CAPÍTULO 59

Jack.

Con las manos heridas con raspones por mis palmas y moretones por todas mis extremidades, me suelto de las cadenas de los kray. No sé cuánto tiempo estuve inconsciente, ni si han pasado horas o días, pero me muero de sed.

Mis pies están adoloridos, cortados, cojeo a un lado de la celda con el abdomen vendado y respiro humedad de la cripta de Logan, el mío de mi infancia regresa a esas noches oscuras cuando Maya me escondía de mi padre.

Miro a ambos lados comprobando que estoy solo, sé que hay una cámara de vigilancia en la salida y por el pasillo, que me monitorean veinticuatro horas como lo hacían con David.

Me deslizo con dolor al suelo besando la parte inferior de mi muñeca pensando en mi hija, no hay dolor físico más grande que el que siento internamente en este momento por su ausencia.

Quemaré el mundo por ella y aún, me quemaré a mí mismo para que Millie viva, es verdad que los Roe no sentimos arrepentimiento por nuestros pecados, en especial yo, no me arrepiento de entregar a David para salvarme, traicionamos a los que nos rodean y matamos con gusto, no tenemos debilidades.

Pero desde el momento en que la vi por primera vez, tan pequeña e indefensa en los brazos de Sarah supe que se había roto mi caparazón de hielo, supe exactamente en ese segundo que utilizaría a cualquiera para protegerla, incluso a la misma Sarah.

Sarah... Sarah Roe.

Miro en mi muñeca la pulsera vieja de trapo que hace años no me quito, la pulsera de nuestra historia como pareja y dónde siempre beso cuando mi hija y yo nos despedimos.

Un Roe se enamora de una sola persona.

Lástima que somos malos para elegir de quién. Excepto el lobo.

—En una vida alterna, habríamos sido diferentes Sarah— miro con amargura la pulsera vieja con los demonios del corazón regresando a su agujero dónde no salen a menos que se los permita.

No espero que vengan a salvarme, ni la organización del lobo ni aquellos para lo que he trabajado tantos años, las palabras de Logan están en mi cabeza, las escucho dormido o incluso cuando el médico me mantiene sedado, sé que estoy solo en este encierro, siempre supe que Emma y yo estábamos destinados a morir por manos de Logan.

La muerte es una vieja conocida en mi vida, ha pasado años reclamándome y me he escapado, pero sabía que tarde o temprano me encontraría y ahora está llamándome con más fuerza.

—¿Qué haces mirándome como una loca Stalker? — digo sin mirar a la única ventanilla que hay en la puerta dónde la mujer rusa pelirroja está parada de nuevo.

Le reconozco los rasgos de Dmitry y su nombre me viene a la cabeza, pero no lo pronuncio, no es de mi incumbencia su presencia.

Se esconde asustada cuando le hablo, pero llevo años entrenado para saber que me vigilan. Mira vacilante el pestillo de la puerta y lo quita por afuera, viene descalza y con un vestido de trapo no muy común en la ropa de la organización de los treinta y siete.

No viene sucia y menos despeinada, es un contraste, está bien aseada y tiene un olor delicioso a manzana, tengo mucha hambre. —No sabía si estabas dormido o desmayado, no quería molestar — dice con voz suave y dulce a los oídos.

—Aquí nadie podría dormir bien, se escuchan los aullidos de los lobos por las noches, es terrorífico— miro mi pulsera vieja ignorando su belleza que no me causa nada.

Pisa la suciedad como si no le importara y mira las cadenas a las que me someten los kray. —Al principio también les tenía miedo, pero ahora es algo a lo que ya me he acostumbrado.

—¿Qué quieres niña? Estoy ocupado ocupándome de sanar mi mierda.

—No soy una niña— dice con las cejas pelirrojas juntándose en su entrecejo. —Ya tengo diecinueve y eso en Rusia es más que la edad adecuada para ser líder Jack Roe.

—Apuesto que te gusta ver a los prisioneros, espero que hayas conocido...— me muevo con la costilla rota jadeando —A mi amigo... se llamaba David.

—El biólogo.

Asiento mirando como pasa sus ojos de nuevo por mi jaula, no puede liberarme ni, aunque quisiera, está selladas las puertas. —Tienes movimientos delicados y ágiles para escabullirte— tomo nota mirando como es silenciosa y suspicaz en no tocar nada ni dejar huellas... —Eres un camaleón— susurro con las pocas fuerzas que tengo.

—Si fuera un camaleón ¿Por qué tendría la cara descubierta? Cualquiera podría matarme.

—Los camaleones no tienen la cara cubierta todo el tiempo y más si no están trabajando, reconocería esa delicadeza de pasos dónde sea— entrecierro el ojo sano, el otro está cerrado por la golpiza.

—Sí, soy un camaleón entrenado desde mi adolescencia, pero no trabajo para el amo, dice que no me necesita y Dmitry no me dejará volver a Rusia, aun me ve como su hermana pequeña.

—Eres pequeña todavía.

—¡Ya no lo soy! ¡Soy mayor de edad! — se le ponen las mejillas rojas del coraje.

Saco el bisturí que escondí del médico y se lo lanzo directo a la cabeza, apenas logra esquivarlo y mira asustada como cae al piso. —Eres una niñata, no tienes los reflejos de un camaleón, un ataque como el mío ya te habría matado. Deja de pretender ser importante. ¿Qué haces aquí?

