cafetería o un súper mercado. De reojo mira a sus compañeros llegando en pequeños grupos o en solitario pensando en sus cosas.
— emm, Tomioka - escucha a su lado una voz femenina. Levanta la mirada y es una chica de cabello cano y largo de ojos granate. Yumiko Uzui. una de las bellezas de la escuela, la reconoce por ser talentosa en el violín, chelo y clarinete. El orgullo de su padre.

— dime -
— ¿podrías ayudarme con mi tarea de matemáticas? No le entendí - ella se pone roja cuando esté leventa una ceja escéptico — ¡Es verdad!! ¿Quien en su sano juicio mete letras con los números? Y luego está eso de negativo y positivo-
— está bien. - guarda su celular y deja que ella se acerque con su libreta en mano. Al abrir la libreta y mostrar su contenido.
— no vas tan mal. -
— gracias - se pavonea un poco.
— mmh empecemos con el primero-
...
El resto del día fue muy tranquilo, clases normales y notas. Su delicioso desayuno que disfruta comer en soledad o en ocasiones con Yumiko o André (estudiante de intercambio)
Revisar su agenda sobre los entrenamientos de Judo en la tabla de informes. Al parecer se reinician la próxima semana de forma diaria, el profesor de Judo volvería de su incapacidad después de que se lesionó el hombro.
— ¡déjamelo a mí! ¡Yo lo pago!! - escucha una voz familiar y varios vitoreos a poca distancia de la suya. Suspira con fastidio al ubicar esas voces y mira por el rabillo del ojo a un grupo de chicos de 11 años.
— ¡Será una grandiosa fiesta en casa! No olviden traer sus trajes de baño - otra voz casi idéntica le hace segunda. Más vitoreos y risas divertidas.
Pero el puede ver atraves de ellas, esa falsedad...
No dice más y se aleja de ahí antes de que le dé una jaqueca.
...
Ya terminó la hora escolar y es momento de volver a casa. No tenía tareas demasiado demandantes o trabajos semestrales atrasados así que podría relajarse un poco.
O ese era su plan hasta que el director lo mando a llamar por los altos parlantes. Eso era nuevo, nunca lo llamaban. Al menos ya no. También dudaba que había hecho alguna falla esos días, lo más posible era que el imbécil de Hashibira lo haya acusado de algo falso.
Si es el caso, lo haría pedazos.
Sin más remedio y no podía pasar por alto el llamado del director. Tomo sus cosas y se dirige a la oficina. Ahí saludo a la secretaria y está le respondio con una sonrisa animada. la mujer de mediana edad está agradecida con el porque le ayuda de vez en cuando en arreglar su computadora cuando se traba. Tocó la puerta respetuoso y espero un poco.
— adelante. - ingreso a la habitación con facha de oficina con detalles espírituales personales como luz tenue o una pequeña fuente cerca del escritorio. Nada muy invasivo como un incienso pero si cómodo para ayudarte a despejar la tension.
— gracias por venir a la prontitud joven Tomioka -
— ¿Que hice ahora director Ubuyashiki? -
— nada, tranquilo. Solo te llamé para pedirte tu ayuda - eso fue extraño.
— ¿Mi ayuda?
— quiero que asesores a estos chicos para sus clases - le muestra las notas con los nombres escritos en ellos.— han ido fallando con sus calificaciones y su padre pidió apoyo al respecto. Siento tu el mejor de la clase serías buena guia-
Homura aprieta la mandíbula así como sus puños.
— no. Busque otro - se puso de pie con su mochila en el hombro.
— por favor joven Tomioka, estoy seguro que con su guía, pasarán - insiste el hombre con dulzura.
— aún así, no. Además puede pasarlos sin importar las notas. De todos modos, su familia hace donativos a este colegio - para el director, no es sorpresa que el el joven frente a él lo sepa pero aún así se mantiene sereno.
— no sería correcto. -
— ¿Y desde cuándo se hace lo correcto en este lugar? - su comentario es afilado y cualquiera se hubiera sentido ofendido pero el director solo se mantiene sereno.
— y si te excento 3 materias a cambio. - eso fue del interes de Homura. Y voltea a ver al hombre de pacífica mirada.
— ¿Incluso los trabajos semestrales y clases? - este afirma con una sonrisa. Ya pondría al tanto a los maestros para evitar riñas.
— ¿Tan desesperado está como para aceptar mis términos? -
— no lo hago por mi. Tal como dijiste, podría pasarlos sin ningún problema pero pienso que será benefico para ambos lados -
— no se haga demasiadas ilusiones. Si ellos no aprenden nada no es asunto mío y seré excentado de todas formas - comenta Homura con mayor seguridad. Sabe que está cayendo en la jodida trampa de ese hombre de serena mirada pero horas de clase menos es mejor, podría pasar más tiempo en casa o haciendo sus pasatiempos.
