Capitulo 16

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

¿Que tengo que llevar?—preguntó Hinata al no saber a donde irían después que Obito, terminara con los asuntos pendientes.

—No me preguntes eso, sabes que para mi estas mejor desnuda—se burló el azabache, sabiendo lo que ocasionaba en la ojiperla.

—!OBITO..! Estoy hablando en serio—lo reprendió, sonrojada por las palabras de su novio, y es que aveces el se comportaba como un niño.

—Estoy bromeando muñeca, no te enojes conmigo—se fue hasta ella y la rodeó de la cintura, para besarla, como lo había, estado deseando desde que llegó y la miró con esos diminutos shorts, que no hacían mas que provocarlo—Lleva solo tus artículos personales, yo te comprare lo que necesites, incluyendo lencería sexy, que modelarás para mi—murmuró entre besos, mientras la despojaba de la ropa que llevaba puesta.

Hinata comenzó a excitarse y también le quitó la ropa al azabache. Quería darle placer, quería, escucharlo gemir, por lo que ella, le hacía.

Segundos después se hincó frente a el y se introdujo el duro miembro del Uchiha en su boca, recibiendo lo que ella quería, los seductores jadeos de Obito. Sus ojos, no dejaron de verse, mientras ella metía y sacaba la hombría endurecida del hombre que amaba.

El Uchiha, no pensó llegar tan lejos,  recibiendo ese trato de su muñeca, que lo veía, con inocencia, a pesar de hacer algo, que para nada resultaba inocente.

Colocó su mano, para quitar el cabello de la ojiperla y a la vez, ayudarla a marcar los movimientos, que ya lo estaban haciendo llegar al límite. Echo la cabeza hacia atrás, sin poder reprimir, los fuertes ruidos que salían de su boca y supo que ya no soportaría por mas tiempo.

—Muñeca...ha-ha voy a venir—pronunció terminando dentro de la boca de la ojiperla.

Ella lo tragó, todo, con los ojos llenos de satisfacción, por hacer que Obito, se derritiera, con lo que le hacía.

Obito, no podía creer, lo buena que se estaba volviendo su delicada novia. Era simplemente perfecta. Tímida, antes de los juegos sexuales y toda una diosa durante el sexo, liberándose de su timidez y siendo una mujer apasionada, capaz de enloquecer a cualquier hombre, como lo había hecho con el.

La ayudó a ponerse de pie, para llevarla hacia la cama, donde sería su turno de hacerla enloquecer, hasta el grado de escucharla gritando su nombre, como si fuera lo único, que supiera decir.

Con avidez, se posicionó con el rostro entre las piernas de la Hyuga, y comenzó con lo que sabía, la haría enloquecer. Luego de hacerla llegar, la dejó, descansar por unos minutos.

—Ponte en cuatro—le ordenó con voz ronca y seductora. Ella obedeció, aun respirando con dificultad y sin lograr recuperarse del todo, el duro pene del Uchiha, se introdujo, dentro de ella. En esa posición, el moreno tenía absoluto control sobre ella y eso le fascinaba, en especial, cuando la escuchaba gritando de placer, mientras el entraba y salía.
La estiró de los brazos, luego la levantó para pegar su espalda a su pecho, sintiéndose aun mas dentro de ella. De ese modo, le acariciaba los senos y le besaba los labios, para llegar juntos a la cima.

—Ha-Ob-Obito...ha—la ojiperla no contenía los gemidos y tampoco le importaba hacerlo. El moreno siempre lograba enloquecerla de diferentes maneras practicando diferentes posiciones, que ella ni siquiera se imaginaba, se usaban para hacer el amor.

—¿Te gusta...muñeca...mmm?—cuestionó con dificultad y moviéndose con mas fuerza dentro de ella y sosteniéndola fuete por los senos, que tanto le gustaban—Lleguemos juntos—le dijo en el oído y en ese momento, ambos terminaron logrando llegar, al mismo tiempo, tal y como pidió el azabache.