Baja la cabeza avergonzada y casi me da pena... pero no.

—Me aburro arriba, sólo cuido de mi amiga Alesha, pero en su condición no hace nada ni va a ningún lado, ni si quiera habla— se acerca a mi jaula.

—¿Y vienes a ofrecerme tus servicios a mí para desaburrirte? En caso de que no te hayas dado cuenta, no tengo dinero aquí para contratarte— me río irónico y entre jadeos logro cruzar una de mis piernas para mecer mi pie descalzo despreocupadamente. —Cuéntame qué hace la buena Alesha aun robándole oxígeno a la sociedad.

—No eres fan de ella ¿verdad? — se toma el atrevimiento de sentarse en el piso al lado de mi celda.

—Digamos que la única vez que ella y yo pudimos estar juntos en una habitación fue para tener sexo sin hablar mucho. Oficialmente se puede decir que follo con toda mi línea familiar, no hay muchas que tengan ese récord.

Se ríe y el sonido es dulce como su voz. Por primera vez me fijo en sus rasgos y parecen tallados finamente por el puente de su nariz respingona y esas pecas que le cubren la piel alrededor de ella.

—Alesha fue una mala persona conmigo desde que llegó a ocupar la cama del amo, me encerraba en mi habitación y rompía mi ropa, este vestido fue lo único que me dejó en ese entonces— recuesta su mano en los barrotes de la jaula —Un día me encerró con los lobos y entré en pánico.

—¿Y por qué la cuidas ahora? Mándala al infierno dónde pertenece.

Se encoje de hombros. —Es mi única amiga aquí, es una casa muy grande, pero tengo poca libertad y honestamente Alesha no me desagrada tanto ahora.

Comienzo a sospechar de ella, pero no se lo demuestro, además estoy comenzando a ver borroso, a veces pierdo la conciencia y vuelvo a oírla platicar, pero creo que es temperatura de nuevo, las mordidas del lobo me matarán.

Comienzo a temblar de frío otra vez, mis dientes castañean. El veneno que me inyectó mi padre habría matado a cualquiera que lo ingiriera, el dolor es real y habrá muchos residuos en mi sangre varias semanas.

Pero no soy cualquiera, soy un genio pacifista que siempre está preparado para lo peor. No soy un hombre común, soy un camaleón experimentado, espero que la dosis de naloxona que me inyecté antes de dejar a Millie con Emma haga efecto en mi cuerpo y funcione contra la droga.

En uno de mis momentos de claridad veo el borde de algo que escondo de los kray y lo pateo lejos de la vista de la rusa.

Me vendo siempre al mejor postor, incluso planeo venderme al ministro Madden para que me saque de aquí, pero Bennett es un hijo de perra que le dio las muestras a mi hija, eso es tóxico y mortal en las manos equivocadas, por eso Logan lo busca.

Tener la anfetamina y el veneno que creamos David y yo sería perfecto para matar a los daneses, pero la ubicación la dejé guardada muy lejos, con la única persona que confío.

Hay un artefacto más poderoso que mi veneno, algo detona una de las muchas que robamos hace medio año de la base del MI6 para la organización del lobo. Bombas C17 para ataques nucleares.

Las que armaron Ethan e Ida con su conocimiento militar se quedaron para uso de la organización, pero la más letal de todas las C17 fue armada por manos del mismo lobo y ni el diablo mismo querría estar en el lugar dónde está colocada porque ardera como el infierno y matará a miles de personas.

Y el detonador ya fue entregado desde el Caribe en una pieza que nadie reconocería como peligroso, sólo a las mafias.

Sonrío malicioso.

—¡Hay un tiroteo otra vez! Es de parte de los daneses ¿Qué haces aquí niñata? Te dije que está prohibido visitar a los mugrientos— grita un kray sacando a la rusa.

Comienzan de nuevo los estragos de las mordeduras mientras me atan a las cadenas de nuevo, veo líneas en las paredes, me desmayo y al final veo a una mujer que entra con las botas sucias y la cara cubierta.

—Madre— jadeo con las pocas fuerzas que me quedan.

Mata a los kray que hay dentro de mi celda y otros quedan moribundos bajo su arma con la que no inmuta un solo segundo.

Entra otro detrás de ella, o él... no puedo diferenciar es robusto, pero delicado. —Este no es el adicto al que buscamos, es un simple biólogo moribundo— dice uno de los reclutas de los daneses conocidos como legaes.

La persona que entró primero no se quita la capucha negra que lleva, arroja un valde que está en el suelo con una patada claramente de exasperación.

—¿Quién eres? — alcanzo a decir entre la inconciencia y el dolor.

El legae sale, pero la primera persona que entró se digna a volverse con la capucha cubierta y el tatuaje de la cruz en su muñeca. Se quita los estorbos de la cara levantando el temor en los kray que quedan moribundos sus últimos segundos e incluso en mí.

Deja que le vean la cara con miedo que nadie provocaría en ellos, son los más salvajes de la mafia como Alexander, pero esa cara lo logra. Les dispara a los tres directo a la cabeza. El traje negro que lleva se salpica con sangre, es el diablo hecho persona.

— Soy la reina y vengo por venganza.

Alexander.

