Capitulo 4

Los personajes de Naruto no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia.


El Domingo por la mañana, Hinata despertó junto a Tenten, quien se quedó a pasar la noche en la mansión Hyuga—¿Que fue lo que paso anoche Hina? A mí no puedes engañarme y se que algo ocurrió entre Sasuke y tú—así era, la castaña conocía muy bien a su amiga y desde el principio, supo que algo en su comportamiento no andaba bien.

Hinata evitó mirar su amiga, le daba mucha pena explicarle lo sucedido, sin embargo, tampoco es que pudiera posponerlo, dado el cuestionamiento de su amiga—Es yo bueno, lo que pasa es que—trago saliva tratando de hablar con fluidez—Uchiha-san, me tocó de forma, que me hizo sentir incomoda—confesó mirando hacia abajo.

—¿QUE?—ya había intuido la reacción de la castaña, a eso se debía su renuncia a confesarlo—¿Ese bastardo te toco lo sagrado?—inquirió apretando los puños.

—Me tocó la espalda y casi me paso las manos por el trasero—murmuró sonrojada y fue entonces que Tenten puso los ojos en blanco.

—¿Hablas en serio...? Hinata ¿me estás diciendo que solo "te acaricio" lo que normalmente se toca cuando dos personas bailan?—la castaña negó con la cabeza y la ojiperla se sintió muy apenada. Tal vez había exagerado en su forma de reaccionar, pero ella nunca tuvo experiencia en ese ámbito. Paso gran parte de su tiempo adelantando sus clases, en un intento de no pensar en su familia y a la vez, poder lograr graduar antes de tiempo. No era sencillo, dado que quiso abarcar dos profesiones totalmente diferentes, por lo tanto, apenas le quedaba tiempo para dormir y ni hablar de socializar con las personas de su edad. Los únicos con quien compartía salidas, eran los hermanos Sabaku, Matsuri y Neji, quien en ocasiones le presentaba a alguna que otra de sus novias. Ella era literalmente un ratón de biblioteca.

—¿C-crees que exageré?—preguntó dudosa.

Tenten suspiro y la tomo de los hombros—Eso creo, pero no te pongas así, no es sólo tu culpa. Sasuke también es culpable, él debió notar que no eres de las mujeres que está acostumbrado a tratar.

—¿Que quieres decir?—cuestionó aún sintiéndose fatal.

—¡Hina! Todas las mujeres mueren por él... Sasuke siempre está rodeado de las chicas más hermosas, Incluso, Ino y Sakura, estaban tras él en la universidad, no obstante, Sasuke no se toma en serio a ninguna y con la que mas se deja ver, es con Karin—la Hyuga recordó a la pelirroja que la trató mal y la cual siempre estaba sobre el médico—Se dice que es porque el padre de Sasuke y el de Karin, mantienen negocios en común, de hecho, también el médico con el que Sasuke estuvo de pasante, conocía a Karin, Suigetsu y a Jugo, quienes son muy amigos del médico pediatra, aunque en mi opinión, todo se debe a que Karin es una loca obsesiva—soltó Tenten sonriendo.

Hinata trago saliva con incomodidad ¿ahora cómo iba a mirar al Uchiha en el hospital? El médico debía considerarla una criatura extraña y con sólo pensarlo, se enrojecía más, recordando lo que las personas también opinaban de ella en Suna.

[...]

—¿Entonces como va el caso Obito?— cuestionó el Hatake, sentado en su oficina.

—Se ha complicado un poco, ahora están acusando a Deidara, de construir y explotar varios fuegos artificiales ilegales, que causaron un incendió masivo. Sabía que los cargos eran por complicidad, pero no que lo vincularan directamente a él—el Uchiha se llevó los dedos al puente de la nariz mientras hablaba.

—¿Y que piensas hacer?— inquirió el peliplata.

—Tengo que demostrar que Deidara, sólo los construyó y le fueron robados.
También me voy a encargar de buscar referencias de personas respetables, por ejemplo, Itachi que lo conoce bien. También están, Nagato, Yahiko y Konan, quienes trabajan en la división especial del departamento de investigación policiaco. El único problema, es que esto tomará más tiempo del que pensé y lo que más me preocupa Kakashi, es que quiero regresar a buscar la mujer de mi vida—el Uchiha se carcajeó, al imaginar la cara de Kakashi. El peliplata se frotó las cienes al escuchar a Obito y terminó la llamada unilateralmente.

[...]

