Capítulo 7
OHM
Me tomo el tiempo de contemplar a Fluke dormir con sus piernas enredadas en las mías y sus labios rosas en un puchero adorable. El brazo derecho sobre su frente y el izquierdo enredado en su pelo. Esta forma particular de dormir me hizo adorarlo desde la primera vez que compartimos mi cama.
He fingido que lo que me pasó no me asustó, pero lo hizo, y mucho. El mundo empezó a girar de repente, una luz muy potente me dejó ciego y perdí el norte sin remedio. Al caer al suelo me golpeé la cabeza y entonces me pareció que volví a tener contacto con la realidad, como si volviera a entrar en mi cuerpo. Fue todo tan extraño, todavía no me explico que pudo pasar y los doctores tampoco. Me han repetido hasta la saciedad que todo está bien, pero tengo la sensación de que no es así.
En unos días mis padres vendrán de visita y les contaré que soy gay, y que ahora vivo con Fluke. Sé que será difícil para ellos, que esperan que me case y les dé un ejército de nietos. Van a tener que saberlo antes o después y ahora que tengo a alguien en mi vida, es el mejor momento para que lo asimilen de una vez.
—Buenos días— oigo la voz de mi pequeño, ronca por el sueño.
—Buenos días precioso— le contesto con una sonrisa.
— ¿Te sientes bien?—me pregunta con esa mirada inquisitiva tan suya.
—Estoy más que bien— le respondo posicionándome sobre cuerpo.
—Tengo que levantarme a trabajar— me dice, pero enreda sus piernas en mi cintura y me estrecha entre sus brazos. Es el paraíso, su olor, su calor, todo de él.
—Solo un poquito más, y te ayudaré con los animales— le digo picoteando sus labios.
—De eso nada, Ohm, lo digo en serio. De los animales se ocupa Paul, su hijo y yo nos dedicaremos a los frutales. Después vendré para que comamos juntos, tengo preparado estofado que solo hay que calentar— me resume, parece que lo tiene todo bajo control.
— ¿Y qué se supone que voy a hacer yo mientras tanto?— le pregunto con un mohín.
—Lo que quieras, por una vez, descansa, lee un libro...— me dice dejando un beso bajo mi oreja y empujándome con determinación.
Después de eso asisto al espectáculo más encantador de este mundo, mi pequeño paseándose desnudo por la habitación hasta el baño. Cuando sale con una toalla atada a sus caderas, sigo disfrutando del espectáculo, pongo mis brazos bajo mi cabeza y me pongo cómodo. Esto es con lo que he soñado toda mi vida, encontrar a alguien con quien compartir todo lo que tengo.
—Eres precioso— le digo.
—Gracias, pero no me vas a convencer para que me quede— me contesta acercándose hasta la cama.
—Un día estaremos juntos en la cama veinticuatro horas, no te dejaré salir de ella hasta que no puedas volver a caminar— le hago una promesa.
—Muy seguro de sí mismo, señor Thitiwat— me dice con esa sonrisa que ilumina mi mundo.
Acto seguido me ordena descansar y sale por la puerta.
Paso la mañana, aburrido, paseando arriba y abajo como un tigre enjaulado. Jamás he estado un día laboral mano sobre mano y me está matando la agonía del lento pasar del tiempo.
A eso del mediodía Fluke vuelve del campo con su pelo alborotado y sus mejillas sonrojadas por el aire fresco de diciembre. Puedo ver un cambio sustancial en él. Cada día encaja mejor en este sitio, su piel está más dorada y su sonrisa es amplia y sincera.
— ¿Qué tal tu día? — le pregunto.
—Agotador, pero tan gratificante— me responde con una sonrisa, tan sincera que hace a mi corazón volar.
—Por favor, no te vayas— la súplica sale de mí sin pretenderlo.
Fluke me mira sin saber a qué me refiero, pero de repente la verdadera naturaleza de mi petición hace mella en su cerebro.
—No voy a ir a ninguna parte, aunque mis recuerdos vuelvan, aunque encuentre a alguien que pueda decirme como era mi vida, no te dejaré— me dice con una convicción que me desarma.
—Perdóname, sé que no es justo que te pida esto, tienes derecho a querer saber quién eras, a buscar a tu familia, y yo te apoyaré siempre. Pero tengo miedo Fluke, porque creo que te quiero, y quiero que tengamos un futuro, juntos.
—Yo también te quiero, y nada desearía más que tener un futuro contigo, pero quiero saber de dónde vengo, no puedo ser alguien sin memoria, sin un pasado, quiero estar completo para ti— me dice y acerca su mano para acariciar mi cara.