En el comedor de nuestra residencia Emma vuelve a estar en silencio, yo no toco mi comida desde hace un par de minutos porque veo que pasa de la mayoría de las cosas que le sirven, incluso el vino que es de buena cosecha no lo toca.

Ese mal hábito de ella de no comer me molesta. —¿Por qué no comes? — pregunto y alza la cabeza nerviosa.

—No me apetece salmón— se obliga a comer la ensalada, pero no es buena ocultando su cara de desagrado al hacerlo.

Deja el plato a medio comer y se levanta, automáticamente por mi instinto voy a su lado de la mesa para hacerla comer como de costumbre, pero retrocede. —No me toques— dice frívola. —Te dije que no vas a volver a tocarme.

El calor de mi enojo en mis venas es automático y más cuando ese maldito dolor de cabeza vuelve a aparecer. —No comiences con cosas infantiles, no me vas a prohibir tocar a mi mujer.

—Pruébalo.

Arqueo una ceja y voy por ella, pero el cuerpo militar de Ethan está en dos pasos entre Emma y yo. —¿Qué coño haces imbécil?

—Cumplo las órdenes de mi señora, a la que claramente usted me ordenó no negarle nada y ella no quiere ser tocada— no titubea contra mí.

—Estás siendo irracional Emma.

Me castiga de nuevo con su silencio y por la lealtad de Ethan que me ha mostrado tantos años, no lo mato en este instante.

Emma pasa despreocupada entre el comedor y la sala de estar, cuento antes de explotar entre la gente. Me porto racional al estar obligado a evitar el contacto a mi mujer por ella misma.

Soy racional si no puedo tocar a Emma.

Muy racional.

Subo para mi habitación y me coloco ropa de kray ordenando a mis hombres ir a cazar porque soy... racional sin Emma. Cargo mi maldita arma y dos ametralladoras de alto calibre que fabricaron los rusos del mercado negro.

Ida aún está mal herido por la paliza de los kray cuando capturaron a Jack, hay bloqueos del MI6 por toda la ciudad. —No es sensato ir a entregar el armamento a los rusos con el MI6 siguiéndonos los pasos mi señor— dice Ethan, pero no lo escucho, porque me han quitado el derecho de tocar al único ser por el cuál puedo dormir.

Cargamos las camionetas y la mercancía, se preparan dos rutas de evacuación, la primera guiada por Tyler e Ethan y la segunda bajo mi mando, el centro de la ciudad está ruidoso son las noches del carnaval que comienzan con los turistas españoles al inicio de la primavera.

Me coloco el dispositivo de comunicación que activa mi hacker desde su ubicación privada pasamos por el primer bloqueo del MI6, voy es espiral a un retorno llamando su atención y en pocos metros ya tengo s dos autos todo terreno azul encendiendo sus luces para detenerme en la intersección.

No lo hago.

—Hay tres bloqueos más por el norte, si vas los guiarás directo a ti— dice mi Hacker en mi oído —Aun no entiendo por qué diablos te estás entregando al MI6 cabrón.

—Cierra la puta boca.

Continuo hasta llevarlos al siguiente bloqueo en el que siete agentes revisan la carga de Tyler, me detengo finalmente con tres unidades detrás de mí caminando hasta Tyler con mi arma en mano.

Voy a matar a unos cuantos del MI6, si no tengo una buena noche nadie la tendrá. Con ropa de kray paso entre ellos y ya tengo a cuatro oficiales detrás pidiendo detenerme por no obedecer cuando me indicaron en la autopista principal.

—¿Hay algún problema con mi tío agentes? Soy Alexander Roe, reconocido empresario londinense.

—Deténgase caballero— me detiene un hombre alto y delgado sacando su placa.

Tyler me mira con tranquilidad y en cuestión de segundos ya tengo a un agente por la garganta desangrándose. Disparo al siguiente mientras Tyler y Ethan se hacen cargo de su propio bloqueo.

Mato a cuatro agentes más y le rebano la garganta a dos impertinentes que tratan de tumbarme en un cuerpo a cuerpo del que nadie es mejor a mí. La poca luz no ayuda parpadeo varias veces, pero salgo de los bloqueos con varios asesinatos realizados.

Corto gargantas y disparo cartuchos de plomo que tensan mis brazos como el asesino experimentado que soy. Al final de los bloqueos yo sólo me desgajo de tres bloqueos del MI6.

Mato a treinta agentes en total, poco en comparación a mi enojo.

Si no puedo tocar a Emma todo el puto Londres sufrirá las consecuencias.

Entregamos el armamento a los rusos en el punto de reunión y la adrenalina ha disminuido en las dos horas de viaje de regreso, pero aún hace falta una parada más y es en la residencia Madden cargo la batería del micrófono miniatura que fabricó el hacker.

Una hora más tardes estacionamos en un edificio en ruinas dónde sale mi hacker con la cara cubierta y su delgadez notoria, sale escoltado para su máxima protección, aunque poco le queda para trabajar conmigo, sé que se quiere vender a Richard Madden el día de las elecciones.

—Iremos en mis camionetas.

—No sería de otra manera con el lobo.

Caminamos a conjunto y por el reflejo de uno de los negocios de panadería de la ciudad veo nuestro reflejo tan similar, aunque seamos diferentes, pero el caminar con arrogancia es cosa con la que se nace y a la que nosotros no le huimos.

