Capítulo 10
FLUKE
Doy un paso hacia atrás y admiro mi obra. El árbol de color blanco, con adornos plateados es lo más sofisticado que he visto nunca. Resalta contra la pared de ladrillo rojo y la chimenea negra y tallada del salón de Ohm. El resto de la decoración es igualmente en tonos blancos y plateados. Es acogedor y muy chic.
Ohm ha refunfuñado todo el día porque no le he dejado poner el Papá Noel, que simula trepar una escalera, en medio del salón. Al final hemos resuelto que él decorará con esos adornos rojos, verdes y dorados, la parte de la cocina y su despacho. Y yo me encargaré del resto de la casa.
Me esfuerzo al máximo, tengo que hacer parecer esto un hogar, uno que los padres de Ohm, no puedan negar. Si los dejo ciegos a base de luces brillantes y adornos plateados, a lo mejor no se dan cuenta de que soy muy poca cosa para su hijo, que no tengo nada que ofrecerle.
Cuanto más se acerca el día, más nervioso me encuentro. Gulf vino el otro día a darle las gracias a Ohm, por ir a hablar con su madre y por ayudar a Mew. Parece que está en paz con su decisión de quedarse con el amor que siente, y dejar a su familia atrás.
¿Podré ser como él? ¿Si alguna vez encuentro a alguien de mi vida pasada, elegiré quedarme con el amor que siento por Ohm? Supongo que si yo tengo estas dudas, ellos también las tendrán.
Debo hacerles entender que me siento afortunado de tener a su hijo en mi vida y que eso no cambiará. Tengo que hacer que funcione, es importante para Ohm.
Y hoy por fin llega el día. Esta tarde Sammy traerá a sus tíos a conocerme. Estoy en la cocina ultimando detalles en la cena de esta noche, cuando el timbre resuena por toda la casa. Ohm baja las escaleras y me tiende la mano para que lo acompañe a la puerta a recibir a sus padres.
Ohm me mira con infinita dulzura, intentando calmar mis nervios y después, sin dejar mi mano, abre la puerta para dejar entrar a sus padres.
Sammy es la primera que entra y nos saluda con un beso, deja la maleta que está arrastrando en el salón y nos grita desde allí lo bonito que está todo.
Acto seguido los padres de Ohm dan un paso al frente y entran en el vestíbulo.
—Mamá, papá, bienvenidos a casa— les dice Ohm abrazándolos a los dos a la vez.
El padre de Ohm es un hombre alto y delgado, moreno y de rasgos muy similares a los de Ohm. Puedo ver de dónde le viene la fuerza en su mirada. Una mirada que no me deja en ningún momento. Su madre en cambio es toda dulzura y besos tiernos. Es morena y bajita, su pelo largo y brillante le cae como una cascada por su espalda. Puedo ver en sus ojos la sorpresa, pero se recompone enseguida y se presenta con formalidad.
—Hola, soy Kanya, tú debes ser Fluke, encantada de conocerte— me dice tendiéndome la mano.
—Encantado de conocerla señora— le digo, igualmente formal.
—Este señor serio de aquí es mi marido, Sunan— me dice señalando a su marido, mientras le da un toque de atención en el brazo.
—Encantado de conocerlo, señor— le digo ofreciéndole mi mano.
Por un momento pienso que la va a rechazar, siento como Ohm se tensa y está a punto de decir algo, cuando su padre estrecha mi mano sin decir nada.
Nos hacemos a un lado para que los señores Thitiwat entren al salón y Kanya admire mi trabajo con la decoración.
—Fluke, esto es precioso— me dice con un guiño.
— ¡Oye, bien podría ser mía la idea!— le dice Ohm algo ofendido.
—Vamos Ohm, soy tu madre, esto segura que no has tenido nada que ver con esto— le dice metiéndose en la cocina. —Pero esto de aquí si es cosa tuya— le dice muriéndose de la risa.
El padre de Ohm sigue sin decir palabra. Me escabullo hasta la cocina, donde Sammy y Kanya están echando un ojo a mi asado a la miel. Espero con todo mi corazón que les guste lo que he preparado, porque esta es mi primera cena de nochebuena, por lo menos que recuerde, en la que soy el responsable del catering.
