Capitulo 6
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Kakashi conducía por las abarrotadas calles de la cuidad, mirando la expresión de su amigo por el rabillo del ojo. Obito estaba con una sonrisa soñadora en sus labios y nada parecía distraerlo de su burbuja—¡Obito!—lo llamó para ganar su atención, ya que desde que salieron de la residencia Hyuga, no había pronunciado palabra alguna. El moreno volvió su rostro hacia Kakashi y sonrió aún más—No creo que tu comportamiento con la Hyuga haya sido adecuado. Ella es demasiado joven...—trato de decirle lo que pensaba.
—Espera Kakashi—lo interrumpió para que no dijera, que la deferencia de edad podría ser un problema, pues ahora que la había encontrado, nada ni nadie, le impediría estar junto a ella—Hinata Hyuga, es la mujer—el sonido de su celular impidió que Obito, continuara con lo que pensaba decir. En cuanto miró de quien se trataba, frunció el ceño y miró a su amigo que seguía conduciendo, así que respondió para averiguar lo que podía querer de él—Rin ¿en que puedo servirte?—preguntó a la persona del otro lado de la línea, atrayendo la mirada inquisitiva del conductor y apenas finalizó la llamada, recibió la pregunta de Kakashi.
—¿Que quería? ¿desde cuando se están hablando?—cuestionó con aparente despreocupación.
—¿Celoso.? —preguntó con burla hacia su amigo.
—No digas estúpideces, ella y yo terminamos hace mucho tiempo y te recuerdo que fui yo quien deshizo de esa relación. Lo pregunto solo por curiosidad, no porque tenga algún sentimiento hacia ella.
—Está bien, no te enojes—suspiró mirando las luces de la cuidad—dice que quiere... dice que quiere verme y que últimamente, piensa mucho en mí.
—¿Y que piensas hacer?
—No lo se, la verdad no esperaba que Rin me llamara después de tanto tiempo, sin embargo, siento curiosidad por saber para que me quiere—respondió el Uchiha, para después volver a mirar por la ventana del auto.
[...]
Hinata veía su atuendo en el espejo de cuerpo entero, situado en su habitación.
Esa noche, Sasuke pasaría por ella para cenar con sus padres y finalmente presentarla con ellos.
Estaba muy nerviosa. Ino la había confortado, asegurando que los padres de Sasuke eran encantadores, en especial su madre. Llevaba cinco meses de ser novia de Sasuke y no había vuelto a mirar a Obito, desde la noche que compartieron la cena. Al que veía algunas veces, era al Hatake, y no pudo atreverse a preguntar por el Uchiha. Lo mas probable es él estuviera casado. No sabía que pensar, no le había dicho a nadie sobre como se sentía y quizás el no volver a verlo, fue lo mejor, pues de lo contrario, estaba totalmente segura que habría terminado con Sasuke para aclarar sus sentimientos.
—Ha, que tonta—se dijo mentalmente ¿como pude pensar dejar a Sasuke, que ha hecho tantos cambios, por alguien que apenas conozco?—suspiró y negó con la cabeza.
Se había vestido con un bonito vestido negro de manga larga, que dejaba los hombros al descubierto y le llegaba abajo de la rodilla, su cabello estaba suelto con rizos en las puntas y por último, se colocó unas sandalias de tacón. Se veía elegante y muy bella.
Yuki tocó la puerta para avisar que Sasuke la esperaba en la sala y después de agradecer a su nana, tomó el bolso a juego con el vestido y bajó para encontrar a su novio.
El azabache se puso de pie en cuanto la miró y la atrajo hacia él para abrazarla—Estás hermosa—le susurró al oído, haciendo cosquillas a la morena—vamos, mi madre muere por conocerte—la animó para que no temiera, dado que ella se veía nerviosa. Salieron juntos tomados de la mano. Durante el trayecto, Sasuke la veía sin que ella lo notara. Estaba cada día mas enamorando de ella, tanto, que temía perderla. En ocasiones sus celos habían causado las lágrimas y no podía contra eso, él simplemente no soportaba verla llorar, pero tampoco soportaba que alguien mas se le acercará. No supo ni en que momento, esa chiquilla se metió en su sangre como si fuera suero y dependiera de él para vivir.