Neji y Hinata, terminaron de arreglarse y se despidieron, para irse cada uno a sus trabajos. La ojiluna estacionó su auto y se dirigió hacia el hospital, tal como lo venía haciendo desde que comenzó a laborar allí. No obstante, al entrar, sintió muchas miradas sobre ella. Conforme avanzaba, las personas se secreteaban y la miraban de una manera que no pudo identificar. Confundida, se dirigió al quinto piso, sin dejar de pensar en su inminente encuentro con el médico Uchiha.

Comenzó con sus tareas diarias y los murmullos a sus espaldas no cesaron, cual, comenzaba a molestarla.

No miro al Uchiha en toda la mañana y a la hora de comer, se despidió de los niños en área de recuperación, prometiendo regresar antes de marcharse para leerles un cuento.
Aún no había salido, cuando sintió un tirón del cabello y acto seguido, su frágil cuerpo fue duramente estampado contra la pared, ante la asustada mirada de los niños.

—MOCOSA ARRIBISTA. Te voy a enseñar a no meterte con hombres ajenos.
Sasuke es mío—resonó una voz llena de odio. La ojiperla no supo lo que estaba pasando, hasta que miro el miedo en los ojos de los mas pequeños. Ella podía defenderse, no en vano, Gaara la entreno en defensa personal por petición de Neji, pero definitivamente, no haría nada frente a los niños, así que cerró los ojos esperando el golpe que venía, sin embargo, esté nunca llegó y al volver a abrirlos, encontró al medico Uchiha, sosteniendo la mano que pensaba golpearla.

—¿Que crees que haces Karin?—murmuro para que sólo ellas pudieran escuchar, mientras estiraba a la pelirroja, hacia a afuera y lo mas lejos posible de los asustados niños. Hinata, los  miro salir y dirigió su atención a los pequeños pacientes.

—¿Porque ella te quería pegar?—cuestionaron asustados y preocupados. Ella sacó su mejor sonrisa y les explico que solo estaban jugando, incluso mintió, asegurando que Karin era su amiga.

—Ewwk,—hicieron muecas de asco—tu amiga es mala—dijeron algunos.

—¡Se parece a la bruja del cuento!—exclamo una niña, haciendo que todos sonrieran.
La ojiperla  suspiro aliviada, al ver que se quedaron mas tranquilos luego de su explicación.

Minutos después, salió aún alterada y se dirigió a los baños, no podía entender que fue lo que pasó ¿que hizo para que esa mujer la tratará de esa manera? Luego de tranquilizarse, salió más calmada y fue en busca de sus amigos, ya no pensó en comer, pues perdió por completo el apetito. Buscó por toda la cafetería y al verlos, se apresuró para llegar a ellos. La sensación de sentirse criticada continuo y al llegar a la mesa, finalmente entendió la razón del extraño comportamiento de las personas a su alrededor.
...

—Cálmate, así son esas revistas, lo único que les importa es vender— Kiba le restó importancia a lo que veían.

—Pe-pero yo nunca...—no termino de hablar debido a las lágrimas que derramaba de las perlas. Arrugaba la revista tratando de desaparecer las fotos y las palabras que se mostraban en ella.

Exclusiva... la princesa Hyuga finalmente da la cara. ¡Y DE QUE MANERA! ¿Será la nueva conquista del exitoso y apuesto médico, Sasuke Uchiha? Nadie lo sabe a ciencia cierta y ahora todos estaremos pendientes sobre lo que pasara con estos dos herederos. Cabe recalcar, que la princesa Hyuga se ha convertido en la mujer mas odiada de todo Konoha y sus alrededores. En la portada de la revista, aparecía ella junto a Sasuke, mientras bailaban la noche del Sábado.

—Y eso no es nada Hina, mira lo que dicen en fecebook—el castaño extendió el celular para que ella lo mirará.

—¡KIBA!—lo reprendió Shino, al mirar a la chica totalmente pálida, mientras leía los comentarios de personas que ni siquiera la conocían, pero que se creían con el derecho de dar su mala opinión.

—Es mejor que lo sepa Shino, así tendrá cuidado con las locas y obsesivas fans del Uchiha. Shino, negó con la cabeza, a veces los perros que la familia de Kiba entrenaba, tenían más tacto que el Inuzuka.

—Neji se va decepcionar de mi—soltó consternada—él siempre se a mantenido sin dar de que hablar y yo, yo todavía no tengo dos meses en Konoha y ya estoy en las revistas— la morena lloraba sin saber que hacer, ni cómo enfrentar la decepción de su primo. Ahora sabía porque Karin quería golpearla.

[...]

—Sasuke, tu eres mío ¿porque estabas bailando con esa estupida?—preguntó la pelirroja sin soltar al Uchiha.

—Cierra la boca Karin, no tienes una maldita idea del problema en que te puedes meter ¿como se te ocurre agredirla dentro del hospital? Y lo que es peor, lo hiciste frente a los niños—Sasuke no podía creer el proceder de Karin.

