CAPÍTULO 34
Alexander.
Era cuestión de tiempo para que Logan matará al biólogo, teníamos el tiempo limitado. La video llamada que conecto con Jack no la responde ni porque Maya ya está con su hija en Londres.
No hay más que hacer, tenemos las ultimas pruebas de las anfetaminas que realizó, Jack las examinó, tiene cada análisis que le hizo a Maya y a Bennett, la ceguera de Bennett no ha empeorado y con el tratamiento de Jack ha disminuido, pero ya no se podrá comunicar con el biólogo.
Mando a Ida a Londres para que haga lo pertinente con Jack y también se reúna con Caterva, tengo un mensaje de él que no me gusta, no me conviene que el sepa de la muerte del hermano de Sarah.
A Tyler lo mantengo en la vista, trata de no molestarme después del disparo, el ministro lo distrae en su casa y puedo trabajar a lo que vine al Caribe.
Rebecca se mantiene trabajando en lo que le pedí, Ethan e Ida vigilan.
Salgo a la tienda de la mañana dónde estaba Emma y pago el vestido, en el camino vigilo al amigo del agente barato, lo que dijo Katherine me tiene alerta, la han buscado por parte del MI6.
No pueden ser más estúpidos, creen que Katherine va a traicionar a la organización por la inmunidad que le prometieron, los están acorralando para mañana en la noche y Richard lo sabe y sigue sin querer detener nada.
Reviso el nuevo dispositivo que siga en la ciudad y voy a la casa temporal de Richard, dónde está Bennett y mis hombres. —Supongo que ya te enteraste del biólogo. recoge tus cosas, ya nos largamos, ya tengo lo que venimos a buscar y ni Tyler, ni Maya, ni ningún otro lo notaron.
—Le fallamos a Sarah.
—Nunca le prometimos nada, Tyler fue quién la trajo. — ella nunca se había acercado, había estado encerrada bajo mil llaves en el MI6 —Las cosas con Caterva se complicaron no quiero que sepa lo del biólogo y Richard sigue con su mierda de atrapar a Beckham aquí.
—Me reúno con el hombre que venimos a buscar y te informo lo que dijo para que tengamos el intercambio— acepto. —Estuve investigando, Katherine si se ha reunido con Dylan, desde antes de llegar al Caribe.
—Su jefe lo mandó, él no sería tan imbécil, es un agente barato, pero se ve que tiene una pizca de inteligencia, si no nos hubiera seguido el rastro cuando mi hotel en Brent se derrumbó.
—Ni siquiera sabe que la organización lo busca a él por matar al primo de Logan.
—Lo sabe perfectamente, así como Richard, su jefe y la misma Sarah también, pero uno de ellos está jugando una estrategia peligrosa, lo bueno es que lo van a matar y me van a ahorra el trabajo.
Tyler viene con muletas pidiendo el dispositivo de rastreo de Dmitry como si se lo fuera a dar. Ha estado sigiloso desde que le disparé, no es para menos, aunque siga jodiendo todos los días que lo que hice no fue venganza, debe andar con cuidado porque le voy a romper las piernas pronto.
Varios disparos se alzan fuera, se oye como van y vienen mis hombres y los del ministro, Bennett saca su arma, pero yo no me inmuto.
En el pasillo frente a dos cuerpos veo como entra Ethan seguido de Sarah con los ojos hinchados y rojos, viene sollozando y con el arma en la mano después de cargarse a plomo a la mitad de los hombres del ministro, sus propios compañeros del MI6.
Se limpia la cara con la blusa manchada de sangre y camina azotando las puertas. —¿Dónde está Tyler?
—Lo siento mucho Sarah— Bennett como siempre saca su lado patético y se acerca a ella extendiéndole la mano.
—No me toques escoria— le escupe en la cara apartándolo.
—¿Y a está loca quién la dejó pasar? — Tyler habla por sí solo —Su hija ya está en Londres con mi esposa y su padre, Sácala de aquí Ethan y tráeme algo de beber y recoge el desastre que hizo la estúpida— Tyler sigue dando órdenes como si lo mío le perteneciera.
El alboroto de afuera es de otros dos agentes que viene con ella, Richard debió dejarlos pasar, como quiere mantener las apariencias.
Sarah fija su mirada en Tyler enojada y cuando uno del MI6 que cuida al ministro viene, le apunta con el arma.
—No te acerques o te mueres.
—Tienes un código en tu rango, el ministro está aquí y acabas de perder tu cargo de agente hiriendo a varios de tus compañeros— le dice el agente.
Se harta de oírlo y le dispara varias veces en el abdomen, pero el otro trae el uniforme azul con chaleco antibalas evidentemente, aunque eso no impide que el tiro la azote en el suelo.
—¡Prometieron sacarlo! — Sarah se va contra Tyler tira las muletas haciendo que se azote en la pared —¡Prometiste sacar a mi hermano de ahí! ¡Hicimos un trato! ¡Llevé a Millie con ustedes, dejé que Jack la viera! ¡Los comuniqué con mi hermano para la droga que le inyectaron a tu esposa!
—¡Ese no es nuestro problema, tu hermano no le servía al amo!
Amo...No pude ni fingir ya que no está con Logan.
La empuja al suelo tumbándola y le truena los dedos a uno de mis hombres para que la saque de aquí. —¿A dónde? No la toques— Bennett se interpone entre él y Sarah.
—Entonces, ya que se largue — Tyler recoge sus muletas mientras uno de los agentes viene por ella para llevársela, pero se deshace en lágrimas en el suelo.
Bennett trata de acercarse a ella, pero se detiene por el otro agente. Reconozco el coraje, cuando lo único que quieres es asesinar para parar la mierda en tu cabeza y lo veo en la mirada de Sarah.
—Piensa en tu hija Sarah, vámonos— le dice el agente.
No deja de sollozar en el suelo.
—Deja tu teatro Sarah, tu hermano fue un pobre miserable que no fue inteligente para conseguir algo que atrayente que no lo dejara con vida, además el amo sabe que su hermana es un agente del MI6 ¿Crees que lo iba a dejar vivir después de torturarlo? — es mejor que Tyler cierre la boca.
La mujer se limpia la cara y se levanta empujando al otro, es claro su buen entrenamiento. Saca un arma de su espalda y ni el forcejeo de Tyler la detiene porque es una mujer entrenada, ni porque pide refuerzos, se los quita de encima sola, aunque le propinan una paliza.
—Nadie lo ayude— doy la orden y mis hombres no mueven un dedo por Tyler a la furia de Sarah.
Lo tumba con las mismas muletas y no se detiene hasta que la punta del arma se la clava en la cabeza llorando. El ministro entra con el jefe de Dylan y el mismo agente barato.
—¡Sarah! — la voz de su teniente la hace bajar la cabeza, lo peor de ese hombre, aparte de ser el jefe de Dylan y mayor honorable del MI6, es que es padre de la misma Sarah y por consecuencia abuelo de Millie.
—Señor.
El hombre no muestra ninguna emoción por la muerte de su hijo el biólogo, no se rompe como Sarah y tiene más carácter,
—Sarah recobra la compostura, mira a toda la gente a la que le disparaste afuera— la voz del ministro en la puerta no deja que ella apriete el gatillo.
Veo a Emma venir con ellos, la están exponiendo ante todos los agentes del MI6. Tyler saca su celular de su bolsa y pone a reproducir varios videos, se ven las jaulas y en una de ellas el biólogo.
—Quita esa mierda Tyler Hilton— el agente barato le arrebata el celular, pero ella ya vio todo.
—Le estoy mostrando quién es el verdadero enemigo, nosotros estamos del lado del ministro y mira la masacre que vino a hacer.
No tienen sonido los videos, pero las torturas son claras, recibo un video similar en mi propio dispositivo y sé que Jack también recibió uno igual.
Los del MI6 se van contra ella y protegen a Tyler por la orden del ministro. Sarah mira a todos en la casa mientras la arrastran fuera y cambia el rumbo del arma de Tyler a su propia cabeza.
—¡Sarah no! — el agente barato va con ella y le revienta la cara con el arma haciéndome sonreír.
Emma mi mira mal desde su lugar y Sarah forcejea con el agente barato otra vez, la sangre le corre por la cara con el golpe.
—La organización de los treinta y siete que buscamos desde hace meses hizo eso con tu hermano, no el MI6, ni el ministro, ni el señor Hilton, recupera la cordura por tu hija. ¡Es una orden!
Emma mira a todos sin moverse. Sarah quita el gatillo y voy dónde ella para aventarle el arma al suelo.
—Eres la madre de una Roe y no te vas a matar como una cobarde.
Me revienta su puño en la cara, apenas me abre una pequeña herida en la boca, pero ya está desarmada.
—Sarah ven conmigo— Bennett se pone con ella.
Sonríe sin una sobra de humor, los ojos se le ven perdidos, se limpia las mejillas hasta ponérselas rojas y recupera su arma, no deja que ni los del MI6 se le acerquen.
—¿Mi hija una Roe? — se burla —Nunca y yo no voy con ninguno de ustedes— escupe en el suelo.
—Llévate a la agente a una de las camionetas— el jefe de Dylan da la orden, pero ella no se va con él tampoco.
—Creo que tengo memoria para recordar sobre la organización— nos mira a mi hermano y a mí —Y como a organización mató a mi hermano, entonces vamos por ellos y atrapemos a la maldita rata de Beckham, yo lidero la misión, si el ministro y el señor Hilton me lo permiten.
—Desde que decidí hacer la misión hacías falta Sarah, hacía falta tu determinación y la vas a liderar con el camaleón si el teniente te deja— su jefe al mando la apoya y está más que contento. —Pero lo que hiciste aquí tendrá consecuencias.
—Voy a pagar por todo, pero primero, vengo a mi hermano.
—Ella tiene razón y mientras lo hacen la misión estará en tus manos James, yo ya voy a regresar a Londres, pero sé que vendrán con buenas noticias, además los refuerzos ya están aquí. — el ministro se va dejando a cargo al jefe de todos.
