Capítulo 45
Narra Tobi
Mi padre todavía no llegaba a casa, tampoco se había comunicado con Sara y ella no le había llamado. «Lo mejor será que le demos tiempo para que se calme y piense un poco» fue lo que ella me dijo al entrar y encontrar la casa vacía. Nos ubicamos en la sala, Sam seguía todavía con nosotros, se sentó junto a Matt en el sofá doble.
—¿Crees que mi padre sea capaz de mandarme a otro lugar? —Inquirí con la voz cargada de preocupación—. No me quiero ir, me gusta vivir aquí, aquí crecí, aquí está todo lo que quiero.
—No lo sé, Tobi —contestó Sara, quien se encontraba de pie mirando por la ventana—. Yo hablaré con tu padre, no dejaré que te envíe a otra parte, si alguien se va seremos nosotros. No dejaré que tu padre te eche de tu propia casa por nuestra culpa.
Miré a Matt, el chico tenía la cabeza agachada y su rostro mostraba tristeza, no quería que Matt se sintiera culpable pues no era culpa suya el que yo me hubiese enamorado de él.
—No nos preocupemos más por eso, pase lo que pase encontraremos la forma de arreglarlo —dijo la mujer acercándose a mí y poniendo una de sus manos en mi hombro—. Quedarnos aquí, preocupándonos, tristes, asustados —suspiró—. No vamos a lograr nada más que amargarnos. Yo hablaré con tu padre y si no es capaz de aceptarte entonces Matt y yo nos iremos. Eso no significa que vayamos a desaparecer, podemos seguir en contacto si así lo quieres.
—No quiero que se vayan —dije con voz temblorosa.
—Yo ya no quiero quedarme —contestó Sara en susurros—. Pero tampoco tenemos a donde ir en el momento. Trataré de arreglar las cosas para que podamos quedarnos.
Nunca había visto a Sara hablar de esa forma, se veía bastante decepcionada y verla hablando de esa manera me hizo pensar en que ella ya no quería a mi padre, o tal vez sí lo quería, pero algunas veces las cosas malas hacen que olvidemos las buenas, o que éstas parezcan insignificantes al compararlas.
Estuvimos un par de minutos en un silencio incómodo, Sam sostenía una de las manos de Matt mientras le pasaba un brazo por la espalda y Sara había ido a preparar algo de comer, mi padre aún no aparecía, comencé a preocuparme.
—¡Matt! —Sara llamó a su hijo desde la cocina—. Ven un momento.
El castaño soltó la mano de Sam y se levantó. «Ya vuelvo» dijo dejándonos solos a Sam y a mí. Yo clavé mi mirada en el suelo, no era capaz de mirarle a la cara, menos después de las imágenes que habían pasado por mi cabeza, las cuales no sabía, con certeza, si eran reales o no.
—Tobi —dijo.
Levanté mi mirada y enseguida la volví al suelo, mi rostro se había puesto colorado de lo incómodo que me sentía. El simple hecho de pensar en que había estado enamorado de mi mejor amigo era demasiado extraño. Él hablaba, pero yo no podía entender lo que decía, veía sus labios moverse sin emitir palabra alguna, a mis oídos sólo llegaba un zumbido.
—Tobi —volvió a decir—. ¿Me estás escuchando? —El sonido se hizo más tenue hasta desaparecer. Negué con la cabeza—. Te decía que si quieres hablar de algo puedes hablar conmigo, somos amigos, ¿recuerdas? —Asentí con la cabeza manteniendo la cabeza agachada—. ¿No hay algo de lo que quieras hablar?
—No —me limité a decir.
El silencio volvió. Miré de reojo a Sam, tenía los dedos de sus manos entrelazados y me miraba fijamente.
—En realidad sí —agregué obligándome a levantar el rostro—. Hay algo que debo preguntarte, algo que tal vez te parezca loco, pero necesito saber si es cierto o no.
—¿Qué pasa? —Preguntó soltando sus dedos y cruzando los brazos—. Te escucho.
—Cuando hablé con mi padre, él dijo cosas muy extrañas, cosas que trajeron a mi mente imágenes de momentos que no recordaba haber vivido, no estoy seguro si son recuerdos reales o sólo productos de mi imaginación.
—¿Qué recordaste?
Mis manos temblaban y podía sentir que comenzaban a sudar. Miré a Sam fijamente a los ojos y más recuerdos llegaron a mí. Vi a Sam sonriendo, le vi corriendo detrás de mí, lo vi tendiendo una de sus manos para ayudarme a levantar, nos vi montando bicicleta, jugando con un perro. Luego vi el rostro de mi padre enojado, una oleada de miedo recorrió mi cuerpo, escuché gritos, los gritos de mi madre. También vi a una mujer extraña, me preguntaba cosas, cosas de las que no quería hablar, me decía que todo estaría bien y que no tenía que tener miedo.
—Tobi —Sam me sacudió—. ¿Estás bien? Estás sudando, temblando y te ves muy pálido, ¿te sientes enfermo?
