Capitulo 20

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


Hinata sintió, que su corazón se había partido por la mitad, al mirar como se alejaba Obito, después de haber terminado su relación. Había sido una de las decisiones más difíciles que tuvo que tomar, pero ya no había otro remedio.  Entró a la mansión sin dejar de llorar. Se sentía perdida.

Entró en la recámara de su padre, tratando de encontrar un poco de consuelo. Todo permaneció intacto, como lo recordaba la última vez que entró, pero ahora también se hallaban las pertenencias que el patriarca tenía en Suna. Perdida en los recuerdos, de los días felices, que vivieron, comenzó a revisar uno a uno de los objetos dentro de esas cajas de plástico.

Encontró toda la documentación y las matrículas de Hanabi y también la de ella. Se veía que su padre se había tomado mucho tiempo en buscas los mejores lugares, para enviarlas a estudiar. Continuó mirando todo y de pronto su vista se dirigió hacia la vieja cartera del patriarca. Derramo más lágrimas recordando que siempre la llevaba con el. Lentamente la abrió y se encontró con poco, ya que la que usaba con su identificación y licencia, posiblemente desapareció con la mayor parte del avión. Antes de dejarla, en su lugar, abrió un pequeño compartimento-¿Pero que es esto?- se pregunto en voz alta, para ella misma, al encontrar la fotografía de una joven y aunque se, veía que era de muchos años atrás, ella bien sabía quién era esa mujer.

—¡Calipso¡—la ojiperla no tuvo que ser un genio, para atar cabos. Ellos dos se conocieron y no solo eso, sino que también tuvieron algo, de otra manera, su padre no conservaría una fotografía de ella y tampoco ella iría a su tumba a llorar.

Hinata se sentó en la cama, todavía desconcertada por el descubrimiento que acababa de hacer. Luego de muchos minutos, una sensación de tristeza la lleno, al recordar a su madre ¿sabría ella acerca de la relación que mantuvieron? No había nada de malo en que ellos fueran algo en el pasado, lo triste fue, que al parecer, su padre nunca dejó de quererla y esa foto lo demostraba. Luego recordó lo buen padre que fue Hiashi y como lo miro llorar después del asesinato de su madre y quedó mas confundida que antes.

Pensó en buscarla para que le contará todo, pero ¿y si se molestaba? Tampoco podía visitarla como si nada hubiera pasado entre ella y Sasuke. Después de ese último pensamiento, recordó lo que le dijo Fugaku, el único día que se vieron. Lo más seguro es que también el hubiera sido consiente del pasado y por ese motivo, se porto tan grosero con ella.
—¡Madara-san—murmuró segura que con el, obtendría todas las respuestas que buscaba. Colocó todo donde lo encontró y salió cerrando la habitación. Aún tenía que tomar un poco de ropa, para dormir en casa de Neji, por unos días y no quería tardar mucho, para no preocuparlos. Más adelante le haría una llamada a Madara, para obtener información, aunque era con Mikoto, con quien le hubiese gustado hablar y quizás preguntar, si quería su fotografía de regreso.

...

Días después Hinata llegó a casa de Neji, un rato antes de la cena y se dio cuenta, que su primo tenía visita.

—Buenas noches señorita—la morena se quedó pasmada ante el amable saludo de Hatake. No es que nunca la saludara, sino todo lo contrario, el hombre era muy educado, pero su semblante de desagrado, que siempre tuvo hacía ella, esta vez no estaba presente.

—Buenas noches Hatake-san—respondió como lo hacía siempre y se fue hacia Hizashi, para sentarlo con ella.

—¡Te quedas a cenar!—decreto Neji hacia su amigo, sin esperar una negativa. El peli-plata asintió y también se sentó con todos en la mesa del comedor. Miró a Hinata, debido a que quedó frente a el y pudo notar los ojos hinchados, seguramente por las lágrimas. Ella evitaba encararlo, como lo hacía siempre y eso lo hizo reflexionar, en lo equivocado que estuvo todos esos años. Se le veía mas linda, seguramente por el embarazo, aún debajo de toda la tristeza, irradiaba luz

—¿Como te fue en la clínica?—le preguntó Tenten, viendo como los varones hablaban de asuntos aburridos.