[...]
Estaba completamente convencido que la vida lo odiaba, apenas había encontrado a la mujer de su vida y tuvo que salir de nueva cuenta de Konoha. La herencia en propiedades que su madre le dejó, estaba siendo tomadas ilegalmente y su única alternativa, fue viajar a Tokio para encargarse personalmente del problema.
Maldecía su terquedad por haberse negado a aceptar la ayuda de su padre. Madara le ofreció por medio de Izuna, solucionar el conflicto un año atrás y él se negó, argumentando que no necesitaba su ayuda y que él se encargaría por si solo.
Debido al trabajo y a los muchos clientes, fue dejando de lado ese asunto, hasta que lo olvidó. El día después de la cena en casa de su muñequita, llegó el citatorio y no pudo evitar lamentar su suerte. Había quedado, hipnotizado por ella, aún podía sentirla cuando se pegó a su cuerpo. Escuchar su risa, su voz, el aroma a lavanda y sus ojos evitando mirarlo avergonzada.Tan inocentemente tímida, pensaba cuando bajaba el equipaje en su departamento.
[...]
Sasuke se estacionó frente a la residencia Uchiha. Hinata abrió la puerta trasera para bajar una caja que contenía dangos, los cuales ella misma preparó para los padres de Sasuke. El Uchiha tocó la puerta y una de las empleadas de su madre los recibió con alegría—Sus padres lo esperan en la sala, pasen por favor—la pareja siguió hasta llegar a la entrada, desde donde se podía mirar a la matriarca.
—¡Sasuke! Hijo mío, al fin llegaron—Mikoto se puso de pie al mirar a su hijo y se fue hacia él.
—¡Madre! Te presento a mi novia, la mujer que logró robar mi corazón... Hinata Hyuga—la atrajo hacia adelante, ya que la morena estaba cubriéndose tras su espalda.
La chica se conmovió cuando Mikoto la tomó en un abrazó y la hizo sentir en completa paz. Correspondió el abrazo, mientras Sasuke sonreía genuinamente al ver a las dos mujeres mas importantes de su vida.
Se separaron lentamente y Mikoto le tomó la mano para verla—¡Eres muy bella Hinata! Ahora veo porque mi Sasuke, no deja de hablar de ti.
—¡Madre! —la llamó Sasuke, siendo ignorado por la dama Uchiha.
—Ven conmigo para que conozcas a Fugaku—la estiró hasta llegar frente al sofá, donde se encontraba sentado Fugaku, que ni siquiera se levantó para saludar a la ojiluna—Mira Fugaku, ella es Hinata, la novia de Sasuke—con aparente desganó, levantó la mirada, para encontrarse con su esposa sosteniendo el brazo de la chica.
—B-buenas noches, señor, m-mucho gusto—Hinata saludó con los nervios a flor de piel, pues a diferencia de Mikoto, el hombre daba miedo.
—Buenas noches señorita—respondió con simpleza, regresando a leer el periódico que mantenía en las piernas. Mikoto le envió una mirada desaprobadora, por la poca educación que mostró, no obstante, él la ignoró.
—Pasemos al comedor, la cena ya está lista—la dama Uchiha tomó a Hinata de la mano y la llevó con ella, seguidas por Sasuke, quien aún sostenía la caja de dangos. Los cuatro se sentaron en el comedor y esperaron que las empleadas les trajeran la cena.
Estuvieron en silencio mientras cenaban, hasta que alguien llamó a Sasuke. Pareciendo importante, se disculpó diciendo que era del hospital y tenía que atender.
Mikoto se acercó a la Hyuga para hablar mejor con ella, pero una de las empleadas llegó a avisarle que Itachi e Ino, la buscaban en la entrada, para mostrarle algo. La dama arqueo una ceja y se disculpó con Hinata, asegurando que regresaba en seguida.
Hinata tenia el rostro hacia abajo, estaba muy incómoda y la penetrante mirada de Fugaku, no ayudaba en nada. En un intento de romper el ambiente tan tenso, levantó su rostro y le sonrió, pero el Uchiha no hizo nada para aminorar la tensión, sino que por el contrario, él se mostró mas hostil.
