La aparición de alguien no invitado
Negras nubes cubrían ya el cielo de París, y la lluvia empezaba a caer obligando a quienes andaban por la calle a buscar un lugar donde refugiarse. Una silueta avanzaba con paso decidido mientras abría un enorme paraguas negro para protegerse del mal tiempo.
- Ha empezado – le dijo al pequeño ser que junto a él revoleteaba nervioso – El último miracoulus ha debido despertar.
Mientras, la fiesta en casa de los Agrestes era todo un éxito. Todos los invitados estaban disfrutando de una maravillosa velada.
- En el comedor se ha dispuesto un buffet con varios aperitivos y dulces – les comento Adrián a sus amigos – podemos acercarnos.
Tanto Alya como Marinette, Nino y Sabrina estuvieron de acuerdo y mientras se dirigían al comedor, Chloé aprovecho para cogerse del brazo de Adrián.
- Y luego habrá un baile, supongo… - le pregunto a Adrián, con tono coqueto a la vez que con los ojos dejaba clara sus intenciones.
- Pues… no estoy seguro – intento responder el muchacho que se sentía siempre avergonzado cuando Chloé era tan expresiva con sus pensamientos – no me fije en ese detalle cuando se organizaba la fiesta, como no bailo…
Marinette se entristeció con ese comentario porque uno de sus sueños para con esa noche era poder bailar con Adrián, pero si a él no le gustaba nunca podría cumplirlo. Alya se dio cuenta e intento animarla sin palabras. En ese momento pasaban al lado del tío de Adrián.
- ¡Hola Adrián! – le saludo calurosamente - ¿Tú y tus amigos lo estáis pasando bien?
Todos respondieron que si y le dieron las gracias por invitarles.
- ¡Estupendo! No entiendo cómo Gabriel no hace esto de vez en cuando, de acuerdo que las circunstancias son… dolorosas, pero uno no puede vivir encerrado en un capullo, ¡hay que abrirse al mundo! Bueno, ahora yo estoy aquí y no habrá tiempo de aburrirse… Pero veo que mi hermano ha huido de nosotros, tendré que ir a buscarle y molestarle un poco jeje. ¡Hasta luego muchachos!
- Definitivamente no pueden ser hermanos – comento Nino cuando le vieron alejarse entre la gente y ellos llegaron al comedor.
Sabrina se detuvo en seco porque por un momento había sentido como si alguien la hubiese llamado, desde la habitación próxima.
- Sabrina, ¿estás bien? Sabrina… - pregunto Marinette a su amiga al ver que la expresión de ésta de repente había cambiado a sorpresa y miraba con los ojos vacíos a un punto.
- ¿Eh? Si, si… no me pasa nada, voy a ir un momento al lavabo. Ahora os alcanzo.
Marinette se quedó algo preocupada, pero no tuvo tiempo de intentar ir con ella para asegurarse de que todo estaba bien porque Penny, la agente de Jagged Stone la alcanzo y la pidió que se hiciera unas fotos junto a él al haber sido la diseñadora de su último cd de música. Marinette acepto y les dijo a los demás que les alcanzaría después.
Chloé no se mostró muy simpática por esa distinción que le daban a Marinette y para hacerse la importante ella también dijo que debía ir a hacerse las correspondientes fotos con su padre, el Alcalde para todos los medios de comunicación de la ciudad.
- Mucho buffet, pero seguro que no hay camembert – protestó Plagg asomándose un poco desde un bolsillo de la chaqueta de Adrián.
- Plagg, escóndete – se asustó Adrián, pero nadie se había fijado en Plagg.
- Estoy medio muerto de hambre – lloriqueo el kwami – necesito comeeer…
Nino miro extrañado a su colega, ¿hablaba con sus bolsillos? Adrián se disculpó un momento diciendo que había olvidado una cosa en su habitación, quedándose de esta forma Nino y Alya solos. Aunque tampoco pareció importarles demasiado a los dos.
Sabrina mientras tanto había salido del baño y se recriminaba el haber montado esa escena delante de sus amigos. Menuda tontería creer que una voz fantasma la llamaba… En eso vio que alguien con actitud sospechosa entraba en una de las habitaciones de la casa que debían hallarse cerradas para los invitados.
Como digna hija de un policía la situación le pareció un marco perfecto para un robo y se acercó a investigar. La puerta era del estudio del señor Agreste y estaba entreabierta. Se acercó y pudo oír al ladrón y a su cómplice hablando. Eso la sorprendió porque ella solo había visto entrar a una persona. Se fijó que en una pared había una caja fuerte abierta.
- ¿Usted cree maestro Fu que ellos saben qué es este objeto?
- No lo sé Wayzz, pero míralo brillar, ha elegido a su nuevo portador y debe hallarse en esta casa
- ¡Alto ladrón! – exclamó Sabrina al entrar en la habitación. No pensó que podría ser muy peligroso lo que estaba haciendo, o que podían ir armados, que lo mejor hubiera sido llamar a su padre, sólo sintió que debía entrar –devuelva lo que haya robado…
En el estudio solo había un anciano de aspecto oriental con una camisa hawaiana. Del cómplice no había ni rastro, no era posible que se hubiera escapado, no le había dado tiempo. El anciano llevaba una caja pequeña y elegantemente ornamentada en las manos, y de ella salía una luz azul que se hizo más fuerte conforme ella se acercaba.
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