—Los refuerzos ya llegaron, vamos a cazar ratas. — Sarah se limpia la cara y se va enojada seguida de varios agentes al rincón limpiándose la herida de la mano.
Más agentes uniformados entran a la casa ayudando a los heridos y otros más con diferentes rangos, eso parece la base del MI6.
Emma va de inmediato con ese puto imbécil que trae sangre en la cara. La miro mal y me señalo la herida que me hizo con el puño la loca esa.
Yo también estoy herido.
Frunce el ceño sin entender lo que quiero y sigue haciendo su cosa de auxiliarlo a él sin venir conmigo. Contrólate Alexander.
—Hay más heridos en toda la casa— digo en voz alta mirándolos, pero Emma ni voltea.
Otra mujer de los refuerzos que están auxiliando a los muertos viene a mí y la corro, a mí me va a atender la castaña, nadie más.
Mientras la gente se dispersa de aquí, el otro aprovecha para sonreírle y apoyarse en ella. Un agente le trae un botiquín y se pone a toquetearle la cara limpiándole la sangre.
Ni modo, a terminar lo que Sarah no hizo, saco mi arma y desde aquí le apunto al puto agente barato a la cabeza.
Emma levanta la cabeza y se levanta con un algodón en la mano y guardo mi arma para que no la vea y me pongo en una silla. —Hasta que vienes, el equipo de primeros auxilios se estaba tardando por atender a ese agente, si me desangro ¿Qué coño pasaría?
—¿Desangrarte? ¿Por esta herida diminuta en tu labio? No me hagas reír — me pone un algodón con alcohol bruscamente.
—Se más profesional Emma y atiende a todos los heridos no sólo a tu novio.
—Estoy bien entrenada, para saber quienes necesitan mi ayuda y quienes no, así que deja de pedir ayuda innecesaria, hay muchos heridos aquí que aun podemos salvar, incluida Sarah— la mira atrás con la mano sangrando.
—Claro, ahora eres toda una agente del MI6, ¿Vas a arrestarme por pedir que me cuiden? Es un derecho de humanidad— trata de irse, pero la retengo por la cintura y presiona la herida más fuerte.
—Es muy salvaje con sus pacientes señorita enfermera.
—Sólo con los imbéciles.
—Eso ya lo había escuchado antes, parece que la conozco, de hecho, la había visto por los rumbos, solía ser publicista, pero por lo que veo ya no ¿Es nueva en el MI6?
—Sí— me sigue el juego.
—Un placer, soy el empresario Alexander Roe— le sonrío como lo hice la primera vez que la vi.
—Emma Brown — igual que la primera vez no me regresa la sonrisa.
Siempre pelea, siempre me desafía. — Le recomiendo que a mí me trate bien, con más amabilidad, tengo muchos contactos, soy rico, inteligente y poderoso— rueda los ojos y sigue trabajando en mi herida —Yo puedo conseguirle de vuelta su trabajo como publicista, no como el trabajo de agente que le consiguió su novio.
Sus cejas apenas se alzan. El amigo del otro nos mira juntos igual que en la ciudad nos vio con Millie, Emma trata de separarse cuando lo ve, pero no la dejo.
—Señor Roe— se inclina sobre mí.
—¿Sí señorita Brown?
— Yo no necesito a ningún hombre para ser alguien en la vida— me sostiene la mirada —Ni a Dylan, ni Sawyer Taylor, ni siquiera a Alexander Roe.
Me guiña un ojo y se va a ayudar a Sarah. Trato de no mirarle los glúteos, pero camina caliente después de abofetearme con sus palabras. La camiseta de algodón se le pega al pecho cuando Sarah se pone pesada y no se deja curar la mano.
La somete en el suelo y con sus piernas la detiene para curarle la herida. Se me pone dura al verla así, ayer le clavó su daga a Katherine también, está entrenando, es una salvaje.
El puto imbécil barato mediocre va con ella a ayudarla si no me controlo la masacre de Sarah será poca cosa con la mía, tengo que recordar por lo que vine, los hombres de Dinamarca están aquí, Bennett se va a reunir con ellos a solas.
A los daneses les vamos a vender la anfetamina que el biólogo creó para Logan, sea un contra ataque que no vendrá venir y les vamos a entregar las pruebas que hizo Jack la misma noche de la misión del MI6, nos servirá de distracción.
Emma sabe lo que hace curando a Sarah, pero también se ve como lo detesta por más que quiera fingirlo.
Camino por la casa enojado viendo a los refuerzos del ministro que son como treinta sin contar a los que ya estaban aquí.
Traen perros con ellos y armamento, llamo al hacker para que investigue que más traen mientras mi gente regresa conmigo al hotel, Richard se apodera de su propiedad y a mi no me interesa quedarme.
Según el hacker traen también explosivos, más de los que implantaron en los edificios dónde van a rodear a Beckham. Maya me dijo que la organización sabe que Emma no está muerta, Katherine se los dijo y Tyler también informó.
—Los planes son sencillos Alexander, vas a vender las pruebas de la anfetamina a los daneses y nos vamos a Londres— me recuerda Rebecca.
—Lo tengo todo calculado.
—Que bueno que lo recuerdes, la operación claramente fallará, pero la nuestra no.
Asiento a la mujer de mi edad y reviso el dispositivo de rastreo de Dmitry, hablo con Ida, Jack no ha salido de la casa y menos con su hija en Londres, pero la muerte del biólogo ya corrió por todos lados incluso a oídos de Caterva.
Dejo la bolsa de Emma en la cama y me encierro en mi habitación, abro unos planos a medias de mis nuevos hoteles, me trago tres pastillas para las punzadas de la cabeza, la dosis aumentó hace tres meses.
Mi arma la dejo cerca de mi como siempre y la vigilancia en la puerta. Reviso las cámaras del Score y veo a Jack con su hija bailando en otro ridículo Karaoke a la mitad de mi sala de estar.
Esa niña apenas habla y ya la puso a bailar cómo él. Enojado me pongo en mi propio trabajo.
—¿Qué sabes de arquitectura? — le pregunto a Rebecca que se dedica a trabajar en el diván de la habitación.
—Las matemáticas nunca han sido mis amigas, cualquier cosa que yo haga en esos bocetos se va a derrumbar por eso tu abuela cuando vivía, me dijo que tenía mejor trabajo de guardaespaldas que de empresaria.
—Uno siempre debe elegir lo que quiere, no lo que le imponen.
—Me trajiste a Londres para ser guardaespaldas, no me vengas con esas cosas.
Mido la línea de altura y paso armando bocetos exactos como lo hacia con Alesha. Parecía una locura, pero juntos crecimos y nos convertimos en arquitectos, no he encontrado un equipo como ella, teníamos la misma pasión por los edificios grandes.
Se nota la ligera incomodidad en Rebecca por mis bocetos, Alesha los estaría consumiendo por sus trazos y cambiado cosas por aquí y por allá.
Todo cambió en un año para la pelirroja y para mí y terminó con su aparente muerte, gracias al biólogo y las cámaras que instalamos cuando Bennett estaba ahí, por eso Caterva sigue conmigo, él vio lo mismo que yo vi.
Mis diseños para mis hoteles de nueva York me encantan, nadie hará edificios como yo. Bennett me trae información del hombre que venimos a buscar y cuando se va le veo la espalda tomando mi whiskey.
Me quito el reloj de oro, Maya tiene buen ojo, la joyería de Nueva York era muy mediocre y barata para comprarle el anillo a Emma ahí, por eso les regrese sus baratijas.
El primer diseño fue una porquería que ni costando medio millón de dólares me convenció, por eso lo regresé, pero de las joyas que hay familiares, las piedras fueron talladas en mano y las incrustaciones costaron en libras, llevé las piedras a Dinamarca y arreglaron todo.
Me río en silencio de Katherine y su expresión en el hotel cuando se dio cuenta que no maté a Emma, la organización también lo sabe.
—Logan no entregó el cuerpo del biólogo— Rebecca me informa.
—Es la cena de los lobos.
—Tyler acaba de informarme que mañana levantaran un memorial por el hijo del teniente en Londres, quiere que mucha gente esté presente, incluida la familia Roe acompañando al ministro.
—¿El ministro ya se fue a Londres?
—Sí, el teniente y Sarah también con algunos agentes del MI6, el ministro movió sus influencias, le oficiaran el memorial al biólogo por respeto al teniente cerca del parlamento.
—Que preparen el vuelo, nos vamos y también informen a Maya y a Jack que lo escolten hasta ahí, salimos hoy mismo.
—Si señor.
—Cora no me dijo que se iba— Bennett se pasea preocupado.
—Le preguntas cuando te den la invitación a su boda.
—Tiene el celular apagado también— no hace caso de mi broma.
Ethan carga las cosas para irnos, pero Ida se queda, Bennett es escoltado al Jet después de hablar con los daneses, para que nos veamos mañana. Nos veremos en media hora. Emma junto con la rubia fue de los que se fueron con el ministro.
Ellas ya no regresarán para la misión, eso implica que estará en el memorial del biólogo y ahí será dónde tendremos que hablar, el vestido ya no se lo llevo, pero lo dejo sobre la cama de la habitación que vació sentándome sobre la cama.
Tomo el vuelo nocturno del Caribe a Londres en mi avión privado y al medio día del jueves ya estamos en camino al memorial del biólogo, Jack como huésped en mi casa, sale con Millie, se le ve la cara cansada y las ojeras bajo los ojos.
Sabe lo que implica esto, la mano de la mini humana la sostiene mientras le arregla el cabello.
—Mi padre está en el lugar— Erick me avisa. —Como piden que vayan representantes de las empresas más prestigiosas, llevó a uno de nuestros ejecutivos para dar las condolencias— mira a Jack con su hija.
—Vámonos, que a él se lo lleve Ethan— asiente y baja el Score para su porche, bajo con él, pero regreso por el dispositivo de rastreo de Dmitry y veo a Jack hablando con su hija, paso de lado y la escucho saludarme.