—Esto huele de maravilla, Fluke, estás hecho todo un chef— me dice Sammy con una sonrisa.
Agradezco tanto su apoyo, es lo único que hace que no haya salido corriendo de esta casa.
—Fluke, siéntate y cuéntame algo de ti. Sé por Sammy que recuerdas muy poco de tu vida pasada, pero puedes decirme que te gusta y que no y cómo estás llevando eso de vivir con mi hijo— me pide amablemente.
No sé muy bien como consigo que mis piernas me obedezcan y me siento como puedo en el taburete a su lado.
—Bueno, pues la verdad es que hay poco que contar. Realmente hace poco que Ohm y yo estamos juntos, ha sido fantástico conmigo y no sé muy bien cómo, me he enamorado de él— le cuento lo básico.
—Ya veo— me dice dubitativa.
—Siento mucho que la noticia de la orientación sexual de su hijo, venga acompañada de una pareja. Supongo que no es fácil hacerse a la idea, y de verdad entenderé que al principio le cueste asimilarlo, pero le pido que nos dé una oportunidad de demostrarle que soy bueno para él y que él es lo mejor que me ha pasado— le digo de sopetón, antes de acobardarme del todo.
—Hace tiempo que sé que a Ohm le gustan los chicos, Fluke— me dice divertida.
—Pero él me dijo...
—Soy su madre, no tiene que decírmelo para que yo lo sepa. Nunca le atrajeron las mujeres, muchas chicas intentaron acercarse a él, en el instituto y después en la universidad, pero él no les hacía ni caso. Un día lo pille mirando embobado al chico que repartía los periódicos y ese día tuve mi confirmación. Y de eso hace ya diez años al menos— me explica en un susurro como si fuese un secreto.
—Entonces, usted ya lo sabía y... no le importa, es decir, usted lo acepta...
—Es mi hijo Fluke, solo quiero que sea feliz, y si esa sonrisa que tiene perpetua en su cara, es por tu causa, no tengo nada que objetar— me dice.
Sammy me guiña un ojo y sale a atender una llamada telefónica.
—Perdone, señora Thitiwat...
—Solo Kanya, por favor, ahora somos familia.
—Kanya... el señor Thitiwat, ¿lo sabe?
—Creo que él también lo había intuido, pero hoy se ha dado de bruces con la realidad. Mi marido es un buen hombre, pero es algo tradicional. De él me ocupo yo, no te preocupes por eso. Ohm y él se quieren mucho, sabrán cómo resolverlo— me tranquiliza.
Después de eso, Sammy nos anuncia que su familia llegará en una hora, así que se ofrece a ayudarme a terminar de colocar la mesa. Kanya me dice que irá a asearse y cambiarse de ropa para la cena.
Todo parece ir bien, hasta que Ohm aparece en la cocina con su mandíbula apretada y un semblante que nunca había visto en él.
—Ohm, ¿pasa algo?— le pregunto.
—No pasa nada, venía a ver si podía ayudar en algo— me dice sin apenas mirarme.
—Ohm...
—No pasa nada Fluke, solo necesito... vuelvo en un rato, si no me necesitas, claro— me dice y puedo ver que es verdad que necesita un rato a solas.
—Todo está bajo control aquí, en unos veinte minutos estará la cena en la mesa, no te retrases— le digo.
Él asiente y desaparece por la puerta de la cocina. No sé qué le habrá dicho su padre, pero no parece que sea nada bueno. Suspiro fuertemente y sigo con la cena, tengo que centrarme o acabaré corriendo fuera como Ohm.
Después de sacar el asado y las verduras del horno, salgo al comedor a comprobar que la mesa esté perfecta. Los platos, copas y cubiertos están en su sitio y todo parecer brillar, es muy hogareño y me encanta.
—La mesa está preciosa— oigo a alguien que me habla desde mi espalda.
El padre de Ohm está en apoyado en la pared que divide el salón y el comedor, su mirada penetrante me taladra sin compasión.
