Año Nuevo: "Operación Kiribaku"

¡Feliz año nuevo a todos!

Lo subo un poco tarde porque estaba celebrando con los amigos, pero mejor tarde que nunca xD

¿Habéis tirado ya los petardos? Yo no los he tocado, mientras sonaban yo he estado tumbada en el suelo abrazando a mi perrito que estaba lloriqueando >:'^
Los petardos esos deberían estar prohibidos...

Pero bueno,
¡Disfruten del especial!

~~~~~~~~

Bakugou no podía soportar la idea de pasar año nuevo sin declararle su amor al pelirrojo.

Ese chico le había cautivado desde hacía mucho tiempo con su hermosa sonrisa y su actitud positiva y alegre.

Lo admitía, estaba jodidamente enamorado de él. Pero no podían ser nada más que amigos.

Soltó un suspiro recostándose en la cama y se tapó el rostro con ambas manos.

El corazón se le aceleró con el solo hecho de recordar cuando, esa misma mañana, el pelirrojo se había acercado a él con su acostumbrada sonrisa para preguntarle si le ocurría algo, ya que estaba de mal humor, más que de costumbre.

Él simplemente había respondido que no, pero en realidad le habría encantado poder decirle que estaba así por él, que estaba así por no tener el valor confesarse y pasar con él este fin de año.

Le hacía tanta falta.

Llamaron a su puerta.
Lo ignoró completamente y siguió inmerso en sus pensamientos.

La puerta se abrió y el chico que no dejaba de rondar por su cabeza se asomó por ella.

Bakugou lo miró y el corazón le dio un salto en su pecho: el pelirrojo tenía el cabello hacia abajo y llevaba una camiseta de pijama con el dibujo de un dragón rojo echando llamaradas de fuego junto a unos pantalones cortos a juego.

Se veía tan tierno.

Se quedó tan ensimismado con la visión que no escuchó lo que Kirishima le dijo mientras entraba a su habitación.

— ¿Katsuki?

— ¿Eh..?

— Quería preguntarte si te ocurre algo, ya sé que antes me dijiste que no era nada, y no quiero ser pesado, pero es que te noto algo raro y...

El pelirrojo se rascaba la nuca y miraba hacia un lado mientras hablaba con rapidez.

— ¿Todavía sigues con eso..?

Kirishima sonrió un poco.

— Es que es fin de año, y no me gustaría que lo pases triste o preocupado por algo...

Era realmente adorable. Ese chico era, según el juicio de Bakugou, un auténtico ángel caído del cielo. No había conocido a nadie tan atento y tierno como él.

— No seas idiota, pelo de mierda, deja de preocuparte por...tonterías...

Iba a decir "preocuparte por mí", pero las palabras se atoraron en su garganta. De verdad se preocupaba por él, allí estaba, en vez de estar acostado tranquilamente en su dormitorio había venido para asegurarse de que él estuviera bien.

— Bueno, solo quería preguntarte eso, j-jeje.

El pelirrojo sonrió pasando una mano por su cabello liso.

Pero en vez de salir del cuarto miró el escritorio de Bakugou.

— Ey, ¡No me dijiste que jubabas! ¿Echamos una partida?

— ¿A las 11 de la noche?

Inquirió al rubio alzando una ceja, pero el chico le ignoró completamente y encendió la videoconsola, se le veía emocionado y Bakugou no pudo evitar sonreír un poco, momentáneamente.

Kirishima cogió la videoconsola y se sentó junto a él en la cama.

— Venga, a ver quién consigue más puntos, ¡yo empiezo!

— Te voy a machacar, tenlo claro, pelo de mierda.

— Eso ya lo veremos Blasty.

¿Blasty? Oh, claro, ese apodo que él pelirrojo le había puesto hacía unos días, cuando Mina comentó que el rubio tenía un apodo para todos ellos pero a él nadie le ponía uno.

Estuvieron jugando por varias horas, pero Bakugou no pensaba parar, no ahora, tenía que concertarse en la partida que estaba jugando: Kirishima le iba ganando por más de 200 puntos, el idiota tenía más práctica en el juego que él.

No sabía en qué momento se habían dejado caer en la cama hasta acabar tumbados juntos, ni se dio cuenta de que el pelirrojo apoyaba una mano en su pecho.

