Capítulo 61 (Alternativo)

Para contextualizar lo que ha pasado en el final alternativo debido a todo el tiempo que tardé en subir capítulo haré un breve resumen con los eventos más importantes >w< Tobi no mata a Sam porque Irene interviene, Irene se aleja del grupo, Sam tiene un accidente y se va, Matt se entera, quiere hablar con él pero al no ser posible se embriaga, Tobi comienza a ir a terapia y conoce a un chico llamado Allan (el de la tienda), Matt sigue super sad por lo de Sam pues todavía lo ama. Y en el último capítulo Tobi y Allan fueron al cementerio a visitar la tumba de una amiga de Allan que se suicidó, allí hablan de la culpa y de la importancia de estar allí para los amigos cuando es necesario, dos personas conocidas de Allan se asoman y parecen tener cierto rencor hacia él. Luna está en casa de Matt porque iban a ir todos a pintar la casa de Alex, al final solo van Luna y Santiago dado que Matt se siente enguayabado >:v bueno, se siente maluco por lo de la noche anterior en la que hizo show y terminó vomitando. 

Narra Tobi

No entendía lo que estaba pasando. ¿Quiénes eran esos chicos? y ¿por qué Allan hablaba de manera tan extraña? Quería hacerle muchas preguntas, pero no me atrevía, no quería parecer entrometido, ni tampoco tocar temas que tal vez él prefiriera dejar por fuera de la conversación.

—No te preocupes, no es nada —dijo Allan volviendo su rostro en una sonrisa—. Mejor vamos a comer algo. Ya saludamos y no hay mucho más que hacer aquí.

—Está bien —miré hacia la tumba y luego recorrí el lugar en busca de los chicos que habían salido corriendo hace un rato—. ¿Crees que es tarde para arreglar las cosas con ellos? Porque me estabas diciendo que arreglara mis problemas con Sam ahora que era posible, pero ¿cómo sabes que es tarde en tu caso? No sé, lo digo porque mientras sigan aquí es posible hacerlo, no debería ser tarde.

El chico me miró fijamente a los ojos y sonrió.

—No sé si sea tarde, espero que no. Pero como ves ellos no quieren ni verme. Yo sinceramente no sé cómo hacer algo en estos casos —suspiró—. Como sea, no vinimos a hablar de mis dramas. Vamos a comer algo, hay una panadería cerca que me encanta.

Dejamos el cementerio. Al salir de allí sentí un gran alivio, de verdad odiaba visitar esos lugares y más cuando todo el tiempo soñaba con ellos. No dejaba de recordar aquellas pesadillas en las que veía las tumbas de mis seres queridos, cuando visitaba mi propia tumba.

—Aquí es —Allan señaló el lugar con la mirada, Ambos detuvimos nuestras ciclas y las ubicamos frente al establecimiento—. Yo quiero comerme un postrecito con café. ¿Tú qué quieres?

—No lo sé —nos sentamos y una joven se acercó a tomar nuestro pedido—. Deja miro qué hay —Allan pidió lo suyo—. A mí dame un jugo de guanábana y una galleta de avena —dije luego de pensarlo un instante.

La chica tomó nuestras órdenes y se dirigió a la cocina.

—¿Qué harás más tarde? —inquirió Allan, apoyando sus codos sobre la mesa.

—No lo sé, creo que le diré a Matt que vayamos a visitar a un amigo. Creo que Matt necesita salir, lo he visto un tanto desanimado estos días y me preocupa mucho. No me gusta verlo así.

—¿Para quién es el café? —preguntó una voz femenina.

—Para mí, gracias —contestó Allan mientras recibía la taza de café y el postre—. Así que Matt —agregó dando el primer sorbo a su bebida. Yo asentí con la cabeza—. Parece que de verdad te preocupas mucho por él.

—Por supuesto —dije un tanto nervioso—. Como te dije, Matt es mi mejor amigo y pues uno siempre se preocupa por los amigos, ¿no?

—Supongo que sí —sonrió de forma extraña. Como si tratara de insinuar algo.

—Matt y yo solo somos amigos, somos hermanastros, somos amigos y hermanastros —las palabras solo comenzaron a salir de mi boca—. Obviamente debo preocuparme por él, es parte de mi familia, es más que un amigo. Además, Sara me lo recomienda siempre y Sara es como una madre para mí, se preocupa más por mí que mi propio padre. Estar pendiente de Matt es una forma de pagarle. Yo...

Ya ni sabía lo que estaba diciendo y el sin sentido estaba apoderándose de mi lengua. Allan soltó una risita y negó con la cabeza.