Preparamos los dispositivos que vamos a implantar en la residencia Madden mientras Ethan y Caterva encaminan a mis hombres a la entrada de la reja por la parte trasera.

Escalo en la reja con mis botas en los orificios y mis guantes de cuero rasgándose en las argollas de metas que sobre salen. Salto con el hacker siguiéndome los pasos, de ahora en adelante saber cada paso que da Richard es crucial para mí.

Rompo la cerradura de la puerta y me ubico con el guardia a la entrada, la figura delgada del hacker atrapa al otro vigilante con su daga en su garganta dispuesto a cortarla.

Me infiltro en la biblioteca primero y continuo hasta la oficina de Richard, el acceso a las cámaras de seguridad ya ha sido bloqueado, nuestros rostros van cubiertos. Coloco también u micrófono en el escritorio de Emma dónde según mi guardaespaldas Tyler pasa mucho tiempo cerca.

Le entrego al hacker el resto de los micrófonos y terminada nuestra tarea nos escabullimos por las escaleras traseras.

Miro el retrato de Susan Madden con el ministro. Miro al hacker inmóvil en su lugar, sabe dónde está ella, pero esa información se la reserva para alguien más, estoy en un punto en el que no confío ya en él.

Morirá cuando secuestre a mi nuevo hacker.

De regreso a mi casa todo está en silencio, Emma no ha vuelto a bajar, pasa de media noche, fue una misión larga y desestresante para mí.

Tiro la ropa sucia y me quito los restos de los agentes con una ducha fría y ni así consigo conciliar el sueño, me paseo por mi habitación descalzo de un lado a otro, recurro a las jodidas pastillas del estrés para que me duerman.

Aún siento los residuos de la bofetada de Emma y sus golpes en mi pecho. Como un hombre de las cavernas salgo a su habitación por el pasillo descalzo.

El pestillo puesto y Ethan en la puerta cansado, pero haciendo su trabajo. Entro como de costumbre, pero Emma está boca abajo hecha un ovillo.

Ella es el único lugar dónde puedo dormir, pero ella no me quiere aquí.

Me hice la vasectomía, ese es el problema para ella, que le niegue esto. La reversión me la hice antes de ir a buscarla al Caribe y según mi médico tardará un año en surtir efecto, un año antes de que pueda embarazarla.

Me tumbo en mi propia cama enojado y con el efecto que surgen de las pastillas caigo en la inconciencia hasta que empiezo a ver los ojos de Emma en mis sueños.

Después son ojos verdes.

Me levanto sobresaltado sudoroso desde la frente hasta por la espalda, pasan de las tres de la mañana en mi Rolex.

El efecto de las pastillas no duró tanto como lo hace regularmente, me bebo un vaso completo de agua fría y me tumbo de nuevo mirando el techo en silencio.

. . .

Estar sin Emma provoca el peor de mis humores en todo mi aspecto, todos temen cruzarse en mi camino con la primera mirada que me dan al día, ni siquiera Christopher se acerca, manda como oveja al matadero a Alicia y ella casi se desmaya.

En el desayuno Emma ni siquiera estuvo porque llamaron del hospital y su vida sigue ligada a la de los Gray, malditos Gray.

—Anoche hubo un tiroteo de nuevo en las jaulas de Logan— me informa Ethan. —El primero ocurrió poco después de la recaída de Bennett, hay informes de que son los daneses, los miembros mayores de los treinta y siete ya enviaron a sus kray como refuerzos "su amo".

—Debieron enterarse que Logan planeaba atacarlos a finales de las elecciones para quedarse con la base militar del Gard y vinieron a atacarlo ellos primero.

—Es buen momento para hacerse de poder con el MI6, los daneses no buscan alianza con nadie y atacaran a todos los que les parezcan enemigos, incluso a nuestra organización.

—No me interesa aliarme a ellos, ni tampoco iniciar una guerra, además tenemos las C17 ya armadas para situaciones como estas, el detonador de la mayor sigue resguardado con su guardiana para cuando deba ser activado.

—¿No le preocupa que los daneses hayan llegado a Londres?

Niego. — Era de esperarse, el comprador misterioso de anfetamina, fue solo el anzuelo que enviaron para conocer a la mafia londinense, justo como lo sospechamos y con Richard ya no haré más negocios, es enemigo ahora de los Roe al unirse a la demente de Wall.

—Los seguí toda la noche, le acaba de proporcionar una habitación en la residencia Madden a ella y a la hija de Jack, ahora están bajo el cuidado del MI6, ni siquiera el teniente Wall se ha acercado.

—¿Qué planea uniéndose a Sarah? Ella no le puede dar poder, ni menos prestigio.

—Creo que la pieza principal que Sarah le aportó es Jack— dice mi hombre de más confianza. —Y viendo que entregó a toda la unidad de Dylan a la muerte ya sabe que, con ella, quitar estorbos será sencillo.

Me quedo analizando sus palabras. Todos queremos poder. —¿Dónde está Emma? No quiero que regrese a la residencia Madden sin ti ahora que está la demente de Sarah ahí.

—No estarán mucho tiempo ahí, esta semana ha sido llamada de luto por el Castillo de Windsor y la familia real para realizar los memoriales de los agentes muertos. — se coloca los lentes negros —Mi señora acaba de confirmar su asistencia al funeral de la esposa de su hermano. ¿Usted asistirá?