—Le daré un consejo, Hyuga-san—habló rompiendo el silencio—será mejor que se aleje de mi hijo, usted no es mujer para él—advirtió Fugaku, dejando a Hinata, pálida y sin saber si escucho bien—Sasuke, está comprometido con Karin Uzumaki desde hace muchos años, y no romperá ese compromiso por una recién llegada cómo usted.
De hecho, no me agrada su presencia en mi casa. Karin ya me informó la clase de persona que es usted, así que se lo repito, aléjese de Sasuke.
La ojiperla se levantó tambaleándose, con los ojos llenos de lágrimas, mismas que se resistió a dejar salir. Avanzó lo mas rápido que pudo, evitando encontrarse con nadie y cuando llegó a la salida, se topó de frente con Itachi, quien la sostuvo para que no cayera. Itachi miró el estado en el que se encontraba la joven y la tomó de los hombros para atraer su atención.
—Hinata-san ¿que le pasó? ¿Porque esta así ? ¿Donde está Sasuke? —inquirió sin saber que pasaba con la joven Hyuga.
—Yo-yo m-me tengo que ir, Itachi-san, p-por favor, despídame de Mikoto-san y dígale a Sasuke, que tuve una emergencia—se soltó del agarre de Itachi y salió corriendo hacia la calle, perdiéndose en la oscuridad de la noche.
Itachi entró en el comedor de la casa de sus padres y vio a Fugaku, que tenía una mirada de triunfo. No sabía el porqué, pero podía asegurar que el estado de Hinata era culpa de su padre.
—¿Que le dijiste a Hinata-san para que se marchara de esa manera? —inquirió para obtener respuestas antes que Sasuke se enterara.
—Solo le dije la verdad... ella no me agrada y tu hermano ya está comprometido con Karin—respondió, de lo mas calmado.
—Padre ¿como pudiste hacer algo así? Sasuke no te lo perdonara, él esta muy enamorado de esa chica, incluso ha cambiado mucho gracias a ella.
—No te metas en lo que no es tu asunto Itachi, tú hermano sabe que tiene que casarse con Karin, así que es mejor que deje de jugar de una vez por todas.
Itachi, se tomó el puente de la nariz. Las cosas entre su padre y Sasuke, eran muy tensas y ahora se pondrán peor. Suspiró pensando en la tristeza de su madre cuando el enfrentamiento entre padre he hijo llegara.
...
Como pudo, la morena saco su teléfono y llamó un taxi para que la llevara, mientras lloraba desconsolada. Una hora mas tarde, llegó a la mansión Hyuga y entró sin hacer ruido. Lo menos que deseaba, era que Neji se diera cuenta de la humillación que sufrió.
¿Porque si Sasuke estaba comprometido la buscó a ella? ¿Como pudo ser tan cruel para burlarse de sus sentimientos? ¿Que iba suceder ahora? ¿Como podría seguir?
En esos momentos, se dio cuenta lo mucho que había llegado a amar a Sasuke, pero jamás perdonaría que jugará con ella de esa manera. Comenzó a desvestirse sin dejar de llorar en ningún momento. Su teléfono se iluminó, anunciado llamada entrante. Lo tomo y miro el nombre de Sasuke en la pantalla y lo arrojó de nuevo sobre la cama.
Después de darse un baño, se fue a la cama y se percató que su teléfono seguía sonando y tenía muchos mensajes de texto. No quiso contestar, ni leer ninguno de ellos y limpió su rostro de las lágrimas, para intentar dormir.
...
Sasuke regresó al comedor tras finalizar la llamada con Karin, quien desde hacía un mes, no dejaba de molestarlo y todo por haberse negado a continuar el juego con ella, no obstante, Karin no entendía un "no" como respuesta.
Al entrar, no encontró a Hinata, sólo a su padre y a Itachi. No presto mucha atención, pues pensó que su madre se la había llevado a algún lugar de la casa, sin embargo, Mikoto regresó junto a Ino y Sasuke se puso de pie.
—¿Dónde está Hinata?—preguntó a todos los presentes, en la mesa.
