Educador había arrinconado a un grupo de alumnos en una esquina del patio, entre los que se hallaba Nino. Se fijó en los cascos de música que el muchacho llevaba siempre.

- Oír música en clase está prohibido, ¡castigado! – exclamó con ira.

En ese momento Chatnoir desvió la hoja con su bastón.

- Prefiero otros métodos de enseñanza a los castigos – desafió a Educador.

- Responder de forma insolente al director está prohibido…

- ¿Director Damocles?

- Ya no, ahora soy Educador, ¡castigado, castigado, castigado!

Repetía mientras le lanzaba una hoja tras otra a Chatnoir muy rápidamente y éste las esquivaba o desviaba como podía con su bastón. Pero cuando parecía que alguna terminaría alcanzándole, el trompo de Queen Bee y el yoyo de Ladybug las desviaron, y ellas se pusieron al lado de Chatnoir mientras Reena rouge ayudaba a esconderse a Nino y a los demás estudiantes.

- Creo que el akuma estará en esa horrible corbata que lleva – sugirió Queen Bee

- Yo apuesto más bien a que estará en esas hojas que lanza para petrificar a la gente – indico Ladybug

- Tráeme sus miraculous, y así podrás poner orden y disciplina como tú deseas - la voz de Hawk Moth sonó en la cabeza de Educador

- Voy a enseñarles a todos que aun puedo mantener la disciplina y hacerme cargo de los jóvenes - exclamo Educador mientras salía volando del instituto y se dirigía hacia el centro de la ciudad.

- Hay que detenerle, o petrificará a todos los estudiantes de París – se preocupó Reena rouge.

Todos estuvieron de acuerdo con ella y salieron en su persecución.
Mientras, Educador había llegado al Arco del Triunfo y se dispuso a atacar a un grupo de alumnos extranjeros que con su profesor visitaban la ciudad.

Ladybug y sus compañeros llegaron en el momento en que hacía cundir el pánico en la gente que huía en todas direcciones.

Inútilmente intentaron reducirle, era muy rápido para ellos y lanzaba sus hojas petrificadoras en todas direcciones. En más de una ocasión estuvo a punto de petrificar a Reena rouge o a Chatnoir, si sus compañeras no hubieran desviado el ataque con sus armas.

- Hay que conseguir que suelte ese bolígrafo que lleva y con el que escribe en las hojas, ¡así no podrá atacar! – indico Chatnoir a sus compañeras.

- Usaremos nuestros poderes…. ¡LUCKY CHARM!

Gracias a su Lucky Charm apareció un vestido rojo. Todos miraron a Ladybug muy confundidos porque no entendían cómo eso podía ayudarles a derrotar a Educador. Pero Ladybug miro un momento a su alrededor y supo exactamente qué debía hacerse.

Con su poder de transformación, Reena rouge era capaz de transformar el objeto que tocase en lo que desease, así que invocando su poder tocó un banco cercano y lo transformó en una chica.

Rápidamente le pusieron el vestido y la escondieron detrás de unos arbustos de modo que no se la viera completamente.

- ¡Eh, Educador! – le llamo Ladybug – Aquí hay una estudiante que tiene algo que decirte…

Educador no vio que era una figura falsa, sino a una chica que le hacía burla poniendo gestos con la cara y las manos. Eso le puso muy furioso, de tal forma que se lanzó a por ella.

- Castigaré a los alumnos irrespetuosos… -gritaba - ¡castigada!

Queen Bee lanzó su trompo en el momento que Educador desviaba la vista para escribir en las hojas y le arrebató de las manos el bolígrafo que salió despedido hacia un lado, mientras Chatnoir saltaba contra él e invocando su Cataclysm tocó las hojas que se deshicieron en polvo. De estas salió el akuma que se hallaba oculto en ellas.

Ladybug se apresuró a capturarlo y una vez purificado con su poder devolvió todo a la normalidad y el director Damocles a su verdadera apariencia.

- ¡Bien hecho! – se felicitaron todos, chocando las palmas.

A una prudente distancia, el Maestro Fu observaba la escena junto a su kwami.

- Ya falta poco para la batalla final… - comento Wayzz

- Lo sé, y ellos ya están preparados para ello – le respondio el maestro

- Pero si se juntan todos los miraculous a la vez… sucederá el Desastre – la voz de Wayzz
era de preocupación

- Aún falta un miraculous por activarse, y Ella prometió que lo ocultaría bien para que nadie lo encontrase.