No lo notó hasta que sintió un peso sobre su hombro y, al mirar hacia el lado, se encontró a pocos centímetros del rostro durmiente del chico.

Game Over. La pantalla del juego se oscureció, pero Bakugou ya no le prestaba atención.

Tragó saliva mirando al pelirrojo.

Algunos mechones carmesí le caían sobre la frente mientras él respiraba acompasadamente. Sus ojos estaban suavemente cerrados y se apreciaba perfectamente la pequeña cicatriz en su ojo derecho. Además, su boca se veía entreabierta. Parecía una jodida obra de arte.

Bakugou también se acomodó como pudo junto al chico, quedando cara a cara con él.

No podía aguantarlo. Tan cerca.

Acercó la boca al rostro del chico, tratando de controlar el deseo de darle un beso en los labios y, en vez de eso, le besó dulcemente la frente.

Miró la hora antes de dormirse, eran las 2 de la madrugada, ya era 31 de diciembre y el rubio no veía una mejor manera de empezar el fin de año.

Unas horas después sonó la alarma y el rubio, quien no estaba acostumbrado a dormirse tan tarde, gruñó somnoliento. El pelirrojo no pareció inmutarse del fuerte pitido.

Cuando Bakugou se estiró para parar la alarma pudo notar una pequeña presión en su vientre: una mano rodeaba sus cintura.

Miró a Kirishima, que seguía dormido, y sonrió.

Ese día las clases solo durarían media mañana, para que los chicos pudieran disfrutar de las fiestas de fin de año sin que tengan que acostarse demasiado tarde.

Durante la primera hora, Bakugou estaba todavía algo adormilado.

Era la primera vez en mucho tiempo que no hacía sus acostumbrados entrenamientos matutinos ya que estaba demasiado cansado y había pospuesto la alarma.

El pelirrojo también se veía distraído, bueno, más de lo habitual.

Las clases terminaron.

El rubio se acercó a la mesa de Kirishima para hablar con él, ¿de qué? No lo tenía claro.

Sin embargo, cuando Bakugou llegó a su mesa el pelirrojo ya estaba saliendo por la puerta, sin siquiera esperar a Denki.

— Hey, Baku, ¿tú sabes qué le pasa a Kiribro?

Bakugou negó con la cabeza e iba a ir detrás del pelirrojo pero una mano le agarró del brazo.

— Déjalo, antes me dijo que quería estar solo.

El chico miró a Mina por un momento y acabó asintiendo.

Pasó toda la tarde sin saber del pelirrojo. No se había presentado en la sala común para ayudar a preparar la fiesta ni estaba jugando o hablando como todos los demás en ese momento.

Habían decorado un poco la sala común usando los adornos creados por Yaoyorozu.

Bakugou no había ayudado, ni siquiera se había burlado de Deku cuando el peliverde se había caído intentando colocar unos adornos en la pared.

Denki y Jirou se las habían arreglado para conseguir fuegos artificiales. El rubio eléctrico tenía contactos, pues el padre de un anterior compañero de la primaria  trabajaba con artificios pirotécnicos y les había proporcionado varios a buen precio.
Claro que Jirou se había asegurado que los fuegos no hicieran ruidos o explosiones, ya que el sonido la hacía daño a los animales.

Iban a tirarlos todos juntos esa noche.

Bakugou se levantó del sillón y salió a tomar el aire.

Se apoyó en el tronco de un gran árbol con las manos en los bolsillos, sin embargo escuchó algunos chasquidos y, al mirar hacia arriba, le calló una hoja en la punta de la nariz.

— ¿Pero qué cojones haces ahí?

Kirishima estaba sentado en una de las ramas más gruesas, apoyando su espalda en el tronco.

— ¿E-eh..? B-bakugou...bueno, me relaja estar aquí, tranquilo, mirando las estrellas, j-jeje...

Sonrió un poco, moviéndose el cabello y desvío la mirada.

Pero Bakugou vio perfectamente los destellos en sus ojos, estaba llorando.

— No seas idiota, ¿Qué te pasa?

— N-nada...

El cenizo alzó una ceja y, impulsándose con las piernas, subió fácilmente al árbol, sentándose en una rama junto al chico.

Este se pasó la manga de la chaqueta por los ojos, limpiándose las lágrimas.

— Vamos, pelo de mierda, ¿qué te pasa?