—La encontré cuando se marchaba, Sasuke, me pidió que te dijera que le surgió un imprevisto y se tenía que ir—informó Itachi, mirando a su padre. Sasuke chasqueó la lengua y de inmediato sacó su teléfono para llamarla, pero no hubo respuesta. Estuvo intentando muchas veces mas, pero siguió sin respuesta.
Algo andaba mal, estaba seguro de eso, ella no se hubiera ido sin decir nada y tampoco dejaba de responder las llamadas. Algo pasó en su propia casa y él no se dio cuenta por atender a Karin, se maldijo por dejarla sola.
—¿Que le dijiste a Hinata? —cuestionó con amenaza a su padre. Estaba seguro que Fugaku le había dicho algo.
—¡Fíjate como me hablas mocoso! No se te olvide quién soy—replicó poniéndose de pie para encarar a su hijo menor.
—Eso nunca lo olvidó, tu te encargas de recordármelo...—lo miro con ironía.
—Fugaku ¿es verdad lo que dice Sasuke? ¿Le dijiste algo a Hinata para que se fuera?.—esta vez fue la matriarca la que pregunto a su esposo.
Ino se encontraba sentada sin decir ni una sola palabra. No podía evitar la incomodidad por presenciar una discusión familiar. Itachi ya se había puesto de pie, en medio de su hermano y su padre. Tenía que evitar a cualquier costo que esos dos se llegarán acercar más.
—Le dije la verdad... ella no es mujer para ti, porque estás comprometido con Karin y que no la quiero cerca de mi familia, ademas, no me agrada—recalcó Fugaku, sin mostrar remordimiento y dejando a los presentes boquiabiertos.
—¿Como te atreves a interferir en mi vida? Yo nunca me casaré con otra mujer que no sea Hinata—grito Sasuke, muy molesto hacía su progenitor.
—Si lo harás, te casarás con ella, te guste o no. ¿Acaso crees que puedes llevártela a la cama como a una cualquiera? Su padre ya está al tanto de todo, y si no te ha dicho nada, es por la promesa de matrimonio—esta vez fue Fugaku quien gritó.
—Ni ella, ni yo, somos unos niños, en ningún momento le prometí nada y desde ahora te digo, no me voy a casar con ella.
—Siempre has sido un bueno para nada, sólo un mocoso mimado con un comportamiento vergonzoso y descarado... Ojalá no fueras mi hijo—Itachi se entristeció y miró a su hermano menor—Nunca podrás ser como Itachi—soltó las venenosas frases dirigidas a su hijo, mientras su esposa lloraba sin poder creerlo.
—Antes... quizás, tus palabras me hubiesen herido, pero de tanto escucharte repetirlas ya no tienen ningún efecto en mi—respondió Sasuke, besando a su madre y acto seguido, volvió a encarar a su padre—No vuelvas a acercarte a mí, ni interfieras en mi vida, piensa que estoy muerto, o como lo dijiste tú mismo, que nunca nací—salió sin mirar atrás, dejado a su paso, años de malos tratos y humillaciones por parte de su "padre" Esta vez había cruzado la línea de lo que podía haber dejado soportando y por el momento, su única preocupación era su princesa. Su bonita, que debía estar sintiéndose muy mal, pensando lo peor de él.
[...]
—El problema, es que usted nunca me ha querido para su hijo y cree que no estoy a la altura de Shisui ¿o me equivoco?
—No se de que me hablas, Sakura, yo no tengo la culpa que te sientes tan inferior a mi hijo y por ende, no soportes que mi ahijada viva en esta casa—replicó Mei con superioridad a su nuera.
—Usted la mando llamar y todo, porque quiere que Shisui me abandone y se case con ella, quien si está a su altura.
—¿Se puede saber que está pasando entre ustedes dos?—inquirió Izuna, que llego con Shisui y escucho parte de la discusión. En realidad, no era extraño escuchar a su esposa y a su nuera discutiendo. Ambas tenían un carácter muy fuerte, pero después que su bella Mei, mandó llamar a su ahijada, las cosas se pusieron peor. A esas alturas, dudaba que el matrimonio de Shisui, saliera adelante.