—Papi, ¿Por qué llevamos mis cosas? ¿Por qué no llevamos al perrito del tío Bennett?
—Porque vas a ir con tu mamá y a ella no le gusta que lo tengas— su celular no deja de sonar.
—¿Prometes que lo vas a llevar a verme cuando puedas? — le dice en español y Jack asiente.
Con el ceño fruncido veo como juntan sus meñiques y después besan el interior de su mueca.
Jack está destrozado, pero nunca le quitaría a la mini humana a Sarah, la ama demasiado para eso.
—Se hace tarde— lo presiono. —Espero que ya tengas listas las dosis que le robamos a Logan para vendérselas a los daneses.
—Ya están listas, ¿Cuándo las vas a entregar?
—El sábado en la noche en el Caribe.
—Beckham, está en el Caribe, se va a dar cuenta de la voz de alarma.
—El ministro lo distraerá con su misión.
—Si tú lo dices. Vámonos princesa Millie que mamá te espera y su camioneta real también, además no queremos enojar al monstro de Alexander Roe— le hace una reverencia con el vestido blanco que le puso Maya a la niña.
—¡Nos está persiguiendo papi! — se hecha a correr con ella conmigo siguiéndolos y se van riendo los dos.
—¡Corre más rápido princesa Millie!
—¡Si! ¡Avión papi! — le levanta los brazos
Jack la levanta en el aire y la lanza para atraparla, la niña se deshace de risas y yo los dejo que se suban a la camioneta con Ethan para ser escoltados al memorial, me subo a mi auto y Erick me sigue en el suyo después de saludar a Millie por el retrovisor.
Hay mucha gente en el lugar, hay banderas de Inglaterra y con el logotipo del MI& alzadas por las esquinas de los pasillos. Aunque no hay un cuerpo, agentes hacen una reverencia al lado del teniente y de Sarah.
Maya corre a tomar a Millie de la mano, del otro lado Jack baja con unos lentes negros, a su lado. Erick se va con Christopher y yo me pongo con mi familia del lado de Bennett, dejamos a Maya en el centro y la rodeamos los demás, los Roe nos quedamos lejos del alboroto, no nos gustan estos tipos de eventos.
Hay muchas familias prestigiosas como la nuestra, que vienen por compromiso igual que nosotros.
Veo a Emma con Cora sin el uniforme del MI6, el hermano de la rubia está en la guardia junto al teniente y a Sarah. El prometido de la rubia camina interrumpiendo por todos lados sin guardar el debido respeto.
Es complicado que le tengan empatía al biólogo, su vida era en Nueva York junto a Jack, pero por el teniente estamos aquí.
Mientras dan las palabras los altos comandos del MI6 y también un vocero de la casa real, siento unos brazos abrazarse a mi pierna, bajo la mirada y veo a la mini humana sonreírme y alzarme los brazos para que la alce,
—¡Tío Alexander!
Los murmullos de silencio se alzan a nuestra espalda. Le hago señas a Maya de que la aleje, pero esta muy pendiente de Cora que no se quita lo lentes negros.
Busco a Jack para que se haga cargo de su hija, pero lo veo lejos de la gente discutiendo con Sarah. Hago lo que sea por quitármela de encima, pero no se va. Enojado le extiendo el meñique y lo agarra con su mano pequeña bailando.
Hija de Jack tenía que ser.
Miro a Emma desde aquí y Millie la saluda con la mano, cuando Emma la saluda de vuelta, la mini humana se esconde ella detrás de mí.
El teniente termina su discurso y la línea de agentes del MI6 hace una reverencia con armas arriba para disparar, ve a Sarah discutir con Jack en la puerta y se acerca a llevarse a Millie.
—Vengo por mi nieta, cuando disparen al aire toda la familia tiene que estar reunida.
Un agente va a buscar a Sarah y se acerca con su uniforme con su padre y quita a Millie de mi lado. —No es buena idea que las cámaras la vean— Maya trata de detenerlos, pero el teniente no escucha razones.
—¡Papi! — Millie le pide ayuda a Jack y el muy imbécil camina al lado de Sarah.
—¿Qué diablos hace? Viene de infiltrado, no puede mostrar la cara a las cámaras, le estamos dando regalo doble a Logan, no solo mostrarle la cara de Millie, sino confirmarle que es la hija de Jack.
Las replicas de Bennett no las oye Jack porque sigue a su hija al lado de Sarah. Erick los sigue con la mirada mientras se plantan cerca del teniente y los otros agentes incluido el hermano de la rubia disparan al aire cuatro veces.
Las cámaras captan todo, hago que Christopher trabaje en que ninguna de las fotos tomadas de Jack y Millie se filtren. Cuando el memorial termina, Bennett se va directamente con la rubia, pero ya no la veo en el lugar, solo queda Emma igual buscándola.
Maya se acerca con ella y yo me quedo parado esperando para irme de aquí, el ministro se pone a mi lado para que nos saluden a ambos. —Alexander hijo, es bueno verte de nuevo, te vi la última vez en Birmingham con tu nuevo hotel y en mi evento de caridad— la señora Pitt se acerca a mí sin su marido.
—Madame— la saludo con educación y me voy siguiendo a Emma.
—Cuando termine el memorial, sube a una de mis camionetas, vamos a hablar.
—Estoy ocupada, estoy buscando a Cora, Luke se la llevó.
—Bennett la estaba buscando también— no me responde, se va por él estacionamiento.
Mando a escoltar a Jack de vuelta a las camionetas después de su estupidez de ponerse junto al teniente y Emma se queda conmigo al ver como Sarah se lleva a su hija escoltada por el MI6, lejos de Jack.
La versión pequeña de mi primo le dice adiós con la mano y las promesas que le haya hecho, no las cumplirá. Cuando viene con nosotros trae la mirada seria.
—Lo siento Jack, por tu amigo y por Millie, sé que Sarah se la va a llevar— las cejas de Emma se juntan.
Él asiente. —Gracias Emma, pero es mejor que la familia del teniente cuide de mi hija, lo que sucedió en el Caribe fue una advertencia de Logan.
—Y tú la mejoraste poniéndote en las cámaras con ella, para confírmale que es tu hija— le recuerdo.
—Él ya lo sabía, pero ahora lo que te debe preocupar es lo que me dijo Sarah, después de la misión en el Caribe, se va a ir sobre la organización. Ella sabe no tanto como Emma, pero sabe de qué lado estamos malditos los Roe y en nuestra mierda.
—Está dolida por la muerte de su hermano, pero no creo que llegué a tanto, no por la seguridad de Millie— Emma sigue aquí.
—Nunca subestimes a nadie Emma, los que más inofensivos pueden resultar más letales— le mira el anillo y luego me mira a mí con media sonrisa. —Bonita joya. ¿Fue regalo de alguien?
—¿Qué miras? Déjala — le digo en español.
—Una joya familiar.
Emma nos mira sin entender y Jack pasa moviendo las caderas como su hija para el estacionamiento.
Ethan lo escolta de vuelta en la camioneta hasta que estén en el Score. Emma es el centro de atención de muchos de los ejecutivos que viene de mi empresa, incluido Christopher y Alicia que hace todo lo posible por saludarla, Erick la saluda como si nada, es el único cuerdo aquí.
Saben lo que hizo hace tres meses, Katherine cumplió con levantar artículos en todos los portales.
—Voy a quitar la demanda en tu contra para que puedas regresar a Londres, pero primero debemos negociar los términos porque ahora eres miembro del MI6.
—¿Cómo?
—Los tres meses ya pasaron, cumplí mi parte con la organización.
—¿Me fui por la organización? El ministro dijo que me demandaste por asesinato tentativo, pero Dylan consiguió que me quedará en Brent.
Nos miramos, este no es lugar para hablar, pero nunca hablamos de nuestra mierda lo que nos llevó hasta este punto.
—Habla Alexander.
—Le pedía a Richard que te sacara de Londres, porque la organización iba sobre ti desde el momento en el que me disparaste.
—¿Toda la organización de los treinta y siete?
—Toda— miro a nuestro alrededor —. Te usaron para tomarme con la guardia baja ese día porque incrustamos unas cámaras en la bodega del biólogo para monitorearlo, Maya se reunió con ellos, las cosas empeoraron, más porque le robamos unas sustancias que trabajaba el biólogo días después del evento.
—No fue Tyler, ni Dylan, fuiste tú el que me mandó a Brent.
Aprieto la mandíbula y sigo. —El ministro se encargó que el agente barato lo creyera, que creyera que te estaba dando una salida a las demandas de mis abogados.
—Estuve en la mira de toda la organización— se pone pálida.
—Y yo te tenía que proteger— frunzo el ceño, no debería hablarle ni decirle, me traicionó. —Habías hecho la cosa más estúpida al dispararme y ni siquiera lo sabías, me drogaron con whiskey que traía la sustancia del biólogo la noche en la que Maya me sacó la bala, quedé inconsciente por días.
Sube los ojos que me torturan en medio del revoloteo de la gente. Sólo nosotros elegimos el peor lugar y la peor situación para comunicarnos.
—Quería verte, pero nadie me dejó, incluso Tyler me lo impidió.
—Había gente de la organización yendo de inmediato detrás de mí, te expliqué las cosas, herida por herida y muerte por muerte por eso la misión del ministro va a fallar en el Caribe porque la organización va a matar a uno de los agentes que mató al primo de Logan hace un año y la misma regla de nosotros aplica para él, pero el que lo va a matar no va a fallar como yo Emma.
El ministro comienza a hablar para despedir el memorial impidiéndome hablar con ella y la intensidad de los periodistas aumenta. Algunas cámaras capturan a Emma cerca de mí. —¿El ministro lo sabe?
—Sí.
—Tengo que advertirles a Dylan y a Sarah.
—Ellos lo saben también.
—La gente debe pensar que estás loco por estar cerca de la mujer que te disparó.