Le dolía verlo así, además era año nuevo, debería estar feliz y alegre, con esa sonrisa que que tanto le gustaba.

— Es que...me da vergüenza decirlo p-pero...estoy enamorado...d-de...de un chico..

El corazón del rubio se detuvo al escuchar eso, no tenía idea de que Kirishima también tenía ese... gusto, pero ya estaba enamorado...

— Oh..pero, ¿por qué lloras..? Eso no tiene nada de malo. ¿Ese bastardo te ha hecho algo? Dime quién es y...

Crujió sus puños.

Kirishima rió un poco y negó con la cabeza.

— Creo que él ni siquiera sabe lo que siento. No sabes lo que me gustaría tener el valor de decirselo para pasar juntos año nuevo.

Suspiró apoyando la cabeza contra el tronco del árbol.

Bakugou lo observó por un momento. ¿Sería posible que se refiera a él? Pero, si no era así haría el ridículo...

Ambos se quedaron en silencio, mirando las estrellas, ya era casi completamente de noche.

Ninguno se dio cuenta de que alguien había escuchado su conversación.

El rubio eléctrico entró rápidamente en la sala común, había corrido más que en toda su vida.

— M-mina...T-tenemos q-qu...h-...hg...

— ¿Qué te ha dado Pikachu? ¿Has vuelto a olvidar cómo respirar? Vamos, inhala, exhala..

— N-no es una broma, Mina, t-tenemos trabajo, Operación Kiribaku.

A Mina se le iluminaron los ojos.

Llevaba esperando eso varias semanas.

Ambos salieron corriendo con Jirou y Sero.

Unos minutos más tarde, Bakugou y Kirishima bajaron del árbol y entraron a la sala común, pero no había nadie allí.

— ¿Dónde están todos?

— Ni lo sé ni me importa, yo me voy a mi habitación.

— Espera, ¿no quieres ver los fuegos artificiales? Denki dijo que le había costado mucho conseguirlos.

— Tck.

Bakugou se metió las manos en los bolsillos y, en ese momento, les vibró el celular a ambos.

‹Tíos, mirar por la ventana ;v›

Bakugou se encogió de hombros y los dos fueron hasta la ventana y, justo en ese momento, empezaron los fuegos artificiales.

Los primeros eran grandes círculos de varios colores, con estrellas en el centro.

Bakugou miró disimuladamente al pelirrojo, el cual tenía la boca entreabierta en una sonrisa infantil y los ojos abiertos con una expresión de asombro.

Tan adorable.

El rubio movió lentamente su mano y, armándose de valor, tomó la del chico con suavidad.

El corazón del pelirrojo dio un brinco en su pecho y, viendo el tenue sonrojo del mayor, presionó un poco su mano, acercándose a él.

Los fuegos artificiales pararon un momento, y, entonces, se iluminó en el cielo una palabra formada por muchos fuegos pequeños.
Kirishima leyó en voz alta la palabra.

— Kiribak-k...u

Casi se atraganta, sonrojándose muchísimo al terminar de hablar.

El rostro de ambos estaba del mismo color que el cabello de Kirishima.

— Te amo.

Bakugou lo soltó con rapidez, mirando al pelirrojo a los ojos. Este solo le miraba fijamente.

— Te amo mucho. Eres una gran persona y...me gustaría que fueras mi novio...

El pecho de Kirishima subía y bajaba con rapidez.

— S-si no q-quieres...y-yo...

Bakugou no pudo terminar de hablar cuando unos labios se depositaron suavemente sobre los suyos.

Siguió dulcemente el beso, acariciando sus labios y pasando sus manos por el cuello del pelirrojo.

Finalmente se separaron por falta de oxígeno y se miraron a los ojos.

— Sí quiero, ese chico al que amo tanto y con el que quiero pasar año nuevo y el resto de mi vida, si me dejas, eres tú.

El corazón del rubio no podía ir más rápido.

— Claro que sí, idiota.

Se besaron de nuevo, esta vez de forma más apasionada.

Estaban tan inmersos el uno en el otro que no se dieron cuenta de que, de nuevo, había alguien allí.

Y, no solo observándolos, sino que ahora cierta pelirosa, tenía todo grabado en vídeo.

~~~~•~~~~

¿Qué os ha parecido?
¡Espero que os haya gustado! <3

¿Os gustaría una continuación para el 14 de febrero, San Valentín?💕

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top