Capitulo 17

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

En el aeropuerto de Konoha, se encontraba la familia Hyuga despidiendo a la morena y a Obito.

Por complicaciones en los juzgados, el viaje se atrasó un mes y Tenten, insistió en despedirlos antes de abordar, puesto que últimamente no miraban mucho a Hinata, en parte por el Uchiha y también por las entrevistas de trabajo que realizó la ojiperla, en los últimos días. Yuki optó por verla la noche anterior, al igual que algunos de sus amigos.

Hinata sostenía en brazos a su adorable sobrino Hizashi, quien la llenó de besos, Neji por su parte, mantenía una postura rígida, con los brazos cruzados y mirando al Uchiha, con un toque de advertencia. Tenten se dedicó a sonreír y preguntar que lugares visitarían una vez llegarán a su destino.

—Cuida bien a mi prima—le pidió Neji al azabache, apartándolo de las mujeres, para que no escucharan—Tu sabes, que ella es mi única familia, después de mi esposa e hijo—concluyó, sin dejar de lado su rigidez.

—No tienes de que preocuparte, yo amo a Hinata y soy capaz de morir, antes que algo malo le suceda—le respondió Obito, entendiendo la preocupación del Hyuga, pues al igual que el, Neji también quería a su Hinata.

—¡Hinata!—la llamo Tenten para atraer su atención, al mirar a la ojiperla entretenida con Hizashi.

—¡Eres una ternura¡—exclamo la morena, besando las mejillas regordetas de su sobrino—¿Me llamaste Teten?—cuestionó, una vez terminó de apapachar al niño.

—Se que estas últimas semanas, no nos hemos visto, como deberíamos, pero desde que sales con Obito-san, es mas complicado—le explico la castaña—Solo quiero preguntarte ¿estas segura de que el es el hombre que te puede hace feliz? Me refiero, a que...bueno, yo nunca pensé que el té interesara como novio—soltó la castaña, lo que hacía tiempo quería decir, pues el Uchiha, no hacía nada, por ocultar su lado posesivo, hacia Hinata y temía que su amiga, por su comportamiento noble, no dijera nada.

Hinata se quedó en silencio por unos segundos, en los cuales comprendió, la preocupación de su mejor amiga—Estoy completamente segura, que Obito es el hombre de mi vida—declaró con una genuina sonrisa—No tienes nada de que preocuparte, el es muy bueno conmigo...Yo nunca antes, fui tan feliz, como lo he sido estas últimas semanas—solo esas palabras, bastaron, para que la castaña, se relajara y sonriera complacida, ya que eso era lo que le importaba, que Hinata fuera feliz.

—Me da mucho gusto, que finalmente, encontraras a la persona correcta, la que comparte tu sueños y tus añoranzas—le dijo Tenten, emocionada, divisando a Neji desde lejos—¡Oh Hina...! Es tan reconfortante compartir la vida con el hombre que amas, el que se cree es tu alma gemela. Tu primo y Hizashi, son todo para mi, luego están mis padres, ellos complementan mi vida y es justamente, lo que deseo para ti—la Hyuga sonrió por la mirada soñadora que puso Tenten.

—Te agradezco, tus buenos deseos y te comprendo cuando dices que ellos te complementan, porque eso es lo que siento con Obito—la morena de pronto se quedo pensando, en lo dicho por su amiga ¿Obito compartiría sus mismos sueños? Ellos hablaban mucho, pero en ningún momento, confesaron sus añoranzas, ni sus sueños a futuro ¿el pensaría igual que ella? Las dudas la asaltaron. Aunque ellos llevaban pocas semanas de estar saliendo, ella sentía que era mucho lo que habían compartido, dado que se conocieron, dos años atrás.

Salió de sus pensamientos, en el momento que Neji y Obito, se acercaron a ellas, para pasar los últimos minutos conversando antes de abordar.

...

Tenten abrazó a Hinata, cuando escucharon que llamaban a su vuelo. Obito también se despidió de los tres Hyugas y tomando la mano de Hinata, se dirigieron hacia el area de abordaje. Estaba contento, esa era la primera vez que ellos viajaban juntos y aunque eran solo tres días, quería que fueran inolvidables, para su novia.