—Lo que piensan es en cómo regresaste a Londres, si estás evidentemente exiliada en Brent— Rebecca me trae el dispositivo de Dmitry interrumpiéndola y Emma ni la mira. — Aquí tiene señor, su asistente Amelia, está esperando en el estacionamiento.
—De parte del parlamento inglés ofrecemos nuestras condolencias al teniente y con el equipo del MI6 que está aquí presente para honrar la memoria de su hijo— señala Richard a todos los que estén alrededor, incluida Emma, trayendo toda la atención a ella innecesariamente. —Hay criminales que se reforman en el MI6.
Maya a mi lado mira a Tyler hablando en el micrófono con el ministro.
—Sabía que eras tu Emma— la señora Pitt de la organización benéfica de personas con cáncer viene de nuevo entre la gente y aun el ministro hablando. —Lo que me sorprende es no verte en el equipo de Alexander Roe, si no por parte del MI6.
—Como usted lo dijo, la última vez que nos vieron en público, fue diferente a esta, ahora estamos en bandos diferentes— me mira y parece que ella también ve los recuerdos de la noche en el evento de inversionistas.
Recuerdo esa noche a la perfección, su vestido, sus sonrisas, la forma en la que la besé. Sus ojos se mueven por los míos mientras la señora Pitt habla. En esa cena ella no era Emma Brown, era mi mujer, mi pequeña seductora, era mía.
Me dio un beso mortal antes de tratar de matarme.
—Un beso mortal— dice ella como si me hubiera leído la mente.
El agente barato se acerca a Emma para llevársela a Brent.
—Agente, no me pregunte como, pero oí de buena fuente que la hija del teniente irá contra los asesinos de su hermano y los involucrados— la señora Pitt no se calla.
Maya presta atención por las palabras de esa mujer y me mira, pero yo no dejo de mirar a Emma mientras el agente dice que, si lo harán, no me interesa lo que el MI6 haga, porque hay una pieza que no se mueve desde que se supo la noticia.
—¿Vas a apoyar a Sarah? — le pregunto directamente a Emma dejando los alegatos de Maya de lado.
La pregunta directa está implícita, después de lo que le dije quiero saber de que lado está, porque hay un tercer lado que no apoya a Logan ni al MI6 y es el mío.
—Por su puesto señor Roe— responde el hermano de la rubia.
—A ti no te hice la pregunta— me la llevo a ella de su lado y la pongo frente a frente. —Acabo de decirte todo lo que sucedió, ¿Crees que soy un niñato que dice cosas al azar? Quieres palabras reales y te las estoy dando ¿Cuál es tu maldita postura?
—Este no es el lugar— se zafa de mi agarre.
—Te hice una pregunta. Piénsalo bien para que no cometas un maldito error.
—El problema de raíz es la organización, no se puede confiar en nadie más que en el MI6.
Respiro hondo. —¿Quién te metió eso en la cabeza? ¿Sarah? Porque conozco las mismas jugarretas que hizo con Jack.
—Tengo un trabajo y tanto si quieres levantar tu demanda para que pueda regresar a Londres o no, nada cambia, la organización me persiguió hasta que me vi obligada a dispararte y terminé en Brent, acabas de presenciar el memorial del biólogo.
—Ni siquiera el MI6 es confiable mientras Richard esté el mando, si lo conozco de años, sabes que no puede ser honorable, incluso el teniente lo sabe de otra forma no estaría armando su propia estrategía.
—El biólogo está muerto, trataron de llevarse a Millie en el Caribe y el MI6 fue lo único que la protegió.
—¡Yo la protegí en el Caribe, Ethan te estuvo siguiendo hasta que la trajiste de vuelta con Sarah! Richard no movió un sólo dedo por ella ni lo hará, has tratado incluso de hacer una alianza con Katherine, ella los va a llevar a Maya, la va a poner como miembro de la organización. ¿Lo sabías?
—Dylan me dijo lo de Katherine y no vas a entender la estrategia, pero podrías ayudarnos, te aseguro que haré lo posible para que no los guíen a Maya.
El enojo me sobrepasa por una petición tan estúpida. —Esa estrategia es una puta mierda, no sólo vas a ir a una muerte segura en esa misión, si no que vas a entregar a mi propia familia.
—Tú no me habrías creído como dices, ni siquiera quisiste escucharme y ahora tampoco quieres escucharme, si te digo que la estrategia es buena es porque lo es, tienes que confiar en Dylan y en el teniente.
Me río. — ¿Así como confié en ti? Yo no confió en el MI6, ni siquiera en ti ¿Como iba a escucharte la noche del evento, si me enteré que vendiste mi proyecto de Manchester?
—Ellos tenían que confiar en mí para poder pasarte información.
—Y en el proceso jodiste mis negocios.
—Si lo único que te importa es el dinero, no sé qué coño haces todavía aquí.
—Eres una pérdida de tiempo. Ni siquiera te maté como pedía la organización.
Cierra los ojos. —Ambos tenemos definido a quién creerle y a quién no, tu irás por los tuyos sin confiar en el MI6 y yo voy por los míos. Oíste a Jack y Dylan también lo dijo, me toca apoyar al MI6.
Elije en ese momento su lado y yo endurezco la mandíbula en medio de mi familia y los que estén a nuestro lado.
—Entonces atente a las consecuencias de seguir al MI6 porque si se meten en mi camino voy a joderlos a todos ustedes.
—Mantente lejos de los planes del teniente.
—Están en el lugar equivocado y yo quito a lo que me estorba.
—¿Y tú estás en el correcto? ¿Eres el bueno de la historia?
—Aquí no hay lugares correctos, ni personas buenas, sólo lugares estratégicos y personas podridas, malditos como yo, y como todo el mundo está corrompido sólo los más inteligentes sobreviven.
—Entonces tú no tienes muchas esperanzas.
—Tampoco te metas en mi camino porque de ti ya no tendré consideración por absolutamente nada, ya viste mi lado menos jodido y ahora vas a ver el peor, voy a joderle los planes al teniente.
—Ni siquiera lo pienses Alexander— viene a mi lado.
—Se creen muy listos, pero yo soy excelente, lo que ellos hacen en un día yo lo hago en una hora, dame dos horas y son invencible no como esa bola de incompetentes.
El enojo le pega a mí. —Esa es la razón por la que te aborrezco, por tu maldito ego de mierda.
—Nunca te lo oculté. ¿Qué vas a hacer al respecto?
—Si te metes en la misión del teniente, yo misma guio al MI6 a la familia Roe que mucho tiene que ver con la organización.
El enojo me nubla la vista, me pongo frente a ella levantándome en toda mi estatura, pero no baja la cabeza un solo segundo.
—Adelanta Emma Brown, trata de cazar al lobo y ve como termina todo.
La señora Pitt se acerca de nuevo a nosotros, pero antes que nos aborde me largo de ahí
—Emma, ya nos vamos a Brent con el teniente— el agente barato se acerca a ella.
Bennett se van sin Coraline, queda muy poca gente aquí, me subo a mi auto azotando la puerta, mando a Ethan a vigilar a la traidora porque no me voy a andar con juegos con ella va a conocer al lobo.
Manejo como un poseso y voy a sacarme el enojo con Seth y su cuerpo seco de mierda que mantengo encerrado desde que lo saqué de la casa de Logan. Lo utilizo como mi saco de boxeo personalizado, reventándole ambos puños en las costillas en dónde sea.
Gruño golpeándome las sienes y como el maldito hijo de perra que soy, sin sentir arrepentimiento por nada ni nadie sigo hasta que las palabras de Emma dejan mi puta cabeza.
Adam Tail está encadenado con él y aunque también descargo mi rabia sobre su maldita cara que vi todos los días en mi oficina, es el rubio la que se lleva toda mi ira.
Le levanto la cara a Seth descargando mi puño con el tubo de metal como lo hice con Sawyer y oyendo las maldiciones de Adam hasta que se desmaya inconsciente.
—Todos los putos días que estés aquí, te vas a arrepentir de tener ojos para ver la cara del lobo— le advierto a Seth.
Trata de hablar, pero le reviento el tubo y aprovechando para entrenar, hasta que estilo los músculos y termina inconsciente como Adam, me quito el sudor y su maldita sangre del cuerpo.
Varias horas después regreso al Score con Erick para que Jack me de las muestras que voy a llevarme al Caribe, me encierro para beber y paso reventando mis planos, ya no tengo cabeza para nada más que ponerme con mi puto trabajo.
Dos botellas de whiskey no son suficientes para quitarme las jodidas pulsaciones de la cabeza que tanto me ponen de mal humor. Ethan regresa de vigilar a Emma y manda a poner en el edificio dónde vive con el puto agente indigente un zaqueo en cuanto salgan al Caribe.
Voy a dejarles un mensaje bien claro.
La comida que trae Octavian la tiro en la misma charola y luego al suelo mientras me sirvo más whiskey y enciendo un maldito porro de los buenos.
—Te vas mañana de vuelta al Caribe, pero tengo algo para ti— Jack me interrumpe.
—¿Qué coño quieres?
—Como dices la estrategia de Dylan y el teniente es diferente a la del ministro, pensé que debes ir preparado, como tú también vas a entregar las muestras que conseguimos— saca una jeringa vacía y un envase. —Un regalito para Beckham por lo que le hizo a mi madre, se lo inyectas.
Tomo la dosis y pico la punta con mi dedo. No he tenido una de estas en años, desde que aborrecí que Bennett fuera un adicto lo dejé, pero me sigue gustando.
—Soy un Roe, un camaleón, un dios— se sirve de mi whiskey —Hay que concentrarnos también en Sarah y lo que sabe de nosotros y de lo que planea hacer.
—Que el hacker se encargue de mantenerla vigilada día y noche.
—Como desees.
—Alexander— Rebecca entra también.
—La protegida de Maya Roe ha aparecido en nuestros aposentos— Jack saca las llaves de mi Aston Martin del tablero dónde están los ocho pares de mis autos favoritos. —¿Puedo?
—Mientras no sea su preciado Lykan Hypersport creo que puedes tomar lo que quieras.