—Eres muy gracioso —dijo tomando mi mano. Mi rostro se tornó de un color rojizo enseguida—. Tú eres mi amigo, puede que no nos conozcamos todavía, pero me caes bien y por eso pienso que eres mi amigo —mi mano sudaba y él seguía agarrándola—. Como tu amigo me preocupo por ti y sé que ese tal Matt te gusta, se te nota demasiado. Es decir, cada vez que hablas de él, que es una gran parte del tiempo, tus ojos se iluminan, tu voz es diferente, es como si hablaras de un sueño.

—Sinceramente no sé de qué hablas —me solté de su agarre—. Es absurdo lo que dices, ya te dije que Matt es mi hermano, así que no digas bobadas.

—Tu hermanastro —corrigió—. Todas las vueltas que das solo confirman que tengo razón.

¿Tan evidente era? Tan solo escuchar las palabras de Allan me hacía sentir avergonzado. No quería que mis sentimientos fueran tan obvios. En sí no quería que nadie se diera cuenta de lo que sentía por Matt. No quería que se burlaran de mí o que me vieran raro por enamorarme de alguien que se supone debía ver como un hermano.

—Admítelo —insistió Allan. Yo negué con la cabeza agachada—. Bueno no lo admitas, como dijo el gran sabio Juan Gabriel, lo que se ve no se pregunta.

—Te digo que no —contesté molesto, incapaz de mirarlo a la cara.

—¿Sabes que deberías hacer? —se agachó un poco para acercarse más a mí—. Dile que sales con alguien. Incluso podríamos fingir que salimos juntos para darle celos —no podía creer lo que estaba escuchando—. Claro que sí, así sabrás si realmente le interesas. Muchas veces la gente no se da cuenta que quiere algo hasta que ve que ya no lo puede tener. Si le da igual pues ya lo dejas y sales conmigo —guiñó el ojo, yo no podía cambiar mi cara de seriedad—. Lo digo en serio, si quieres saber si hay posibilidad deberías hacer que crea que ya no vas a estar ahí para él 24/7. O sea, piénsalo, muchos casos se ven en los que una persona deja en la friendzone a otra y la mantiene allí con la esperanza de que algún día lo vea de otra forma, y piensan que siempre se quedarán en ese estado, esperando que algo cambie. Luego cuando la persona se cansa y se va, se dan cuenta de que sí les interesaba y entonces se invierten los roles. De alguna manera solemos ignorar aquello que parece estar seguro en nuestras vidas, lo que creemos permanente.

—¿Dices que Matt cree que yo siempre estaré detrás de él? —pregunté confundido. Me parecía una idea horrible y malvada—. La verdad no creo que Matt sea así.

—Tal vez no lo haga de manera consciente, pero creo que es bastante probable —insistió recostándose contra el espaldar de la silla—. Con intentarlo al menos una vez no se pierde nada.

Por un momento pensé en que sería buena idea al menos intentarlo. Me parecía poco probable que Matt pudiera sentirse celoso, pero ¿y si funcionaba? ¿Y si gracias a ello por fin era posible que Matt me viera como algo diferente a su amigo o hermanastro? Sin embargo, la idea de que no era el momento no dejaba de hacerme ruido. No había pasado el tiempo suficiente para decir que Matt había olvidado a Sam, en realidad, tenía la certeza de lo contrario. Matt seguía enamorado de Sam y borrar esos sentimientos podía tomar meses, incluso años, nunca se sabe. Incluso la imagen de Irene acudió a mis pensamientos, ¿me había ella olvidado ya?

—No creo que sea una buena idea —me crucé de brazos—. Al menos no en este momento.

Allan no insistió más. Pagamos la cuenta y nos despedimos frente al lugar. Ya estaba por subirme en mi bicicleta cuando Allan puso una de sus manos sobre mi hombro.

—Espera —dijo. Giré mi rostro hacia él—. ¿Te molesta si te acompaño?

—¿Qué? ¿A mi casa? —lo miré confundido—. Vivimos en direcciones contrarias. No es necesario.

—Es solo otro barrio, no es como que quede en otra ciudad —se ubicó a mi lado—. ¿Vamos?

—Está bien, vamos.

El camino se me hizo más corto que en la mañana, y eso que íbamos a ritmo lento, cantando y conversando sobre diversos temas. Me contó cómo eran las cosas en la universidad y lo mucho que algunas veces extrañaba el colegio. Me habló de su amiga y los buenos tiempos que habían pasado juntos antes de los problemas que los habían separado. Sus palabras reflejaban que se sentía culpable, todavía no entendía porqué, pero me parecía difícil creer que una persona como él pudiese causar daño a otros. Lo poco que habíamos compartido me llevaba a pensar que él era una buena persona.