—Bien, fue un día ocupado—respondió besando la coronilla del pequeño.

—¿Y lo del Uchiha? ¿Te sientes un poco mejor?—Kakashi escuchó la pregunta y también quizo escuchar la respuesta.

—No, pero creo que fue lo mejor y con el tiempo...tal vez me sienta mejor—se encogió de hombros con tristeza casi a punto de llorar, puesto que tenía ganas de verlo, de amanecer abrazada por sus fornidos y fuertes brazos, que hasta hacía muy poco, la hacían sentir segura.

Kakashi escuchó y no pudo evitar, querer golpear a su amigo. Si ese tonto continuaba con esa actitud, terminaría perdiéndola y aunque esa hubiera podido ser su oportunidad, para acercarse a ella, no lo hizo sentir feliz, pues comprendía que ellos se amaban y les sería difícil romper con eso, sin contar con el lazo que los uniría para siempre.

La cena terminó y todos se levantaron. Tenten llamó a Neji, para mostrarle algo, quedando Kakashi a solas con Hinata, por unos minutos. Ella como siempre, evitaba verlo y puso toda su atención en Hizashi.

—¿Como va su embarazo?—la chica de inmediato levantó el rostro y lo miró con sorpresa—Obito me lo dijo—aclaró notando la duda en ella.

—Todo esta bien...gracias por preguntar Hatake-san—respondió todavía sin poder creer que ese hombre estuviera siendo amable con ella y que Obito hablara acerca de su embarazo. Eso le dio una pequeña alegría.

—¡Escuché! Se que en el pasado, mi comportamiento hacia usted, ha sido cortante y eso la ha llevado a pensar que usted, no me agrada—Kakashi no iba desaprovechar la oportunidad de mostrar que no le desagradaba, como ella pensaba—Quiero que sepa, que yo la admiro. La admiro por saber cómo enfrentar la adversidad, sin darse por vencida, perdóneme si mi actitud le hizo pensar lo contrario—la ojiperla aun no podía reaccionar ¿acaso estaba en un sueño? ¿Hatake le dijo que la admiraba? Eso definitivamente, tenía que ser un sueño—Me gustaría empezar de cero con usted ¿que le parece?—preguntó sonriendo aún debajo de la máscara.

—Yo-yo, no se que decir...pensé que yo le caía mal—Kakashi sonrió de nuevo pensando en todo lo que se perdió, por sus estupidos prejuicios.

—Entenderé si no quieres que me acerque y permanezca como antes—le digo desanimado, pero a la vez comprendiendo que no podía borrar en un solo día, años de indiferencia.

—No...yo si quiero empezar de cero con usted Hatake-san—afirmó con una tímida sonrisa.

—En ese caso, empecemos por mi nombre, de hoy en adelante, solo llámeme Kakashi—la miró fijamente esperando respuesta y lo que consiguió, fue un adorable sonrojo.

—E-esta bien, Kakashi...usted, también llámeme sólo Hinata y tutéeme—Neji y Tenten regresaron y minutos mas tarde Kakashi se retiró, sintiendo que se había quitado un gran peso de encima. Para Hinata también fue muy agradable quedar en buenos términos con el peli-plata, después de todo, el era una buena persona y para muestra, bastaba ver la confianza que su padre y Neji, depositaron en el.

[...]

El azabache, entró en ese apartamento, donde había vivido la mayor parte de su vida y no pudo evitar, sentirse inmensamente solo. Todo era tan frío, tan gris ¿como se suponía que viviría sin ella? ¿Como podía, no estar cerca ahora que le daba la dicha mas grande? Ella llevaba dentro al hijo de ambos, producto del amor y solo del amor que ambos se tenían. Su bebé, no era producto sólo de obsesión y deseo, ese pequeño fue hecho con mucho amor. Aunque ella dijera lo contrario, el la amaba, incluso mas que a el mismo.

Había pasado una semana y para el se sentía como un año. Desesperado y con miedo a nunca más recuperarla, llamó a Itachi, para que le ayudara, el siempre fue el más sabio e inteligente, de todos los Uchihas, así que hizo a un lado su orgullo. De antemano sabía lo que su primo le iba decir y aunque no le gustaba la idea, en esta situación, pensaba hacer todo lo que fuera necesario, para traerla de regreso.

