Capitulo 1
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para crear esta historia sin fines de lucro.
—Se les informa a todos los pasajeros, que en tres horas mas llegaremos a nuestro destino. El clima de Konoha es de 65 grados F. Las personas que estén de visita, esperamos que se diviertan y los que viven ahí... Bienvenidos a casa.
Hinata estaba sentada en medio de dos de sus autoproclamados mejores amigos, el peli plata tenía su cabeza recargada en el hombro de la Hyuga y el otro, miraba por la ventana. Adelante de ella, se hallaba su mentor, la persona a quien más agradecía la oportunidad de poder escapar de su pasado turbulento.
Regresaban a Konoha, después de casi dos años de ausencia... Pero ¿como fue que terminó saliendo de su preciado hogar? ¿Y como terminó junto a las personas que aseguraron odiarla y hacer de su vida una pesadilla? Para responder esas preguntas, tenía que regresar al inicio, a las tristes remembranzas de su pasado, mismo que apenas arribaran a su destino, se vería obligada a enfrentar.
[...]
—Padre por favor deme la oportunidad de hacer lo que me gusta, yo no quiero seguir el mismo camino que Neji, no tengo la intención de permanecer sentada tras un escritorio todo el día, en vez de poder ayudar a las personas... Permita que estudie enfermería, yo quiero ser enfermera pediatrica. Ya investigué y los dos hospitales que ofrecen estudios como esos, se encuentran en Konoha... El hospital Senju y el otro es el Uchiha, el alojamiento no sería un problema, podría quedarme en la mansión Hyuga—tenía los ojos llenos de esperanza.
—No, y no quiero que vuelvas a sacar ese tema, no regresáremos a Konoha. De sobra sabes que eso no está en discusión y por otra parte, yo no amase toda mi fortuna, para que mi hija mayor pierda el tiempo... ¡Hinata entiende! Algún día yo me retiraré y tú cómo mi hija mayor, deberás asumir el mando de mis empresas junto a Neji, después, tu hermana también se unirá a ustedes para continuar con el imperio que tanto trabajo me a costado construir—concluyó el patriarca tratando de persuadir a su hija de que lo mejor, sería seguir con la administración de sus empresas.
—Pero padre, si regresó a Konoha, también puedo aprender del negocio familiar, puesto que la empresa principal, está situada en esa ciudad. Si me permite, yo puedo hacer ambas cosas, es decir, puedo aprender a manejar la empresa y en mi tiempo libre, estudiar enfermería en uno de los centros médicos.
—No podrás con todo, es demasiado para ti Hinata, sólo tienes quince años, trata de enfocarte en lo importante—reiteró Hiashi.
—Esta bien padre—la joven agachó la cabeza y se marchó derrotada. Ella no quería seguir el camino de su padre, pero estaba dispuesta a cooperar, siempre y cuando, también pudiera ser enfermera. Estaba convencida de poder con todo, sólo necesitaba que se le diera la oportunidad, su madre también fue enfermera, así que no podía entender la negativa de su padre.
El apodado Rey Hyuga, como lo llamaban en el mundo empresarial, se quedó en su despacho en silencio. Estaba convencido que los argumentos de su hija, sólo se debían a un simple capricho adolescente y que con el tiempo, lo olvidaría, o al menos eso es lo que esperaba. No disfruto ser tan duro con Hinata, pero ella, a veces era muy terca, al igual que su fallecida madre.
Siguió ojeando los folletos en su escritorio, en busca del mejor colegio para Hanabi, su hija menor. Hinata y Hanabi, eran todo lo que le quedó de su ángel, Hikari, la mujer a la que no le importo la diferencia de edades y que dio todo por él, incluso su propia vida, logrando rescatarlo de la amargura... ella llegó cuando mas la necesitó.
Lamentablemente, Hikari fue también, la mujer a la que nunca pudo llegar a amar... no como ella lo merecía y nunca como amó a su primer amor. (Su calipso ) como solía llamarla con cariño.
Aún guardaba su foto entre sus pertenencias y escondida de todos. Se pregunto ¿Como hubiera sido su vida, si ellos siguieran juntos? ¿Si ese desgraciado no se la hubiera quitado? Tenía muchos años sin verla, y sin saber nada de ella. Desde que salió prácticamente huyendo junto a sus dos hijas y su sobrino, jamas regresó a Konoha.