—Haré eso y más para demostrar que tú me perteneces—la chica no prestó atención a lo que el azabache le trataba de decir, ya que la furia y los celos, la tenían cegada—Yo te amo y debes entender que tu y yo, somos el uno para el otro.

—Ya te dije que yo no soy de tu propiedad y puedo estar con quien yo quiera—advirtió el Uchiha apretado con fuerza los brazos de la pelirroja. Deseaba golpear a Karin, estaba lleno de ira hacia ella y cuando miro lo que pensaba hacer en contra de Hinata, se apresuró a detener el golpe y la saco a rastras hacia los baños, lejos de las cámaras de seguridad. Si no fuera por la gran química que compartían en el sexo, hace tiempo que se hubiera deshecho de ella. Karin era consiente de la atracción sexual entre ambos y siempre sacaba provecho.

Liberó sus brazos y comenzó a estimular la hombría del Uchiha. El uniforme de Sasuke, consistía en pantalones elásticos, haciéndole más fácil lograr su objetivo. Los bajo junto a los bóxers y se puso de rodillas frente al erecto miembro masculino, para llevándoselo a la boca. En respuesta, Sasuke echó la cabeza hacia atrás, disfrutando del placer que esa mujer le brindaba.

Logrando lo que quería, Karin sonrío con supremacía, justo cuando el Uchiha la levanto para desnudarla y tal como las veces anteriores, la penetro con rudeza, como solo él sabía hacerlo. No era la primera vez que terminaban de esa manera en esos baños, mismos que casi nadie usaba.

Karin trabajaba en el laboratorio del hospital, en el piso ocho y se las arreglaba para tener tiempo de estar con el Uchiha. A ella no le importaba lo que tuviera que hacer, Sasuke sería suyo para siempre y esa mustia se las iba a pagar por atreverse a tocar a su hombre.

[...]

El día continuó y la morena no pudo evitar las habladurías a sus espaldas, no obstante, continuó realizando su trabajo hasta que llegó la hora de salir. Llegó al estacionamiento, donde dejó su auto y abrió mucho los ojos al mirar el estado en el que estaba.

Las llantas delanteras tenían agujeros de navaja, el vidrio delantero estaba manchado de lo que parecían ser huevos y por último, había un cartón donde se leían obscenidades sobre ella.

Había sido demasiado para un solo día y ella no estaba acostumbrada a tal hostilidad.
No hizo nada para que las personas se portaran así. Abatida sin saber que hacer, trató de sacar el celular para marcar el número de Neji. Eso fue lo único que se le ocurrió hacer.

Estaba a punto de conectar la llamada y de pronto retrocedió. No podía molestar a su primo cada vez que tuviera un problema, él también tenía obligaciones que lo requerían, así que optó por llamar un taxi. Debía valerse por sus propios medios, después de todo, ya era una adulta y debía comportarse cómo tal.

Aún buscando el sitio de taxis, miró como un hermoso auto negro se detenía junto al suyo. Debido a la oscuridad de los cristales, le fue imposible saber la identidad del conductor, pero eso no duro por mucho tiempo, ya que la ventana del auto fue bajando, dejando a la vista al médico Uchiha.

—Sube, te llevó a tu casa— ordeno Sasuke.

—G-gracias, pero no es necesario, ya llame un taxi—agradeció la joven, sin querer mirar de frente al azabache.

—No es una pregunta Hyuga. Sube al auto ¿o prefieres arriesgarte a que te saquen más fotografías?— y como si hubiera dicho las palabras mágicas, ella subió sin mirar a Sasuke y se colocó el cinturón de seguridad. El azabache arrancó y la veía por el rabillo del ojo. Ella estaba asustada, pues apretaba sus puños en los muslos y miraba por la ventana en busca de tranquilizarse, sin embargo, él logró apreciar sus lindas mejillas con rastros de lágrimas, eso lo hizo sentir culpable—¿Estás bien? —inquirió al verla llorar.

—Si, gracias—fue lo único que logró responder, al mismo tiempo que se limpiaba rápidamente las lágrimas. No sabía porque se dejó intimidar por él, pues todos sus problemas, surgieron precisamente de la cercanía entre ambos. Suspiro con tristeza y lo escuchó encender el teléfono celular para realizar una llamada.

—Necesito un favor, Suigetsu—Sasuke continuó la llamada y la Hyuga guardó silencio, mientras Sasuke pidió que levantarán su auto y lo dejaran como estaba antes. Sin ser consciente, derramó más lágrimas.

