Especial: Verdad o Reto
Hola a todos, ¿cómo están? Como lo prometí aquí está el capítulo de preguntas <3 es la primera vez que hago algo como esto así que no sé x.x sólo espero que les guste :3 en este capítulo salen las personas que dejaron sus preguntas como personajes de la historia >w< Gracias a todos por su paciencia, se supone que este iba a ser el especial de 1k de lecturas pero xD parece ser que me demoré mucho. Gracias, gracias y mil gracias a todos por seguir esta historia, nos vemos en el siguiente capítulo.
*****
Era un día lluvioso y gris. Los chicos se encontraban en el salón de clase, mirando los minutos pasar, sin hacer nada. El profesor no había asistido aquel día debido a que estaba enfermo y habían puesto a una profesora que ni siquiera conocían a cuidarlos. El salón se vio dividido en grupos, Alexander, Tobi, Sam, Matt e Irene se encontraban sentados, en el piso, en un rincón.
—Deberían dejarnos ir a casa, estoy muy aburrido —dijo Sam, recostando su cabeza en el hombro de Matt a tiempo que cerraba sus ojos, se sentía muy tranquilo junto a él.
—Hola chicos —Mariana estaba frente a ellos—. Vamos a jugar a verdad o reto ¿se unen? —peguntó mostrándoles una botella de plástico.
—No sé, yo estoy bien aquí —dijo Alexander sin despegar la vista de su libro—. Si quieren vayan ustedes.
—Vamos, Alex, no seas aguafiestas —Irene robó el libro de sus manos—. Por supuesto que jugaremos —dijo sonriente y luego miró a Alexander—. Si lo quieres de vuelta, sano y salvo, tendrás que cooperar.
Alexander se levantó de mala gana, seguido de Tobi, Matt y Sam. Y todos se dirigieron al centro del salón. Pusieron los puestos en los costados, para poder sentarse en el piso, todos iban a jugar. Cuando se estaban acomodando, Diana, Candela, Akiharu y Ángela se sentaron en orden junto a Alexander. Del otro lado Tobi se sentó junto a él, seguido de Irene, Sam y Matt, junto a Matt se sentó Mariana.
—Vamos a comenzar —dijo Mariana, en el salón habían 20 personas—. Primero aclararemos las reglas del juego. Una persona gira la botella y la persona que señale la boca va a responder a una pregunta ¿verdad o reto? Como generalmente la gente dice verdad, después de tres verdades se debe aceptar un reto ¿quedó claro? —Todos asintieron—. Otra cosa, lo que se diga aquí, se queda aquí. Ya saben, no queremos chismes luego.
Mariana comenzó girando la botella, se respondieron un par de preguntas y la botella cayó en manos de Candela, ella giró la botella y la boca señaló a Matt.
—Candela, por favor no preguntes cosas raras —susurró con timidez.
—Dime Ela —dijo ella—. Está bien, comenzaré con algo suave —agregó y después de pensar por un par de segundos soltó su primera pregunta—. Dime una cosa, Matt ¿Por qué eres tan lindo? —preguntó con una dulce sonrisa bailando en sus labios.
El rostro de Matt se vio violentamente invadido de un color rojo muy fuerte. Al sentir que se había ruborizado, el chico agachó la cabeza y apretó los labios.
—¿Qué clase de pregunta es esa? —dijo, sin poder levantar su rostro y tratando de ocultarlo cada vez más tras sus manos—. Yo no soy lindo.
—Pues eres el chico más lindo que conozco —interrumpió Sam. Matt lo miró con unos ojos entrecerrados y amenazantes, mientras que Sam se limitó a picarle el ojo.
—Cállate —Matt se cruzó de brazos y volvió a bajar la cabeza.
—Ves que eres adorable —Sam soltó una risita y Matt infló sus cachetes al tiempo que arrugaba la frente—. A ver, más bravo —agregó haciendo que a Matt le resultara imposible mirarlo a la cara.
—Ay dios —Diana se levantó y señaló a Matt con el dedo índice—. Tú —Matt pegó un brinco y la miró con timidez—. ¿Por qué no besas a Sam de una vez? —El castaño abrió sus ojos como platos, luego miró disimuladamente a Sam.