[...]

—¿En que puedo ayudarte Obito?—Itachi, se sentía muy curioso por la reciente llamada que recibió del abogado, para hablar sobre algo muy importante. Obito en raras ocasiones, lo buscaba para pedir ayuda y en esta vez, lo escuchó desesperado, así que de inmediato aceptó al pedido reuniéndose en un restaurante tranquilo, cerca del hospital.

—Se trata de Hinata...—Obito agachó la cabeza avergonzado de lo que pasó entre ambos por su culpa.

—¿Que pasa? ¿Ella se encunará bien?—cuestionó preocupado, pero su primo asintió con la cabeza.

—Ella, terminó conmigo—el azabache menor, lo miró extrañado, aunque no pasó mucho tiempo, antes que atará cabos.

—¿Que fue lo que hiciste Obito?—el nombrado desvió la mirada y comenzó a relatar lo sucedido, hasta el día en que ella lo terminó.

Itachi se llevó los dedos al puente de la nariz, el sabía que tarde o temprano, el carácter volátil de Obito, terminaría dañando a Hinata y lamentaba no haberse equivocado, por otro lado se lleno de orgullo por el golpe que su tío le dio a su rebelde primo. A su modo de ver, eso debió hacerlo muchos años atrás.

—Todavía hay más—el moreno de coleta lo encaro de nuevo—Hinata está embarazada ¿te das cuenta? No quiero perderla, necesito tu ayuda, tu siempre sabes que hacer—soltó con súplica.

—No me iré con rodeos...tu sabes que es lo que te voy a decir. Ahora la pregunta es ¿estas dispuesto a poner todo de tu parte?—cuestionó, esperando la respuesta.

—Si con eso puedo recuperarla, lo haré—respondió sin titubear, pues ese era el objetivo que mas le interesaba, de lo contrario enloquecería sin ella. Todo ese tiempo sin tenerla con el, le estaba pasando la cuenta, pues casi no dormía y ni hablar de comer, lo único que quería era embriagarse, para adormecer el dolor.

—Me alegro, que estés dispuesto a todo, incluso a un posible acercamiento con tu padre—el mayor agacho la cabeza, queriendo contar lo último que también le molestaba—¿Hay algo más Obito?—inquirió al ver a su primo dudoso.

—Mi padre me dijo que ya no le importaba acercarse a mi y que siente vergüenza, de ser mi padre...también me grito que Sasuke, es mas hombre que yo—confesó dolido, sin saber porque, ni cómo explicarlo.

—Supongo que lo dijo por el calor del momento—Itachi se quedó sorprendido, ante lo dicho por el mayor, ahora se daba cuenta, que lo ocurrido esa noche, debió ser muy fuerte, de otra manera Madara no hubiera dicho todo eso, o quizás ya se había dado por vencido, después de rogar por tantos años, un perdón y una oportunidad, sin tener ninguna culpa—De todos modos, déjame encargarme de todo, pero te advierto, que debes poner mucho de tu parte—Obito asintió sin dudarlo y se despidió de Itachi, para continuar con sus deberes.

...

El Uchiha, también buscó a su mentor y dio a conocer toda la situación. Tal y como lo pensó, Minato le sugirió hacer exactamente lo mismo que sugirió Itachi. Kushina escuchó sobre el embarazo y estuvo furiosa con Obito, por no haber formalizado nada con la linda chica, después que supo el resto de la historia, su semblante era aterrador, pero de igual manera lo apoyo y después se puso feliz por la existencia del futuro bebé.

La pelirroja se maravilló diciendo que sería abuela y que compraría muchos regalos para esa criatura.

[...]

Karin se puso como loca, cuando Sasuke le dio la demanda del divorcio. De inmediato, trató de ponerse en contacto con Fugaku, pero no lo encontró por ningún lugar y su madre, le contó que su padre también se la pasaba fuera del país, la mayor parte del tiempo y que se encontraba muy paranoico.

Lo único que pudo hacer ante la amenaza de su marido, fue gritarle, que no le daría la custodia de Taro. Ella no había llegado tan lejos, para divorciarse, ademas ni siquiera tenía ningún caso pues la estupida Hyuga, no hacía más que andar con Obito por todos lados. Sasuke ya no tenía oportunidad ¿entonces para que divorciarse?