—No me interesa ir, me basta que Amelia envié flores a la casa de Bennett para que la prensa la vea.

Estoy al borde de un coma de ira empresarial, personal y laboral con la organización, empezando por Emma y terminando en Jack secuestrado y torturado por mi progenitor, la muerte de Lena es el menor de mis problemas.

—¿Qué ha pasado con el cojo? ¿Ya está muerto?

—No mi señor— hay un deje de burla en su tono como sarcasmo —Despertó esta mañana, mi señora ha estado con Coraline en el hospital desde que la llamaron en la mañana.

Eso me amarga más el día de lo que ya estoy, he estado bebiendo desde muy temprano y no surte el mismo efecto, saco un porro y lo enciendo para relajarme la mente de sueños absurdos y estrés.

Maya no se ha aparecido en mi casa desde que le informé que ni mi organización ni yo interferiríamos en el rescate de mi primo, no voy a ensuciarme las manos tan cerca de las elecciones.

La guerra se acerca, ahora los daneses han aparecido y mi mejor hacker se irá por el que mejor pague, incluso si son daneses.

Las piezas de mi juego han sido movidas. Lo único que me distingue de los demás mediocres que se van a quemar el día de las elecciones de ministro, es el poder.

El poder y las influencias que adquiriré en el parlamento ese día, me hacen el más poderoso mafioso de lo que ya soy, esta noche conoceré cara a cara a mi nuevo hacker, llevo semanas tratando de contactar con su territorio.

El último mensaje que le dejé decía que, si quería trabajar para mí, se presentara en las jaulas la noche de mi cena de compromiso, pero no lo hizo, Emma y yo salimos de ahí sin Dina Makova.

Ninguno de mis hombres vio su presencia, así que mi nuevo plan está en el hospital dónde está Emma en este momento, secuestraré a James, para obligarlo ser mi nuevo Hacker, hay dos camaleones que conozco del MI6, pero el maldito cojo nunca entrará a mi organización.

—¿Qué se sabe de la ubicación de la anfetamina que escondió el MI6 para Richard?

—Lo mismo de hace dos días, dos personas saben la ubicación, estamos tratando de averiguar quién es la segunda persona después del ministro y estamos más cerca de lo que se imagina mi señor— la mirada sarcástica de Ethan vuelve.

—En cuento tengas noticias reúne de nuevo a la organización, incluida Maya, iremos por la anfetamina a esa ubicación.

Reviso los contratos de mi empresa, mis ganancias han aumentado, aunque el bastardo que sacó millones de aquí con impuestos fantasma me está jodiendo, no tengo dudas que es Tyler, no puedo probarlo.

He investigado rigurosamente con Erick, pero la línea lo libera de firmas con socios fantasmas, nada lo inculpa, lo que es seguro es que hay alguien que quiere infiltrarse en el área financiera como si estuvieran preparando Hilton &Roe para ser subastada como esas empresas que venderá la señora Pitt.

Gallery Art será subastada el día después de las elecciones, no me interesa comprar la galería porque ya tienen comprador, un nuevo empresario en Londres, no me pisará los talones.

Ni en una vida alterna tendrían dinero para comprar las pólizas de mis hoteles de lujo, estoy valorado en billones, incluso más que Richard, antes era aliado, ahora es enemigo, entregó a Emilia con Sarah.

Mi plan original era dársela al teniente Wall no a Sarah directamente, ella ahora es aliada a Richard, actuó contra los Roe, es enemigo de la familia y mi organización le ha enviado el comunicado.

—Espero que estes de mejor humor que en la base del MI6, tenemos problemas más grandes para que estés en tu modo neurótico, como el maldito que está preparando la empresa para la subasta— Erick entra a mi oficina con los recibos del que ha estado sacando dinero de mi empresa.

—La próxima vez que intervengas en mis asuntos con Emma voy a hacerte lo mismo que le hice a Adam o al cojo.

—Cierra la puta boca Alexander— planta las manos en mi escritorio con un aire de superioridad que nadie tiene más que yo —Cuando tengas la cabeza fría del enojo entonces hablas de Emma o con Emma, pero mientras tanto te conviene cerrar tu maldita boca.

—¿Por qué tanto la defiendes? Te prometió un aumento de sueldo— no tendría que poseer celos hacia el inútil de Erick, yo soy un dios, él un criado. —Ella nunca hace lo que se le pide, en la organización hay reglas.

Se aprieta el tabique de la nariz con sus dedos. —¿Te has preguntado por qué carajo nunca hace lo que le dices? Ella no es Alesha pendejo. Ella no es Rebecca, ella no te besa los pies y nunca lo hará, le has puesto el mundo a sus pies, ella es tu reina— me restriega las mismas palabras que le repetí hasta el cansancio en Nueva York. —Y la reina siempre está a la altura del Rey.

Me acabo el whiskey escocés para aliviar el maldito dolor de cabeza que me ha perseguido todo el día y desde antes de ayer. Esta siempre ha sido la línea que Emma y yo peleamos desde que la conocí, el ego.

Su ego es igual al mío, si yo me sobrepongo, ella también, si yo exijo ella lo hace peor. Ninguno cede, ninguno baja la cabeza contra el otro. Es un puto karma. Pero ayudar a Jack es inservible en mi organización.