—¿Q-qué? Y-yo, e-esto —tartamudeó al tiempo que jugaba nerviosamente con sus manos—. Creo que las preguntas serán cada vez más extrañas, ¡ustedes están locas! —exclamó mirándolas con temor.
—Ash —La chica hizo una mueca de decepción y luego miró hacia el techo pensativa—. ¡Ya sé! —Sus ojos brillaron de emoción—. Si no quieres besarlo, ¿por qué no dejas que te bese?
—Me parece una excelente idea —dijo el pelinegro con una sonrisa picarona pintada en su rostro.
—P-por supuesto que no —Matt puso las palmas de sus manos en sus mejillas—. Ya basta, es sólo de a una pregunta.
La botella cayó en manos de Diana, ella la giró y la boca apuntó hacia Alexander.
—Yo ni siquiera quería jugar —se quejó el pelirrojo—. A ver, Dianii —dijo con cariño, la chica le caía muy bien—. Suelta tu pregunta.
—¿Por qué rayos eres tan genial? —preguntó ella. Alexander sonrió—. Es decir, ¿quieres casarte conmigo?
—Sí, Alexander es genial. Me recuerda a un amigo kawaii que conozco —Le susurró Ángela a Ela.
—No sé a lo que te refieras con genial, pero estoy seguro de que esa palabra no me define —contestó él con voz queda—. Es decir, las personas se alejan mucho de mí o porque me encuentran aburrido, o porque se ofenden con lo que digo o me consideran cruel, o simplemente porque piensan que no me importan, no sé. El caso es que si fuera genial le agradaría más a las personas y no me buscarían sólo porque me consideran lindo o inteligente —Alex tomó un profundo respiro y continuó—. No sé si mi respuesta haya resuelto tu duda.
—Pues eso pasa porque tú pones una barrera —interrumpió Ángela, esta vez en voz alta—. Te encierras en ti mismo.
—Sí, creo que así es —dijo Diana—. Y oye, me gusta la pareja que haces con Matt —Dianii mordisqueó su labio inferior sin despegar su mirada del pelirrojo—. ¿Qué opinas?
—Pues, no sé qué responder —Alexander soltó una risita y se sobó la nuca—. Hasta el momento no he tenido ninguna relación amorosa, o por lo menos no seria y pues nunca he tenido la oportunidad de salir con chicos —hizo una mueca mientras pensaba—. Y bueno, Matt me parece una persona muy agradable y por eso creo que él estaría mucho mejor con Sam.
«—¿Cómo puede decir eso? —se preguntó Tobi, haciendo un gran esfuerzo por no abrir su bocota y generar más problemas—. Todos saben que Sam no es una persona seria, él se cansa rápido de las personas y parece como si para él el amor fuese sólo un juego».
—Así es, chicas. Matt es sólo mío —gritó Sam con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro.
—Matt no es tuyo —murmuró Tobi—. No hables de él como si fuera un obj...
—No comiences, Tobi —Irene lo cortó, masticando las palabras y escupiéndolas como si fueran veneno—. Parece como si estuvieras celoso por Matt.
—¿Qué? —Todos se quedaron en silencio—. ¿Yo? ¿Celoso? —El rubio dirigió su mirada hacia Matt—. De él —soltó una carcajada—. No digas bobadas, yo simplemente me preocupo porque ahora es parte de mi familia. Además, no es posible que un chico tan cool, tan guapo, tan g... —Tobi se vio interrumpido cuando Alexander tapo su boca con una de sus manos.
—Gracias, Alex —dijo Sam.
—Por eso te amo —Dianii parecía divertirse con la escena—. Alex ¿Podrías abofetear a Tobi por mí?
—Claro, con mucho gusto —Alexander alejó sus manos del rostro de Tobi y el rubio sólo se alejó un poco y cubrió su rostro con sus brazos, esperando el golpe. El pelirrojo no pudo evitar estallar en risas.
—Vaya que eres genial —Alex sonrió sarcástico.