Sasuke frunció el ceño al mirarla, pensó que se sentiría feliz, pero no fue así, por lo tanto, no se molestó en pedir su dirección, simplemente condujo hacia el centro de la ciudad, hasta llegar a un pequeño restaurante.

Bajó del auto y abrió la puerta del pasajero, tendiendo la mano para ayudar a la joven..
Hinata trató de negarse, pero no fue capaz de hacerlo, después de todo, él la estaba ayudando y optó por ser agradecida. Aceptó la invitación, aunque no entendió porque debían entrar tomados de la mano.

Dejando de lado la incomodidad, se dispuso a mirar el lugar, el cuál era pequeño y no había muchas personas. Apenas se iban adentrando, el aroma a café lleno los sentidos de ambos.

Las personas los observaron con curiosidad, pero ellos no prestaron atención.
Hinata estaba hambrienta, dado que no pudo probar bocado durante el día laboral. Percibiendo los distintos aromas de de pan recién horneado, su boca se aguó y pensó que ya no podía esperar para comenzar a probar todo.

Un joven les entregó los menús y se marchó para dejarlos elegir. Sasuke la miro concentrada por encima del menú, o eso trató de aparentar, puesto que su visita estaba clavada en un solo lugar sin leer nada.

El empleado regreso y el Uchiha comprobó lo que pensaba. La Hyuga se había perdido de nuevo en sus pensamientos. La joven volvió a incomodarse y se mantuvo preguntándose que hacia en ese lugar junto a la persona que le causó todo ese desastre.

—¿Está lista para ordenar?—la joven se sobresaltó al escuchar que alguien la llamaba. Confundida, no supo que decir, puesto que no había buscado nada. Sasuke llamó la atención del joven y ordenó por los dos—Yo q-quiero disculparme Uchiha-san—Sasuke arqueo una ceja ante las palabras de la chica—el Sábado me porté de una manera descortés con usted—explicó apenada. El Uchiha por su parte, sonrió dentro de si mismo. La morena le estaba resultando cada vez más interesante.

—Hmph, todo bien, no te preocupes—respondió ocultando sus emociones. La cena llegó y ambos comieron en silencio. Sasuke se sintió muy relajado y cómodo al lado de la ojiluna, así que decidió empezar una conversación—Y cuéntame ¿cómo te sientes trabajando con los niños?— hizo la pregunta, de lo que creía mas adecuado y aparentemente, dio un el clavo, ya que la chica comenzó a narrar lo feliz que se sentía junto a ellos.

El azabache pudo admirar un lindo brillo en sus soñadoras orbes, lo cual la hizo ver mas linda, al igual que la encantadora sonrisa que se palpó en su rostro. La escuchó llamar por el nombre a muchos de los pacientes, mientras le sonreía orgullosa y llena de satisfacción. Sasuke añadió temas acerca de los pacientes y algunas anécdotas, logrando que el ambiente se hiciera muy agradable.

La cena terminó y el Uchiha ordenó cafe para ambos, acompañado de un postre para ella. Continuaron hablando, hasta que el celular de Hinata vibró, sacándola de la burbuja en la que estaba.

—Uchiha-san ¿me podría llevar a mi casa? —preguntó con algo de vergüenza.

—Hmph— soltó y con un movimiento de cabeza, le indicó que salieran luego de pagar la cuenta que Hinata pretendía liquidar. La ojiperla quiso protestar, sin embargo, el azabache no le dio lugar a hacerlo. Los dos salieron mostrando un mejor semblante, que  el que tenían cuando entraron, sobre todo la chica.

Estaban por llegar al auto del Uchiha, cuando un niño pasó ofreciendo flores. El varón tomó una y después de pagar al niño, cortó las espinas del tallo, luego se la colocó a la Hyuga en el cabello. Hinata se sonrojó y agradeció tímidamente.

Ya en el camino, ella le indicó al médico la dirección de la mansión Hyuga y él condujo mirándola de reojo. Una torcida sonrisa se estampó en el perfecto rostro masculino, cuando un pensamiento se apoderó de él ¿Porque no? ¿Porque no conquistarla y salir con ella? Hinata no trabajaba directamente con él, así que eso no sería un problema.
Solo tenía que ganársela, perforando su timidez hasta entrar en su corazón. El verla reír tan contenta, el brillo de sus ojos y esa inocencia que la rodeaba, lo descolocaron, al punto de sentir que deseaba pasar mas tiempo a su lado y tenerla solo para él.

Cuando estacionó frente a la mansión Hyuga, ella le sonrió y le agradeció por las molestias causadas.