—Sera mejor que firmes Karin, es un acuerdo Justo el que te estoy ofreciendo—recalcó Sasuke, evitando perder la poca paciencia que tenía.

—Si firmó, me quedo con la custodia de Taro—amenazó con lo que más quería su marido.

—Ni loco dejaría a Taro bajo tu cuidado...y será mejor que lo hagas por las buenas, o de lo contrario nos veremos en los juzgados. Esta vez no podrás obligarme a nada, porque tengo pruebas de tu mala conducta con mi hijo y por lo demás, ya no tengo nada que perder, como sucedió en el pasado—soltó con tristeza.

—No lo haré—le grito furiosa.

—Entonces será como tú quieras—el azabache, tomo su maleta y la de su pequeño, para abandonar la casa que compartió con Karin, pero que ya no podía quedarse ni un día mas. Subió a Taro, en su auto, para vivir con Itachi por unos días, mientras conseguía algo para ambos y sobre todo, una persona que cuidara de su hijo, mientras el trabajaba.

...

Media hora mas tarde se estacionó en la residencia de su hermano y de Ino. Los dos le hicieron el ofrecimiento, para vivir con ellos, en especial Ino, la cual adoraba a su hijo.

Itachi, Ino y Mikoto, los esperaban afuera, para recibirlos y las dos mujeres acapararon al niño de inmediato.

—Ven para que veas todo lo que compramos para ti—Ino, lo tomo en brazos y lo llevó con ella a una de las habitaciones, que arreglaron ella y su esposo, para el pequeño sobrino.

A Mikoto le partía el corazón, no poder ayudar a Sasuke, llevándolos a su casa, que también era de sus hijos, pero con Fugaku fuera de control, no se pensaba arriesgar, ya vería la forma de conseguir una buena niñera, para Taro. Por el momento, eso era lo único que podía hacer por ellos.

[...]

Madara, se sentó en el sofa de la sala sosteniendo un trago, aun sin poder creer, lo que Itachi le acababa de contar. Lo cierto, es que no sabía que pensar al respecto ¿cuanto tiempo, quizo esa llamada? ¿Cuantas veces le rogó por ser escuchado? Ni siquiera tenía la cuenta. Ahora de buenas a primeras, su hijo quiere asistir a terapia ¿será por perder a Hinata? ¿Quizás porque el saber que será padre lo removió? No importaba el motivo, de igual manera asistiría a la terapia, si con eso conseguía el bienestar de su futuro nieto.

—¡Madara-sama! Tiene visita—le informó la ama de llaves, sacándolo de sus pensamientos.

—¿Quien es?—preguntó extrañado pues nunca nadie lo visitaba, a menos que necesitaran algo, como lo hizo Jiraya, tiempo atrás.

—Es la señorita Hyuga—Madara se puso de pie y le dijo a la empleada que el se encargaba de recibirla. Con rapidez avanzó hacia la entrada, temeroso de que algo malo hubiera pasado, pues era la primera vez que ella lo visitaba en su hogar.

—¡Hinata! Pasa por favor—el azabache la tomo del brazo y la guió hasta la sala—¿Pasa algo?—preguntó, una vez le indicó que se sentara.

—No, no es nada malo...disculpe por venir sin avisar, pero tengo algo que hablar con usted—le dijo nerviosa—Se trata de mi padre y de Mikoto-san—el Uchiha se sorprendió, con lo dicho.

—Esta bien ¿te ofrezco algo de tomar?—el ama de llaves espero por el pedido.

—Solo agua, por favor—la chica apretaba los puños en su regazo, un poco nerviosa, mientras la fémina se marchaba para traer el agua—Usted me dijo que conoció a mis padres desde antes de casarse—Madara asintió—¿Entonces usted debe saber, acerca de lo que hubo entre mi padre y su hermana?—le preguntó sin más rodeos.

—Supongo que si estás aquí buscando respuestas, es porque ya debes saber algo ¿verdad?—ella le confirmo—Ellos fueron novios antes de la llegada de Fugaku...ambos mantuvieron un noviazgo que parecía no tener un final. Tanto Hiashi, como Mikoto, se amaban, a tal grado que todos pensamos, en un matrimonio—reveló el moreno.