Las preguntas se ponían cada vez más interesantes, aunque el grupo se iba reduciendo pues algunos se habían cansado, de cierta manera, del chisme. La botella cayó nuevamente en manos de Ela, quien al girarla tuvo que hacerle una pregunta a Tobi.
—Tobi —Ela tomó un profundo respiro—. ¿Cuándo vas a admitir que te va el incesto? —subió y bajó sus cejas, gesto que hizo que el rubio se sonrojara.
—¿Qué? —Tobi tenía las mejillas tan rojas que casi parecía un tomate—. N-no sé de qué hablas, a Matt lo veo sólo como un hermano y de cualquier modo no nos une ningún lazo de sangre, así que no le veo problema —Todos abrieron sus ojos con sorpresa y los clavaron en el chico que cada vez se ponía más colorado—. N-no me mal interpreten, no es como que me guste. Es decir, soy una persona demasiado genial como para salir con un chico tan...
«—No digas cosas extrañas Tobi —pensó a tiempo que tragaba saliva. Todos tenían sus ojos puestos en él».
—Tan aburrido —dijo en un murmuro. Matt hizo caso omiso de sus palabras mientras que Irene suspiraba de alivio—. Y quiero dejar claro que no soy gay y que amo a mi novia —agregó tratando inútilmente de parecer seguro.
El juego continuó y la botella parecía cada vez menos necesaria, en ocasiones las personas sólo preguntaban así no les tocara.
—Matt ¿Por qué no acorralas a Tobi y lo besas con todas tus fuerzas? —preguntó Ela mirándolo con ojos de fujoshi—. Sabes que lo deseas —afirmó con entusiasmo.
—Oye, oye, oye —Sam interrumpió con seriedad—. Él a quien tiene que acorralar y besar es a mí. ¿Cómo podría desear a un idiota como Tobi? —añadió con voz fría.
—¿Eh? —Tobi soltó un bufido—. Pues es mejor un idiota que un mujeriego —Sus palabras hicieron que Sam le mirara con los ojos cargados de rabia mientras Matt agachaba nuevamente su cabeza, pero con tristeza.
—Tranquilos, chicos. No se alteren, la pregunta es para Matt —todas las miradas cayeron sobre el sonrojado castaño.
«—Tobi ni siquiera es gay —se lamentó mentalmente—. Aunque igual si lo fuera no es mi tipo, no puedo pensar si quiera en esa idea». Matt tomó un profundo respiro y contestó con desgana—. N-no me gustan las personas creídas, es imposible que pueda gustarme alguien como él.
El rubio sonrió con tristeza, como si aunque las palabras hubieran sido como agujas clavadas en su corazón, él quisiera restarles importancia y demostrar que no significaban nada.
—Matt va dos preguntas, una más y le toca reto —dijo Ángela, que aunque era una chica muy callada parecía tener oscuras y perversas intenciones.
—Alexander también va dos, creo —dijo Matt.
—Pero la botella sólo me ha señalado una vez —se defendió—. Mariana va dos también, y Daniel.
Los minutos pasaban entre preguntas, risas, vergüenzas y uno que otro golpe para Tobi.
—Debe ser difícil todo lo que has pasado... ¿Cómo es posible que seas tan fuerte y sigas perdonando a Tobi una y otra vez? —Preguntó Diana. El ambiente se tensó y Matt miró al piso pensativo.
—Es una pregunta difícil —contestó—. No lo sé, creo que si perdoné a mi padre por abandonarnos sólo por no aceptar que su hijo era gay, puedo perdonar a cualquier persona. Soy fuerte porque de cada mala situación he aprendido algo y eso me ha ayudado a ser mejor persona y a tratar de ver más allá de los actos, a tratar de comprender por qué las personas actúan de una forma y no de otra —Matt clavo sus ojos en Tobi—. Y en cuanto a Tobi —guardó silencio un instante—. Si no lo mandé al carajo, perdonen la expresión. En un principio fue simplemente por mi madre porque quería que fuera feliz y las cosas funcionaran con Richard. Ya que en realidad llegaba a odiarlo, su actitud, sus palabras, la forma en la que trataba a los demás, o por lo menos a mí, como si fuera superior...