—Me lo da por lo que le acabo de dar antes que regresen al Caribe, no creas que lo hace de buena gana Rebecca, por cierto, me agradas más que Alesha —se termina el vaso de whiskey.
—No la menciones por respeto a Caterva— le dice ella.
—Como sea. Voy a atropellar al ministro, nos vemos en la noche— dice y se larga.
—Creo que si va a la casa del ministro— Rebecca me trae una nueva botella de whiskey como me gusta.
—Lo dudo, además la vigilancia lo va siguiendo para que no haga más tonterías, ya sabe que es el blanco de Logan y anda como si nada.
—Creo que liberar a su hija lo liberó a él también y que Tyler esté cojo de ahora en adelante es una ventaja para que ya no lo tenga encerrada.
—Ese siempre es el recordatorio para todos los que sirven y no hacen las cosas como yo quiero.
Asiente, ella como todos lo tiene muy claro., me termino la otra botella de whiskey y lo caliente que tiene los pechos me hace levantarme a ella mientras trabaja, la pongo de espaldas en la pared y le chupo la boca.
Tengo que follar, la polla me revienta desde hace días, el puto trabajo me vale un carajo cuando se trata de sacarme las ganas con quién sea. Ya hubiera recorrido a Alesha, me habría preparado todo, la mujer.
—Oficialmente acabas de arruinar mi trabajo— jadea.
—Tráeme a varias mujeres que estén buenas— le digo en el oído —Que me bailen y me saquen la leche de la polla, ¿O la quieres tú? Cualquiera me tendría ganas a mí.
Que sean castañas, que traigan una puta tanga negra y que sepan comerme la polla entera, no que se atraganten como Alesha que no le cabía entera, pero sí como Emma.
Puta vida.
Quiere entregar a mi familia, una buena amenaza, voy a joder a su bando, los voy a joder a todos porque ya me cansaron la paciencia. Me acomodo la verga y voy a servirme más whiskey. Rebecca se reacomoda la ropa.
—Dame las muestras que vas a vender a los daneses, las voy a empacar para irnos cuanto antes— habla como si nada.
—Bennett ya no vendrá, es mejor que sea una misión de una sola persona, sólo Ethan y tu se van conmigo, Ida sigue en el Caribe con mis demás hombres.
—Mientras no tengamos que fingir que nos acostamos como cuando Logan me quería llevar se hará todo lo que quieras— su expresión se pone seria cuando no me río, pero es natural en mí, pocas cosas me hacen reír. —¿Qué te pasa?
—Guarda las muestras que me quiero largar cuanto antes.
—Me llevo el dispositivo también para monitorear a Dmitry y pasarle los datos de siempre a Ethan.
—No. El dispositivo nadie lo toca, sólo yo.
—Como diga señor Roe— se vuelve distante otra vez llevándose las muestras, no ha sido especialmente interesada en mí, pero como todas nadie puede resistirse, aunque con Rebecca sea diferente por la cantidad de años que trabaja para mí.
Me niego a reunirme con Caterva, no tengo cabeza para sus quejas de la muerte del biólogo, sigo enojado desde que hablé con Emma y ni la cuarta botella va a quitarme las malditas pulsaciones.
Veo la jeringa y la dosis que me dejó Jack para Beckham.
Paso de largo a mi habitación que encuentro hecha una mierda con el perro de Bennett sobre mi cama, cerca de una hoja mal doblada con un dibujo que parecen lo garabatos de un manco.
En la parte posterior ponen mi nombre con una letra más legible, en el dibujo hay dos personas y una es más pequeña.
El maldito de Jack sabe que me jode todo esto, salgo enojado al ver mis trajes mordidos y saco al perro con Ethan para que se lo lleve a dónde pertenece, pero si eso no fuera poco en el pasillo, me encuentro con una versión miniatura del perro.
Es el cachorro que traía la mini humana.
Cuanto mentalmente hasta diez antes de meterme a una ducha fría o matar a toda la gente que hay en mi casa.
〘 〙
Emma.
A las dos horas que llegamos a casa Dylan recibe una llamada de parte de la seguridad del ministro y de su jefe, le informan que atropellaron a Richard en Londres.
Cuando las cosas van mal, se ponen peor, no hay indicios de quién lo hizo, pero por las palabras del mismo ministro en la llamada, dice que el sospechoso se dio a la fuga, ya hay gente buscándolo, mientras tanto él está en un hospital privado.
Dylan informa de la condición del ministro, pero no con todos los agentes, solo con unos pocos. La ducha que tomo no me hace querer dormir como pensé, tengo la mente más despierta que ayer.
Veo mi anillo mientras me aplico crema por todo el cuerpo y me pongo un abrigo grueso sobre mi camiseta de pijama, la diferencia de clima aquí y en Caribe va a terminar de enfermarme.
No quería que las cosas terminarán así, al principio me molesté al saber de Katherine hablando con Dylan, pero cuando me habló de su estrategia me pareció útil por más que deteste a la maldita.
Cree que el MI6, le esta dando una protección al declarar, pero hasta yo se que ella no es tan ingenua para creérselo, ahí aplica la segunda parte del plan.
—Después de tantas semanas en el Caribe, se siente bien estar en casa al menos por dos días— Dylan se quita la el chaleco del uniforme azul y la camisa.
Ya estamos en Brent después del memorial del biólogo hermano de Sarah, ella se fue a su casa escoltada con Millie. Después de hablar con Alexander y ver el dolor de Sarah incluido el dolor de Jack, no hay más opciones.
Es cierto que Dylan contactó a Katherine, pero para tenderle una trampa, él tampoco cree que la misión que planteó el ministro vaya a funcionar y tampoco quiere que se sepa lo que se hará con el teniente y Sarah.
Cora y Luke se fueron antes que el memorial terminará y ni siquiera se despidieron de nosotros, van a viajar a visitar a la tía de Cora, no me gusta que los planes sigan en pie, trato de entender que carajo sucede con ella, pero no veo nada y menos ocupada en lo que va a suceder con Beckham,
También la he llamado más de tres desde que llegamos a casa y no responde.
—Habríamos disfrutado más las vacaciones si no hubieran coincidido con la misión de la que no me hablaste.
—Ya habrá más vacaciones— se inclina hasta el sofá atrapando mis labios —En tu siguiente cumpleaños o en el verano.
—Ya no estamos en el Caribe, teníamos una regla de que nos divertiríamos mientras estuviéramos lejos, además no funcionó nuestra corta relación.
—Yo todavía me siento en horario del Caribe, déjame seducirte a mi antojo— se sienta a mi lado y vemos la puerta de su habitación abierta, se ve un sofá rojo de una forma extraña, giro la cabeza y veo lo que es. —¿De qué hablaste con Alexander Roe?
—De Millie— medio jadeo con la caricia en mi cuello de su boca.
—¿Te preguntó algo sobre la misión? O te dijo lo que hará cuando el ministro se vaya.
—Qué sofá tan curioso tienes en tu habitación.
Sigue mi mirada y se levanta para cerrar su puerta rápido, viéndose atrapado de su perversión sexual. Me río en silencio y me levanta para que deje de mirar su puerta. —¿Lo has usado?
Se pone serio. — Sí.
—Creo que te veo con otros ojos camaleón.
Se aguanta la risa. — Ignoremos mis juegos sexuales y vamos a bailar, ya estuvimos abrumados por todo el trabajo y estuviste enferma, además que ya te dije soy un buen bailarín, mis demás bailarinas, me han hecho experto.
—Deja de hablar de tus otras conquistas.
—¿Te ponen celosa? — hace una pausa para poner pasta a coser y pide servicio a domicilio de comida china.
—No, pero joden mi ego de bailarina y mucho.
—Bailas mejor que todas, si eso sirve — me río y baila conmigo mientras la cena llega.
—Ese cumplido es una mierda, trata con otro— dejo que me lleve, apenas me muevo, no tengo ganas de bailar.
—Sabes que hay un baile en la cena del sábado, lo peor es que no vamos a disfrutarlo.
—Será un baile mortal porque si vamos por Beckham no puede acabar de otra forma, mientras regresemos con vida todos estaremos mejor— no dejo de pensar en lo que dijo Alexander del primo de Logan.
—No tienes que ir, Luke ya se quedó con Cora aquí en Brent, no se ha sentido bien desde que bajamos del avión.
—Todo el equipo de Sarah está allá y yo también soy parte.
—Si no puedo detenerte, entonces voy a seducirte.
Bailamos lento perdiendo el tiempo, ninguno de los dos quiere hablar del memorial del hermano de Sarah, no me imagino lo que debe estar sufriendo, le sigo el paso hasta que termina envolviéndome para besarlo, pero no me sabe tan bueno como antes.
—¿Te enseño mi pose favorita en ese sofá? — me dice al oído.
Asiento y me lleva a su habitación en... ese sofá peculiar. Sé para qué se usa y lo peor es que tengo ganas de estrenar el regalo de Cora en este sofá ahora que los veo.
—Inclínate aquí— su voz se escucha grave, me pone en la parte alta y cuando mi trasero se alza, espero por un azote que nunca llega.
Por un momento me dejo llevar por el deseo como en su oficina cuando nos besamos por primera vez, pruebo mi técnica de seducción de Alexander cuando lo hago azotarme, pero con Dylan parece no funcionar. Me levanto para dejarle en claro lo que quiero, pero su celular suena.
Es Sarah, lo que le dice lo deja serio y se pone el uniforme de nuevo. Lo sigo escuchando a medias lo que le dice, pero al parecer ya quiere irse al Caribe otra vez.
Cenamos en silencio y se la pasa haciendo llamadas al teniente. James su amigo que me llama castañita viene casi dos horas de pues e incluso la misma Sarah que se le ve perdida desde la muerte del biólogo.
Dylan la abraza a veces y es con el único con el que se mantiene cómoda, demasiado cerca para ser algo casual.