Recordó con pesar la fatídica noche que perdió a su Hikari. Salían de una cena de las empresas, cuando un sicario le apuntó con una arma a él y a sus hijas. Él tenía a Hanabi en brazos y a Hinata de la mano, no pudo hacer mas que darse la vuelta y esconder a las niñas con su cuerpo. Jamas pensó que Hikari se pusiera a forcejear con el bandido para protegerlo a él y a las niñas. Todo sucedió tan rápido, un solo disparo rompió el silencio y acto seguido, el sicario salió corriendo, mientras la madre de sus hijas se derrumbaba sobre el frío asfalto.
La trató de levantar cuando llamó a la ambulancia, las personas llegaron a mirar la horrible escena. Sus hijas lloraban y su esposa se desangraba con un balazo en el pecho. Aún en la agonía, ella alcanzó a acariciar a las niñas por última vez, y le pidió cuidarlas siempre... desesperado, le rogó no abandonarlos, no obstante, su ángel ya se había ido y sus hijas quedaron huérfanas. La ambulancia llegó, pero él sabía que ya no había nada que hacer.
El funeral fue muy triste, seguido del entierro y una semana después, regresó al cementerio de Konoha y se despidió de ella con unas flores. Esa fue la última vez que piso la tierra que lo vio nacer a él y a sus hijas.
Suspiró cansado, esa historia pertenecía al pasado y justo ahí, es donde se quedaría. Se aseguraría de no permitir que sus hijas volvieran a pisar Konoha.
[...]
—Neji-san, tiene una llamada de su tío por la línea privada.— anunció la secretaría del apuesto CEO.
—Gracias Matsuri, en seguida la tomó—respondió con la seriedad que lo caracterizó siempre.
Neji, a sus 22 años se había convertido en un exitoso empresario. Él era igual, o mejor que su tío Hiashi Hyuga, a quien le debía todo. Después de la muerte de sus padres en un accidente de auto a las afueras de Konoha, su tío y su esposa, lo recibieron como a uno mas de sus hijos y al año de vivir con ellos, nació Hanabi, su prima menor. Neji las quería como a sus hermanas menores, él era siete años mayor que Hinata y dose mayor que Hanabi. Disfrutaba pasear con ellas en los alrededores de la mansión Hyuga. Hinata de su mano y Hanabi en el cochecito.
Desgraciadamente, dos años después de su llegada, alguien asesinó a su tía.
Lo que aconteció después, no lograba explicarlo, ya que Hiashi se comportó muy extraño durante esos días y una semana después, partieron de Konoha hacia Suna, que es donde han vivido desde entonces.
—!Dígame! Hiashi Sama ¿ En que puedo servirle? —preguntó el joven Hyuga a su tío.
—Hable con Hatake-san, dice que viene a Suna la próxima semana para entregar las actualizaciones de las oficinas de Konoha. ¿podrías encargarte de ese asunto? —inquirió el Hyuga mayor. Pero antes de que Neji pudiera responder, Hiashi volvió a hablar—Se que coincide con el viaje para escoger los colegios de tus primas, y que tú vendrías con nosotros, pero te prometo que si me gustan, te dejaré que tu te encargues de las matrículas de ambas—Hiashi permaneció callado tras el teléfono, esperando la respuesta del joven.
Neji se llevó la mano al puente de la nariz, le prometió a sus primas viajar con ellas. Con Hinata no tenía problemas en hacerla entender, pero Hanabi era insufrible—Esta bien Hiashi-Sama, no se preocupe, yo me haré cargo de todo— acepto sabiendo que no tenía forma de negarse.
El Rey Hyuga sonrió complacido, sabía que su sobrino nunca le fallaría—¿Neji,? Una cosa mas ¿puedes encargarte del avión privado para que salgamos este Viernes?— de nueva cuenta, el Hyuga mayor esperó la respuesta de su sobrino.
—Ya lo hice Hiashi-Sama, todo esta listo para que usted y ellas viajen en el—aseguro el muchacho.