— de acuerdo -
—¿Cuando veré a los mocosos? -
— mañana después de clases. Ya hablé con ellos y están notificados que es bajo órdenes de su padre - el director recoge los papeles y los ordena en sus manos.
— ¿O que? Su papi no les dará mesada - burla con ironía acida. — ya que, los veré en la biblioteca mañana después de clases -
No dice más y termina de salir de la oficina. Los pasillos no son tan solitarios pero si dan espacio para que el piense en el embrollo que se metió. Suspira con frustración, su madre le ha enseñado que para conseguir cosas hay que sacrificar otras.
Si tenía que sacrificar su paciencia en lidear con ellos para ser libre de algunas materias, lo haría.
— pero que mala suerte de todos modos - se quejo para liberar la molestia en su pecho.
En toda su vida no espero tener que lidear con
Torajuro y Zorajuro, los gemelos Rengoku.
...
Hace unos años...
Chico de 12 años esta sentado en un columpio del parque con expresión enojada y pateando de vez en cuando una piedrita en el suelo.
— ahí estás - no levanta la cabeza al escuchar al escuchar la voz de su tío Sabito. Se escucha serio y poco amable. Algo raro de el, cuando el suele consentirlo.
Había ido a buscarlo mientras Tsukako cuida de Giyuu quien estaba en un mar de lágrimas por el rechazo frecuente de su único hijo al saber la verdad de su padre.
Era algo que no podía callarse más.
— no es de hombres no voltear a la cara cuando te hablan. - ordena duramente el adulto con una cicatriz en la mejilla. El preadolescente levanta la cara.
—¿Porque le hablaste así a tu madre? ¿Te sientes muy hombre para faltarle al respeto de esa forma? -
— ella tiene la culpa. -
— ¿De que? -
—¡De todo!! ¡Se burlan de mi en la escuela porque no tengo papá! ¡De que ella esté sola y le digan prostituta!! - su ira es densa como su rencor —¡Que mi padre no sepa que yo existo porque ella fue una cobarde en decirle!! ¡Yo también creo que es una...!! -
Slamp!!
Su mejilla arde como nunca lo ha hecho en su vida y lo hace temblar.
Nadie le había levantado la mano jamás, no siquiera su madre aún cuando ha tenido un comportamiento de mierda en los últimos meses.
— no hables de lo que no sabes mocoso idiota - Sabito es duro, de echo, es la primera vez que lo mira de esa forma y dolió.
Por más enojada que su mamá estuviera con el, aún tenía ese brillo gentil en sus ojos y modera su voz.
El tío Sabito lo mira como si... Cómo si lo odiara.
— la porquería de tu padre la abandonó y ella fue a buscarlo pero el imbécil ya estaba con otra mujer y pasó de ella. Giyuu es tan amable que no quiso que le guardarás rencor y por eso no te lo dijo. -
—... - aún está aturdido por el golpe que le dió en su mejilla.
— si estás vivo es porque ella te ama. Te ama tanto que renuncio a su futuro por ti. — las palabras de Sabito son tan pesadas que caen como piedras en su corazón.
— a ella le debes la vida. porque en lo que respecta, tu abuelo, tu tía Tsukako y yo queríamos que te abortara para que ella pudiera continuar y perder todo rastro de ese imbécil.-
Fue la primera vez que Homura supo que hay secretos en la familia que es mejor no conocer.
...
Tiempo actual.
— ya llege - habla en voz fuerte mientras se retira los zapatos. Cuidando que sus cosas no se caigan de la mochila.
— bienvenido Homura - saluda la mujer de mediana edad con una sonrisa gentil. — te reserve tartaletas de batata. -
El pelinegro de ojos verdes evita soltar una sonrisa golotona y suspira en autocontrol.
— ¿Cómo te fue en el colegio? - se acerca a su unigenito para darle un mimo en su mejilla.
— bien en lo que cabe. El director me llamo.- al notar la inquisitiva mirada de esos ojos azules, se apresuró.
— no, no me metí en problemas. Me pidió ser asesor para unos mocosos que van mal en la escuela - un poco nervioso se apresuró a explicar.
— ya veo. Está bien - eso la relaja y regreso a la cocina con Homura detrás de ella.
— negocie con el director para que me excente unas materias y llegar más temprano a casa - continuo hablando de su día — y la próxima semana volveré al club de Judo-
— es muy bueno Homura -
— podría llegar antes y ayudarte un poco con la cafetería - curioso se asoma a ver las ollas, no evita babear al reconocer el olor del miso agridulce con pollo.
— estoy terminando la cena, ve a bañarte -
— estoy bien, puedo esperar ¿Cómo te fue en la cafetería? - pregunta tomando asiento y dejado su mochila por ahí.