Por lo que dijo Dylan a Millie se la llevo a casa del teniente para que esté a salvo, tanto como Logan o los Roe no pueden acercársele, ni siquiera alguien normal,, lo peor es que Jack ama a su hija y se la están quitando.
La mirada perdida de Sarah no le impide hacer planes portándose como lo hace el teniente cuando le ordena a Dylan. Hablan del plan en el que está involucrado Katherine y si solo somos nosotros aquí es porque nadie confía en la postura del ministro, aunque nadie lo quiera creer.
Ni me doy cuanta cuando termino dormida en el sofá, pero arrastro los pies a mi habitación hablando finalmente por mensaje con Cora, parece que los otros agentes no duermen porque en la mañana cuando despierto a poner la maleta, ya están desayunando y eso que sólo dormí tres horas.
Mientras nos llevan al avión privado del MI6 y tengo el uniforme azul pienso en lo que dijo Alexander, me desenvuelvo mejor en el mundo publicista, pero quiero ayudar a Sarah en esto, jamás se me va a olvidar la imagen de ella apuntándose a la cabeza por la muerte del biólogo.
Los videos que puso Tyler fueron empeoraron todo, no tenían sonido, pero era claro lo que sucedió. Logan es un maldito.
Miro el anillo en mi mano que ha llamado mucho la atención desde que lo tengo y solo pienso en la mirada de Alexander ayer cuando me pidió que eligiera un bando. Ahora entiendo por qué Jack se negaba a tener elegir, siempre dice que es libre y la muerte del biólogo lo comprobó.
A Alexander lo drogaron después que le disparé y el mismo me mandó a Brent para protegerme, pero no podemos remediar nada más.
—¿Tienes algo? — la caricia en mi barbilla me hace apartar la mirada de mi mano y me recuesto en el hombro de Dylan mirando a la ventana después de negar.
Las cosas de la maleta son muy pocas, sólo nos quedamos hasta el sábado en la noche. Entro a la misma habitación que use hace dos días y aunque está limpia hay una bolsa sobre la cama.
La abro y veo el vestido que ni estaba viendo en la calle, es horrible, solo pensé quién podría usarlo, ni siquiera me gustó porque las flores son demasiado grandes, pero sé quién me vio verlo y pensó que lo quería.
Cada día que pasa, las heridas que creía que cicatrizaron durante mi tiempo en Brent se van abriendo desde que lo vi de nuevo.
—Es complicado a veces ¿Verdad? — Sarah entra a mi habitación sin tocar.
—Siento mucho lo de tu hermano.
Asiente y se sienta a mi lado. —No quería que terminará así, de alguna forma confié en que Tyler cumpliría su palabra y lo sacara de ahí.
—No debiste confiar en ese hombre.
—Lo mismo te digo a ti— se queda mirando a la nada. —Viene porque debemos unir fuerzas Emma, después de la misión debemos hablar con los del MI6, Tanto tú como yo sabemos cosas de los Roe, pero presiento que tu sabes más.
Suenan como las palabras de Dylan. Todos en el memorial vieron que su hija es hija de Jack el primo de Alexander, a puesto que muchos lo sabían, pero su repentino interés en que unamos fuerzas, me tiene alerta.
—Sarah no es el momento, hay que centrarnos en la misión.
—Por ahora no es el momento, pero recuerda, que no hay futuro para muchos aquí, no lo hubo para mi hermano y tampoco para muchos, ni siquiera para nosotros mismos, no vuelvas a confiar en Alexander Roe, esa gente siempre tiene un as bajo la manga, te digo por experiencia.
—Tengo muy claro dónde está mi lugar.
—Eso dije yo y trataron de quitarme a mi hija.
Me quedo pensando en lo que dice y el dueño de las riñas aparece en la hora de la comida.
Alexander vino al caribe, pero no sé con qué intención. ya no viene con el ministro y menos con Bennett, pero viene con su gente Ethan y Rebecca, lo que dicen los demás agentes es que tiene una reunión de negocios y la presencia de Amelia me lo confirma.
Pasa de largo y una de las pocas veces que lo veo durante la comida en el restaurante del hotel, lo veo mirarme, pero me confundo porque lo que mira es a Sarah, la amenaza que hizo de ellos los debe tener alerta y puede que haya puesto a alguien a seguirla.
No se junta con el MI6 hasta que informa traer ordenes del ministro que no puede viajar por su accidente.
Nos lleva a la casa de antes y acompaño a Sarah a reunirse con él. No me deja entrar mientras les da instrucciones. Cuando salen, Sarah va mas enojada que antes maldiciendo, Dylan sale detrás de ella de la misma manera.
—¿Qué sucedió? — voy con él.
—El ministro mandó a Sarah de regreso a Londres.
Confundida regreso a dónde Alexander, pero ni se digna a recibirme y lo manda a través de Rebecca.
—Tengo que hablar con él, son órdenes de Sarah.
—Me temo que no.
—No te metas en mi camino Rebecca.
Sonríe de lado y se hace a un lado. James viene detrás de mí para preguntar lo mismo y entra conmigo a la oficina. Alexander quién me hecha. —¿Qué quieres?
—Saber por qué el ministro retiró a Sarah de la misión.
—Pregúntaselo a ellos.
—Te lo estoy preguntado a ti, que al parecer ya te convertiste en el vocero de Richard.
—Ponte a trabajar Emma Brown— se levanta —A mi no me das ordenes, pero este si es una orden.
Pasa enojado y el amigo de Dylan se guarda su risa. —Aprende a obedecer las ordenes castañita.
Algunos comensales del hotel van llegando y el lugar se llena el viernes por la noche para la cena.
En la salida veo a Dylan entrar a los perros que traen, aunque no se para que, pero los ponen entre sus piernas y los guía adelante vigilando los edificios que limpiamos hace días.
Sarah le recalca a su equipo de primeros auxilios que no se va a ir ni, aunque el ministro lo dijo, nos dice que debemos tener como prioridad a los agentes heridos en caso de haber y se nos pide ser cuidadosos.
La mitad iremos al restaurante como simples clientes y la otra mitad irán a los edificios. Nadie habla de la estrategia que tiene esos tres, lo peor de todo es cuando el sábado en la mañana el teniente llega y me preocupo por la seguridad de Millie.
Alexander en representación del ministro manda a hacer una última revisión a los edificios y me manda con el equipo más pesado, la ola de calor la soporto, pero la parte peor es que el líder es James y me pone a trabajar más que a todos.
Llego al hotel agotada y cuando veo a Alexander se sigue derecho con Amelia, no tengo ganas de subir los pisos y me quedo dormida en lobby, pero soy despertada por James con una orden directa de Alexander para seguir trabajando.
Al final termino muerta, que voy a buscar trabajo de mesera antes de seguir en el MI6.
A Alexander no lo vuelvo a ver en el hotel ni en mi habitación. Dylan me lleva a la playa al medio día para refrescarme del trabajo, pero ni logra relajarse porque Sarah lo tiene en el trabajo de vuelta en menos de diez minutos.
Me acuesto en una de las tumbonas bajo el sol y hablo con Cora para saber que está mejor, dice que Maya la ha estado revisando en su consultorio, insiste que Dylan regrese vivo, como en cada misión que tiene y cuando le aseguro que todo estarla planeado termina colgándome la llamada.
En la noche me preparo como lo haría para una cena normal con nervios, con un vestido de noche y con Dylan en mi puerta dándome unas flores que no podré llevar a casa.
—Todo está listo y está es mi ultima advertencia para que te quedes y no vayas.
Me palmo mi daga en la parte inferior del muslo, se supone que nosotros no debemos ir armados, pero hay que prevenir.
—Y está es la ultima vez que te digo que no.
—Entonces nos vamos.
En el lugar nos asignan una mesa muy adentro, veo a Sarah en la mesa continua y a James en una muy alejada, en nuestra mesa se sientan diferentes personas y cuando veo a Alexander entrar al mismo lugar lo sigo con la mirada, mi desgracia se alza cuando se sienta en la mesa contraria de Sarah a nuestra derecha.
Amelia también con él. Como cualquier reunión de negocios viene en traje a pesar del clima de la ciudad y se mantiene serio mientras dos hombres de rasgos daneses llegan a la entrada del lugar, de lejos veo a Ethan y a Ida cada uno en una entrada y a la misma Rebecca en otra mesa.
—Buenas noches señor Roe ¿A qué debemos su visita? — Dylan le habla.
—Agente Gray, no puedo perderme la vista a primera fila de su misión fallida y menos cuando planeo hacer negocios para unos buenos hoteles en el Caribe, no se sienta tan importante de que esté aquí.
—No tome todo como agresión, puso a Emma a trabajar demás hoy.
Alexander nos mira a ambos. —Se nota su poco entrenamiento señorita Brown.
—Soy publicista— le recuerdo enojada.
—Era— me corrige como un maldito, prometió mostrarme su peor faceta y lo está haciendo. —Discúlpeme, estoy por recibir a mis socios, ya no quiero hablar con la servidumbre que cuida al ministro, les deseo éxito en la misión— se gira para recibir a los dos hombres a su mesa, aunque estoy seguro que viene a arruinar los planes del teniente y Sarah.
—Ese hombre tendrá otra auditoria cuando regresemos a Londres, está aquí por la misión aprovechándose de la autoridad que le dio el ministro.
—Has lo que quieras con él, no me importa— miro por el restaurante mientras el mesero nos trae la carta.
Alexander habla tan bajo que casi no se le escucha, pero cuando Dylan dice algo se oye un pequeño bufido en la otra mesa, cuando miro, él está hablando con sus socios y con Amelia.
—¿Nerviosa? — Dylan me ve recorrer todo el lugar. —Deja de mirar así o serás sospechosa.
—No veo a Beckham.
—Calma los nervios, ya aparecerá— me acaricia la barbilla y veo a Alexander alzar la mirada desde su lugar.
Dylan lo mira y me alza la barbilla, sus labios saben al vino que ha estado bebiendo mientras esperamos. Su lengua entra por la mía y jadeo por instinto.