...

Horas mas tarde, Hinata había podido, terminar de llenar su maleta, con lo que creyó necesario, para viajar.

—¿Podemos cenar con Neji, para avisarles?—le cuestionó al azabache y también lo estaba invitando a que la acompañara.

—Lo que tú digas muñeca...pero, primero, vendrás conmigo, a mi departamento, para arreglar mi maleta. El sabía, que durante todo el tiempo, que tenía de estar con su ojiperla, ella no había querido, visitar su apartamento, por el incidente que ocurrió, antes de escaparse con los medicos. Obito, quería compartir, todo con ella y eso incluía que Hinata, también estuviera con el en su casa.

El era un Uchiha, no estaba acostumbrado a permanecer viviendo a costa de una mujer y aunque con Hinata no lo estaba haciendo, cualquiera podía malinterpretarlo. Era el quien tenía la obligación, de poner el mundo a sus pies y por lo contrario, Hinata lo tenía prácticamente, viviendo con ella, por su propia, imposición, de no dejarla sola.
Haciendo la ojiperla, lo que a el, le correspondía, hacer, como el hombre, que deseaba quedarse con ella para cuidarla y protegerla siempre.

—¿Vendrás conmigo?—cuestionó por no obtener respuesta.

—Esta bien...iremos juntos—aunque la Hyuga no estaba muy convencida, no pudo negarse para acompañarlo. También, tenía que poner un poco de su parte y dejar el pasado, justamente allí, en el pasado y si con ese simple acto, miraba feliz a Obito, gustosa lo haría.

[...]

Jiraya revisaba las cintas, con las declaraciones, que los testigos, habían dado, el día en que asesinaron a Hikari Hyuga. Todos los testigos, coincidían en lo mismo. El sicario era un tipo enmascarado, que al momento del disparo salió corriendo, sin que nadie pudiera verle el rostro, los únicos que estuvieron mas cerca de el, fueron los Hyugas.

Debido al tamaño y la altura, sabía que no era mas,  que una persona a la que se le pago por hacer el trabajo, puesto que la joven esposa de Hiashi, pudo forcejear con el antes que este le disparara matándola.

—Tienes visitas—anunció Nagato, tocando dos veces la puerta de su oficina.

—¿Quien es?—preguntó frustrado, por no tener mas avances en el caso Hyuga.

—Tiempo sin vernos...mm—Jiraya se puso de pie al ver a su antiguo compañero, al cual no miraba desde hacía mucho tiempo.

—¿Donde has estado Orochimaru?—cuestionó acercándose para saludar.

—Ya me conoces, viajando, por el mundo, en busca de nuevos proyectos—le dijo, sentándose frente al peli-blanco.
El médico, miró los informes, sobre el escritorio y sonrió—Interesante—murmuró.
—Te traigo información, acerca de esas personas—el azabache apuntó las fotografías de los Hyugas.

—¿De que se trata?—cuestionó Jiraya emocionado y curioso de lo que su antiguo colega le pudiera decir.

—Primero, que nada...debo informar, que se trata de algo muy delicado y de sobra, te pido absoluta discreción—el peli-plata asintió con rapidez y el médico, comenzó a narrar todo, lo que Sasuke, les confesó, acerca de Fugaku.

Jiraya escuchó todo, con la sensación, de haber encontrado las últimas piezas de un gran rompecabezas, aun faltaban algunas, pero con esa información, todo comenzó a tener mas sentido. Ya antes había escuchado, que Fugaku Uchiha, tenía negocios turbios, mas el, no era quien se encargaba de esa investigación, sino el departamento de sustancias ilegales, y ahora esta información cambiaba absolutamente todo.

—Aunque, Sasuke, no dijo nada...Estoy seguro, que Mikoto-san también sabe mucho y permanece amenazada, pero no tengo la certeza—comentó el médico.