Debido al trabajo, que se presentó, no habían podido verse a diario y Hinata, siempre encontraba una excusa, para no dormir en su apartamento o en casa de Neji, ella preferiría quedarse sola en la mansión Hyuga. Ese hecho, les ocasionó, algunos desacuerdos y muy a regañadientes, Obito terminó cediendo, debido a los guardias que Neji, colocó para vigilarla.

—¿Estás lista?—le preguntó el azabache, una vez se sentaron en sus lugares, dentro del avión.

—Si—respondió seca, sin darse cuenta, por estar perdida en sus pensamientos.

El Uchiha frunció el ceño, por la respuesta de Hinata. La veía distraída, como si algo le estuviera preocupando—¿Te pasa algo?—le pregunto tomándole la mano.

—¿He?—la morena miraba por la ventana sin prestar atención a nada—Si es bonita vista—afirmó, en automático creyendo adivinar, lo que el Uchiha le había preguntado.

El azabache guardó silencio, sabiendo que no se había equivocado, Hinata estaba muy distraída, desde que subieron al avión, tanto que ni siquiera escuchó la pregunta que le hizo y terminó respondiendo cualquier cosa, que le vino a la mente. Sin querer presionarla, decidió que tenía los siguientes días, para averiguar que era lo que la tenía preocupada.

...

Obito, saco su computadora portátil y puso una película, para los dos. Hinata colocó la cabeza en el hombro del azabache y luego de unos minutos, quedó dormida, sin terminar de ver la película.

...

—¡Muñeca-muñeca!—la llamo el Uchiha, para que se colocara el cinturón de seguridad, puesto que ya en minutos el avión aterrizaría en Hong Kong.

—¿Llegamos?—preguntó adormilada. No creía que se hubiera quedado dormida, solo cerró los ojos por un momento y ahora resulta que ya estaban llegando.

Obito, le dio un beso en la frente y le pidió que se preparara para aterrizar.

Los dos caminaron por el aeropuerto, rumbo al taxi que los llevaría hasta el hotel.

La habitación era muy grande y aún era temprano. La cita del Uchiha no sería hasta el día siguiente, así que después de comer, se ducharon y comprobaron la suavidad de la cama, antes de salir a dar un paseo por los alrededores de la cuidad.

[...]

Fugaku arrojó la copa de cristal, contra la pared, al terminar de escuchar, lo que uno de sus empleados le informó.

—¿Estas seguro?—cuestionó irritado.

—Si, esta mañana, el infiltrado que tenemos en el puerto, me llamo  para informarme que los agentes anti narcoticos confiscaron la mercancía que acababa de llegar—reafirmó el empleado, muy preocupado.

—¡Maldicion! Esto, nunca antes ha pasado...¿Será que alguien nos traicionó?—cuestionó, tratando de encontrar una explicación lógica.

—Eso no es todo Fugaku-san—añadió el secuaz del Uchiha—También me informaron, que reabrieron los casos de los Hyugas. Nuestro infiltrado también me contó, que Jiraya  declaró las muertes, como asesinatos—soltó dejando a Fugaku perplejo.

—¡Bien! Puedes retirarte, pero asegúrate de poner más vigilancia, no podemos perder otra carga como esa—el empleado asintió y se marchó, dejando al Uchiha de muy mal humor y con un mal presentimiento.

Todos sabían la fama que rodeaba a Jiraya. Ese maldito hombre, era como un sabueso, a la hora de investigar un caso y no paraba hasta que lo resolvía. Pensó que después de tantos años, las muertes quedaron como accidentes, excluyendo la de Hikari y ahora reabrieron los casos. Eso solo significa, que Jiraya, tenía pruebas que respaldaban su teoría y no descansaría hasta que lo resolviera.

No era coincidencia la confiscación, de la mercancía, de eso podía estar seguro. Lo mas probable era, que el peli-blanco, sospechaba de el y se puso a investigarlo, logrando dar con sus negocios turbios.

Pero no se dejaría sorprender por ese maldito pervertido, las personas como el no estaban hechos para pisar la cárcel y no lo haría.
Todo lo que hizo, tenía un porque y no se arrepentía de nada, de hecho, si tuviera que hacerlo de nuevo, lo haría. Amaba a Mikoto, mas que a nada en el mundo, la amaba desde que la miró por primera vez de la mano de ese maldito Hyuga. Día tras día, su admiración por ella creció hasta el punto de no querer pasar los días sin ella.