Parece como si mi anillo cosquilleara en mi dedo porque cuando me aparto Alexander tiene la mandíbula apretada y nos taladra con los ojos verdes, trato de quitarme de nuevo el maldito anillo, no se ni por qué lo traigo todavía, pero no sale de mi dedo.
Alexander ve lo que trato de hacer y saca su celular de su saco, lo pene sobre la mesa a mi lado mientras Dylan me sirve vino que no es de mi cosecha favorita y tomo un sorbo para ver que hace Alexander.
El vino sale por mi nariz y mi garganta se atasca con mi tos cuando veo perfectamente el fondo de pantalla en el celular ya no estrellado de Alexander.
—Amor contrólalo— Dylan me da palmadas en la espalda mientras Sarah me ofrece unas servilletas para limpiar el desastre.
Todo fuerte para poder respirar y parece que vacío los restos de los besos. —¿Qué carajo? — digo a medias quitando la mano que da golpecitos a mi espalda.
Es la foto de mi coño.
Estoy abierta de piernas para él, es la misma que le mandé cuando lo confundí con Dylan.
Se mantiene serio viendo que me recupero del vino y pone apropósito su celular más cerca de nuestra mesa, tira un cubierto al suelo con toda la intensión de que volteemos y veamos mi foto.
Tiro mis cubiertos también y al alzarlos le quito el celular de la mesa, aunque estira la mano no alcanza a quitármelo. Me lo guardo en el bolso y lo miro con ganas de matarlo ahí mismo.
Su media sonrisa son problemas cuando se levanta elegante y camina a nuestras mesas los tres pasos que nos dividen.
—Mi teléfono señorita Brown— me extiende la mano evidenciándome delante de todos en mi mesa.
—¿Disculpe?
—¿Cómo? — Dylan se levanta de la mesa.
—Acaba de tomar mi celular de mi mesa, si quiere un modelo igual, búsquelo en internet, seguro cuesta unos pocos miles que no le alcanzaran con su sueldo.
—Si viene a causar problemas retírese— Dylan se pone en su papel de agente.
—No tengo tu celular— me pongo de su lado.
—Y el que está dentro del bol...
Me levanto interrumpiéndolo. —Voy al tocador a limpiarme el vino.
Paso de ambos y en el baño busco quitar esa foto, pero claro que tiene huella de desbloqueo.
La puerta se abre y por el espejo veo a Alexander entrar al baño de mujeres me meto el celular en el escote.
—¿Estás dañado para estar aquí?
—No te andes con juegos, dame el celular, que estoy en medio de algo importante— se ve enojado.
—Algo importante es tener mi coño a la vista de todos— le reclamo.
—No tengo tiempo para tus juegos infantiles— me quita la bolsa y lo rebusca, pero no está ahí. —Tengo a los daneses esperándome, les tengo que dar una configuración que solo está en mi celular.
La manga del saco se le alza cuando va a atraparme y se le ve un tubo metido entre los gemelos de la camisa.
Me agarro al mármol. —Borra la foto o no te lo doy.
—Dame el celular o te azoto— contraataca enojado.
—No hay trato.
—Te dije que estoy en algo importante.
—Te dije que no lo tengo.
—Entonces te atienes a las consecuencias de que te manosee como el pervertido que soy.
—Ya me voy— levanto mi bolso sin escucharlo y cuando voy a pasar a su lado, me atrapa y me rebusca por el cuerpo buscando el maldito celular, encuentra mi daga en mi pierna, pero el manoseo lo lleva a mis pechos.
Forcejeamos con mucha fuerza hasta le rompo un botón de la camisa. Mete la mano palpando el celular, pero en lugar de atraparlo toma uno de mis pechos debajo de mi sostén y lo amasa, mientras me pega a él.
—Te lo advertí.
—Pervertido— me jalo y baja las tiras de mi vestido liberando mis pechos.
Su mirada se queda atascada en ellos y los palma enojado hasta que su celular se cae al piso. Me trago mis gemidos, pero cuando gruñe y me inclina en el mármol alzando la parte trasera jadeo.
El primer azote me deja con ganas de más y el siguiente me arranca un gemido. No sigue porque me deja en el baño y se va sin llevarse el celular. Lo recojo y lo meto en mi escote de nuevo.
Me limpio el vino, la humedad de mis bragas me roza el sexo y cuando salgo esta en su mesa más enojado que antes. Dylan pide la carta y a lo lejos le dan la señal de que Beckham está ahí.
La gente bailando no nota ni a Katherine ni a Beckham, por el rabillo del ojo veo a Alexander darle un maletín a los hombres con loa que viene y también mira a Katherine.
Dylan recibe el mensaje de la morena, diciendo que nos ayudará, la emboscada comienza cuando dan la orden, Alexander no se va, el primero en salir del restaurante es un calvo con Katherine, Sarah lo manda a seguir, pero pronto pierden la comunicación.
—Otra emboscada, Katherine nos jugó chueco como habíamos previsto— dice Dylan y se arma un caos en el restaurante.
Ya no veo a Alexander cuando Beckham abre fuego directamente a Dylan y Sarah, le plan que tenía el ministro se desmorona en un instante.
Trato de ayudar a las personas a que salgan, pero se levantan muchos muertos, eso no estaba previsto en la estrategia del teniente.
Corro por la salida trasera para auxiliar a los agentes, pero la salida está bloqueada.
—Vamos, es hora de nuestra propia estrategia, Sarah va a ir directamente por Katherine— Dylan me lleva por la otra salida,
Auxilio a un par de agentes que son heridos, el equipo se dispersa y van a los edificios, pero nosotros no podemos salir del lugar. James es uno de los heridos que ni porque le ayudo con la herida deja de molestarme.
La gentes sigue muriendo los disparos se intensifican, ya no hay salida de aquí. Busco a Dylan por todos lados, pero no lo veo, no es posible que me haya dejado aquí.
—Ahora estás a tu suerte castañita— James se levanta y efectivamente me deja a mi suerte, lo peor es que no tengo un arma porque fue la misma Sarah que nos pidió no ir armados.
Un hombre muere a mi lado, me tenso y busco un refugio, no hay dónde ir, la misión fracaso y fui abandonada, pienso en que puedo hacer y solo hay una cosa que no me deja la mente, algo que me dijeron para sobrevivir y ser encontrada.
〘 〙
Alexander.
Las muestras de los daneses quedan entregadas y peor con la emboscada de Beckham, escoltamos a los daneses hasta su auto, los disparos dentro del restaurante son como música en mis oídos.
Rebecca se lleva antes a Amelia lejos de la masacre que se arma para ponerla a salvo.
—El lobo está aquí.
Unos kray tratan de seguir la camioneta de los daneses, pero los despistamos lejos de ellos, la misión fue una porquería, se lo advertí a Richard, hay más de cincuenta muertes al azar aquí, ni las autoridades estatales van a poder parar la masacre.
Mató a tres kray pasando directo a Beckham, preparo la inyección en mi mano antes que me tumben al suelo y en un cuerpo a cuerpo mato al que me tumbó. Ethan sigue a los daneses e Ida hace la ronda en el restaurante.
Veo al agente barato salir del restaurante solo dejando la masacre detrás para subirse a uno de los todo terreno azules. —¿Qué hace el lobo aquí? — Beckham se me viene encima, las costillas me las revienta, pero soy más robusto.
—Dándole un mensaje al Logan— La jeringa se la clavo en el cuello a Beckham con una sonrisa, pero no tengo planes de ir contra él o Katherine hoy. —Suerte con el MI6.
Sarah pasa siguiendo directamente a Katherine y los van a guiar a los edificios que limpiaron. Beckham los sigue. Si no fuera por el maldito de Jack que atropello al ministro ya me hubiera largado desde antes.
—Nos vamos— nuestro trabajo aquí ya termino.
Sigue la masacre en le restaurante, no se irán sin dejar a nadie vivo. Busco a Emma entre los agentes y la sangre me hierbe al darme cuenta que el maldito agente la dejó dentro del restaurante.
Saco el otro dispositivo y busco en la configuración que hizo el hacker para no errar que se haya ido con Sarah y veo su ubicación en el restaurante.
—¡Emma sigue dentro! — le digo a Ethan mientras cargo mi arma y voy por el puto agente que se va en el todo terreno antes que llegue.
Como no lo alcanzo le reviento la cabeza a uno que trae una herida en el brazo, su amigo me dice que la dejó dentro.
—El MI6 trata de proteger a todos sus agentes no a abandonarlos hijo de perra.
Le disparo en las piernas para que vea lo que es no poder huir y entro en el restaurante infestado de Krays. Ethan la busca y yo me mato a Krays a partes iguales buscándola entre los cadáveres del suelo.
No está por ningún lado, hay sangre por todo el lado, la policía local lucha afuera y ella no está, ya no quedan vivos aquí.
—¡Emma! — grito enojado maldiciendo a Richard y a todo el MI6. —¡Emma!
Pateo mesas lejos y las sillas rotas de las balas. De un puto rincón sale entre la masacre cuando me escucha gritarle. Escíndete en un rincón. A mi siempre me respondes cuando te llamo.
—¡Aquí estoy! — responde y sale sucia de los muertos.
Hay otros tres agentes que salen también y ayudan a mis hombres a cargarse a los kray que saquean.
Remato con dos balazos al kray que está a mis pies y voy donde ella.
—Esos putos imbéciles, los dejaron aquí— veo que no tiene heridas de bala, pero si tiene magulladuras, nada grave.
—No fui a la única que dejaron a su suerte, no pude salir, el maldito de James, me dejo a mi suerte— jadea pateando lejos el cuerpo de un kray enojada —No podemos venir armados por ordenes de Sarah.
Nos miran los otros agentes, han visto la forma en la que la puse trabajar y todas las órdenes. —Mis hombres los van a escoltar fuera por órdenes del ministro— le informo.
Me mira en silencio y asiente. —Gracias Alexander— va a dónde sus hombres igual de distante que yo, ni la premisa del baño nos bajó la rabia que sentimos el uno por el otro.