—No es nada cariño—respondió la pelirroja, abrazando a su hijo y besando a su esposo.
Sakura rodó los ojos y se fue a su habitación muy molesta. Los problemas entre ella y Shisui, estaban llegando muy lejos, incluso, había días en los que ya no dormían juntos y después de la llegada de esa mujer, todo había empeorado. Shisui ya no le prestaba atención, se la pasaba "hablando " con Yugao Uzuki, la ahijada de su odiosa suegra.
Su molestia se hizo tan grande, que hasta había solicitado trabajo en el hospital Senju, al lado de su maestra Tsunade. Sólo esperaba la llamada para confirmar. Sabía que tarde o temprano, se tendría que separar, dado que Shisui no iba a cambiar, seguiría siendo el hijito de mami y no el hombre que se supone debería ser.
[...]
Paso el Sábado, también el Domingo y Sasuke no logró hablar con Hinata. Ella se negaba a contestar sus mensajes y llamadas. El Lunes por la mañana, la esperaba donde siempre estacionaba, sabía que por más problemas que ella atravesara, nunca faltaría a sus obligaciones.
Pasaron unos minutos y tal como lo pensaba, Hinata llegó a estacionarse sin percatarse de su presencia. Se acercó a ella con rapidez, antes que lo mirará y tratará de escapar.
—¿Sasuke que haces? Suéltame, no te acerques—la Hyuga trataba de ser firme, pero ya las lágrimas comenzaban a salir. El Uchiha la levanto en brazos y la llevó a su auto, con la intención de irse a otro lugar y poder hablar.
Condujo por unos minutos, hasta que llegaron a un hermoso parque con árboles de cerezo. El lugar era tranquilo y solitario a esa hora del día. El azabache bajó rápido y se fue a ayudar a Hinata, quien trataba de argumentar y resistir.
Una vez en el parque, la chica se hallaba parada, con los brazos cruzados y mirando hacia abajo. No tenía el valor para enfrentar las oscuras orbes.
—¡Hinata! Se lo que te dijo mi padre la noche de la cena—lo dijo sin dejar de mirarla.
—Solo quiero que sepas, que yo nunca me casaré con otra mujer que no seas tú—la morena levanto su rostro muy sorprendida—tampoco me importa lo que él piense acerca de lo nuestro, la única opinión que puede importarme, es la de mi madre y si llegara a oponerse, también dejaría de lado su opinión, porque te amo Hinata—la ojiluna omenzó a derramar lágrimas, pero esta vez, ya no eran de tristeza, sino de alegría. Trató de buscar en los perlas negras, algún rastro de mentiras y no lo encontró.
Sasuke le estaba diciendo la verdad. Él la amaba y era la primera vez que lo decía.
Se miraron durante unos segundos y se abrazaron con anhelo, con dulzura y esperanza—¡Princesa...! No vuelvas a huir de mi por favor—le besó la coronilla—¿no vez que me matas si me dejas?—soltó sin pensarlo, pues así se había sentido sin saber nada de ella.
Ella apretó mas el agarre a la cintura masculina y sollozó escondida entre su pecho—Sasuke—lo llamó con la dulce voz que tanto amaba el varón—sólo hay dos maneras que podrían alejarme definitivamente de ti—reiteró, mostrando dos dedos de su pequeña mano, como si fuera un niño enseñando los años que tiene—la primera, es que tú mismo me pidas que me aleje, diciendo que ya no me quieres—el Uchiha le sonrió y le beso la mano, animándole a continuar—y la segunda, es que me seas infiel... jamás perdonaría una infidelidad—concluyó la ojiperla, sonriéndole al azabache, quien en ese momento, sintió que clavaban cintos de agujas en su cuerpo. Trató de mostrar naturalidad y beso de nuevo la coronilla de su novia, apretándola mas hacia él—Sasuke ¿nos vamos?—le hablo, atrayendo su atención. Él se separó de ella y asintió llevándola de nuevo al auto.
Cuando llegaron al hospital, el Uchiha la volvió a tomar en brazos. Sentía una gran opresión en el pecho, ahora si tenía la seguridad que podía llegar a perderla en cualquier momento.
