Capítulo 7

—Pensé que te habías echado para atrás, Midoriya Izuku.

Esa voz tan grave retumbaba en los oído del peliverde. Hacía demasiado tiempo que no la oída. Desde la última vez que había salido con él.

—Shi... Shigaraki... Tomura... —traga saliva en seco.

—Ahh~ hace mucho que no nos veíamos, ¿Verdad? Ya extrañaba verte —ríe un poco, después le muestra la cara temblorosa de Uraraka— Mírala...está tan asustada...creo que tiene algo qué decir, ¿No es así?

—D-deku... A-ah...

Shigaraki no pudo evitar soltar una carcajada. Le parecía bastante divertido ver las expresiones de los chicos— Creo que requeriré medidas extremas si planean hacer algo sospechoso... No quieres volver a verlo enojado, ¿Verdad, Midoriya Izuku? Recuerda su expresión...llena de rabia...

—¡Cállate! Eso fue en el pasado...ahora estoy bien con mi vida, en la que ni tú ni él tienen que ver.

—¡Oh! Qué grosero... Bueno, sólo dejaré un mensaje. Ya sabrás de quién —sonríe en grande, muy animado al ver la expresión en blanco del menor— Él sabe qué sucedió...y en verdad le molestó que te hayan golpeado, dejando marcas...sabes que es muy territorial con sus pertenencias, y no duda en dejar su marca...mas bien, varias —señala los brazos cicatrizados de Midoriya— y además sabe lo del riquillo ese...así que el mensaje es este: "Mas vale dejar a ese bastardo mitad albino, si no se verá obligado a tomar cartas en el asunto." Y sabe con quién rematar —le avienta a la castaña— es todo...él te tiene bastante vigilado... —da media vuelta, agitando la mano— Cuídate muy bien, Midoriya Izuku...ya que lo necesitarás.

Uraraka y su acompañante se abrazaron, dándose cuenta que estaban temblando a más no poder. Vieron como Shigaraki se iba caminando con las manos en los bolsillos de la sudadera.
Deku traga saliva, sin dejar de pensar en lo que le había dicho.
¿Qué quería decir...? ¿Él no fue quién lo golpeó?

"Sabes que es muy territorial con sus pertenencias, y no duda en dejar marca...más bien, varias..."

—Tú no le perteneces, Deku... —Uraraka lo dijo como si hubiera leído su mente— sólo está asustándonos...

—Tú no sabes cómo es él...n-no...lo sabes...

Izuku terminó más asustado que Uraraka.
Creyó haberse deshecho de esas personas años atrás.
De él, de Shigaraki...de esos dos. No creía volver a revivir lo que había vivido hace 7 años.

—Vámonos, Deku. Necesitamos ir a casa y contarle a la policía.

—¡N-no! —dijo asustado— sólo... Dame tiempo...no quiero que él se vuelva a asercar a mí...jamás.

—Yo no lo permitiré. Y aunque sé cómo es Bakugou, él tampoco lo permitiría...detrás se todos esos insultos, sabemos que te aprecia...un poco...pero es algo, ¿no?

—Sólo...vámonos a casa...

Los amigos voltearon al rededor, la estación estaba vacía, era obvio, siendo planeado de esos dos.
Suspiraron y tomaron rumbo a sus respectivas casas.

[...]

10:00 pm.

Midoriya yacía en su cama, mirando la pantalla de su celular. Inconscientemente esperaba una señal de vida del millonario. Sonrió y se sonrojó al percatarse de sus intensiones.
Rió por lo bajo y decidió mandarle un mensaje.
Dejó su celular en la mesita y fue a ponerse su pijama.

Su celular vibró, dando a entender que un mensaje nuevo había llegado.
Rápido, el peliverde se aventó a la cama a tomar su celular, ya que estaba del otro lado a su alcance.
Sus ojos se pusieron en blanco cuando leyó el mensaje.

"Hola, Izuku. Creo que Tomura te dijo lo que pedí que dijera. ¿Qué piensas al respecto? Quiero hablar sobre nosotros y de ese bastardo mitad albino."

Midoriya volvió a leer el mensaje. Sabía de quién se trataba. Pero no respondió. Bloqueó el número con el dedo temblando y sudando.
Creyó que lo mejor fuera ocultar todo esto. No quería volver a preocupar a su madre, ni a Todoroki-kun.
Necesitaba calmarse. Ya era algo tarde y empezaba a tener sueño.
Mañana sería jueves, y tendría que ponerse al corriente con la universidad.
Así que iría con Kacchan a pedir apuntes.
Agradecía que los dos estuvieran juntos en las clases.

Aunque no todo era miel.
Siempre que podía, Kacchan insultaba a Deku, aunque éste fuera un poco mejor que el otro.

Bostezó y se echó a la cama cómodo.
Cerró sus ojos y trató de dormir.

[...]

Izuku estaba levantado a las 5:30 am.
Hoy entraba a trabajar a las 8:00 am en el restaurante.
Se levantó temprano porque tenía planeado llamar a Todoroki e invitarlo a su trabajo para pasarla bien en su tiempo libre de almuerzo.
Había recordado que el mensaje que le mandó sin ser contestado.
Probablemente estaba trabajando o simplemente estaría dormido.

Se alistó y bajó a la cocina. Esta vez no estaba su mamá preparando el almuerzo.
Alzó los hombros y decidió preparárselo él solo.

Se sentó en la mesa, dejando su plato y mirando el huevo con tocino que había hecho.
Se miraba bastante sabroso. Y el sabor tampoco no era tan mal.

Lo había comido todo, sin dejar ninguna sobra.
Los llevó al fregadero y al dar la vuelta vio a su madre parada.