—Ahora tenemos a la loca de Sarah aliada a Richard, esto se pudo evitar si hubiéramos dado a Emilia al teniente Wall desde un inicio como le dije.

Se le ve cansado y poco me importa. —La alianza con Sarah no me gusta nada hermano y menos tan cerca del día de las elecciones, te juro que tengo miedo— se sienta bebiendo directamente de mi botella. —Sarah mando a veintisiete agentes a una trampa, la mitad muertos, la otra mitad al borde, pero sea lo que haya hecho Sarah, Emma quería proteger a Emilia, yo también lo habría hecho, pero tú no quieres escuchar razones— me apunta con el dedo. —Eres una bestia.

—Piensa dos veces tus palabras si quieres seguir trabajando en mi empresa.

Se calla como le conviene, pero no deja de mirarme como enfermo mental. Miro mi ordenador dónde está la factura de la joyería de los anillos de boda. El estrés me dejará muerto antes de tiempo.

Habría sido más fácil lidiar con sus gritos o reclamos al ver a Ethan, pero el silencio perturbaría a cualquiera menos a mí, a mí me intriga. El enojo de la situación me domina, los planes hechos desde antes de las elecciones se dispersaron, quería matar a Logan antes de las elecciones, pero ahora no puedo.

El plan era infíltrame en su cripta y tomar el control de lo kray, pero para eso se necesita un camaleón y ahora no lo tengo.

—Las cosas ya no mejorarán con Richard de enemigo, pero Emma sólo quería proteger a la hija de Jack.

—¡Emilia es la debilidad de mi familia, de Maya, de Jack! — me levanto de mi asiento y las dos punzadas de mi cabeza regresan mi culo a la silla, pero no bajan mis gritos — ¡Mi mejor hacker no se habría entregado si no hubiera tenido esa debilidad!

Erick ya no dice nada, es un cobarde, prefiere optar por la vía sensata mientras me termino mi porro él revisa los recibos. —Es el segundo que te fumas en el día, ¿Ya te volviste adicto como tu hermano?

—Lo hago para que se me quite el dolor de cabeza, ya me tiene jodido junto con el maldito dolor de espalda, alguno de los agentes que maté anoche debió darme un maldito golpe en el esternón.

Se me queda mirando desde su asiento. —Sí, seguro es eso, te recomiendo que hagas aco de presencia en el funeral de Lena, si tu prometida está ahí, tú también deberías hacerlo.

—No siento nada por su muerte.

—Toda tu familia estará ahí, la prensa también y es mejor para tu imagen, eso me dijo mi padre, yo iré de apoyo a Bennett podemos llegar juntos.

—Deja de fantasear conmigo inútil, estoy fuera de tu rango.

—Y yo que estaba enamorado de ti desde la universidad y pensaba declararte mi amor hijo de perra— voltea los ojos.

—Amelia, cancela mi reunión de las once, iré al funeral de la esposa de Bennett— presiono el altavoz de mi teléfono.

—Ya mandé un arreglo floral a nombre de la empresa para su apartamento, señor Roe.

—Si queremos llegar al memorial, mejor darnos prisa con este tráfico— die Erick mirando su Rolex. —Nos queda de camino la residencia Madden, enviaré los contratos que teníamos con él para que los firme y no haya problemas más adelante ahora que se alió a Sarah.

—Has lo que quieras, yo no entraré en la residencia.

Bajamos al ascensor y durante los siete pisos planeo en encender mi tercer porro, no puedo con el maldito dolor, si mi problema de vista fuera el que los provoca tendría el común ardor de corneas al que me enfrento de vez en cuando, pero no hay nada de eso.

El BMW de Erick es una baratija a la que no estoy acostumbrado, pero me subo porque no quiero manejar. Mis guardaespaldas vienen en la camioneta de atrás con un Heavy Metal de fondo.

Cumplo mi palabra de quedarme en el auto mientras deja los documentos en la entrada, compruebo la hora del memorial de Lena y ya vamos tarde, la reja de la residencia se abre y el auto de la doctora Kriss sale de la residencia sin fijarse en nosotros.

Saco mi celular llamando al video hacker. —¿Qué quieres tan temprano? Déjame dormir o tomarme uno de esos tés que duermen horas.

—Monitorea el movimiento en la residencia Madden y guarda las grabaciones de los micrófonos.

—Estuve en ellos toda la noche, no hay nadie inusual, Sarah, Millie, la prima de Susan y los sirvientes del ministro.

—Quiero una lista de las personas que entran a la residencia Madden las veinticuatro horas del día y el motivo de su visita.

—Cómo ordenes lobo, sólo te digo que la seguridad del ministro ha aumentado desde la muerte de sus agentes.

Miro la residencia Madden, una de las C17 está preparada para este lugar y todos los que estén dentro, arderán.

Emma.

—Lo siento mucho.

Abrazo a Bennett por su pérdida, hay agentes del MI6 que hacen una guardia honorifica a los Restos de Lena cubiertos por una bandera londinense, las autoridades están aquí, el memorial es para los doce agentes que murieron estos dos días en el hospital sin poder recuperarse.

Entre ellos Lena. Cora también está aquí y Bennett no ha dejado de tomar su mano en forma de apoyo cada vez que alguien le da el pésame junto con los familiares de los doce.