Caminaban de la mano, cuando el teléfono de ambos anunció un mensaje de texto.
Se miraron y sacaron sus celulares, para encontrar un mensaje en grupo por parte de Naruto. El rubio los invito a todos, a festejar su cumpleaños el fin de semana en su casa y reiteró, no aceptar negativa, por parte de nadie, incluso, hasta incluyó a Neji.
Sasuke puso los ojos en blanco y soltó un bufido, causado la risa de Hinata.
Él también sonrió al escucharla tan contenta y se permitió por momentos, alejar la opresión en su pecho.
[...]
La mañana del Sábado, Hinata se despertó temprano. Su ansiedad iba en aumento, puesto que no encontró a Tenten, por ningún lado la casa. Lo mas desconcertante, era que aún estaba su celular y las llaves sobre la mesa de la habitación de Hinata.
Tenten se quedó a dormir con ella y estuvimos hasta muy tarde platicando con Temari, luego se fueron a dormir ¿entonces donde está Tenten?
—Nii-san, perdona que entre así, pero no encuentro a Tenten. Creo que alguien se la llevó ¿Nii san...?—la Hyuga se puso tan roja, que pensó que su rostro estaba en llamas y no era para menos, después de presenciar semejante escena.
Hinata nunca, violo la privacidad de Neji. Siempre toco su puerta antes de entrar y pedía permiso para usar su auto o el celular, pero esta vez, no pensó en nada mas que encontrar a su amiga y vaya que lo había conseguido.
Neji estaba completamente desnudó, acostado de espalda al colchón, mientras que Tenten, se hallaba arriba de su pecho, igual de desnuda que él. Ambos dormían cómodamente, hasta que Hinata entró asustando a los tortolitos. La ojiluna salió lo más rápido que pudo y bajo hacia la cocina. Estaba algo impresionada, no obstante, conforme pasaban los minutos, comenzó a reír al recordar la cara que pusieron al saberse descubiertos.
[...]
Obito ya se encontraba en casa de Naruto. Kakashi aún no llegaba y tampoco Rin.
Kushina le había llamado días atrás, advirtiendo no faltar al cumpleaños de su único hijo y sentado en una de las mesas del jardín, miraba sin interés, a los invitados que empezaban a llegar.
Kushina se acercó y le dio un maternal abrazo, tal como siempre lo hacía cuando se miraban. El Uchiha recordó el día que conoció a esta temperamental dama.
Flashback.
Estaba en medio de una entrega de sustancias ilegales, cuando el vendedor trató de robar su dinero. Enfurecido, golpeó al tipo y a sus acompañantes de una manera salvaje. Uno de ellos llamó a la policía y se lo llevaron detenido a la correccional juvenil de Konoha. No quiso decir quienes eran sus familiares y permaneció en ese lugar por dos meses, hasta que una trabajadora social, que se encargaba de reivindicar a jóvenes huérfanos, llegó y se empeñó en sacarlo de ese lugar.
Un mes después, ya se encontraba viviéndolo en su casa y con el transcurso del tiempo, entró de nuevo a tomar sus estudios y logró salir adelante gracias a esa familia, a la que le debía tanto. Los únicos conflictos que llego a tener con ellos, fue cuando insistían en que debía reconciliarse con su padre, ese tema era capaz de sacar lo peor de su persona.
Flashback off.
—!No te hubiera perdonado que no vinieras Obito! —exclamó la pelirroja, ofreciendo una bebida al azabache.
—Lo se, y por eso no me arriesgué a ser herido—respondió sonriendo, por hacer enojar a la pelirroja, quien ya era retenida por Minato y Kakashi.
[...]
Después del bochornoso momento en la mansión Hyuga , los integrantes llegaron a la casa de Naruto. Neji y Tenten, llegaron primero, seguidos por Shikamaru, Temari, Sasuke y Hinata.
Antes de entrar, Sasuke regresó a su auto y pidió a Hinata avanzar con su primo, ella asintió y todos entraron al jardín de los Namikase.
...