—¡Claro..! Hiashi, fue novio de Mikoto, antes que Fugaku llegara a Konoha y de la nada ella terminó con el Hyuga, para casarse con el Uchiha...lo recuerdo—musitó Jiraya ojeando los papeles referentes a la investigación.

—Así es...¿sabes? Hiashi, sufrió mucho por ella, tanto, que nunca llegó a amar a Hikari como amo a Mikoto, fui testigo de eso, ya que Hikari, trabajaba conmigo en el hospital Uchiha. Quien te puede dar mas información acerca de eso es Madara Uchiha...el fue quien estuvo en medio de todo el conflicto, ya que si mal no recuerdo, Hiashi Hyuga, vendió todas sus acciones , que tenía con los Uchihas, las cuales, generaban gran capital y aunque Hikari trabajo en el hospital Uchiha, ella dio a luz en el hospital Senju. Eso indica que desde entonces, algo sucedió entre esas personas--concluyó el médico.

Jiraya, le agradeció y el médico, se marchó, no sin antes pedir absoluta discreción, por el bienestar de Sasuke.

—No te preocupes, no hare nada que perjudique a ese muchacho—aclaró, para dejar mas tranquilo a Oruchimaru.

Jiraya, salió de su oficina, después que su compañero se marchó, para dar la instrucciones que debían seguir.

—¡Konan..! Quiero, que averigües todo acerca de Fugaku Uchiha...absolutamente todo, desde que llegó a Konoha y si es posible, desde antes. Quiero saber de donde saco toda su fortuna y de donde conoce a los socios, comerciales que tiene—demando el peli-blanco, obteniendo una afirmación por parte de la mujer.

—Ahora tu...Nagato, ponte en contacto con Madara Uchiha y pide una cita con el—le pidió al joven, pensando en que cada vez estaba mas cerca, de saber, quien mató a los Hyugas.

[...]

Kakashi, permaneció en silencio mirando y esperando, lo que el rubio, frente a el diría después de contarle todo lo que le estaba quemando el cerebro, pero Minato, continuaba sin emitir ninguna frase, lo cual, solo ponía mas nervioso al peli-plata.

Minato era la persona, a quien el mas respetaba y admiraba, el era prácticamente como un padre, como su mentor y su opinión, contaba mucho para el.

—¿No piensas decir nada? ¿Tan malo es que este enamorado de ella, para que no me digas nada?—cuestionó, para romper con el silencio, que se había formado dentro de la oficina del rubio.

Minato, no salía del asombro, que la confección de Kakashi, le causó. De los tres chicos, que cariñosamente, acogieron su esposa y el, Kakashi, era el que nunca buscó ayuda, para asuntos relacionados, con mujeres, como siempre fue el caso de Obito, que a menudo, llegaba buscando consejos, para manejar el desamor de Rin hacia el, por la razón de amar, precisamente al joven sentado frente al escritorio.

Rin también, buscó su consejo, al momento de elegir,entre los dos mejores amigos.

El que Kakashi, le estuviera confesando, estar enamorado, de la joven, que ahora es la novia oficial de Obito, nunca lo esperó y debía buscar las palabras adecuadas, para saber como ayudar a Kakashi, sin que la amistad entre los dos muchachos terminara, o se viera afectada.

—Te haré una pregunta, Kakashi y quiero que me respondas con la verdad ¿piensas declararle a ella lo que sientes?—cuestionó, para estar seguro.

—No...—respondió sin pensarlo—Tampoco quiero, que Obito, lo sepa...Tu eres el único a quien le diré acerca de mis sentimientos.

Minato se sintió mas aliviado al saber, que no ocurriría un enfrentamiento entre ellos, porque estaba mas que seguro, que esta vez Obito, no se haría un lado, como lo hizo, en el pasado con Rin.

—¡Entonces deberías hablar con ella..! Me refiero a que le aclares que no la odias, o tratar de demostrarle con hechos, que nunca te desagrado como ella piensa—sugirió el rubio.