Intento mantenerme tranquilo y respiro profundamente, esto tenía que pasar, mejor que sea antes de la cena.
—Gracias, he intentado que todo esté perfecto— le digo.
—Para que no se note lo inapropiada que es tu relación con mi hijo— me dice, su tono cruel y frío me cortan como una navaja.
—Siento mucho que piense así. ¿Eso le ha dicho a Ohm? — le pregunto con la ira comenzado a hervir bajo mi piel.
—Le he dicho que deje de ser tan infantil y aterrice en la realidad de nuevo. Fluke, pareces un chico inteligente, esto es un pueblo y nadie va a entender lo vuestro— me dice rebajando el tono de su voz.
—Eso lo sé, y Ohm también, pero eso no cambia lo que es. Su hijo es gay, y además es feliz estando conmigo, nada de eso cambiará porque a la gente no le guste— le suelto sin pensarlo mucho.
—Pero, esto no durará. Cuando sepas quién eres, y por lo que puedo ver eres un chico de ciudad, este pueblo se te quedará pequeño y Ohm tendrá que enfrentar todo este lío él solo— me replica.
—Bueno, nadie sabe lo que pasará mañana. Pero yo amo a su hijo, nunca voy a hacerle daño y por mucho que los demás nos digan que está mal estar juntos, no voy a dejarlo— le explico con la poca paciencia que me queda.
—Yo puedo ayudarte, Fluke. Puedo hacer que un investigador encuentre a alguien de tu pasado, te devolvería a donde perteneces, lo único que debes hacer tú, es desaparecer de la vida de mi hijo— me ofrece.
—No puedo creer lo que acabo de oír— la voz de Ohm me llega alta y clara. Ha elegido el peor momento para aparecer, esto no puede acabar bien.
—Ohm... no pasa nada, por favor— le pido, pero sus ojos me advierte que no siga por ese camino.
—Nada... mi padre viene a MI casa, a NUESTRA casa y se atreve a decirte que me dejes, que te alejes de mí, en Nochebuena... yo... ni siquiera puedo empezar a decirte que es lo que está mal aquí— empieza a decir con esa voz controlada, que solo he oído una vez saliendo de su boca.
—Ohm... no es... — su padre intenta que se calme.
—No quiero oírlo, ya he tenido suficiente... esperaba que pudieras entenderlo, o por lo menos no ofender a la persona que amo, que vive conmigo, con la que quiero estar para siempre.
— ¿Qué pasa aquí? — la madre de Ohm hace acto de presencia, y esta noche no puede ir peor.
—Quiero que se vayan, no quiero pasar la noche con alguien que no respeta a mi pareja — Ohm sigue con su voz moderada, tensa y a punto de romperse.
—Vamos a calmarnos, por favor que alguien me explique lo que pasa— Kanya intenta mediar en este desastre.
—Tu marido le ha pedido a Fluke que se aleje de mí, y él a cambio le ayudará a encontrar alguien de su pasado— le resume Ohm.
— ¿Qué? — su madre no sale de su asombro, y mira a su esposo con reproche.
—Por favor, yo no quiero... — intento decir, pero Kanya me para con un gesto de su mano.
—Lo siento mucho Fluke, me disculpo con ustedes en nombre de mi marido y ahora nos iremos a casa de Sammy, es mejor hablarlo mañana cuando las cosas se hayan enfriado— nos dice cogiendo la mano de Sunan.
—Por favor, no estropeemos esta noche, creo que podemos ser adultos y sentarnos a cenar juntos, Ohm, hazlo por mí— le pido.
Intento que me mire, que no desvíe sus ojos, avergonzado con el comportamiento de su padre.
—Fluke, yo... — intenta decir.
—Por favor.
—Está bien, pero cualquier comentario hiriente y esto se acabó— me advierte, mientras me acerca más a su cuerpo y me susurra un "lo siento" al oído.
Esta noche no va precisamente como esperaba, pero en realidad, he sido poco realista con respecto a mi relación con Ohm, a cómo le va a afectar a su familia, a... todo en general, supongo que es hora de salir de nuestra burbuja y enfrentar el mundo real.
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