—¿Y que pasó? ¿Como fue que terminaron?—cuestionó aun más curiosa que antes.

—La respuesta es Fugaku—soltó el azabache, mirando como Hinata recibía el vaso con agua—Después de la llegada de ese imbecil, todo entre ellos terminó y las cosas nunca volvieron a ser iguales...Hiashi se deprimió mucho, estuvo solo por largo tiempo sin poder con el dolor del abandono.

—¿Entonces ella no lo quería de igual manera?—cuestionó enternecida por su progenitor, ya que no podía imaginarlo, sufriendo, siendo un hombre tan inquebrantable, como ella pensaba.

—Mi hermana lo amaba, igual o incluso mas que el...pero Fugaku, hizo algo que aun no puedo descifrar, para que ella abandonara a Hiashi y se casara al poco tiempo con el—Hinata se sorprendió por la revelación. Si bien es cierto, que el padre de Sasuke, no le gustó, tampoco se imaginaba que pudiera ser una mala persona.

—¿Mi padre llegó a querer a mi madre?—Madara sonrió, con cariño por la preocupación de la chiquilla.

—Si, tu padre si llegó a querer a tú madre...quizás, no con el mismo frenesí que amo a Mikoto, pero Hikari, fue quien sacó a Hiashi, del abismo en el que se había sumergido, por mucho tiempo—la ojiperla, suspiró aliviada y le contó al azabache, como fue que encontró la fotografía de su hermana en las pertenencias de su padre y Madara también le contó todo lo acontecido en ese tiempo, omitiendo la información que obtuvo de Jiraya, pues podía poner en riesgo a la joven, aunque le dejó muy en claro, no acercarse a Fugaku, argumentando, que no era una buena persona.

La hora de la cena llegó y la morena pensó en retirarse, pero cuando miró, lo sólo que estaba Madara, decidió quedarse a cenar con el, mientras continuaron hablando de más temas, en especial del bebé.

—Es una hermosa fotografía—remarcó la ojiperla, cuando se disponía a marcharse, pero al ver el retrato familiar, no pudo evitar contemplarlo, sobre todo a la hermosa mujer, que supuso era la madre de Obito, como también a el. Los tres se veían radiantes y felices. Obito era muy lindo, desde niño pensó, con melancolía.

—Gracias...esa foto fue poco tiempo antes del accidente, donde perdí todo lo que era importante para mi—el tono de tristeza, logró conmover a la Hyuga y sin esperarlo, las lágrimas escaparon de las perlas—No quise hacerte llorar—el mayor, le limpio las lágrimas con un pañuelo—Aunque no lo creas, tú llegada ha llenado de luz mi vida. Saber que pronto seré abuelo, le trajo una nueva esperanza a mi solitaria existencia—Hinata le dio un abrazo y le agradeció por todo, quedando de verse mas seguido, o mantener contacto telefónico, cuando tuviera chequeos médicos.

—La señorita, le hace bien Madara-sama—le dijo el ama de llaves, al verlo sonriendo, sin la sombra de tristeza que mantenía a diario.

—Ella es la futura madre de mi nieto y con un poco de suerte, también será mi nuera—la fémina se sorprendió con la información, pero también se alegro por su jefe, pues era Justo, que tuviera un poquito de alegría, después de vivir en soledad por tantos años.

[...]

Llegó el fin de semana y los amigos de la ojiperla, organizaron una reunión en un restaurante para celebrar el cumpleaños de Shizune. Naruto fue quien tuvo la idea y se dispuso a enviar un mensaje de texto a los amigos de la médica. Hinata, no estaba segura de ir, o no, pero tenía mucho tiempo sin ver a sus compañeros y todos los del viaje estarían presentes.

Tenía dos días de haberse mudado a su casa y la única manera de convencer a Neji, fue llevando a Yuki con ella. Trató de negarse, pero tras muchos argumentos de su primo, no le quedó otro remedio que acceder.

Terminó de arreglarse y se despidió de su nana. El taxi que llamó, ya estaba afuera, para ir al lugar planeando, porque no se sentía con ánimos de conducir. Llegó, al mismo tiempo que Jugo.