Mikoto, nunca se dejó impresionar por sus costosos obsequios, incluso se los regresó, argumentando que no era correcto, recibir regalos de alguien mas, que no fuera su novio. Trato de hacer todo de la mejor manera, hasta que terminó cansándose y optó por las maneras menos honorables.

Hizo lo que tenía que hacer, para alejarla de su novio y finalmente quedarse con ella. Así había sido y así continuaría hasta el día en que ambos murieran.

[...]

Madara, recibió una llamada, semanas atrás pidiendo una cita con Jiraya. El había estado viajando, por motivos de negocios y no pudo concretar nada hasta su regreso.

La verdad era, que no tenía, ni la menor idea, de que es, lo que tenía que hablar con el, pero de igual manera, no podía negarse, así que aceptó recibirlo en su casa, esa misma tarde.

—¡Madara-sama!—lo llamó su ama de llaves—Lo buscan unos agentes, dijeron que usted los esperaba—informó la mujer.

—Pasalos a mi despacho y ofréceles algo de beber, en seguida estoy con ellos—ordeno el Uchiha.

La ama de llaves se retiró, para seguir las órdenes del Uchiha, mientras que Madara también se puso en marcha, rumbo a su oficina.

...

—Y bien ¿en que puedo servirles caballeros?—cuestionó con curiosidad.

Jiraya, saco un folder de su maletín y lo puso sobre el escritorio del Uchiha—En esos documentos, esta mi investigación de los últimos años, acerca de las muertes de los miembros de la familia Hyuga—declaró el peli-blanco, sin perder detalles a los gestos que hacía el azabache. Aunque todas las pruebas apuntaban directamente hacia, Fugaku, no podían bajar la guardia, tal vez Madara, también estaba implicado y debía estar seguro.

Madara arqueo una ceja, sin entender a que venía todo ese asunto—Sigo sin entender—soltó el azabache.

—Las muertes de Hizashi, su esposa, Hikari, Hiashi y Hanabi Hyuga, no fueron accidentes...sino asesinatos—el Uchiha abrió mucho los ojos y de inmediato tomó el folder, para mirar el contenido.

—!Santo cielo!—exclamo el azabache horrorizado, por todo lo que estaba en esos informes. Todos sabían que Hikari, había sido asesinada, pero las otras muertes se consideraron como accidentes ¿quien podía haber sido tan cruel, como para casi aniquilar todos los miembros Hyugas? De inmediato pensó en Hinata y Neji, con mucha preocupación, puesto que ellos eran los únicos sobrevivientes—¿Lo saben Hinata y Neji?—cuestionó alarmado.

—Si lo saben, yo mismo les informé, semanas atrás a ambos—respondió Jiraya, evaluando la reacción del Uchiha. Años de estudiar perfiles en criminología, le dijeron que la reacción de Madara era auténtica. El hombre también se horrorizó al igual que los primos Hyuga.

—Pobres chicos, debió ser un gran golpe para ellos—murmuró Madara, siendo escuchado por Nagato y Jiraya—¿Quien es el desgraciado que hizo esta infamia?—preguntó apretando los puños.

—Aún no lo sabemos a ciencia cierta, es por eso, que estamos aquí, para que usted nos ayude—el azabache frunció el ceño—El objetivo de todas las muertes, era Hiashi Hyuga, las demás muertes, fueron un intento de matarlo a el...Estoy completamente seguro que Hiashi, sabía quien era la persona que lo quería muerto y por ese motivo se fue a Suna, para no regresar—aclaró Jiraya.

El subconsciente del Uchiha era un caos, en ese momento, puesto que trataba de unir las piezas que, no encajaban. ¿Como era posible que Hiashi, no le contara nada, si ellos eran muy amigos? Todo daba vueltas hasta que finalmente, un nombre vino a su cabeza, dejándolo escapar de su boca en voz alta...¡Fugaku!—exclamo con rabia.

Jiraya, sonrió complacido, pues al parecer, no se había equivocado. El peli-blanco, le informó absolutamente todo a Madara, sobre sus sospechas y los resultados de la investigación que le hicieron a su cuñado.  Ya le había confiscado dos cargamentos de narcoticos , pero aún no podían vincularlo directamente a dichos negocios.