Una vez frente a la casa me acerqué a la puerta y la abrí para entrar la bicicleta. Le pregunté a Allan si quería pasar un rato, él dijo que no. Sin embargo, nos quedamos hablando otro rato sentados en el andén. Alrededor de media hora después el chico se levantó, me dio la mano para ayudarme y se despidió. Cuando me giré para entrar a la casa, Allan me abrazó.

—Piensa sobre lo que te dije —susurró a mi oído.

Yo volví mi cuerpo hacia él y lo miré confundido. ¿A qué de todo lo que habíamos hablado se refería?

—Adiós, Tobi —me dio un pico casi en la boca, tomó su bicicleta y se fue.

—¿Qué? —mascullé. Estaba petrificado, su forma de despedida me había tomado por sorpresa—. ¿Qué le pasa a ese chico? —mi rostro se sentía caliente.

Entré a la casa. Quería ver a Matt, necesitaba ver a Matt.

Narra Matt

Cuando desperté la casa se encontraba en un silencio de muerte. Miré hacia la cocina y vi en la mesa servidos los desayunos, luego dirigí mis ojos hacia el reloj que ya marcaba las 10.

—Ya perdí mi mañana durmiendo —me lamenté en tanto caminaba hacia la cocina, estaba hambriento—. Solo hay dos desayunos, ¿será que Luna comió y se fue?

Llevé ambos platos al comedor y subí corriendo a levantar a Tobi. Me llevé una gran sorpresa cuando encontré su cama bien hecha y completamente vacía. Enseguida me dirigí al cuarto de mi madre, tampoco había nadie. Finalmente abrí mi habitación y Luna estaba desparramada, con las cobijas en el suelo y la almohada sobre la cabeza.

—Luna —la desperté en un grito, quedó sentada con una expresión de confusión—. Levántate que ya va a ser medio día. Hemos perdido toda la mañana durmiendo.

—¿Cuál es tu maldito problema? —se quejó tirándome la almohada y volviendo a acostarse.

—¿Mi problema? ¿No te da pena dormir hasta medio día en casa ajena? —contesté jalándola del brazo—. Deberíamos estar dando un paseo o jugando algo. Cualquier cosa lejos de estas cuatro paredes.

Luna se volvió a sentar y de mala gana se levantó.

—¿Ya despertaste a tu hermanito? —preguntó en tanto ponía las cobijas sobre la cama.

—No está, no tengo la menor idea de a dónde fue —le dije ayudándola con las cobijas—. Últimamente anda muy raro, muy misterioso, creo que hasta tiene nuevos amigos, quién sabe de dónde.

—Eso está bien, a ver si te lo quitas un tanto de encima —me dio un codazo—. En serio ustedes dos pasan mucho tiempo juntos y eso no es bueno.

Tendimos la cama y nos dirigimos al comedor en silencio.

—No entiendo a qué te refieres —me senté y comencé a comer—. Pasamos mucho tiempo juntos porque vivimos en la misma casa y vamos al mismo colegio, ¿Qué esperabas?

—Santiago y yo vivimos en la misma casa, estudiamos en el mismo colegio y así ha sido toda la vida, pero él tiene sus amigos, yo tengo los míos y cada quien por su lado —Luna encendió el televisor—. Solo digo que —hizo una pausa—. Pues tú sabes que él es un poco raro, ¿no? Es decir...

—No —interrumpí—. No sé qué es lo que quieres decir, pero Tobi y yo hacemos lo que cualquier amigo o hermano hace. No veo ningún tipo de problema con que pasemos tiempo juntos. Además tú sabes que él y yo tenemos casi las mismas amistades.

—Solo digo que a él le gusta pasar mucho tiempo contigo, no sé si a ti te pase igual, pero tú sabes por qué es.

El tema de los sentimientos de Tobi era algo que me hacía sentir demasiado incomodo, era un tema que prefería evitar. Era muy rara la ocasión en la que él o yo tocaramos ese tema, sin embargo, Luna tenía razón en una cosa, tal vez pasábamos mucho tiempo juntos y era muy probable que eso impidiera que él dejara de sentirse atraído hacia mí.

—¿Tobi no te gusta nada? ¿Nadita? —La pregunta de Luna me sacó de mis pensamientos.

—¿Qué es lo que dices, Luna? Ya comenzaste con tus locuras.