Hay tanta mierda sucediendo y aun así voy siguiéndola de nuevo porque todas las putas botellas de whiskey no cambian nada.
—Emma.
Me mira en silencio. —No lo hagas, ya hablamos en Londres— se niega—Nos escoltaran a fuera y nos iremos a la unidad de Sarah para que...
—Ajá— la atraigo a mí y la beso mientras nos arrastramos detrás de una de las mesas para cubrirnos del tiroteo.
—Estamos en medio de la misión— jadea poniéndose de rodillas y pegándose a mi boca con ganas, le amaso los pechos frotando sus glúteos con mi polla, que me palpita, desde que se la iba a meter en el baño.
—Que se vayan todos a la mierda, ya me tienen harta y quiero a mi mujer conmigo de vuelta.
No la dejo hablar porque mi lengua entra a su boca con ganas de abrirle las piernas y clavarle mi verga ahorita mismo. Los otros agentes la ven, pero no dejo que de besar a mi mujer, al que tenga se la quito, a cualquier puto imbécil.
Ya no me aguanto los celos de clavarle un puto tiro en la cabeza al agente barato de haber tocado lo que es mío.
—Emma nos vamos, Sarah debe estar esperándonos en los edificios— uno de ellos se acerca y le disparo en la pierna para que deje de joderme.
Emma jadea en bocanadas, sin despegarse de mi boca, no la dejo, la tengo de agarrada de la nuca.
—Coño nena— la sigo besando.
Le palpo las bragas mojadas, si me la voy a follar aquí, ya no aguanto las ganas que le traigo. La polla le he traído dura desde hace días. Le hago a un lado las bragas y le meto los dedos mientras trata de ponerse a horcajadas sobre mí.
Me levanto con ella y la apoyo en una mesa abriéndole las piernas. Miro a un lado a los agentes que nos mira y los celos de que vean lo que es mío me nublan la vista.
—Al que mire a mi mujer le vuelo la cabeza imbéciles— les advierto.
Le bajo el vestido y la pongo a caminar a la salida conmigo.
—¿Cómo me encontraste?
—Tienes mi celular todavía, seguí el GPS de rastreo que tiene— nos levantó mientras mis hombres nos cubren. —Ya te tengo conmigo, que se vayan a la mierda todos, si su misión sale bien o mal me importa una mierda.
La saco de la mano cubriéndonos de kray, hay muchos, están tomando el lugar. Nos informan que hirieron a Dylan y trata de ir con la unidad de Sarah reventándome la cabeza de celos de nuevo.
—No vas que ese imbécil se muera— la subo a fuerza en la camioneta y Ethan se pone al volante.
En el camino al hotel no me habla, sólo saca mi celular de sus tetas y me lo da.
—Voy a ir por Dylan— me advierte cuando llegamos. —La unidad de Sarah no sabe su ubicación, pero yo sí.
La sigo hasta su habitación y azoto la puerta enojado. —Si vas, lo remato Emma, no me toques los cojones— me pongo dominante, ya no reprimo mis celos ni mi posesividad —Ya te toco todo lo que quiso y le voy a arrancar las manos en cuanto lo vea, me contuve milagrosamente, pero se acabó.
Su pecho sube brusco mirando como me acerco. Ya me cansé de perder el tiempo y ya le estoy abriendo las piernas. La parte delantera del vestido se la rompo sacando las tetas que son mías y se las como como un maldito poseso pasando mi lengua por las areolas erectas.
Sus gemidos, son la motivación de mi falo para pegarse a su vientre. Sus manos ansiosas van a mi erección y la masajea subiéndome la cabeza a su boca, la muerdo y me muerde, son ganas de follar duro, son ganas de tantos meses en abstinencia.
Le quito el vestido y la giro sobre el diván, mostrándome el culo que le voy a rellenar también. Bajo sus bragas dándole el primer azote que desencadena varios.
Entierra su cara en mi brazo y gime descontrolada alzando el culo alzado para su dueño, ya nos importa la misión, ni el MI6, el coño mojado baña mis dedos de sus fluidos y saco mi falo duro pincelando su sexo para llenarle el coño.
Nos desnudo hasta que lo único que queda sobre nosotros es su anillo y mi collar. Besa mis bíceps y los repasa con su legua gustosa. Su otra mano baja por mi abdomen saboreando mi buen cuerpo.
La abro las piernas mientras me besa desesperada con las ganas que nos consumen. Nos dejamos ir en nuestro deseo y nuestro pecado cuando le penetro entera, somos nuestra tentación y vamos a arder juntos en el infierno.
—¡Ay Alexander! — arquea la espalda dando rienda suelta a las penetraciones de mi miembro.
Las venas de mi polla se expanden con el coño apretado que se cierra sobre ellas, mis bolas cargadas se golpean en su entrepierna, frotando la parte trasera de su vagina.
Me rodeo la cintura con su pierna y nos alzo a la pared, sus tetas son mi perdición, no les quito la boca de encima ni porque se ponen rojas con mis mordidas, las chupo y muerdo los pezones comiendo el manjar, amamantándome solo.
Tampoco reprimo la fuerza de mis penetraciones, su coño está caliente y mojado y me recibe profundo. No le cesan los gemidos de gusto y mientras más nos calentamos más me clava las uñas en los glúteos para que no se la saque.
Recojo su humedad con mis dedos y le froto el clítoris con el pulgar, recojo más jugos y se los doy a comer. Nos miramos mientras se atraganta con mis dedos en nuestra perversidad.
El sudor en mi espalda no me deja despegarme de ella, el falo sale mojado y vuelve al calor, la intensidad de lamerla y chuparla y marcarla como mía van en aumento, así como la leche en mis bolas.
Sabe que el coño que mi verga está llenando es mío y que nadie más puede llenarlo si no soy yo.
—Así... cariño— gime con la boca completamente abierta mientras su espalda se azota con la pared.
Gruño escuchándola y comienzo a embestirla. Me jala las puntas del cabello mientras se amasa un pecho y se corre sobre mí. Yo no paro y ella se vuelve más loca de placer con las penetraciones que no termino.
La habitación está llena de mis maldiciones obscenas y sus gritos pidiéndolo más fuerte. Cuando me corro no dejo de penetrarla, la coloco sobre el diván y le meto las manos en una amarradura que hago con mi cinturón.
—Te me sacas de la cabeza de una puta vez que vas a tener otro hombre que no sea yo besándote— aprieto sus manos más enojado que antes. —Voy a reventarle la polla a cualquiera que le ponga los ojos encima a mi mujer.
La agarro por detrás y la jalo a mi merced levantando sus nalgas a mi polla. Así atrapada miramos el Caribe por la ventana. Le separo los glúteos viendo mi semen resbalarse por sus piernas de lo llena que está.
Sonrío como el hijo de puta que soy y me meto en su coño azotando mi glande con ella otra vez.
Se queda afónica gimiendo tal alto que seguro los de las otras habitaciones nos escuchan a la perfección, yo no paro de gruñir, me agarro a sus brazos amarrados y la jalo a mí para que reciba mi verga como debe.
Tiene unas nalgas redondas y exquisitas que no dejo de azotar y magrear cada que no estoy con sus tetas.
La piel dónde se azotan nuestros cuerpos se pone roja. La sonrisa excitada que veo por el cristal pone una igual en mi puta cara a pesar de mis celos y mi enojo. Mis manos se resbalan en su espalda por el sudor cuando le agarro un puñado de cabello y la embisto como quiero.
Cuando la lleno de nuevo las piernas le fallan y terminamos en la cama sin estar saciados. Sus mejillas rojas, no pierden el color porque yo no me desprendo de sus tetas.
—Estoy muy llena cariño— se pasa la mano por el coño recogiendo mi semen y comiéndoselo.
—Te voy a llenar más— su mano se apretuja contra mi glande y ni le presto atención a Ethan que viene a joder en la puerta, de aquí no vamos a salir ni por la muerte del mismo ministro.
Trata de montarme, pero no la dejo ni porque trata de hacerlo dos veces más.
Baja por mi pecho besando y se queda con la boca en mi polla lamiendo desde el glande a la base y acariciando mis bolas, Antes de vaciarme en su garganta, la pongo de rodillas hundiéndome de nuevo en ella aferrado a sus tetas.
—¡Mmm! ¡Alexander! — mete la mano en mi cabello echando el cuerpo hacia atrás para recibirme.
—Ya sé nena— jadeo —Estamos follando con tantas ganas que aquí vamos a terminar haciendo a nuestro primer hijo.
—¡Sí! — echa la cabeza atrás sobre mi pecho,
No me importan las horas follemos, pero terminamos tumbados en la cama después de su squirt, la sabana sigue mojada y ella jadeando sobre mi pecho, el anillo me raspa en el abdomen.
La beso con ganas, los labios ya los trae hinchados y sigue sin parar. Como ya está adormecida y completamente saciada va a su posición de siempre escondiendo la cara en mi cuello.
Me duermo con su cuerpo sobre el mío, al poco rato, a tientas subo su cuerpo sobre mí y busco mi lugar entre sus tetas después de besar ambos pezones, no nos quedan muchas horas de sueño porque dejamos de follar en la madrugada.
Disfruto el cuerpo de mi mujer desnudo sobre el mío, las pocas horas que duermo, cuando el dispositivo de siempre suena, mi primer instinto es abrir de piernas a Emma, beso las tetas que están en mi cara y cuando voy a cumplir mi acomedido mis manos no se pueden mover.
—¿Qué coño? — abro los ojos y veo mis putas manos amarradas con mi propio cinturón como amarré a Emma antes en esta misma cama.
Emma está sobre mí desnuda con las tetas al aire distrayéndome de que estoy amarrado.
—Quítame esto Emma— le digo enojado pasando mi mirada pervertida sobre ella.
—No Alexander, voy a montarte— dice la muy descarada con una sonrisa.
¡Hola sexys!
Bienvenidos a la era de Karlalove.
¡los amo tres millones!
-Karla
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