Capítulo 18

OHM

Las cosas con Fluke han llegado a un punto muerto. Ayer lo noté algo raro. Estaba intranquilo y un poco disperso. Me dijo que iba a pasar unos días con su familia en Philadelphia y que me llamaría el fin de semana, cuando estuviera instalado. Después me ha mirado de esa manera que siempre me quita la respiración y me ha dicho que me ama. Pero sigo teniendo esa sensación de que algo no va bien.

Mientras tanto, Gina y yo nos entendemos cada vez mejor. Pronto podrá quedarse un par de semanas sola, e iré a Nueva York a intentar rescatar algo de mi relación amorosa.

—¡Ohm, Paul no quiere hacerme caso! — oigo a Gina protestar en el huerto.

—¿Qué pasa aquí? — les pregunto.

—Esta mujer está loca, quiere que rotemos este terreno el año que viene, cuando no es necesario— me dice Paul con el ceño fruncido.

—Gina, deja ese tipo de decisiones a Paul, y tú dedícate a la subvención estatal de este año, que se han puesto duros con los requisitos— le digo para que haya paz.

—Está bien, eres un viejo cascarrabias— le dice Gina al pobre Paul, que la ignora y se aleja susurrando por lo bajo.

—Gina, deja de meterte con Paul— la riño.

—Ohm, ese hombre no quiere oír hablar de algo mínimamente moderno— me dice con un puchero.

—Intenta no meterte en su trabajo y como te dije empieza con la subvención que vamos con retraso— le digo.

—Vale, tengo los formularios en el despacho. Necesito que me firmes un par de documentos y me pondré a ello— me dice con una sonrisa.

Entramos en casa a por esos documentos cuando tocan en la puerta. Es raro que la gente de este pueblo llame, normalmente entran sin más. Gina va a abrir y oigo que habla con alguien. Me asomo al pasillo para ver quién es y cuando lo veo, me quedo de piedra.

—Fluke, eres... eres tú— balbuceo.

—SÍ, yo... he vuelto— me dice señalando la enorme maleta que hay en su espalda.

No me lo creo, estoy soñando o algo. Seguro que dentro de unos segundos me despertaré en mi cama, solo y echándolo de menos.

—Ohm, ¿qué pasa? — me pregunta Gina algo sorprendida.

—Gina, este es mi novio, Fluke— le digo saliendo al porche y abrazándolo.

—Estoy aquí, he vuelto y quiero quedarme, si todavía me aceptas— dice contra mi oreja.

—Vayamos dentro, hace frío. Bienvenido a casa cariño, te he echado de menos— le digo cuando encuentro mi voz.

—Ohm...— Gina sigue en la puerta.

—Vete a casa, mañana seguiremos — le digo, ahora necesito un tiempo a solas con Fluke.

—Pero la subvención...— intenta decirme.

—Mañana Gina, ahora vete a casa— le pido un poco más brusco de lo que pretendía.

—Bien, hasta mañana— nos dice mientras se va por el camino hasta su camioneta.

—¿Quién es? — me pregunta mi novio, pero yo no quiero hablar de ella, solo quiero entrar en casa y besarlo hasta que no pueda ni hablar.

—Es Gina, trabaja para mí, pero ahora solo quiero hablar de nosotros— le digo cogiendo su maleta y entrando en la casa.

—Esto es tal y como lo recordaba, ¿cómo es posible? — me pregunta quitándose su abrigo y colgándolo junto a la puerta.

—Porque esta es tu casa, y no me importa que todos me digan lo loco que estoy. Para mí fue tan real, como tú en este momento. Dime que ha pasado y si te vas a quedar, por favor dime que sí— le digo ansioso por saber todo su repentina aparición.

—He venido a quedarme, he regresado a donde pertenezco. Ayer terminé de arreglar el papeleo y esta mañana me monté en el primer vuelo, no podía esperar más para verte— me dice entre lágrimas.

—¿Has podido arreglar lo del testamento de tu padre? ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Cómo has podido escaparte? — tengo tantas cosas que preguntarle que me atoro con mis palabras.

—No tengo nada Ohm, solo un poco de dinero ahorrado y mis manos desnudas. He renunciado a todo, he vendido el piso y el dinero se lo he dado a mi madre. Así que ahora mismo eres el novio de Fluke Natouch, el heredero sin fortuna— me dice con sus manos apretando las mías.

—Soy el afortunado novio de Fluke, el ser más hermoso de este mundo. No necesitamos dinero, ni fortunas de ningún tipo. Nos tenemos el uno al otro, y eso es lo más importante— le digo sin parar de besar su cara, su cuello, quiero comérmelo entero.

—¿Lo hacemos? ¿Todavía me quieres? Yo sé que ha sido difícil estos meses, y entenderé que te hayas planteado algunas cosas... como no sé, Gina...— me dice cosas que no entiendo del todo.

—¿Gina? — y entonces me doy cuenta de lo que está diciendo. — Es solo una empleada que me ayuda en la granja. La contraté para poder ir a Nueva York a verte— le explico.

—¿De verdad?

—Claro, tú eres el amor de mi vida Fluke. No quiero que pienses cosas raras — le explico.