—No son locuras, solo digo —hablaba con la boca llena, lo que me distraía un poco—. Porque él no es feo, es decir, es bastante guapo. Además, ha sido muy bueno contigo y es gracioso. Parece un buen chico, no te haría sufrir como ese Sam del demonio.

Al escuchar su nombre se me encogió el corazón.

—Sam solo me hirió porque yo lo permití y eso no volverá a pasar. Así que no importa qué persona venga después, no dejaré que me haga daño —contesté haciendo un esfuerzo por no derrumbarme frente a Luna.

—Lo haces sonar como si fuera tu culpa —su voz se suavizó—. No fue tu culpa, Matt. Confiar en la gente no es pecado, aunque sí hay que tener más cuidado a futuro —la chica guardó silencio un par de segundos—. Tobi te quiere y lo sabes. Solo creo que deberías dejarle las cosas claras de una vez porque no creo que pueda ver a otra persona si sigues ahí.

—Tobi y yo somos familia ahora, no es como que pueda solo decidir alejarme de él.

En ese momento el timbre llegó como un salvavidas.

—Voy a ver quién es —corrí hacia la ventana.

Eran Alex y Santiago. Al verme me saludaron agitando sus manos.

—Hasta que tocó venir por ustedes —dijo Santiago—. Los estuve llamando a ambos y ninguno contestaba. ¿Quieren ir a cine?

—Hermanito —Luna dio el último bocado y se acercó a saludar—. Cuñis —abrazó a Alex, quien evitaba hacer contacto visual con ella—. ¿Qué hay en cartelera?

Se quedaron hablando en la sala mientras yo iba a bañarme y alistarme. Cuando volví Luna fue a hacer lo mismo. Alexander permanecía serio y Santiago no dejaba de acariciar sus manos.

—¿Y Tobi? —al fin habló Alex.

—No lo sé. Cuando me desperté ya no estaba por ningún lado. No sé si habrá salido con mi madre, como ahora salen juntos.

—¿Tobi madrugando un domingo? —preguntó Alexander. 

—La verdad anda muy raro últimamente, pero creo que es para bien —sonreí—. ¿Cómo les terminó de ir con la pintura?

—Bien, aunque Alex anda un tanto ofendido con Luna y la verdad no sé por qué.

Alexander soltó la mano de Santiago y se levantó.

—Ya te dije que no es nada, deja de insistir.

Santiago me miró con cara de decepción y dejó escapar un suspiro.

—Estoy lista —Luna volvió. Nunca la había visto tan arreglada—. No me dijeron qué hay en cartelera.

—Te ves fabulosa —le di la mano y ella dio una vuelta para lucir su vestido.

—¿Cierto? —puso sus manos en su cintura—. ¿Qué piensan ustedes?

Alexander no borraba la seriedad de su rostro. Santiago, por el contrario, la llenó de cumplidos.

—La verdad no sabemos qué hay en cartelera, pero no hay nada mejor que dejarse sorprender. Esperemos que haya al menos una buena peli —dijo Santiago al abrir la puerta.

Al llegar al cine no encontramos muchas opciones. Terminamos entrando a una película de comedia sin sentido, pero con buenos actores. Luna y yo pedimos un combo del más grande, Santiago y Alexander prefirieron no pedir nada y comer un poco del nuestro. El ambiente estaba un poco tenso, mi amiga y yo no parábamos de hablar y reír, pero la parejita a nuestro lado parecía ni siquiera estar disfrutando la película.

—¿Alex y Santiago están peleando? —musité en el oído de Luna.

—Lo que pasa es que Alexander es un dramático que se toma todo muy en serio —contestó ella en un susurro—. Para mí que solo quiere hacer show para llamar la atención y dañarnos el rato. Es un amargado.

Me pareció muy raro lo que decía Luna, sin embargo, no seguí preguntando y traté de concentrarme en la película hasta que esta terminó.

—Bueno, supongo que es aquí donde nos separamos —estábamos frente al paradero de bus. Los mellizos se despidieron de nosotros—. Nos vemos pronto —dijo Luna antes de subirse al bus.

Santiago le dio un beso en la mejilla a Alex y se subió también.

—Y ahora quedamos solo tú y yo —volteé mi mirada hacia Alexander—. ¿Me vas a decir qué ocurre?

—No quiero hablar de eso, Matt —contestó molesto—. Solo estaba un poco fastidiado, eso es todo.

—¿Con Luna?

Alexander asintió.

—Si no fuese la hermana de Santiago preferiría romper relaciones con ella por completo. Creo que no es una persona confiable.