—No se si pueda hacerlo...Han sido años de estarme portando, como un imbecil, con ella que dudo que crea una sola de mis palabras. Hinata, me teme—soltó con melancolía.

—Te lo dije en el pasado y te lo digo ahora, no seas tan cerrado con tus emociones, mira  hasta donde te ha llevado, ser tan reservado. Si no hablas con ella nunca sabrás, si te cree o no...Trata de no asimilar antes de tiempo, lo que puede o no, puede suceder—le reprendió Minato, para hacerlo entrar en razón, puesto que no tendría paz, hasta no saber, que la joven que amaba, no lo tenía en el concepto equivocado.

—Demuestra, que no tiene nada que temer, hazlo con hechos, para que puedas obtener un poco de tranquilidad—le aconsejo Minato, con modo diplomático, que lograba hacer sentir mejor a las personas, sobre todo, a el, ahora que mas lo necesitaba.

Su mentor, tenía razón, a estas alturas, lo mejor que podía hacer era demostrar, con hechos, que nunca le desagradó, ni tampoco la odio. Después de aceptar, que nunca la tendría, por sus errores, eso era lo único que podía hacer, para, por lo menos saberla bien, sin importar, que no fuera con el.

—Gracias...como siempre, tus consejos, me hicieron sentir mejor—el rubio sonrió, al verlo mas relajado, que cuando llegó.

—No tienes nada que agradecer, de sobra sabes, lo mucho, que yo, como también mi familia, los aprecia. Ustedes son como hijos para nosotros. Ahora vamos, cenarás con nosotros, Naruto debe estar por llegar—sin esperar respuesta, Minato lo persuadió, para caminar hacia el comedor, mientras llegaban Kushina y Naruto.

Kakashi, prefería marcharse para pensar mejor y poner un poco de orden, en su cabeza. Suspiró cansado, sabiendo que no tenía otro remedio que aceptar la invitación. De lo contrario, ofendería a Kushina y eso no era una buena opción.


[...]

Obito, estaba por llegar a su apartamento, junto a Hinata. La miró de reojo y sonrió con malicia, pensando en terminar lo que dejaron empezado, dos años atrás. Sin decirle nada, le tomó de la mano y se la llevó hasta sus labios, depositando un casto beso, haciéndola  sonreír al mirarlo.

Continuó el camino, sin soltar la mano de su amada y en ese momento, el celular de la ojoperla comenzó a sonar, ella lo saco mirando el nombre de Gaara.

—¡Hinata¡—Gaara se escuchaba alterado.

—Si...¿pasa algo Gaara?— apenas escuchó, el nombre del pelirrojo, en los labios de Hinata, toda la atención del Uchiha, se dirigió hacia ella, mientras apretaba el volante.

—Es Temari, se encuentra en el hospital, en labor de parto—años de conocer a Gaara, le hicieron saber a la ojiperla, que aunque su amigo, sonaba inflexible la voz preocupada lo evidenció, ante la morena. El estaba nervioso y necesitaba apoyo.

—¿Esta en el hospital Senju?—el pelirrojo asintió—No te preocupes, en unos minutos, estaré llegando—colgó la llamada y dirigió su mirada hacia el Uchiha.

—Me puede llevar al hospital Senju...Temari, esta por dar a luz y quiero estar con ellos—Obito asintió, dando la vuelta, para llegar rápido. Aunque no le gustara, su amada siempre, se preocupaba por todos, más que por ella misma.

...

Hinata llego de la mano de Obito. Ambos buscaron en la recepción, hasta que les indicaron ir hacia el tercer piso, que era el area de partos. Apenas entraron en la sala de espera y enfocaron a Gaara, solo e intranquilo.

—Hinata, que bueno que ya estás aquí—los dos amigos se abrazaron, fraternalmente, mientras el Uchiha, trataba de repetir, que se veían como familiares, que no se veían como algo mas. No era el momento de montar una escena de celos, pero tratándose de Hinata, le era muy difícil, tolerar que alguien mas la tocara.