Obito seguía observando a los invitados. Divisó a Itachi junto a su novia y se sorprendió al no mirar a Shisui, pues Sakura si estaba entre sus amigos.
—¿Obito, podemos hablar?—preguntó alguien tras él. Sabía de quien se trataba, así que se tomo las cosas con calma y se puso de pie, para seguirla.
—¿De que quieres hablar Rin? —cuestionó una vez llegaron a la cocina, donde no había nadie.
—Obito, he pensado mucho, en ti, en lo felices que hubiéramos sido si te hubiera escogido a ti y no a Kakashi.
—Tal como premio de consolación ¿verdad?—remarcó el Uchiha, con melancolía en la voz—Como, no funciono con Kakashi, vienes a buscarme a mí, que siempre estuve dispuesto a dar todo por tu amor.
—¡Obito! Nodigas eso, las cosas no son como crees, démonos una oportunidad, después de todo, ya conocemos todo sobre nosotros, así que ¿porque no intentarlo?—se acercó a él y envolvió sus brazos en el cuello masculino, acercándolo para besarlo.
...
La ojiperla llevó dos cajas llenas de galletas, para los invitados. Ella siempre acostumbraba llevar un presente comestible, como muestra de agradecimiento por la invitación.
Cuando entraron, fueron recibidos por Naruto y Kuchina. La pelirroja saludo a todos con entusiasmo y se llevó a la Hyuga a la cocina para dejar las galletas y mostrarle los rollos de canela, que ordenó especialmente para ella.
Las dos entraron y se quedaron paradas, siendo testigos del beso entre las dos personas que estaban allí. Kushina se aclaro la garganta, logrando así, la atención del Uchiha y de Rin.
—¡Chicos, este no es lugar para sus muestras de cariño, esperen a llegar a la recámara—bromeó la pelirroja mirando a la pareja. Hinata sintió una punzada en su pecho, las piernas se aflojaron y los ojos empezaron a picar. Perlas y ónix se miraron fijamente sin parpadear, hasta que Kushina decidió hablar—Rin, Obito, quiero que conozcan a esta niña, que en muy poco tiempo, ya se ha ganado todo mi afecto y el de mi hijo también... Hina-chan, esté guapo grandote, es Obito Uchiha y esta linda damita, es Rin Nohara.
Ambos, junto a Kakashi, son como hijos adoptivos para mi y para Minato.
Rin, Obito, ella es Hinata Hyuga—Rin se acercó y extendió la mano a la joven que respondió al saludo, entre tartamudeo y consternación.
Obito también se acercó, pero antes de poder extender la mano, la Hyuga, hablo—¿Como está Uchiha-san?—saludó solo con un asentamiento de cabeza, para no estrechar las manos con las suyas.
—¿Ya se conocen?—preguntó Rin, siendo ignorada por el Uchiha, que no podía dejar de mirar el semblante triste de su muñequita.
Trato de ayudarla con las cajas que aún estaban en sus brazos, pero ella no lo permitió y sin ayuda las coloco en la encimara.
—Con permiso, tengo que regresar, mis amigos me esperan—se disculpó y salió del lugar lo más rápido que pudo.
—¿Pero que pensaste? ¿Que alguien como él estaba sin una mujer a su lado?—se preguntó mentalmente, para luego regañarse por no tener derecho a estar enojada.
—¿Que me pasa, si yo amo a Sasuke?—se reprendió, terminando con el monólogo.
Salió al jardín, buscando a su novio y al encontrarlo, se lanzó a sus brazos, en una forma infantil de buscar protección, del sentimiento que se había instalado en su corazón.
No fue consiente que las lágrimas salieron, hasta que Sasuke las limpió con preocupación.
—¿Que te pasa bonita? ¿Porque lloras? ¿Alguien te molestó?—el Uchiha tenía un semblante asesino, sólo por pensar que alguien la hubiera molestado.
Hinata por su parte, negó con la cabeza y se aferró mas a su amplio pecho.
Despues de calmarla, la llevó a la mesa donde estaban todos, aunque no estaba conforme con la presencia de los paramédicos, optó por no darle más problemas a su princesa.
...