—Oye, ya entendimos —Tobi interrumpió con vergüenza—. Cambien la pregunta —Matt dejó escapar una risita divertida.
—Pero ahora veo que no es una mala persona y aguanto sus estupideces porque le tengo aprecio —añadió finalmente en un murmuro.
—Creo que a alguien le toca reto —dijo Ángela con diversión—. ¿Qué le ponemos? ¿Un beso apasionado con Tobi?
—¡Sí! —Muchas voces se escucharon emocionadas.
—¡No! —Sam e Irene contestaron al unísono.
—Está bien ¿quién vota por un pico? —preguntó Ángela a tiempo que levantaba la mano—. Un dulce y adorable pico no le hace daño a nadie.
Como la mayoría levantó la mano, Matt se vio obligado a pararse y acercarse a Tobi. El rubio parecía algo nervioso. Matt se arrodilló y, sin mirarlo fijamente a la cara, posó sus labios sobre los de Tobi, quien una vez los sintió se alejó con el rostro completamente rojo y el corazón acelerado.
—Ustedes están locos —gritó mirando hacia el piso, al sentir todas las miradas sobre él.
La botella parecía amar a Matt y unos turnos después cayó nuevamente sobre él.
—¿Quién fue tu primer amor? —preguntó Ángela.
—Era un amigo de mi antiguo colegio, se llamaba Santiago, era el hermano de mi mejor amiga —confesó con voz temblorosa.
—Santiago —Dianii interrumpió—. ¿Cómo fue que te enamoraste de él? —inquirió.
—Lo de mi padre pasó cuando yo era muy pequeño, en esos días me sentí muy mal porque pensé que la separación de mis padres había sido culpa mía y sentía como si yo hubiera llegado a arruinarles la vida —Matt curvó sus labios en una sonrisa pesarosa—. Además sentía que algo no estaba bien conmigo y me odiaba, odiaba sentir que había algo diferente, y no sólo diferente, algo malo. O bueno, eso me hacían pensar mis padres. El caso es que con el divorcio de mis padres, mi madre y yo cambiamos de casa, cambié de escuela y pues al principio se me dificultó un poco hacer amigos debido a que era muy tímido y las personas me causaban temor.
—Ve al grano —dijo Tobi en una mueca.
—Cierra la boca, a mí me interesa escucharlo —replicó Sam.
—Bueno, el caso es que me sentía muy solo y un día cuando estaba en el baño, llorando porque mi madre me había dicho cosas feas ya que estaba muy triste, Santiago estaba frente a la puerta y cuando salí agarró mi mano y puso en ella una chocolatina, me miró a los ojos, sonrió y dijo: "Ya no estás solo, Matt, así que sonríe" Luego sólo se fue y entonces recordé que aquel chico pelirrojo estaba en mi curso. Ni siquiera sabía su nombre.
—Awww, creo que vomitaré. Que historia tan patética, no sé quién sea ese chico pero me parece ridículo —masculló Tobi entre dientes.
—No le pongas cuidado a Tobi —dijo Irene—. Continúa.
—Y pues desde ese día comenzamos a hablar, yo iba a su casa, él a la mía, luego conocí a su hermana Luna y nos volvimos inseparables los tres. Y no sé, de un momento a otro comencé a disfrutar más de lo normal su compañía. Me gustaba escuchar su voz, ver sus gestos, cualquier momento que compartiera junto a él era perfecto —El castaño suspiró y luego sonrió—. Pero pues él no es gay y siempre estuvo enamorado de una de mis compañeras.
—Ohh, eso fue hermoso —dijo Ángela poniendo las manos en su pecho—. Y Tobi, eres un idiota.
—Oye, Tobi ¿Me dejas golpearte? —Dianii arremango su buzo—. Vale, vale, no. Sólo bromeaba.
—¿Por qué en todo momento quieres hacerme daño? —Tobi rodeó su propio cuerpo con sus manos.
