Capitulo 22 Quiero vivir...
"...Solo conozco un camino...uno en el cual no puedo equivocarme..., sin saber, que hay otro que me espera con los brazos abiertos..."
El beso se volvía cada vez mas apasionado, Serena entrelazaba sus brazos presionándolo mucho mas contra su cuerpo, Diamante se aferraba a ella sin soltarla y dejarla sin aliento, ninguno de los dos media sus actos, negándose uno al otro terminar, sin embargo, los pensamientos de la joven de cabello dorado le traicionaban, de sus ojos derramaban lagrimas inconscientes que recorrían sus mejillas
-mamá...-escucho en su cabeza, haciendo abrir sus ojos abruptamente, despertándola de la fantasía en la cual estaba envuelta-mamá...
-¿Rini?...-se separo el joven lentamente de ella, mirándola con seriedad, mientras ella bajaba la mirada
-esto...no esta bien...-confeso bajamente, mientras que las lagrimas no de detenían, como si estuvieran en contra de sus propias palabras
-entonces...¿Por qué lloras?-le pregunto, tomando su mentón, chocando su mirada con la suya, encontrándose con unos ojos azulados inundados de tristeza
-porque no se puede...yo...
-¿tan poca cosa soy para ti? –ella negó su cabeza-entonces...-Serena no encontró respuesta, solo desvió la mirada hacia otro punto con el fin de no ver los cristales purpuras del peli plateado, cuando nuevamente sus labios fueron invadidos por él en un casto beso que la dejo sorprendida –te dejare tranquila ¿de acuerdo?, pero ten en cuenta que no me rendiré...-se parto de ella, abriendo la puerta para retirarse, mientras ella caía sentada en el sofá con la rosa blanca aun en sus manos
Por otra parte, Darien se adentraba entre los pasillos del teatro a buscar a Serena a su camarín, encontrándose cerca de allí vio como aquel actor misterioso de capa negra salía del cuarto donde se encontraba su novia, se adelanto de inmediato, sin embargo, se retiro tan rápido que solo pudo ver su silueta perdiéndose en la oscuridad, decidió ignorar por un momento la situación, entrando al camarín claramente abierta, encontrando a la joven perdida en sus propios pensamientos
-Serena!-la llamo sobresaltándola
-¿eh? Hola Darien...-le contesto con una sonrisa
-¿Quién era quien salió de tu cuarto?-le pregunto fingiendo desinterés
-pues..., el hijo de la señora Rubi, el fantasma
-¿Qué hacia aquí?-reitero
-solo vino a felicitarme, por la actuación que hicimos
-¿solo eso?
-¿esto es un interrogatorio, Darien? -le pregunto molesta
-es que ese beso en la obra no parecía que era una escena común y corriente-le reclamo
-es una obra Darien! Se supone que debería verse real, además entre mas real se viera mejor, es un evento benéfico
-si pero deberías tenerme un poco de respeto, soy tu novio
-¿respeto?-le pregunto arqueando una ceja-¿me estas pidiendo respeto? ¿y que clase de respeto es este?
-¿ a que te refieres?
-esperaba un "felicidades Serena" "actuaste muy bien" ¿no te suena esa palabra?
-lo siento, es que yo...
-ya basta! ¿quieres salir? ¿y dejarme? Debo cambiarme...-le empujo hacia la puerta cerrando la puerta en sus narices –eres un tonto Darien...-se apoyo en la puerta con los puños cerrado, conteniendo sus lagrimas-no tienes ni idea...lo que me sucede...
Al salir, Serena se dirigió rápidamente hasta donde estaban sus amigas, ignorando completamente al moreno, Darien por su parte, comprendía su indiferencia, ella tenía razón, le reclamaba por sus celos en vez de felicitarla, celebrando sus amigas por su actuación en casa de Rei, sin embargo, ella regreso en un taxi, aunque el moreno le ofreció llevarla a su casa negándose abruptamente, en medio de las miradas de las demás, llegando a su casa sin decir ni una sola palabra al respecto encerrándose a su habitación limitándose a solo llorar
-no quiero..., no quiero... ¿Por qué tengo que cumplir este destino?...no quiero que Rini no exista, pero ¿Qué debo hacer?...si cambio las cosas, nada por lo que las chicas han luchado existirá...-se dijo así misma, tomando la rosa blanca entre sus manos, recordando aquel beso en el camarín y el que ella se le atrevió a darle en la obra-¿Por qué...?¿por que no podemos...
-¿Por qué?...-una voz capto toda su atención, abriendo sus ojos enormemente, al ver la pequeña niña de cabello plateado frente a ella sentada en su cama
-¿Qué?... ¿quien eres?...-le pregunto, mientras que con su mano se removía las lagrimas de su rostro-¿Cómo te llamas?...-siendo interrumpida por la pequeña mano posaba en su mejilla-¿eh?...
-siempre quise hacer esto...
-¿de qué hablas? ¿Qué necesitas? Te puedo ayudar...
-¿Por qué me dejas? ¿Por qué no me quieres?
-¿Qué?..., yo no quiero dejarte..., si me dices, yo te puedo ayudar...
-solo quiero que me quieras...-le contesto la pequeña-junto con papá...
-¿papá?...-se pregunto sorprendida, recibiendo un dulce beso en su mejilla
- espero conocerte pronto mamá...-haciendo que sus ojos se abrieran enormemente cuando la pequeña ya había desaparecido
-¿Qué significa esto?...-pensó llevándose las manos hacia su pecho
-¿Qué sucede Serena?-su fiel gatita estaba entrando a la habitación-¿estabas llorando?-ella negó su cabeza-¿Cómo te fue en la obra?
-muy bien, solo estoy...confundida...
-¿confundida?
-no, nada, olvídalo!-sacudió sus manos rápidamente para arroparse e irse a dormir –me dijo mamá...,¿acaso tendré otra hija con Darien?..., pero..., ¿Por qué me pide que la quiera?...
A la mañana siguiente, Serena se preparaba para desayunar, escuchando el timbre de entrada, dirigiéndose a la puerta, encontrándose con un cartero con un paquete en sus brazos
-¿señorita Serena Tsukino?-pregunto
-si, soy yo...
-firme aquí-le pidió, haciendo que ella firmara el formulario completamente confundida, recibiendo el extraño paquete, para ingresar nuevamente a su casa, sentándose en la sala dudosa en abrirlo, encontrándose con una caja negra, aumentando su curiosidad, descubriendo que era la mascara del fantasma de la opera que Diamante había utilizado en obra
-Diamante...-suspiro ruborizada, mirando una nota que había caído al suelo, tomándola entre sus manos para leerla con concentración
"...No me rendiré, mi ángel, no importa el destino..."
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