—Mamá... —dice el peliverde— Me asustaste...

—Izuku...lamento no haberme levantado pronto...estaba bastante cómoda acostada.

—Descuida, mamá...ya estoy algo grande como para depender siempre de ti.

—Mi Izuku... —ella se lleva las manos al pecho— me duele oír eso...siento que ya no soy de utilidad...

—No digas eso...es una completa mentira.

—Para qué mentir... —va a la mesa y se sienta en una silla— soñé con tu padre...

Midoriya traga saliva.
Su madre casi nunca mencionaba a su padre. Ahora últimamente lo ha estado soñando. Eso dijo ella. No sabe el por qué.

—¿Puedes contarme de tu sueño...?

[...]

Midoriya estaba mirando impaciente la pantalla de su celular. Le había mandado un mensaje a Todoroki para que viniera al restaurante y almorzar juntos en el descanso del menor.
Hacía diez minutos en que había mandado ese mensaje y no había contestación alguna por parte del medio pelirrojo.
Suspiró y apagó su teléfono. No podía estar en él en horario de trabajo.
Sería paciente y esperaría el mensaje. Aún faltaba media hora para su descanso.

Miró al rededor y el establecimiento estaba casi vacío.
No había muchas personas.

—¡DEKU!

—Kacchan...

—Toma...el sábado tenemos tarea...y como no has ido te doy mis apuntes y ahí viene la tarea...

—G-gracias, Kacchan... —le sonríe mientras toma el cuaderno—

—¡NO SONRÍAS ASÍ, MALDITO!

—¡Bakugou! —Kirishima le llama desde el fondo del restaurante.

—¡Ahhhg! No tienes por qué agradecer maldito nerd...

El rubio da media vuelta y regresa con el pelirrojo.
El peliverde los observaba con detenimiento y pudo notar que Kirishima le daba palmaditas y levantaba el dedo pulgar, mientras que el otro sólo aguantaba las ganas de matarlo.

Midoriya ríe a la escena que hacían sus dos amigos.
Fue al locker y dejó la libreta de Kacchan en sus pertenencias. Se prometió apuntar todo y hacer la tarea en la tarde.
Cerró su locker y fue de nuevo a su lugar a esperar clientes.

Su celular vibró, dando a entender que había recibido un mensaje.
Lo sacó del bolsillo y sus ojos se iluminaron al ver el nombre.
Todoroki había confirmado ir.
Iría enseguida, y pedía disculpas por no contestar antes, ya que estaba en una junta de su empresa.

Midoriya gritó de felicidad internamente.
Fue al baño de hombres y se vio en el espejo. (Sí, en el baño había un gran espejo.)
Miró su rostro y pudo darse cuenta de la felicidad que evidenciaba.
Vería de nuevo a Todoroki y eso le emocionaba a más no poder.
Abrió el grifo y juntó agua en las manos para llevársela a la cara y mojarla.
Hizo eso tres veces, volviéndose a ver en el espejo.
¿Qué prepararía para almorzar con él? ¿Lo escogería Todoroki-kun?

Se secó el rostro y salió del baño.
La puerta del restaurante se abre, dejando ver a un hombre con una apariencia formal, ya que llevaba puesto un traje perfectamente planchado.

—Todoroki-kun, ¡Llegaste!

—Midoriya, hola. —lo observa de arriba a abajo, mirando que se veía bastante bien en su uniforme de mesero, sonrió de lado, sintiendo ternura por el chico— ¿Qué vamos a almorzar?

—Traigo el menú —lo enseña— podemos sentarnos y mirar qué se nos antoja.

El mayor asiente sonriente y sigue a Midoriya hasta una mesa.
Se sentaron uno frente al otro. El peliverde coloca el menú en la mesa, de tal forma que los dos puedan verlo.
Todoroki pasa sus pupilas de un lado a otro, mirando los nombres de los platillos y de los postres.
Apuntó con el dedo el plato que quería comer.

—Quiero ese... ¿Y tú?

Midoriya apunta en su libreta, se levanta y el mayor le alcanza a tomar de su delantal.

—No...quédate aquí...

—Pero voy por tu orden y por la mía...

—No eres el único mesero...

—Le diré a Kacchan...

Midoriya fue a buscar al rubio.
No tardó ni un segundo cuando Todoroki escuchó un "¿Huh?" bastante fuerte y arrogante.
De rato miró al peliverde venir con su amigo. Observó al otro. Tenía una expresión que le daría miedo a cualquiera. Una vena resaltando dejabo de su ojo en señal de la ira que acumulaba.

—¿Qué mierda van a querer?

—Ya lo había apuntado, Kacchan... —le entrega el papelito.

—Maldito Deku bastardo...

Le arrebata la hoja y se va.

...

—¿Cómo están tus heridas? Veo que tu rostro y brazos ya no están hinchados.

—Ya no duele —Midoroya veía sus manos— Creo que ya estoy curado.

—Eso lo verá mi doctor, Midoriya. Además, supongo que el doctor es un pretexto para poder verte.

Deku se sonroja levemente. Mira al mitad-mitad y le sonríe, mostrando su rostro apenado.— C-creo que...también lo tomo como pretexto. Me agradas bastante y la verdad se hizo bien el verte diario. Era divertido

—Supongo que sí... Midoriya, yo...

—Aquí tienen su estúpida orden, malditos bastardos...

Bakugou interrumpe lo que Todoroki estaba a punto de decir.
Sólo se dispone a comer de lo que había pedido.
Midoriya mira las expresiones del mayor. Sabía que le iba a decir algo pero no preguntó. Tomó sus cubiertos y empezó a comer.

»Me gustas, Midoriya...eso iba a decirte»

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