El tiempo se reduce a esperar,
a ir y venir en un andén,
a mirar bancas y esquinas,
para ver si te atisbo de casualidad,
para ver si me topo contigo.

El tiempo se mide en tus pasos,
pasos que marcan el ritmo,
la hora de cenar y de dormir,
pasos de buenos días y despedidas.
Más para mí no pasa el tiempo,
ausente es el latido de tus pies.

El tiempo se estancó en recordar,
en aferrarse al eco de tus pasos,
en ver tu figura aparecer de entre las calles.
Vuelve a mí, simulación, eco del beso,
que ya no quiero ser poeta ni arte,
yo solo quiero esperarte