— fue un día tranquilo. Vinieron estudiantes a comprar desayuno para llevar -
— ¿Y vino el? El viejo prostifirugolfo - cruza los brazos sobre su pecho.
Desde hace un mes, ha venido al local de su madre un hombre en particular. Tengen Uzui, padre de Yumiko. El hombre es rico a lo estúpido y excentrico con todas sus luces, solterito y sabrá Dios que lo hizo hacerse responsable de la vida de su hija. Su negocio marintimo está estrechamente ligado con otras empresas de transporte y farmacéutica.
¿Dónde entra su dulce madre con el viejo lujurioso? Que el hombre ha estado visitando el local diariamente siendo de los primeros clientes del día y comprando café con una tarta de calabaza. A veces se ponen a platicar cuando la clientela es baja.
— voy a considerar quitarte esa app de series latinas. -
— ¿Y luego como voy a saber si Consuelo se queda con José Luis? Pero ese no es el punto. Ese viejo lujurioso no me agrada y no te conviene - reprende Homura con un puchero. No niega la posibilidad de que su mamá tenga algún pretendiente por ahí y también un novio en un futuro.
¡Que va! Su madre es hermosa y quién diga lo contrario lo mata. Pero sencillamente ese bastardo no le agrada.
— no tienes remedio - empieza a servir las porciones industriales de comida a su hijo.
— oi, eso es un si o no. -
— ve a lavarte las manos. - el adolescente le hace caso y va al baño. Lo escucha maldecir en latino mientras se dirige a la pulcra habitación.
niega con la cabeza pero entiende la preocupación de su hijo de salir con un hombre de tan libertinas costumbres pero no sería la primera vez. Además, ella no está interesada en el de esa forma y posiblemente el tampoco.
Después de que nació Homura, dedicó gran parte de su tiempo en cuidarlo, criarlo, Conseguir un empleo y solventarse para no abusar de la generosidad de la amable casera que la acogio.
Cuando cumplió 6 años, se dió la oportunidad de tener citas con algunos hombres con la finalidad de desestresarse pero sabia perfectamente que todos buscan lo mismo y no era una vida familiar.
Juzgando por ser madre soltera.
De ahí, simplemente dejo de salir y se enfoco en su negocio e hijo.
...
Al día siguiente.
La rutina diaria en la familia Tomioka se repitió nuevamente con unas pequeñas variables como el pobre intento de advertencia del adolescente sobre el descarado hombre que la visita.
Yumiko le agrada pero su pervertido padre no.
La única forma de calmar los celos típicos de un hijo es con un beso en su mejilla y la promesa de preparar su comida favorita para la cena.
En cuando a La escuela siguió su rumbo natural, nada nuevo con las clases y tareas que algún pobre diablo olvidó o no hizo correctamente.
El joven de falsos ojos verdes pensaba que clases podría quitar de su agenda en momentos de ocio y se le ocurrió eliminar historia, matemáticas y química.
No porque no supiera de ellas (es donde mejor le va), sino porque son las primeras y últimas en el intinerario. Las mandaría deliciosamente al demonio todo el resto del ciclo escolar.
Hasta que llegó la hora de la salida y el momento triunfal que no estaba esperando llegó.
Tomo toda su paciencia y autocontrol para enfrentar la situación. Colgo su mochila en el hombro y fue directamente hacia la biblioteca, el lugar es amplio pero los libreros no tienen puntos ciegos notables para las cámaras de seguridad.
Homura solo ve dos estudiantes haciendo sus deberes y toma asiento en una mesa apartada mientras se pone a esperar la presencia de ese duo, revisa las materias que deben pasar con un mínimo aprobatorio.
— química e historia. - empezó a hacer un pequeño plan de estudio para no hacerlo tan tedioso.
Pasaron los minutos hasta completar una hora, la biblioteca está vacía y el sol se está volviendo naranja y su paciencia se fue al caño.
Tomo sus cosas para irse a casa, no es su niñero para estar esperando por ellos.
Sale por los pasillos hasta que los ve muy cómodos hablando con algunas chicas de su edad, presumiendo de lo que sea para llamar su atención.
Frunció el seño molesto y se acercó a ellos a pasos largos. Las chicas fueron las primeras en verlo y corrieron de ahí, no querían ser víctimas de la furia del superior Tomioka.
(Nota; se que lo ideal es decir "senpai" pero no estoy usando léxico japonés, así que me acordé del primer Digimon con su fea traducción)
— ahí están mocosos -
— ah, eres tú - dijo el gemelo mayor con una expresión burlona. Torajuro Rengoku, su cabello es largo hasta el cuello con una expresión más desafiante. Sus ojos son bicolores en oro y rubí, llamativos como su cabello rubio con mechas rojas.