Finalmente, respiró tranquilo y Gaara le estrechó la mano a el también. Lo miro nervioso, sin dejar de caminar en círculos, pues el pelirrojo, tuvo la mala suerte de presenciar, el momento, en que Temari, rompió la fuente, seguido por las contracciones, que hicieron gritar a la rubia, mas de lo común, mientras el y Shikamaru trataban de traerla al hospital. Eso fue aterrador, para los pobres hombres. Por lo menos el se quedó en la sala de espera, pero el Nara, tuvo que entrar, por petición, no, más bien, por orden de su hermana.

—Tranquilo, verás que todo sale bien y pronto conoceremos al nuevo bebé—le animó Hinata. Obito, se fue hacia la cafetería y regreso con cafés, para hacer más llevadera la espera.

Minutos mas tarde llegaron, Neji, Tenten y Kankuro. Poco a poco, se hicieron presentes todos los compañeros y amigos de la pareja.

Luego de unas dos horas la ojiperla, buscó entre todos los presentes y miro a su novio alejado, recargado en la pared junto a las ventas. Se paró, de donde permaneció con Ino y Tenten, para llegar hacia el.

Obito, se alejó un poco, para darle espacio a su muñeca, puesto que no quería ahogarla y la dejó que conversará con todos los amigos que llegaron. El estuvo con Itachi, y con Neji, por un rato, luego se fue hacia las ventanas. Tiempo después, la miro acercándose hacia el, para ser abrazada. Gustoso, la estrechó entre sus brazos y la dio un beso en la coronilla—¿Estas nerviosa?—le cuestionó, respirando el olor femenino.

—Un poco...Creo, que ya se tardaron mucho y me gustaría saber que ella está bien, al igual que el bebé—le respondió, escondiéndose en su pecho. Permanecieron de esa forma, hasta que salió Sakura, seguida por Shikamaru, sosteniendo un bulto, envuelto en mantas blancas.

El Nara, aún con la ropa, que le dieron, para entrar al quirófano, mostró con orgullo al pequeño, Shikadai Nara. Se le veía cansado y no era para menos, después del largo tiempo, aguantando a Temari, unida a Sakura, terminaron drenando su energía.

—¿Como está Temari?—pregunto Gaara, mirando a Sakura, quien fue la ginecóloga encargada de Temari.

—Ella esta bien...por ahora se encuentra dormida—el pelirrojo agradeció, ya mucho más tranquilo, sabiendo que todo estaba en orden.

Hinata y Obito, fueron a comprar unos arreglos florales, para la habitación de Temari y tiempo más tarde, todos pudieran pasar, para felicitar a la nueva madre. La Hyuga, quedó enamorada del bebé. El pequeño Shikadai, era muy parecido a su padre y tenía los ojos de la rubia.

La hora de visita, termino y todos se marcharon. Neji, le sugirió a Hinata, que dejaran la cena, para otro momento y ella asintió, saliendo después con Obito, camino al apartamento.

...

—En vista que tu primó, canceló la cena, no hay para que regresar a la mansión Hyuga—sugirió Obito, besando el cuello de la ojiperla, mientras entraban a su casa.

—¿Y-y su equipaje?—le preguntó, sintiendo, como el azabache la alzaba en brazos, llevándola, a la misma habitación, donde la probó por primera vez.

—El equipaje puede esperar, mas, no esperaré ni un minuto, para terminar lo que empezamos hace dos años. Esta vez, nadie nos interrumpirá—musitó, despojando a la morena de todas sus prendas, seguidas por las ropas suyas también.

Hinata, no se pudo, negar y comenzó a responder a las candentes caricias del Uchiha.

—Te haré el amor, en cada rincón de mi apartamento, como lo hice, en la mansión Hyuga—le advirtió, antes de introducir su masculinidad, en la estrecha intimidad femenina.

Continuara.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top