El olor de Bennett a tabaco me provoca arcadas y no mejora cuando abrazo a Cora por el olor dulzón de su ropa. —¿Se siente bien mi señora? — pregunta Ethan a mi espalda. —¿Le consigo agua? No se ve muy bien.

—Es la situación y lo de la nueva adicción de Dylan— miento manteniendo el más horrendo síntoma de mi embarazo todavía en secreto, pero Ethan no deja de seguirme ni a sol ni sombra, sospecha que miento.

Harán la misma cantidad de disparos al aire que hicieron en el memorial del David Wall, el teniente trae su placa colocada, se le ve cansado y decepcionado, todos se sienten con la misma actitud.

Dylan pudo estar entre los muertos, pero despertó, tristemente no en las mejores condiciones. El recuerdo de esta mañana de su cuerpo temblando por ansiar anfetamina fue duro de ver.

Me recordó a Bennett, en su peor momento. Incluso nos pidió que nos fuéramos de su habitación, no quiere que nadie lo vea así, menos los sobrevivientes de su unidad, Logan los ha convertido a los sobrevivientes en adictos como a su hijo.

—Gracias por venir Emma, me siento un poco perdido— dice Bennett sentándose a nuestro lado, sigue sin soltar a Cora, de echo el apoyo es mutuo, cada vez que Bennett mira los restos de Lena, Cora le pasa la mano suavemente por la espalda.

El negro no me sienta bien como a nadie aquí y menos a él por la delgadez de su cuerpo. —¿Quieres tomar un poco de aire? — pregunta Cora apretando su mano.

—Quiero un porro, no es bueno que estés conmigo cuando me lo fume— dice avergonzado.

Veo a Alexander venir con Erick y al menos lo obligaron a venir, la prensa está aquí y Bennett es el que más llama la atención de los relativos de los fallecidos.

Hace amago de acercarse a mí y vuelvo a su tortura de no tocarme, ha atemorizado a todos nuestros guardaespaldas, el enojo lo tiene mal y quiero que sea su castigo.

—Hola hermano, no sabes cómo siento lo de Lena— Erick palma la espalda de Bennett y se las arregla para devolver el gesto sin cortar su agarre de Cora, es su contacto para mantenerse de pie y ella lo sabe.

Sorprendentemente Alexander no hacen comentarios ofensivos o insultantes su mirada se fija en Millie y Sarah en la fila de asientos del ministro, Millie trae un adorable vestido negro de marca y viene dormida con un chupete amarillo en los brazos de su mamá.

Es tan tierna, Jack adoraría verla. Tengo que aumentar mi seguridad ahora que estoy embarazada, no voy a arriesgarme a que suceda algo malo como con Cora o con Millie, pero tampoco dejaré que torturen más a Jack.

El perfume de Erick es el más nauseabundo de todos, debe ser barato. Joder, soné como Alexander. Voy a vomitar en el piso del memorial frente a la prensa.

Es una mierda que el único perfume que no me haga vomitar sea el del hombre que no quiero cerca, pero me pego a su lado a unos pasos de distancia para que las arcadas se calmen.

Me mira, pero no se mueve porque Erick lo mantiene en una conversación, pego mi nariz a su cuello y olisqueo la menta, necesito robarle esa fragancia. Todo sería más fácil si lo quisieras Alexander y no me hicieras pasar por esto sola.

No lo llames más estorbo, no quiero sentirlo así dentro de mí. No puedo mirarme el vientre frente al espejo, han pasado ya cuatro días de la noticia y sigo queriendo que sea mentira.

Vuelvo a ser un manojo de nervios viendo como Bennett y Cora salen juntos al jardín. —¿Qué te pasa Emma? — la voz angustiada de Alexander me trae a la realidad y cuando me palma la mejilla retrocedo dándome cuenta que lloro.

—No me toques— digo desconcertada, si hubiera sabido que lo que estaba provocando esos llantos extraños era esto...

—¿Quieres un poco de agua o aire fresco? — ofrece Erick al mismo tiempo y se gana la mirada ceñuda de Alexander, mi pecho late desbocado cuando Alexander lo mira con sospecha como Ethan me miro hace unos instantes.

—¡Ay coño! — Alexander se toca las sienes.

—Ese dolor no es normal, seguro te estas muriendo— dice Erick sacando una menta y ofreciéndomela —Dolor de cabeza desde hace días— alza las cejas conmigo.

De pronto Alexander mira que no me he movido de mi lugar y por un fragmento de segundo siento que se me paraliza el corazón con el miedo, pero esa duda desaparece rápido de sus ojos, aunque no de los de Erick.

—Tendremos que hablar a solas después, sabes a lo que me refiero— me dice en voz baja. —Por ahora, espero que la menta sirva de algo.

Desaparezco entre la gente nerviosa, hago mi acto de presencia junto al ministro, pero no dejo de ver a Erick. ¿lo sabe? Oh Dios.

Durante la ceremonia no puedo controlar más tiempo las arcadas, desaparezco en el cuarto de baño más cercano y vacío mi estomago repetidas veces. Quito el sabor amargo de mi boca con agua del grifo y la menta de Erick me alivia la garganta.

Salgo cuando los agentes están disparando en forma militar al cielo y suena la trompeta memorial que han dado la vida por Londres, Bennett se queda con la mirada fija en el cielo y como una reverencia silenciosa fuma hacia arriba, después pasa a recibir la placa de Lena con palabras de aliento del teniente Wall.