—De nuevo gracias... ¿vendrás a cenar con nosotros? —Hiashi sabía la respuesta de ante mano, pero aún así, espero a que él respondiera y Neji afirmó antes de concluir la llamada.
[...]
Hiashi y Neji esperaban a las niñas para salir al aeropuerto, el Hyuga menor era quien los dejaría y así aprovecharía para despedirse de sus primas.
Hinata y Hanabi bajaban del segundo piso, corriendo y jugando entre ambas. Ese acto no era extraño, dado que a menudo lo hacían, no obstante, en esa ocasión, el pie de Hinata se torció, haciéndole caer escaleras abajo.
—HINATA! —grito Hanabi, cuando miró caer a su hermana.
Hiashi palideció y Neji corrió hacia ella. La levantó entre sus brazos, colocándola en el sofá.
—¿Hija te encuentras bien? —cuestionó Hiashi, sin disimular la preocupación.
—Estoy bien padre, creo que pisé mal—trato de levantarse, pero cayó hacia atrás debido al dolor. Neji negó con la cabeza y tras la aprobación del patriarca, la volvió a tomar en brazos para llevarla hasta su auto, siendo seguido por su tío y Hanabi.
Dos horas mas tarde, el médico salió junto a Hinata, quien trataba de caminar ayudada de unas muletas. Su pie izquierdo estaba enyesado y su rostro lleno de vergüenza.
—¿Como esta mi hija? — Hiashi estaba muy angustiado.
—Ella está bien, no es nada serio, solo tiene que usar el yeso y las muletas por tres semanas. Afortunadamente, no llegó a quebrarse el tobillo, nada mas fue una ligera estilladura... no deberá hacer esfuerzo físico y que permanezca con el pie en alto el mayor tiempo posible— les informó el médico antes de despedirse.
Salieron del hospital y Neji se apresuró a preguntar que debía hacer, ya que intuía que los planes del mayor habían cambiado.
Hiashi lo pensó por unos momentos. No podía hacer que Hinata viajara en avión, eso la lastimaría aún mas, tampoco podía cancelar las citas a las que tenía que asistir y por otro lado, también estaban los colegios. Luego de pensarlo detenidamente, optó por la mejor solución.
—Llévanos al aeropuerto. Hanabi y yo haremos el viaje, Hinata no esta en condiciones de hacerlo... en cuanto se mejore, tú mismo la puedes llevar a escoger la escuela que mas le guste—Hiashi suspiró y recostó la cabeza hacia atrás.
Neji obedeció y condujo hacia el aeropuerto. Hinata derramó las lágrimas, al sentirse mal por arruinar los planes de su padre, pero no había nada que pudiera hacer para remediarlo.
Cuando llegaron al lugar de abordaje, las hermanas se abrazaron. Hinata beso las mejillas de su hermanita y la dejó ir hacia Neji. Hiashi abrazo fuerte a Hinata, le dio un beso en la frente y dijo—Cuídate mucho hija, te veo a nuestro regreso— se despidió de ella para dirigirse a su sobrino—¡Neji!—lo llamó, apenas el muchacho terminó de despedirse de su hija menor.
—Dígame.— respondió con su seriedad habitual y dándole una última palmada a Hanabi en el hombro.
—Cuida a mi princesa... por favor, no permitas que le pase algo mientras yo no estoy—pidió casi como ruego a Neji. El joven Hyuga le dijo que no tenía de que preocuparse y que tuviera un buen viaje. Minutos mas tarde, padre e hija, subieron en el jet, dejando atrás a los primos.
[...]
Esa misma tarde, Hinata estudiaba para sus próximos exámenes. Estaba inquieta ya que, ni su padre, ni Hanabi, la habían llamado para saber si llegaron bien.
Sin poder subir a su recámara, se hallaba en la sala de la planta baja. Las empleadas le ofrecieron ayuda, pero se negó, argumentando que tomaría una de las habitaciones de abajo. Lo único que necesitaba, eran sus artículos personales.
Terminó de estudiar, guardó todos sus libros y se sentó a mirar el televisor. Neji le envió un mensaje de texto, avisando que dormiría en la mansión mientras su padre y Hanabi regresaban, por lo tanto , se dedicó a esperarlo, quedándose concentrada, mirando un documental sobre la vida de los lobos.