Madara, se quedó pasmado al escuchar la información, sobre todos los negocios ilícitos de su cuñado. Continuó escuchando hasta que Jiraya mencionó la boda de Sasuke y como el chico se había tenido que casar con Karin, para salvar la vida de Hinata, por ordenes de su propio padre. Se sintió tan mal por su sobrino menor ¿como podía Fugaku haberle hecho eso a su propio hijo? Descubrió con pena, lo mucho que el muchacho debía querer a Hinata, para sacrificarse por ella, casándose con otra para salvarle la vida. De pronto otro pensamiento lo invadió, como si de una luz se tratara.

—Si Fugaku, fue capaz de hacerle eso a su propio hijo, no tengo ninguna duda, que también lo hizo con mi hermana, años atras—el peli-blanco, sonrió mirando a Nagato, que a su vez afirmó con la cabeza. Esa era la última pieza que faltaba...Mikoto Uchiha.

—Eso es precisamente, lo que queríamos escuchar, ahora todo tiene sentido—afirmó Jiraya con una radiante sonrisa de satisfacción.

—Debi saberlo...Ellos se querían con locura y de un día para otro, llega ese bastardo a querer enamorar a mi hermana. Ella nunca le prestó la mas mínima atención, hasta el día que terminó con Hiashi, argumentando que nunca lo quizo y que era a Fugaku, a quien realmente amaba. Todo tan similar a lo que hizo Sasuke—soltó Madara con melancolía—Díganme como puedo ayudarlos a poner tras las rejas a ese hombre y con gusto lo haré—ofreció el azabache.

Los agentes lo pusieron al tanto de los siguientes movimientos, sin revelar muchos detalles, importantes. También le pidieron absoluta discreción, incluso con su propia hermana, ya que si el marido se sentía acorralado podía atentar en contra de ella y eso era lo que debían evitar.

—Muchas gracias por su cooperación Uchiha-san—el azabache estrecho la mano de Nagato y después la de Jiraya.

—Al contrario, gracias a ustedes por la información y les aseguro, que al igual que ustedes, no descansare hasta que ese mal nacido, este tras las rejas—los agentes se despidieron y el Uchiha se quedó perdido en los recuerdos de los tiempos, en que su mejor amigo y Mikoto, eran novios. A pesar de haberse casado con Hikari, Hiashi nunca, pudo llegar a amarla, de la forma en que amo a Mikoto y a ella le ocurrió lo mismo, aunque trató de ocultarlo. Ninguno de los dos fue feliz y todo gracias a ese maldito. Sin querer pensó también en Hinata y Sasuke, viviendo la misma historia.
¿Donde quedaba Obito, en todo esto? ¿Será que al igual que su padre ella tampoco llegara a ser feliz con su hijo? Se tomó el puente de la nariz con frustración. Obito se pondría mas inestable al saber todo, pensó el azabache.

[...]

Dos meses pasaron desde que Hinata y Obito, regresaron del viaje. La pasaron visitando lugares turísticos, luego de terminar el compromiso de Obito. No hubo lugar en esa habitación de hotel, donde no hubieran hecho el amor, fueron momentos increíbles y llenos de pasión.

La morena había conseguido un trabajo en una clínica pediatrica y no podía estar mas feliz. Su trabajo era de nueve de la mañana, hasta las tres de la tarde, lo que le daba tiempo, para cocinar para su apuesto novio.

Esa tarde, Tenten y Hizashi, estaban con ella. Neji llegaría a la hora de la cena, al igual que Obito. Se había hecho costumbre, que todos los viernes, ella cocinaba y su primo, con su familia, se unía a ella. El azabache, no siempre podía estar con ellos, debido a compromisos en el trabajo.

—¿Que te parece, si mañana me acompañas al centro comercial? Necesito comprar ropa para Hizashi—invito la castaña, mientras cortaba los vegetales, ayudando a la Hyuga.

Hinata sonrió, mirando al niño que sentó frente a ellas con un libro de colorear y crayones—Me parece muy bien, así también yo puedo comprarle algunos artículos, que el quiera—añadió la ojiperla—¿Quieres que valla contigo...?—la ojiperla, no pudo hablar mas, debido a un repentino impulso por volver el estómago. Corrió hacia el baño, siendo observada por Tenten.

—¿Estás bien?—cuestionó la castaña, una vez regresó su amiga, con un semblante desmejorado.

—Si, creo que me contagié de algún virus en la clínica—respondió restándole importancia a los malestares que había estado teniendo.

—¿¡Hinata!—la llamó Tenten—¿Te has estado cuidando?—le cuestionó.