— ups, se nos fue el tiempo - el menor, Zorajuro, tiene ese desagradable tono de falsa disculpa. La diferencia principal con su gemelo es su cabello, es más corto. De ahí, son idénticos.
— no me importa que hagan, vayan a su asesoría y listo. Es una hora -
— ya, ya vamos -
— no, será mañana. - los frena en seco — no tengo su tiempo. -
Se despide sin ninguna pizca de piedad.
Pero solo fue el comienzo de un largo camino tortuoso de soportar a los mimados hijos Rengoku.
Para empezar, no despegaban su vista del celular, no le prestan atención y llegan a la hora que se les pega en gana. No han sus ejercicios alegando que son aburridos y ya tienen suficientes con la tareas normales (que tampoco hacen)
Homura más de una vez se ha mordido la lengua para no hacer o decir algo estúpido, ha querido mandarlos al carajo pero el recordar la cara de su madre sonriendole con cariño al verlo llegar temprano se recuerda a si mismo que las victorias requieren sacrificios.
Ya son dos semanas así...
— hey cosa dos, ¿Cuál es el elemento principal del aire? - Homura había decidido llamarlos "cosa uno" (Torajuro) y "cosa dos" (Zorajuro)
— no sé. ¿Importa? -
— sabes que es una perdida de tiempo. ¿Cuánto quieres para que dejes de hacer este triste intento de Maestro? -
— quizás con otro funcione pero no conmigo -
— ¡Oh vamos! Vas a ganar dinero del que nunca en tu vida lo harás - comenta Zorajuro con rodeo de sus ojos.
— como si me importara si pasan o no - soltó con indiferencia mientras guardan sus cosas, por el rabillo del ojo noto algo nuevo.
Una chispa de dolor en ambos pares de ojos.
— mañana no habrá asesoría. Tengo entrenamiento de Judo. - no tiene que darles explicaciones pero es mejor dejar las cosas claras.
— está bien, al cabo nuestro papá vendrá por nosotros junto con mamá - suelta con cizaña el mayor de los gemelos, un tono cruel propio de niños.
— como sea - Homura logra disimular bien que ese comentario no le dolió y se marcho.
Ama a su madre como a nadie pero también le hubiera gustado que el estuviera ahí. Pero el recordar que ese mismo sujeto la abandonó sin miramientos desde mucho antes de ser un feto hace que ese sentimiento de nostalgia se muera en el fondo de su corazón.
...
Pese que son las 6:45 de la tarde, ya está oscuro por el horario de invierno, casi no hay nadie en las instalaciones de la escuela salvó algunos estudiantes de mayor grado que salen de sus clubes.
—¿Mh? - reconoce una cabellera familiar escabullirse por el pasillo de la planta baja. Curioso se acercó y ahí están el par de dolor de cabeza, uno para cada hemisferio de su cerebro.
— cosa uno y cosa dos ¿Que hacen aquí? - los gemelos se tensan mientras tomaban unas golosinas de la máquina expendedora.
— comprando dulces para nuestros amigos. ¿Que más? - eso extraño a Homura. Desde las 2 de la tarde los estudiantes de secundaria ya están fuera de la escuela. Son casi las 7 de la noche, ¿que hacen aquí?
—digamos que les creo, ¿Y sus padres? -
— ya van a llegar. Mientras estamos pasandola con nuestros amigos - Torajuro afirma con seguridad seguido de su hermano.
— claro - no dice más y da la media vuelta.
Camina hacia la salida y detiene sus pasos. Ya es bastante noche para un par de niños que ni de broma sabrían como irse a casa solos. Maldijo internamente su amabilidad y se giró de regreso hacia ellos.
— ¿Ya te contesto el chófer? - antes de hablar, los escucho a escondidas contra la esquina.
— no, ¡te dije que no debíamos decirle que se tomará la noche libre!! -
— papá dijo que vendría con mamá... -
— ya se Zora, ya se... -
— Torá... Ya me aburrí de comer dulces. -
— solo aguanta un poco más -
Homura entendió en silencio lo que ocurre. Suelta una sonrisa irónica. Al inicio estaba celoso, escucharlos hablar de su maravilloso padre y hermosa madre que los aman. Que les dan todo lo que quieran y sin restricciones.
— hasta con tus propios hijos eres una basura -
✨❤️✨
Se que esperan Rengiyuu inmediato pero es necesario que empiece con los chicos para el bien de la trama.
Es una historia que consistirá en 3 partes. Van a ocupar pañuelos.
Tenía ganas de hacer otro Rengiyuu Omegaverse pero hace tiempo que no saco un fick con Giyuu fem y es más que perfecto en esta ocasión.
Ojo, no sera como mis otros trabajos. Cómo pueden apreciar, es más densa y puede tocar temas sensibles.
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