—¡Hinata! Que gusto de verte—el chico miró en todas las direcciones, antes de abrazar a su amiga. Tenía que asegurarse que el celoso Uchiha, no montara una escena por un simple saludo.

—También me da mucho gusto verte—lo miro sosteniendo un gran arreglo floral el cual llevaba bien acomodado en su auto. La ojiperla sonrió sabiendo bien, para quien era.
Antes de poder preguntar nada, se unieron a ellos Genma, Yamato y Shion. Los tres se alegraron de ver a la ojiperla "sola" así podían recordar viejos tiempos, sin que nadie les arruinara el momento.

Entraron sonriendo y en la mesa ya se hallaba el resto del grupo. Después de las felicitaciones, a la festejada, todos se dirigieron a la Hyuga.

—¿Donde dejaste al celoso?—preguntó Shion, sin reservas, pues a ella le caía muy mal.

—Nosotros, ya no estamos juntos—respondió, en el momento que llegaron las bebidas que anteriormente, pidió Suigetsu, sabiendo los gustos de todos.

—¿En serio? ¿Pero tu estas bien Hina?—Shizune, realmente se preocupo por la chica. Naruto, fue el único que no dijo nada, ya que escuchó a sus padres hablando sobre ese tema y como amigo de ambos, sintió tristeza.

—Estoy bien, no se preocupen por mi—forzó una sonrisa y Ayame le acercó la bebida.

—¿Que pasa porque no estas tomando la bebida? ¿Si quieres pido una diferente?—ofreció Suigetsu, preocupado.

—Todo esta bien, es solo que...—suspiro para poder confesar—Estoy embarazada—toda la mesa se quedó en completo silencio. Los segundos le parecieron horas a la ojiperla, mientras veía la incredulidad en los rostros de sus amigos.

—Felicidades Hina-chan—Naruto rompió el silencio y se puso de pie, para abrazar a la morena. Después del trance, todos comenzaron a felicitarla, pero aún no se atrevían a preguntar, porque se separó del Uchiha, precisamente ahora que serian padres.

La noche continuó y poco a poco, Jugo se fue acerando a la mujer que logró ganar su corazón. Ella era unos años mayor que el, pero eso no le importó al joven. El problema fue, que a la doctora, si parecía afectarle ese hecho y no se decidía, a dar el siguiente paso.

—No me engañas, se que no estas bien ¿hay algo que pueda hacer por ti?—le preguntó Yamato, a la ojiperla, al momento de sentarse junto a ella. El la empezó a conocer durante los casi dos años juntos y se dio cuenta que no estaba bien.

—Estoy muy confundida—le respondió y el castaño la insistió a que le contará, lo que la tenía en ese estado, dado que los otros, chicos ya se habían pasado de tragos y Naruto, hasta había empezado a cantar en el Karaoke, acompañado de Genma y de Shion.

—¡Vamos...! Te llevaré a tu casa, estos locos, ni cuenta se darán de nuestra ausencia—la ojiperla lo siguió sin pensarlo mucho. Yamato siempre le causó mucha confianza.

...

—Grasias por todo—la Hyuga agradeció al médico, cuando llegaron frente a su hogar. Yamato asintió, conforme de ver, que la joven, se quedaba mas tranquila.

Hinata se dispuso a entrar, pero antes de hacerlo, miró hacia la calle y le pareció ver el auto de Obito. Se quedó quieta, por unos segundos, luego se dio cuenta que lo mas seguro, era que se había equivocado y finalmente entró.

Se sentía muy triste, después de tantos días sin verlo. Entró en su habitación y sucumbió al llanto. Las hormonas del embarazo no hacían mas que empeorar su estado de ánimo.

...

Una vez entró la ojiperla, Obito se quedó mirando por largos minutos. Tenía las ultimas noches, yendo a verla de lejos y esa noche, su corazón se oprimió, al verla llegando con Yamato, continuando con su vida excluyéndolo a el. Kakashi tenía razón, logró alejarla de todos, por sus celos y pensó que ella estaba conforme, pero ahora veía que no fue así y que se portó muy egoísta, con la mujer que amaba.

Continuara.

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