—¡Espera! —la retuvo Sasuke al recordar algo—Sobre tu auto, dame las llaves y tu número de teléfono para llamarte cuando esté listo—Hinata no pensó en nada malo y simplemente entregó las llaves y escribió su número en un papel. Después de hacerlo, salió agradeciendo de nuevo cuenta al azabache, al mismo tiempo que se preparaba mentalmente para enfrentar a Neji.

Sasuke, se quedó mirándola hasta que estuvo seguro que ella entró y después arrancó directamente a su departamento. Todavía podía apreciar la relajante fragancia a lavanda que ella dejó en el auto.

Hinata entró en silencio, tratando de pasar desapercibida, no obstante, su plan fue segado al encontrarse con Neji, quien sostenía un ejemplar de la revista, donde aparecía junto al Uchiha.

—Hinata... ¿me quieres explicar que significa esto?—el Hyuga exigió una respuesta, pero fue interrumpido por el timbre de la puerta.

—Buenas noches—Hinata escuchó una voz familiar tras ella y se giró para mirar de quien se trataba.

—Buenas noches Kakashi, pasa por favor—invitó Neji, pasando frente a su prima y dirigiéndose a la oficina, seguido por el Hatake. Hinata volvió a sentir la misma sensación, que sentía cuando conoció al abogado. Llevaba cuatro años sin verlo y al tenerlo tan cerca, la puso ansiosa, tal como sucedía en el pasado—pasa tú también Hinata—ordenó Neji, sacándola de su trance.

Kakashi y Hinata, se sentaron en las sillas frente al escritorio donde estaba Neji. La ojiluna sentía la mirada hostil de Kakashi dirigida hacia ella y eso, aunado a lo decepcionado que estaba su primo, le estaba causando gran incomodidad.

—¿En que puedo servirte Neji?—indagó Kakashi, con voz relajada. Su presencia no fue una casualidad, su primo lo había llamado y ella no tenía idea del porqué.

—Necesito que me hagas el favor de borrar esto lo antes posible—pidió Neji, ofreciéndole la revista al peli plata y mirando a Hinata. La morena no pudo identificar la expresión del Hatake, ya que esté siempre llevaba puesta una máscara que le cubría la boca, no obstante, tras ver el contenido de la revista, hizo una mueca y se giró a verla por unos segundos, antes de volver a enfocar a Neji.

—Bien... puedo borrarlo, incluso puedo amenazar con demandar si no acceden, sin embargo, el problema es, que después de esta nota, posiblemente llegarán otras, con  mas fotos y en diferentes revistas.

—¿Que quieres decir? —cuestionó el Hyuga sin entender.

—Necesitas preguntarle a la señorita Hyuga aquí presente—se giró de nuevo y la miró sin mostrar expresiones—Pregúntale quien es la persona que la acaba de traer a su casa—soltó sin reservas. Hinata, abrió la boca sin poder creer que ese tipo, le hubiera dicho eso a su primo.

Neji dirigió su mirada inquisitiva hacia la chica y ella se estremeció con lo que venía—Hinata, respuestas ahora—la morena tragó saliva. Sabía que no tenía ningún caso tratar de engañar a Neji, él siempre terminaba sacándole la verdad, por lo tanto, no tenía otra alternativa que confesar lo sucedido.

—M me agredieron en el hospital y dañaron mi auto, Uchiha-san me miró y me convenció de subir al suyo, luego me llevó a cenar y ordeno a un amigo que repararan mi coche y por último, me hizo el favor de traerme hasta aquí—lo dijo lo mas rápido que sus nervios le permitieron, pero no pudo evitar derramar unas lágrimas cuando entregaba el teléfono con las fotos de su maltratado auto al castaño.

Decir que Neji estaba molesto, no haría honor al sentimiento, el cual lo hacía querer asesinar a quien se atrevió a lastimar a su prima—¿Porque no me llamaste?  ¿Quien se atrevió a ponerte una mano encima? —cuestionó tratando de no mostrar lo enojado que estaba.

—No te quería molestar, yo siempre estoy dependiendo de ti y no te dejo vivir—soltó sin pensarlo, tomando la flor que Sasuke le obsequió. Neji se levantó y caminó hacia su silla, luego de estar frente a ella, la levantó y le dio un fuerte abrazo.

—Tu nunca serás una molestia, tú eres mi única familia, sólo nos tenemos el uno al otro ¿como crees que no me dejas vivir? Lo único que quiero es que estés bien, que nadie te calumnie, ni te lastime—le palmeo la espalda con cariño y ella sucumbió al llanto.

—No quería preocuparte, debo solucionar mis problemas yo misma—le dijo entre sollozos.

—¡Hinata!—la llamó tratando de tranquilizarla—Ya te dije que nunca serás un problema y en cuanto al médico... alguien como él, no te combine, sin embargo, respetaré la decisión que tomes, así no sea de mi agrado.

