Fiesta en casa de Adrián


En su guarida secreta, Hawk Moth se hallaba furioso tras su última derrota ya que una vez más había fracasado en su deseo de obtener los miraculous de Ladybug y Chatnoir.

- Malditos héroes – gritaba - ¡Malditos por siempre! Quiero vuestros miraculous, ansío tenerlos en mis manos… mi deseo debe verse realizado…

Una siniestra sonrisa se dibujó en su rostro en ese momento. Una idea había acudido a su mente.

- Nunca he hecho nada parecido, y quizás la situación sea más de lo que puedo controlar… - meditó un momento – Pero si consigo ver aplastados a Ladybug y a sus compañeros merecerá la pena.

Mientras en su casa, Marinette le daba los últimos retoques a unos vestidos que se hallaban colocados en unos maniquíes y Tikki la observaba con expresión de orgullo.

- ¡Han quedado increíbles Marinette! – la alabo el kwami

- Muchas gracias Tikki, espero que a Alya le guste el suyo – dudo la muchacha

- Estoy segura de que así será, has sido muy amable ofreciéndote a hacerle un vestido para esta noche.

- ¿Te lo puedes creer Tikki? – las voz de Marinette se convirtió en una explosión de felicidad- ¡Adrián nos ha invitado a una fiesta en su casa! No sólo podré estar con grandes diseñadores de moda, sino que estaré con él… Incluso puede que bailemos juntos.

- Entonces te tropezaras y caerás encima de alguien – bromeó Tikki mientras la imitaba.

- ¡Marinette, ha llegado Alya! – se oyó la voz de su madre desde el piso de abajo.

- Ja, ja muy graciosa – regaño Marinette a su kwami – Ahora escóndete mientras Alya este aquí.

Esa noche, la mansión Agreste era un lugar desconocido. Las puertas estaban abiertas de par en par y la prensa aguardaba para poder conseguir una instantánea de las grandes celebridades que iban llegando.

El hall de la entrada estaba lleno de gente elegantemente vestida y de camareros que de forma armoniosa se movían entre ellos sirviendo copas y entremeses.

Alya y Marinette avanzaban maravilladas por lo que las rodeaba.

- Cuantas personas han venido… - comento Marinette – Aquel es un fotógrafo mundialmente famoso y le acompaña una actriz de cine.

- Allí esta Jagged Stone, también ha venido – comento Alya

- Que bien, habéis venido – oyeron a su espalda, y al girarse vieron que era Adrián quien había hablado.

La expresión de alegría que comenzaba a dibujarse en la cara de Marinette al tener delante de ella a Adrián se borró rápidamente al ver que él traía de acompañante a Chloé.

Mira quien ha venido – comento Chloé de forma irónica – las cenicientas de París.

- Y tú por supuesto no podías perderte esta fiesta – le hizo frente Alya.

- Mi papi es el Alcalde, ¿te acuerdas? - presumió a su vez ella – Hubiera sido una desconsideración no invitarnos.

- Ah, ¿también vosotras habéis venido? - interrumpió una voz masculina.

Era Nino, y a su lado una tímida Sabrina les saludaba.

- ¡Sabrina! ¿tú también? – se sorprendió Marinette

- El Alcalde Bourgeois le pidió a mi padre que fuera su escolta. Y con permiso del señor Agreste me ha traído.

Explico Sabrina mientras miraba en dirección a un señor Agreste que, rodeado de personas, parecía muy divertido por la ocurrencia de uno de ellos.

- Tío – se sorprendió Nino - ¿Tu padre ha sido abducido por extraterrestres o algo? No puedo creer que haya organizado esta fiesta, y que este aquí divirtiéndose.

- No es mi padre, es su hermano gemelo, mi tío Pierre. - explico a sus amigos Adrián -Vive en Inglaterra y dirige una importante revista de decoración. Ha sido idea suya esta fiesta. Aunque a mi padre no le ha agradado mucho.

En efecto, un poco apartado de todos, Gabriel Agreste observaba la escena con una expresión difícil de describir.

En otro lugar de la casa, en un estudio, una luz azul proveniente de alguna parte detrás de un
cuadro empezaba a crecer y a iluminarlo todo.

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