Obito, se quedó estático frente al rechazo de Hinata, quiso ir tras ella, pero Rin lo retuvo—Obito, podemos intentarlo ¿que dices?—insistió la castaña frente a Kushina, quien solo se dedicó a observar el comportamiento de Hinata y Obito, algo pasaba entre ellos, de eso estaba segura.
—Lo siento Rin, pero no creo que esto pueda funcionar, será mejor que sigamos como amigos y nada más—salió dejando a Rin con el rostro lleno de ira al ser rechazada, por quien siempre estuvo tras ella como perro faldero.
Obito llegó al jardín buscando a Hinata. Tenía que acercarse a ella, no podía dejar que se formará una idea equivocada de él ¿porque todo parecía estar en su contra? Primero, lo de su herencia y ahora, después de tanto tiempo, Rin quiere intentar algo con él ¿porque la vida se estaba empeñado en separarlo de la mujer de su vida? pensaba decepcionado.
La ojiperla lucía mas tranquila junto a Sasuke y todos sus amigos. Kiba y Naruto, bromeaban entre ellos y también conoció a dos amigos mas, uno era un chico de cabello negro y unas cejas muy gruesas, llamado Rock Lee, quien trabajaba en un gimnasio como instructor y el otro, era un chico regordete llamado Choji, dueño de una cadena de restaurantes en Konoha. El ambiente era agradable, hasta el momento en que llegó Karin y se acercó a Naruto, con un regalo.
—¡Felicidades, primo! Excelente fiesta, aunque no todos tus invitados son agradables—exclamó, mirando hacia Hinata. Sasuke apretó los puños y lanzó una mirada de amenaza hacia Karin. Naruto, se dio cuenta de las intenciones de su prima y se rascó el cuello con nerviosismo.
—Vamos Karin, te llevaré a saludar a mis padres—sin esperar respuesta, tomo el brazo de la pelirroja y la llevó lejos de Hinata.
Sasuke, miro a la morena y se percató, que seguía tensa, por culpa de Karin.
—Bonita ¿quieres algo de beber?—preguntó, en vos baja, para que solo ella lo escuchara. La chica lo pensó y asintió.
—Un poco de agua, por favor—Sasuke se puso de pie y se fue a conseguir agua, para su princesa, como le gustaba llamarla.
Minutos después, todos se hallaban de pie, mirando a Rock Lee y a Naruto, jugando vencidas con los brazos sobre la mesa. Los demás invitados comenzaron a acercarse, debido a los vítores del grupo de chicos.
Hinata dio unos pasos hacia atrás, al empezar a llegar más personas y choco la espalda con alguien.
—Lo siento mucho, disculpe—dijo dando la vuelta, para mirar a Kakashi, quien parecía molesto por su descuido—oh, lo siento Hatake-San,—se disculpó de nuevo, mirando hacia abajo y notando que alguien más estaba junto al Hatake. Lentamente, levantó el rostro y de nueva cuenta, ónix y perlas se miraron uno al otro, como si no pudieran dejar de hacerlo.
—¡Aquí estas bonita! Te estaba buscando—Sasuke llegó y de inmediato rodeó a la Hyuga por la cintura, pues no le agradó para nada, la forma en que esos dos la miraban.
Le entregó la botella con agua y enfrentó a los dos varones—Kakashi, Obito ¿como están? —saludó sin interés, solamente por cortesía. Kakashi respondió al saludo, pero Obito se quedó sin palabras y no respondió nada—Vamos amor, te llevaré con Neji, donde no hay tanto ruido—sostuvo a la ojiluna y la animó a caminar juntos a él.
—C-con p-permiso—alcanzó a pronunciar la morena antes de retirarse.
Obito continuó mirando hacia dónde Sasuke se llevó a la ojiperla. Quería golpear algo, su mirada se lleno de odio y frustración, estaba respirando con dificultad ¿como podía estar pasando esto? ¿En que momento su primo se adueñó de su muñeca? No, no y no. Eso no podía estar pasando, la chica más inocente que ha conocido, de novia del play boy, que además la engaña con la sobrina de Kushina.
—Esto no se queda así, juro que esto no se queda así—murmuro, ante la inquisitiva mirada de Kakashi.
Continuara.
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