—Pero no hice nada con él Nii- san, te lo juro, él sólo fue amable conmigo, no se porque inventaron todo eso, tú también estuviste presente esa noche y sabes que lo dicho ahí, es mentira—argumentó la ojiperla. Neji suspiró mas calmado, después de todo, ella tenía razón, pero su preocupación no lo dejó pensar con claridad.

—Mañana mismo iré al hospital, para pedir los vídeos de seguridad del estacionamiento—decreto decidido—y también voy a hablar acerca de la persona que te agredió.

—N-no-no por favor Nii-san, no lo hagas—rogó en pánico. El solo pensar en que reprendieran a Karin por su causa, le erizo los vellos. No porque le temiera, sino porque sería el cuento de nunca acabar.

—¿Que pasa? ¿Porque no quieres que haga algo? ¿Acaso te amenazaron? —preguntó Neji, con el ceño fruncido.

—No, no es eso, es sólo que no quiero causar problemas. Por favor, no hagas nada, sólo por esta vez—el Hyuga respiro hondo y buscó la mirada de Kakashi, quien se encogió de hombros despreocupado.

—¿Sabe a donde se llevó su carro el amigo de Sasuke? — preguntó el peli plata, dirigiéndose a la joven.

—No, él dijo que pronto estaría listo y pidió mi número de teléfono para avisarme.

—Esta bien, yo hablaré con él y me haré cargo—aseguró sin dejar de ver directamente a las perladas orbes femeninas. Ella se sonrojó y se mordió el labio. Si antes, Hinata pensó que el Hatake la miraba con despreció, ahora ya no tenía ninguna duda al respecto. Seguramente, el abogado tenía asuntos mucho mas importantes, que ocuparse de sus niñerías—Conozco a Sasuke desde hace muchos años, es una buena persona, pero no puedo negar la fama que lo rodea. Debe tener mas cuidado señorita Hyuga. Trate de no acercarse, créame usted no es mujer para él—le advirtió el abogado a la ojiperla y ella se sintió muy ofendida por lo último que dijo.

Pero claro, no soy suficiente para el exitoso médico. Pensó Hinata.

Terminada la reunión, Kakashi se despidió de Neji, garantizando borrar las noticias sobre Hinata. Neji seguía llenando unos documentos y pidió a su prima, acompañar a, Hatake hasta la puerta. Ella obedeció caminando en silencio seguida por el abogado.
Una vez en la puerta, lo despidió sin mirarlo y apenas salió, cerro a toda prisa para retirarse a su habitación.

[...]

Pasaron dos meses desde el incidente de la revista. Las cosas para Hinata estaban un poco confusas. Sasuke se había propuesto a invitarla a salir todos los días. Ahora, Hinata trabajaba con Indra, pero Sasuke se las ingenió para aparecer en los pasillos y encontrarse con ella a solas.

Todos sus amigos se reunían una vez a la semana, en casa de uno de ellos, o también en alguna disco. Neji se hizo muy cercano a Itachi, al igual que ella y a menudo, la Yamanaka y el azabache, cenaban con ambos primos. Otro que también se hizo muy cercano a ellos fue Naruto, incluso, la ojiperla ya conocía a sus padres, los cuales eran excelentes personas. Kushina de inmediato se percató del parecido de la morena con Hikari, quien por coincidencia, también fue conocida por los padres de Naruto.

Sakura a menudo se desahogaba con ella, debido a los conflictos que tenía con la madre de Shisui. Según la medida, su suegra era muy dominante y siempre se estaba entrometiendo entre ella y su esposo.

Karin continuó con su acoso y para empeorar las cosas, últimamente la acompañaban dos de sus amigos, quienes también parecían odiar a la morena. Ella podía fácilmente defenderse de Karin, pero contra Jugo y Suigetsu, jamas podría hacer nada. Los dos tipos le causaban miedo. En algunas ocasiones se encontró a los tres, fuera del hospital y estaba segura que de no ser por la intervención de Sasuke, la hubieran llegado a dañar. Los dos amigos de la pelirroja, también se encargaban de las ambulancias, tal como lo hacían Kiba y Shino.

[...]

Siguiendo las órdenes del Otsutsuki, la ojiperla se dirigió al laboratorio, para llevar unas vacunas. Al entrar, pidió a la recepcionista avisar de su presencia al encargado. La chica, hizo una llamada y le pidió pasar.

Comenzó a buscar las vacunas, según la lista que tenía en la mano, cuando alguien se acercó a ella—¿En que puedo ayudarte? —preguntó un médico que tenía el nombre, Kabuto, estampado en la bata de laboratorio. Su cabello era gris y algo largo. Hinata sintió escalofríos en la espalda, esa persona le recordaba a alguien pero no supo a quien.