—Ohm, mi amor, yo... — me susurra entre besos.

—Ya no quiero hablar, ven— le digo cogiendo su mano y llevándolo al dormitorio.

Fluke ha vuelto a mi vida, está aquí y se va a quedar. No puedo pensar en otra cosa, soy tan feliz que creo que mi corazón no lo aguantará.

Mis labios destruyen los suyos. Oigo sus gemidos escapar de su boca, pero no me detengo. Hace demasiado tiempo, su piel, ya casi no recordaba como sabía, a océano y a miel. Quiero que este instante sea infinito, detener el tiempo y besarnos para siempre.

Me deshago de su ropa, no quiero nada entre nosotros. Los dos desnudos y besándonos, es el paraíso para mí. Mi lengua recorre cada rincón de su perfecto cuerpo, lo he echado tanto de menos. Aprecio cada lunar, cicatriz y marca en su cremosa piel. Está más delgado, pero eso no le quita ni un ápice de su hermosura. Me siento en el borde la cama y hago que Fluke se siente en mi regazo. Sus piernas me rodean y él eleva sus caderas para facilitarme el acceso. Poco a poco entro en la calidez de su interior y una vez somos uno, lo abrazo con fuerza.

Quiero atesorar este momento, su piel arde bajo mis manos. Acaricio su espalda, y él besa mi coronilla. El sudor de nuestros cuerpos ayuda al deslizamiento. Sube y baja, entrando y saliendo. Un vaivén controlado, quiero sentirlo todo, no puedo perderme nada. Es como estar en el cielo, sus jadeos es lo único que oigo, es música para mí.

—Te amo, aquí es donde perteneces, a mí, a este lugar— le digo entre suspiros.

—Lo sé, aquí es donde quiero estar. Te amo Ohm, como nunca a nadie— me dice con su boca pegada a la mía.

Su cuerpo tiembla, está cerca y yo también. Me levanto con Fluke enredado en mi cuerpo y apoyo su espalda contra la pared más cercana. Arremeto contra su entrada, con fuerza, quiero que lo sienta, quiero sentirlo, durante días.

—¡Dios, no puedo, yo... amor! — me grita mientras se corre entre nosotros, fuertemente con su ojos cerrados y sus labios carnosos entreabiertos. Es tan precioso, que solo mirarlo me envía sobre el borde. Pocos segundos después me derramo en su interior, y ya puedo decir que estoy completo, la otra mitad de mi corazón ha vuelto.

FLUKE

Ohm me folla con lentitud, con tanto cariño que mi corazón explotará en cualquier momento. Después me empotra contra la pared y me reclama. Con pasión, diciéndome que este es mi hogar, que aquí pertenece mi alma.

Después nos acostamos en la cama, mirándonos sin parar. Ninguno de los dos cree que este momento esté sucediendo. Pero aquí estamos frente a frente de nuevo, y con nuestro amor intacto, más fuerte que nunca y tengo que confesar que tenía miedo. Tenía un miedo atroz a haberlo perdido, a que la distancia, por fin hubiese arrasado con todo.

Le cuento todo lo que ha pasado, mi trato con el señor Monroe y como pienso que lo hizo para redimirse con su hijo a través de mí. Le hablo de mi madre y de su manera de decirme que no comparte mi decisión de compartir mi vida con él. De Ty y de cómo he encontrado en mi primo una mano amiga.

—¿Y ahora que quieres hacer? — me pregunta mientras sus manos no se despegan de mi piel.

—Quiero cocinar. Lo he pensado mucho y la cocina me hace feliz. Tomaré clases e intentaré algún día tener mi propio restaurante. Mientras tanto te ayudaré en la granja— le cuento.

—Es la mejor idea que oído nunca. Tu comida es maravillosa y puedo ver la pasión que le pones. Serás un chef famoso y yo podré alardear de novio— me dice con una sonrisa sincera.

—¿Cómo está la cosa por aquí? — le pregunto.

—Bueno, Gina hace poco que trabaja para nosotros. Lleva la contabilidad y me ayuda un poco con los clientes y proveedores. Paul y ella están todo el día peleándose, pero es una buena chica— me explica.

—¿Y Sammy? ¿Y todos los demás? — necesito saberlo todo.

—Todos están bien. Tendré que presentártelos a todos, aunque les he hablado de ti todo el tiempo. Será un poco raro, pero sé que te amarán— me dice.

—¿Gulf y Mew, están juntos? — tengo curiosidad con esta pareja.

—Pues sí, mientras estaba en coma, esos dos se hicieron inseparables. La familia de Gulf no lo acepta, pero es lo que hay— me explica.

—Ya, esto es un pueblo y no todos nos recibirán con los brazos abiertos— le digo algo triste, pero son cosas que yo no puedo cambiar.

—No me importan esas personas, solo me importa mi familia y sé que todos te amarán— me dice y yo me acurruco contra el calor de su cuerpo y me relajo por fin.

Cierro los ojos y dejo que el cansancio y el estrés de los últimos meses se alejen de mí, mientras entro en el mundo de los sueños abrazado a Ohm.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top