—Lo entiendo, y voy a ayudarte. Después de las fiestas investigaremos, en algún momento alguien preguntará por ti, no te preocupes— le digo para tranquilizarlo.
— Vale. ¿Qué tal tu día?— me dice para aligerar el ambiente.
—Por favor mátame, y acaba con mi sufrimiento— dramatizo un poco.
—Solo serán unos días. Mañana iremos al mercado, puedes acompañarnos y hacerme compañía sin fatigarte mucho y sin cargar peso— me dice.
—Sí, papá— le espeto con un mohín.
—Hablando de padres, ¿qué les diremos a los tuyos cuando vengan en unos días?— me pregunta con la cabeza baja. Sé que ese tema lo ha tenido inquieto, pero no necesita preocuparse.
—La verdad, ni más ni menos. No voy a esconderme de ellos, son mis padres y lo entenderán. Además te amarán como yo lo hago, ¿cómo no iban a hacerlo?
—No eres imparcial, tú ya me quieres— me dice bajito.
—Eso es verdad, eres mi elección y ellos tendrán que hacer la suya; lo entenderán o se perderán mi vida por completo— le explico.
—Espero que lo entiendan, de verdad. No quiero que sufras, no es bonito que te rechacen por ser quién quieres ser— me dice, y después se agarra la cabeza en un gesto de dolor.
Me levanto como un rayo y me arrodillo a sus pies.
—Fluke, precioso. ¿Estás bien? Dime algo cariño— un sudor frío me recorre el cuerpo con su cara de sufrimiento.
—Ohm... creo que he recordado algo— me dice en un susurro.
— ¿Qué? Dime qué has recordado.
—Ha sido como un flash. Me he visto a mí y a mi padre discutiendo. Creo que yo le decía que era gay, y él me abofetea con ganas. Ha sido horrible— me dice con la voz ronca.
—Seguro que es un recuerdo debido al estrés de conocer a mis padres, respira hondo. Vamos, llamaré a Paul para que termine las tareas del día y tú te echarás un rato a descansar— le pido y lo ayudo a llegar a la cama.
Cuando cierro las cortinas para evitar que entre mucha luz solar, Fluke me llama y me pide que no lo deje solo. Y no voy a negarle el consuelo que me está pidiendo. No puedo llegar a imaginar cómo debe sentirse. Solo, sin recuerdos ni familia y de repente una imagen de su propio padre rechazándolo. Es demasiado que asimilar para cualquiera.
Me meto en la cama, enredo mi brazo bajo su cuerpo y él se hace una bolita a mi lado. Esconde su cabeza en mi cuello y respira hondo. Después rompe a llorar sin parar, todo el estrés, la angustia y la soledad que ha sentido estos días, sale a borbotones por sus preciosos ojos castaños. Me duele muchísimo sentir como tiembla como una hoja al viento. Me gustaría tanto que me viera como su lugar seguro, como la muralla que lo protege de todo mal.
Tendré que esforzarme al máximo para que sepa, sin lugar a dudas, que lo amo y que esa es la única realidad que me importa.
Tras mucho rato de sollozos ahogados, Fluke se queda dormido de agotamiento. Lo tapo con cuidado y dejo que descanse. Llamaré a Paul y le diré que mi pequeño no está en condiciones de ocuparse de la granja.
Después intentaré preparar algo ligero para la cena y esperaré a que Fluke se ponga mejor. Quizá le estoy pidiendo demasiado, quizá conocer a mis padres ,es algo que es egoísta pedirle en estos momentos.
Me siento un rato en la cocina y contemplo el huerto y toda la extensión de mi granja. Estoy en mi hogar, en un sitio familiar y seguro para mí. Pero para él, todo es nuevo, desconocido y eso debe asustar tanto. No me he puesto en su lugar ni por un segundo, he dejado que el torbellino de mis sentimientos, me nuble la visión del panorama completo.
Me pateo mentalmente por ser tan idiota y decido que mañana hablaré con Fluke. Le preguntaré que quiere hacer, si quiere ir a Nueva York o quiere investigar. Si no quiere conocer a mis padres, o si quiere irse de la granja.
Todas esas opciones, abren una brecha en mi corazón, pero no puedo ser egoísta. Tengo que confiar en que el amor de Fluke puede rebasar cualquier obstáculo que encontremos. Eso es. Tengo que hacer un salto de fe, fe en que todo irá bien.
Y con esa idea en la cabeza, preparo un poco de sopa y vuelvo con la persona que ha cambiado todo mi mundo, casi sin pretenderlo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top