Alexander me mira de lejos, pero está lejos de tocarme, vuelvo a pensar que necesito más seguridad si quiero ayudar a Maya, el anillo me protege, pero no sé hasta donde.

Hace tiempo olvidé para que servía uno de mis guardaespaldas, parecía más estar en mi contra que conmigo, pero si sigo la jerarquía de la que me habló Maya hace tiempo, ahora tiene más sentido su presencia a mi cuidado.

Es hora de que trabaje para lo que se le contrató desde un inicio.

Disparan la última vez y las lágrimas de los familiares de los agentes muertos se hacen presentes, el odio a Sarah es evidente por parte de su ex unidad.

—Que Dios reciba sus almas, si es que hay una vida después de esta— cita el ministro Madden con falsa labia.

—Y que el diablo reciba la tuya en el infierno cuando te mate— susurra Maya a mi lado. —Espero que sepas a lo que nos enfrentaremos sobrina, ir por mi hijo será difícil hasta para dos Roe.

—Ethan lo sabe, lo hablaremos con la organización del lobo esta noche, si nos ayudan iremos armados, si no, tendré a la seguridad conmigo todo el tiempo.

—Puedo perder la cabeza por llevarte conmigo a rescatar a Jack, pero ya es hora de que seas una Roe completa, además posees un artefacto al que el mismo diablo le tendría miedo— mira con desdén al ministro y después a Sarah.

—¿Si le pagamos lo suficiente el hacker iría con nosotras?

—Mi seguridad es buena cantidad de refuerzos, pero el hacker de Alexander no trabaja para mí.

—¿Por qué no? ¿Y entonces por qué estaba en tu casa cuando se llevaron a Millie?

No me responde al momento y comienzo a sospechar que como Alexander Maya conoce también la identidad del Hacker. —Fue por el pago de un trabajo a Jack— responde simplemente.

El sonido de los disparos despierta a Millie y como comienza a llorar Sarah sale con ella. Ethan y yo las seguimos encontrando a Bennett en el jardín fumando un porro, pero lo sorprendente es que no está solo.

Hay una mujer con él, de lejos no puedo verle a ella más que la espalda y el cabello castaño, no creo haberla visto antes, aunque su delgadez me llama mucho la atención. —¿Quién es? — le pregunto a Ethan.

—Son problemas para la organización del lobo, tengo que informarle al señor Roe su presencia— dice hablando por el comunicador de su oído y lo siguiente que ocurre me deja perpleja.

Ella se inclina y besa a Bennett y él la deja hacerlo. Logro captar su perfil y mi boca cae abierta cuando le veo rasgos similares, es familiar de él y está dejando que lo bese. Ethan percibe mi incomodidad y me hace ir por el otro pasillo.

—Digamos que es complicado de explicar lo que acaba de ver— dice a mi espalda.

—No quiero oír la versión de esa historia si es que ellos son familia. ¿o no?

—Lo son.

Jode Bennett. —¿Qué pinta Cora en todo esto?

—Esa solo fue una visita rápida y sin importancia, es un beso afectuoso, aunque no lo crea.

—Ethan será mejor que te calles o tendré que vomitar, lo de familia con familia no me pone.

—Le dije que era difícil de explicar.

—Entonces no me lo expliques, simplemente dime que Cora no saldrá mal parada de aquí.

—No lo hará, pero le aseguro que vino a buscar al mejor cliente que encontrará aquí.

—¿A qué te refieres?

—Habrá una reunión con la organización esta noche, los términos se discutirán ahí, teníamos pensado que teníamos una salida— se ve cansado aún debajo de sus lentes negros —Si tan solo esa mujer hubiera aparecido para trabajar con nosotros— dice más para sí mismo.

—¿Qué mujer?

—El señor Roe anda en busca de un nuevo hacker, es bueno variar cuando camaleones trabajan para ti, poseen demasiada información.

—Recuerdo que lo mismo me dijo Jack, pero ¿Un buen hacker dónde lo encontrarán?

—Hay limitados que no sean parte del MI6, hay un plan para tener a uno, hoy iremos por uno, ya que la que buscábamos nunca se presentó en el lugar de encuentro, damos por hecho que no quiso trabajar para nosotros, era una pieza clave para la mafia del lobo.

—¿Cuál era su nombre?

—Dina Makova, una rusa que se presentaría en las jaulas de Logan.

Yo soy Dina Makova. Hay un grito en mi mente y una pelirroja muy pálida y joven gritando. El olor a mente me distrae y tengo a Alexander pegado a mí dándome un arma, ahora que Jack fue capturado todos los Roe me tratan como igual.

Escondo el arma en mi costado mirando a la gente pasar a nuestro lado.

—Vamos rápido, tenemos el tiempo contado, utilizaremos el memorial como distracción de todos los agentes y el personal de servicio— dice el lobo colocándome un dispositivo de sonido en la oreja como el de Ethan.

—¿Para qué?

—Nos infiltraremos en el hospital del MI6 y secuestraremos a mi nuevo hacker. James. 



¡Hola sexys!

Se desató el caos y yo soy la más feliz con eso... *llora en Alemma*

¡Los amo tres millones!


-Karla. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top