—Tú me haces odiarte, y luego amarte y luego odiarte otra vez —El rubio rodó sus ojos—. Bueno, ya. Entonces dime ¿por qué eres tan tsundere y bipolar?
—No lo soy —Tobi entrecerró sus ojos—. Todo es culpa de Matt que me saca de quicio.
—¿Ah? —Matt lo miró cinismo—. Y yo qué tengo que ver ahí, ¿qué tal el otro?
—Todo es culpa de que tu amor por Matt te saca de quicio, quisiste decir —dijo Ángela mirándolos ambos con ojos traviesos.
—Sí, ¿por qué no aceptas que amas a Matt? —preguntó Dianii—. ¿Por qué no te lo besas de una buena vez? —Las preguntas caían sobre Tobi como gotas de lluvia que lo golpeaban sin piedad.
—Yo amo a Irene —respondió molesto—. ¿Por qué dicen esas cosas? Ahora ella pensará que soy gay, aunque ya lo ha pensado, sólo hacen que dude más de mí —se quejó. Irene apretó sus labios—. Quiero dejar claro que a Matt lo quiero como un hermano, amigo, compañero de cuarto y algunas veces de cama, pero nada más que eso.
—¿De cama? —Irene abrió sus ojos exaltada—. No sé cómo deba interpretar eso.
—N-no es nada malo —dijo Matt—. Es que Tobi se pasa a mi cama cuando tiene miedo.
—Irene ¿Por qué no aceptas que Tobi es homo? —Tobi miró a Dianii como tratando de desaparecerla.
—Yo no soy gay —musitó cruzándose de brazos, enojado.
—Yo he hablado con Tobi de eso y sé que él no me mentiría. Si él dice que no lo es, yo creeré en ello. Además, no tendría sentido que siguiera conmigo si lo fuera, estoy segura que lo primero que hubiera hecho sería terminarme.
En ese momento, la botella pasó a ser un adorno y las preguntas comenzaron a ser disparadas como balas sin piedad.
—¿Por qué eras mujeriego, Sam? —preguntó Dianii con curiosidad, que Sam fuese así era algo que ella no podía ni imaginar.
—Esa pregunta me ofende un poco —confesó el pelinegro—. Pero bueno, déjame pensar un momento —hizo una pausa—. Pues, no sé, siempre he creído que debemos disfrutar la vida, vivir al máximo, hacer locuras, buscar diversión en cada momento... Y bueno, amarrarse a una persona no va conmigo. Las relaciones son muy complicadas, creo que muchas veces son como una forma de asesinar la libertad, es decir, las personas comienzan a ver a sus parejas como algo que les pertenece, algo que deben cuidar y defender, y es ahí cuando nacen los celos y los celos sólo hacen que el amor se vuelva enfermizo o incluso que se convierta más bien en un tipo de obsesión —Sam miró a Matt quien había puesto una expresión triste—. Es por eso que nunca había tomado nada en serio y simplemente me gustaba salir a divertirme con la persona que fuese. Pero luego noté que eso no me hacía feliz, o no me llenaba como lo llegué a pensar alguna vez. Luego comencé a pensar que quería sentir algo real, algo más allá de un simple deseo, y fue cuando conocí a Matt y no me importa si me vuelvo egoísta u obsesivo, Matt es mío y sólo mío.
—No sé, pienso que harías bonita pareja con quien sea, así que, ¿por qué no intentas con Alexander? —preguntó Dianii.
—¿Alexander? —Sam lo miró, el chico tenía su rostro inexpresivo.
—Yo... debería estar leyendo —susurró el pelirrojo—. Este juego se pone cada vez más extraño.
—Pues Alex es un buen amigo, pero él es una persona muy complicada. Pobre de quien se enamore de él —Alex mantuvo su rostro inexpresivo—. ¿Lo ves? Parece que no sintiera nada, incluso puedo sentir su frialdad desde aquí —Dianii soltó una risita.
—Entonces dime ¿Desde cuándo amas a Matt? —Aquella pregunta hizo que ambos se sonrojaran.