—¡Este es un aviso importante ! —sonó una voz femenina en el televisor que no tenía nada que ver con el documental que veía—Esta tarde, el avión privado del exitoso Rey Hyuga, se precipitó a tierra estallando en el acto. No hubo sobrevivientes, se especula que en la nave viajaban los dos pilotos, Hiashi Hyuga y sus dos hijas, pero aún la información no es oficial. Esa fue la conclusión a la que se llegó por los nombres registrados en los permisos de salida. Mandamos nuestras condolencias al único Hyuga que queda con vida, el exitoso CEO NEJI Hyuga. Esto es todo por ahora, mas adelante los mantendremos informados sobre esta gran tragedia—concluyó la persona que dio las noticias.
Hinata se quedó en shock, no parpadeó, ni se movió por largos minutos... No supo por cuanto tiempo se quedó petrificada, hasta que logró reaccionar y soltó un grito lleno de dolor. Los empleados corrieron hacia ella y la vieron ponerse histérica, lo cual era muy extraño viniendo de ella. La Hyuga,no paraba de llorar, Yuki, su nana desde que su madre murió, la abrazó, pero todo era en vano, Hinata estaba fuera de si.
Los empleados quedaron aún mas desconcertados, cuando Neji entró corriendo y con su rostro bañado en lágrimas al igual que su prima. El castaño la tomó en sus brazos con fuerza, pero no funcionó y con todo el dolor del alma, no le quedó otra salida.
Plak, el sonido de una cachetada acalló los desgarradores gritos de la chica.
La ojiperla permaneció asimilando la situación, luego miro a Neji y lo abrazó llorando, ya consiente de lo que pasaba.
Neji se separó de ella para mirar su rostro.
Hinata, buscaba que Neji lo negara, que le dijera que eso no pasó, que su hermanita y su padre estaban en Londres. Pero no fue así. Neji no pudo negar la dolorosa realidad y al igual que ella, también estaba muy consternado.
Yuki interrumpió a los dos Hyugas para avisar que los hermanos Sabaku, preguntaban si era verdad que las niñas Hinata y Hanabi , estaba muertas, la morena reaccionó de inmediato y giró su vista hacia su nana y fue entonces que Neji le pidió que los hiciera pasar. Él abía que su prima los necesitaba mas que nunca, ellos eran sus mejores amigos. Los conocía desde que llegaron a Suna. Los tres hermanos eran huérfanos, Kankuro era el mayor y al igual que él, también manejaba la empresa de su familia. Temari le seguía y también trabajaba junto a Kankuro y por último, Gaara, quien pronto terminaría sus estudios y probablemente se uniría a ellos. Los tres chicos querían mucho a Hinata y la consideraban parte de su familia, al igual que a él y a Hanabi.
Cuando los tres pasaron, miraron a Neji parado junto a la ojiluna, la cual tenía un pie enyesado. El semblante de ambos reflejaba dolor, el mas fuerte dolor ante una pérdida de esa magnitud. Pronto se abalanzaron a ellos y lloraron juntos.
[...]
—El mundo empresarial está de luto, está noche las autoridades confirmaron la muerte del exitoso empresario Hiashi Hyuga, mejor conocido como el Rey Hyuga. El avión en que viajaba se estrelló en tierra y no hay sobrevivientes. Las autoridades aéreas creen que todo se debió a una falla mecánica, pero continúan investigando. Junto a él, viajaban los dos pilotos y su hija menor, Hanabi Hyuga, es todo por el momento, mas tarde seguiremos informando—el televisor regreso a la programación habitual después de concluir la noticia.
Una elegante, mujer escuchó el noticiero en un canal local de Konoha. Las lágrimas cayeron sobre su hermoso rostro, su corazón ya magullado por la importancia, se estrujo aún mas. El dolor que estaba experimentando era increíble, acarició la fotografía que conservo durante todos esos años separados, mientras mas lágrimas caían por su rostro—Hiashi—susurro—Hiashi, mi único amor, ahora jamas nos volveremos a ver—se pegó la fotografía el el pecho y continuó llorando.
Continuara.
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