—Indra-san, me pidió llevar estas vacunas—respondió entregando la lista y Kabuto buscó con destreza. Rápidamente, le entregó una bolsa y la lista que llevaba. Ella le agradeció y se dispuso a retirarse, pero antes de hacerlo, otro médico se le acercó.

—Hyuga, eh—el varón la miró sin reparos—eres la hija de Hikari ¿verdad?—cuestionó el extraño médico, el cual causaba miedo debido a su aspecto físico . Su cabello era negro, lacio y largo, mientras que sus ojos tenían un tono amarillento.

—Si, ella era mi madre—le respondió al recién llegado.

—Interesante —musitó—en ese caso, mucho gusto, soy Orochimaru y debo decir, que nosotros conocimos muy bien a tu madre.

—E-el g gusto es mío, Orochimaru-Sama, mi nombre es Hinata—tras escuchar que conocían a su madre, ella se mostró mas atenta y respetuosa.

—¿También eres enfermera?—ella asintió a la pregunta.

—Es mi primer trabajo y tengo mas de tres meses de haber llegado—agregó la Hyuga

—Que coincidencia, buscó personas como tú... Permíteme darte mi tarjeta con mi información, si un día necesitas mi ayuda, sólo tienes que llamar, tengo muchos proyectos a punto de comenzar—sacó una tarjeta de entre los cajones y se la entregó a la joven. Ella la aceptó y se despidió con rapidez. Quería salir de ese lugar lo mas pronto posible. Al salir, miró la tarjeta y estaba por tirarla a la basura, sin embargo, sintió que podían mirar su descortesía y optó por guardarla en su cartera. Ya en otro momento se desharía de ella.

[...]

En el aeropuerto de Corea, Obito caminaba lo mas rápido posible tratando de no perder su vuelo. Había adelantado muchas audiencias en el caso de Deidara, pero aún necesitaba las referencias de los amigos de su cliente. Quería volver a Konoha, ya tenía dos meses en Corea y ahora podía regresar por una semana a su hogar.

—PASAJEROS CON DESTINO A KONOHA, FABOR DE ABORDAR POR LA SALA NUEVE.

—¡Oh no!—exclamo en voz alta, mientras corría a toda prisa. Para su buena suerte, llegó minutos antes que cerraran las puertas. Mostró su boleto y se dirigió hacia su lugar. Luego de acomodarse, echó la cabeza hacia atrás y suspiró cansado debido a la carrera que dio.

[...]

—Anda, salgamos a cenar ¿cuanto mas quieres que te ruegue?—le pidió el azabache, a la ojiperla.

—Yo-yo, no lo se Uchiha-san, no se si sea buena idea, recuerde lo que pasó la última vez—argumentó ella.

—¡Hinata! Eso es diferente, te doy mi palabra, que no pasara nada que no quieras.
Si te sientes incómoda, nos podemos marchar y te dejaré en tu casa—lo dijo mirándola de frente. La Hyuga lo pensó. Sasuke estaba pidiendo salir con ella desde el día que dañaron su auto. En cada ocasión, buscó excusas para negarse y ahora ya no sabía que más hacer. El médico era muy atractivo y había estado pendiente de ella. Ino, Sakura  y hasta Tenten, le animaron a darle una oportunidad. No sabía que pensar y para esas alturas, había perdido las esperanzas de encontrarse con el moreno atractivo.

—Esta bien, aceptó —finalmente accedió y el Uchiha sonrió de medio lado.

—Te prometo que no te vas a arrepentir... pasaré por ti, a las ocho en punto—después de esas palabras, Sasuke tomó su mano y le dio un casto beso, que sonrojó a la enfermera.

Horas más tarde, Sasuke hablaba por teléfono, mientras conducía en dirección a la mansión Hyuga, donde recogería a Hinata. Terminó la llamada y aceleró, esta vez no arruinará las cosas, le costó mas de dos meses convencer a la chica y pensaba aprovechar la oportunidad con ella. Tal vez ya era hora de sentar cabeza.

...

Hinata se colocó el prendedor de perlas en su cabello y se vistió con un vestido largo estilo griego en color perla, con detalles dorados. Lo combinó con aretes y pulseras a juego y terminó con unas sandalias  doradas de tacón alto.

Su maquillaje era discreto y el cabello suelto, sólo fue recogido un poco, justo en medio de la coronilla, donde colocó el valioso prendedor, asemejándose a una princesa griega.

Estaba muy nerviosa, nunca antes salió a una cita y Neji casi sufrió un colapso cuando le dio la noticia de la cena. Yuki tocó la puerta, para avisar que Sasuke esperaba por ella, así que tomó su bolso y salió a encontrarse con él.