—No puedo decir que lo ame porque ha pasado muy poco tiempo y hasta ahora nos estamos conociendo. Pero creo que comencé a interesarme y preocuparme por él debido a la forma en la que Tobi lo trataba, pensé que tal vez Matt se sentía muy solo y triste, así que traté de acercarme a él y luego vi que era una persona genial, que era muy fuerte y no sé luego sólo no podía dejar de pensar en él y en querer besarlo.
—Y si alguna vez encontraras a Matt con un disfraz de maid ¿qué harías?
—¿Maid? —preguntó Sam.
—Se refiere a una especie de sirvienta muy linda, muy sexy, muy lo que quieras que puede cumplir hasta el más oscuro de tus deseos —respondió Alexander con una sonrisa picarona.
—¿Matt vestido de chica? —Sam miró al techo pensativo—. No sé, sería muy extraño. Sólo diré que algún día lo haré mío, tenga lo que tenga puesto.
—Oye... —Matt tomó el objeto más cercano y se lo lanzó—. No digas eso, esas son cosas muy personales.
Como Irene estaba muy callada Diana centró su atención en ella.
—¿Cómo se conocieron Tobi y tú? —Irene no pudo contener su sonrisa ante esa pregunta, era como si el recuerdo la inundara de felicidad.
—Recién llegué al instituto sufrí de bullying, debido a que me veían como la nerd y porque siempre estaba sola —comenzó a contar, todos tenían su atención puesta en ella—. Y pues un día a la salida yo iba caminando super normal y pues para llegar a mi casa tenía que pasar por una calle que era muy sola y cuando la estaba cruzando me encontré con unos compañeros. Ese día estaba lloviendo y ellos rompieron mi sombrilla, me tiraron al suelo, en un charco y luego me quitaron mi maleta para tirar todo lo que había en ella. Yo estaba llorando y ellos no dejaban de salpicarme agua sucia, y entonces llegó Tobi.
—Llegó Tobi, el valiente, y les dio una paliza a todos él solo. Luego agarró las cosas de su doncella y le tendió una mano, la cargó en su espalda a casa y vivieron felices para siempre, fin —El rubio sonrió triunfante.
—Y entonces llegó Tobi —Irene lo miró con diversión y continúo—. Y les pidió que se detuvieran, debo admitir que cuando lo vi fue como si viera a un héroe o un caballero de la edad media —La pelinegra suspiró—. En efecto parecía tan valiente —sonrió—. Pero entonces los chicos lo rodearon y terminó empapado y tirado en el charco como yo —El lugar estalló en risas.
—Esa historia fue extraña —dijo Dianii—. Yo tengo una última pregunta ¿Por qué no hacen un cuarteto salvaje? —La chica los miró con perversión.
—¡Porque no soy gay y tengo novia! —contestó Tobi enojado.
—Porque tengo cosas más interesantes que hacer —dijo Alexander.
—Porque no pienso compartir a Matt con nadie —Sam miró a Dianii—. Con absolutamente nadie.
—Y-yo, no sé —Matt estaba tan nervioso que parecía que colapsaría en cualquier momento.
—Tobi, ¿Por qué no besas de una vez a Matt y lo reclamas como tuyo? —preguntó Akiharu antes de que el timbre sonara.
—Porque Matt es mío —Sam se adelantó a contestar.
—No es tuyo —replicó Tobi—. No es de nadie —agregó fastidiado—. Y como sea, no quiero besar a Matt, es un chico... y bueno, ya lo he dicho muchas veces, yo no soy gay y además tengo novia.
El día escolar había llegado a su fin, todos se levantaron y buscaron sus cosas. Tobi estaba molesto y asustado, había besado a Matt, había sentido sus labios y no podía dejar de pensar en ello. Irene, por otra parte, sentía que Matt era cada vez más peligroso para su relación. Sam se sentía celoso del tal Santiago, pero aun así estaba dispuesto a conquistar el corazón de Matt y hacerlo suyo. Matt estaba en un estado de shock, pues no podía creer que sus compañeras fueran tan locas y dañadas. Y Alexander... a él simplemente le había parecido todo una perdida de tiempo y no dejaba de preocuparse por el libro que Irene tenía en sus manos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top