—Pues si, yo siempre uso guantes y me pongo el tapabocas, cuando atiendo a cada paciente—respondió, con seguridad.

—No me refiero a ese tipo de cuidados—la morena arqueo una ceja sin entender—Me refiero, a que...bueno, pues no es un secreto para nadie, la ajetreada vida sexual que mantienes con Obito—la Hyuga enrojeció, tapándose la boca con una mano y después palideció al entender a lo que se refería su amiga—¿No usan protección verdad?—Tenten sonrió mirando, las reacciones de Hinata.

La ojiperla, cayó en cuenta de el error que cometió al no usar ningún método anticonceptivo. Debido a que su período le llegó dos veces, después de estar con Obito, no puso atención a ese detalle. Ellos no hacian el amor una ni dos veces por noche, así que el riesgo de un embarazo era muy alto y ahora que lo pensaba, todos los síntomas que pensaba se trataban de un virus, se asemejaban mas a un embarazo ¿como pudo ser tan descuidada? Se cuestionó mentalmente y mas aun, siendo una enfermera.

—¡Tenten! Por favor no le digas a Neji, al menos no todavía—suplico la Hyuga en pánico.

—No te preocupes, yo no diré nada, pero hoy mismo saldremos de dudas—afirmó la castaña. Mirando que todavía faltaba mucho, para que llegara Neji, dejo a su hijo con Hinata y se dirigió a la farmacia. La morena trataba de argumentar, pero Tenten la calmó, diciendo que si no salían de dudas, le sería imposible conciliar el sueño y de estar embarazada, no era bueno el desvelo.

...

Luego de veinte minutos, la castaña regresó con dos pruebas de embarazo. La morena las tomó con las manos temblorosas.

—Anda ve al baño—la Hyuga entró sola y después de seguir el proceso, esperó el tiempo que marcaban los empaques. Tenten, no soporto la espera y también entró. Se sorprendió al ver a Hinata, con las pruebas aferradas a su pecho.

—¡Hina! ¿Que pasa Hina?—la morena reaccionó y le mostró las pruebas que marcaban positivo.

—¡Estoy embarazada!—exclamó entre confundida y asustada. La castaña la abrazó y le dijo que todo estaría bien, también la felicito, pues sabía que ese, era uno de los deseos de Hinata, convertirse en madre.

Las últimas semanas, el comportamiento de Obito, era muy extraño y con la noticia de embarazo, tal vez no se lo tomaría bien. Hinata, empezó a temer, ante la reacción de su novio y eso era algo que definitivamente, no debería pasar ¿que clase de relación, llevaban que ella estaba por entrar en pánico? Tenía que calmarse, para pensar con claridad, antes de sacar conclusiones.

...

Obito, por su parte, se sentía inseguro , con la ojiperla. Estaba muy enamorado de Hinata y no podía esperar el final de cada día, para correr hacia ella. Se acostumbró muy rápido a todos los gustos y detalles de su muñeca.

Pero lo que había destruido su felicidad, eran los encuentros que tuvieron con Sasuke. Ese imbecil, no ocultaba la admiración que sentía y ella parecía no notarlo, incluso la veía con un destello de tristeza en las perlas, cada vez que sus orbes y las de su primo se encontraban. Eso, lograba sacarlo de sus casillas ¿porque se sentía triste al verlo? ¿Que era lo que realmente sentía por Sasuke? Se preguntaba, en cada ocasión, que pensaba en ese odioso asunto.

Otro de los problemas, que también terminaba en las lágrimas de su mujer, eran su negación a vivir permanentemente con el. Obito, no sabía porque, ella se negaba tanto a su propuesta. No quería pensar en que ella ya no lo quisiera a su lado, puesto que cuando estaban juntos, eran muy felices, y no se refería solo al acto sexual, sino a todo en si.
Ellos cocinaban juntos y se divertían haciéndolo, también salían a cenar, visitaban a sus amigos y hasta la había llevado a casa de los Namikaze, donde pasaban muy buenos momentos.

Inclusive se acostumbró a Kiba y a Shino, dos de los mejores amigos de ella. Trato de ceder en todo, pero seguía confundiendo y su orgullo, no lo dejó, pedir consejo a nadie, de sus amigos y tampoco a Minato. Lo único cierto era, que no quería perderla, la amaba demasiado, como para vivir sin su luz.

Continuara.

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