El Uchiha la esperaba fuera de la mansión, pues no quería problemas con Neji.
Miró la puerta abrirse y en breve, Hinata se mostró en toda su gloria, trago saliva al mirarla y sólo podía compararla con una reina. El toque elegante, aunado a la elegancia e inocencia, la hicieron peligrosamente atrayente. Esa mujer era capaz de quitarle el aliento a cualquier hombre y él encabezaba la lista.

—¡Te ves hermosa !—exclamo sin dejar de mirarla, la Hyuga se sonrojó y agradeció.

—U-usted también se ve muy bien—añadió nerviosa. Sasuke vestía un costoso traje en color negro, con camisa gris. parecía modelo de televisión, demasiado guapo, pensó  Hinata.

El varón abrió la puerta del  auto para que ella subiera y una vez la acomodó, se fue hacia el asiento del conductor. Condujo cerca de diez minutos, hasta llegar a un lujoso restaurante. Él abrió la puerta y tendió la mano para que ella la tomara.

—Pasen por aquí Uchiha-san—pidió un camarero del elegante lugar. Los dos caminaron de la mano siguiendo al empleado. Ella miró todo el entorno sin saber que decir, el lugar era muy elegante y agradeció mentalmente por estar vestida como estaba.

Por el rabillo del ojo miraba a Sasuke, sabía que era atractivo, pero nunca antes se percató de la perfección en su rostro. En ese momento, entendió porque las mujeres enloquecían por él. Algo  en su interior se removió, al sentir el brazo del Uchiha rodear su cintura. Todo parecía un sueño, un cuento de hadas de los que leía para los niños.

Pasaron por todo el lugar y al final estaba una mesa apartada para dos personas.
Grandes acuarios la dividían de las otras, dando un toque de privacidad y
romanticismo. La cena transcurrió tranquila, el Uchiha no perdió detalle de la joven frente a él y cuando terminaron, hizo una seña al mesero.

La morena estaba maravillada, con el acuario, había pequeños tiburones y medusas, marinas y al volver sus orbes hacia el Uchiha, se quedó estática en su lugar.

Un grupo de meseros se acercó a ella, entregando ramos de flores y cada una de ellas estaba marcada con un número—Cada una de estas flores, significa un día de tener la suerte de conocerte... Hinata Hyuga ¿quieres ser mi novia? —preguntó Sasuke frente a ella, sosteniendo la ultima flor en su mano.

Ella se derritió, nunca antes pensó que algo así pudiera pasarle. Esas escenas sólo ocurrían en el cine. El rostro iluminado por las luces y el cuerpo inclinado hacia ella, hizo que Hinata pensara, que el Uchiha era su principe azul. Tomó la flor que sostenía el azabache, junto a las que ya le habían entregado y afirmó con la cabeza.

—Si quiero, si quiero ser su novia— respondió a punto de llorar por la sorpresa. Sasuke la tomó en sus brazos y todos los presentes comenzaron a aplaudir.

Mas tardé, Sasuke llegó frente a la mansión Hyuga para dejar a su hermosa novia. Bajó del auto y le ayudó a ella. Hinata se despidió con las flores en sus brazos y antes de poder entrar, el Uchiha le tomó el brazo y la pegó a él, sellando sus labios a los de su novia. Hinata se asustó en un principio y después, comenzó a seder dejándose llevar por la experta boca masculina. Terminaron por falta de aire y pegaron sus frentes por unos segundos.

—T-tengo que entrar —anunció la sonrojada y temblorosa chica tras recibir su primer beso. El azabache asintió y la dejó entrar, no sin antes darle otro beso.

...

Sasuke llegó a su departamento, entró y se fue a su habitación, aún sonriendo y tocando sus labios—Tardaste mucho, te estoy esperando—escuchó una voz conocida y frunció el ceño con molestia.

—¿Que demonios haces aquí Karin? —exigió respuesta, a la mujer desnuda sobre su cama.

-Ven aquí, por favor, te necesito —pidió con voz melosa.

—Será mejor que te largues. Hinata finalmente aceptó ser mi novia y no la pienso poner en riesgo, por ti—Karin apretó la mandíbula con fuerza, pero no hizo ningún escándalo. En su lugar, buscó otro camino.

—No me importa, Sasuke, te juro que no voy a intervenir, pero déjame estar contigo, ella nunca lo sabrá—se acercó a él al mirarlo dudar. Aún desnuda, comenzó a quitar el cinturón del Uchiha, para seguir con el resto de la ropa. Sasuke no lo pudo evitar y cedió a los encantos de Karin.

Continuara.

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