Quise preguntar más, pero no parecía ser el momento. Jamás había visto a Alex tan molesto. Caminamos juntos un rato hasta que cada quien tomó por su lado. Cuando llegué a casa mi madre ya había vuelto, al entrar la encontré discutiendo con Richard por teléfono. Tobi todavía no llegaba. Fui por un vaso de agua a la cocina. De pronto escuché la puerta, me quedé mirando fijamente la escalera por al menos cinco minutos y no vi ni escuché a nadie entrar.

—Matt, ¿sigues por ahí? —preguntó mi madre desde la habitación.

—Sí, estoy en la cocina.

—¿Escuchaste la puerta? —inquirió en un grito—. ¿Llegó Tobi?

Dejé el vaso sobre la mesa.

—No subió nadie, voy a mirar quién es —me dirigí hacia la ventana.

Al asomarme vi a Tobi, estaba con un chico hablando. Me quedé observándolos por unos cuantos minutos tratando de recordar si lo conocía o no. De un momento a otro el chico lo abrazó y luego se besaron. No podía apartar mi mirada de ellos, el chico lo notó y le dijo algo a Tobi. Me dio mucha vergüenza, así que me alejé enseguida.

—¿Tobi tiene novio? —volví a la cocina por otro vaso de agua—. Pero quién es ese, no es del colegio. Entonces, dónde lo conoció —tomé un largo sorbo de agua que me hizo sentir embuchado—. Y el tipo me vio mirándolos, debí quedar como un acosador. Qué pena.

Serví otro vaso de agua. 

—¡Volví! —gritó Tobi desde la escalera, al fin se escuchó el estruendo de la puerta principal al cerrarse—. Matt, ¿quieres ver una película? —al asomarse a la cocina me encontró con los cachetes inflados por el agua. Al tragarla se me fue por otro lado y comencé a toser—. ¿Estás bien? —comenzó a darme palmadas en la espalda.

—Estoy bien —dije secándome los labios—. No sé si pueda ver una peli hoy, quiero terminar de hacer unas cosillas.

—Vale —contestó sin insistir siquiera un poco—. Me hiciste dar sed —cogió un vaso y caminó hacia la nevera. Se recostó contra la columna de la puerta y se llevó la bebida a la boca.

—¿Entonces tuviste una cita hoy? —pregunté. Tobi escupió todo el líquido.

—¿Qué? —dijo sin parar de toser y dándose golpes en el pecho—. ¿De qué hablas?

—Pues vi que estabas con alguien ahorita y parecían muy, ya sabes, cercanos.

—¿Nos viste? ¿Qué viste? —su rostro se encendió—. Lo que sea que viste no es lo que parece.

Comprendí que era algo que Tobi prefería mantener en secreto. Una parte de mí sintió alivio de que Tobi al fin mostrara interés hacia otra persona, sin embargo, también me sentí un tanto molesto aunque no sabía el porqué. Podía ser porque me estuviera diciendo mentiras, o porque no me tuviese la suficiente confianza para contarme sobre la persona que había conocido. No estaba seguro del porqué.

—Pues nada solo que llegaste con un chico y ya. ¿Qué debería haber visto luego? —pregunté tratando de evitar el tema.

—N-nada. Eso era —Tobi juagó el vaso y lo ubicó en su sitio—. ¿Seguro que no quieres ver la peli?

—Veamos algo —contesté sin pensarlo mucho. 

*****

Hola a todos. Sé que ha pasado mucho tiempo y por ello pido disculpas. Creo que el 2020 fue un año difícil para todos, muchas personas han perdido seres queridos, trabajos, oportunidades, o simplemente no han sido lo suficientemente fuertes para afrontar las adversidades de la mejor manera. Muchos, estoy segura, han tenido -me incluyo- que soportar el estrés, la incertidumbre, el miedo, la tristeza que es comprensible en estos tiempos y por ello tuve que darme un respiro de las redes y el internet en general. Quise tratar de dedicar estos meses a mi salud física y mental (estuve haciendo ejercicio y me lesioné y ahora llevo 5 meses sin poder caminar bien), pero ahora me siento más animada y fuerte que nunca. Lo suficiente para retomar la escritura de esta historia, que es algo que me encanta, pero que lamentablemente prefiero dejar en esos tiempos oscuros. Ahora que estoy de vuelta solo quiero agradecer a todos los que siguen dando una oportunidad a esta historia, a todas las personas que se toman un tiempo para comentar, para escribirme, gracias a todos. Cada vez que entro a wattpad sonrío porque encuentro mucho amor aquí <3 Mil gracias. Quiero recomendarles también esta linda canción para aquellos momentos en los que se sientan cansados, solos, tristes... 

https://youtu.be/uFetSSi8B-c

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