Me levanté del sofá, me paré frente a Sam, él me miró desconcertado.
—Yo... —mi cuerpo temblaba—. T-tengo que saberlo —sentía un nudo en la garganta.
—¿Qué recordaste, Tobi?
—Tú —mi voz temblaba cada vez más—. ¿T-tú l-lo r-recu-cuerdas? —comencé a tartamudear.
—¿Recordar qué?
—Que yo —mi cabeza daba vueltas y comencé a escuchar el zumbido otra vez. Negué con mi cabeza—. No —dije.
Sam me tomó de los hombros, yo le empujé y cuando intenté dar un paso para salir corriendo de allí mi cuerpo se desplomó y la oscuridad me atrapó.
*****
Abrí los ojos con lentitud, todo estaba borroso. Había alguien de pie frente a mí, estaba hablando, pero sólo escuchaba murmullos sin sentido. Traté de sentarme, la persona me ayudó, me recosté contra el espaldar de la cama, cerré mis ojos, tomé un profundo respiro y al abrirlos todo se había aclarado.
—Despertaste, hijo.
—¿Qué significa esto? —dije sin entender aquella escena, ¿era un sueño? O ¿había sido un sueño todo lo que había pasado con mi padre?
Mi padre me abrazó.
—Lo siento, Tobi —murmuró a mi oído—. Sé que las cosas que dije no estuvieron bien y sé que no he actuado de la mejor manera últimamente, pero sabes que te quiero, eres mi hijo y eres lo único que tengo.
No respondí ni a sus palabras, ni a su abrazo.
—¿Se puede? —escuché un golpe en la puerta. Era Sara—. Hay que iluminar esta habitación —abrió la cortina de lado a lado.
—¿Q-qué pasó? —pregunté mirando a Sara.
—Anoche te desmayaste, debes tratar de estar un poco más tranquilo, Tobi, si no sabes controlar tus emociones va a terminar dándote quién sabe qué.
Mi padre se volvió a disculpar y luego me dejó a solas con Sara. Le pregunté dónde estaba Matt y me dijo que ese día había ido a quedarse en donde Luna, mientras solucionábamos todo lo que estaba pasando en casa. Sara había considerado que lo mejor era mantener a Matt lejos por el momento.
—¿Qué dijo mi padre? —Inquirí con temor.
—Cuando tu padre llegó anoche fue muy extraño —comenzó a relatar—. Se veía muy tranquilo, como si no hubiera pasado algo que turbase su paz, me dijo que había tenido una discusión muy fuerte contigo y que se arrepentía de todas las cosas horribles que había dicho. La verdad no sé qué pensar de ello, creo, más bien, siento que sus palabras fueron sinceras, pero me parece demasiado extraño. Tú padre ha estado muy extraño últimamente y eso me asusta un poco, creo que debemos tratar de seguirle la corriente en lo que diga para evitar problemas.
—¿Quiere que me vaya?
Sara me miró a los ojos.
—Lo único que dijo fue que quería que separáramos las habitaciones y que no quería volver a ver ninguna escena como la que vio.
Mi rostro se puso completamente rojo.
—¿Matt sabe sobre el beso? —Sara negó con la cabeza—. Bueno, espero las cosas salgan bien.
—Así será. Las cosas mejorarán, ya verás —dijo ella finalmente en tanto tomaba rumbo hacia la puerta.
Narra Alexander
Era 1 de enero. Mis padres pronto estarían en casa, una parte de mí se sentía feliz de que al fin volvería a verlos, pero por otro lado, me sentía molesto, una pequeña parte de mi ser no quería volver a verlos. Aquel día me levanté temprano, tenía pensado organizar la casa, quería que cuando llegaran la encontrasen impecable, por fortuna Santiago ya había hecho casi todo el trabajo.
Todavía pasaban por mi mente imágenes de aquella navidad, en la que el chico se había vestido de mujer y me había seguido hasta la casa, recordaba sus palabras diciendo que yo le gustaba, qué cosa tan loca, había llegado a pensar. También lo veía cantando, veía sus ojos verdes y me veía a mí reflejado en ellos, y veía en mi rostro una sonrisa.
—Realmente es algo loco —susurré a tiempo que paseaba un trapo por el espejo.
No le había escrito, tenía su número y quería hacerlo, pero simplemente no sabía qué escribir. ¿Qué se supone que dijera? ¿Hola? ¿Qué haces? ¿Todas esas preguntas que terminan luego en un visto? O tal vez debería comenzar agradeciéndole por preocuparse por mí, invitándole a algo, o sólo diciéndole que me había hecho muy feliz.
—No —sacudí mi cabeza—. Cómo puedo pensar en escribir cosas tan tontas.
Seguí limpiando el espejo y mi celular sonó.
«Santiago» pensé en tanto corría a buscarlo. Lo agarré y miré la pantalla.
—No —dejé escapar un suspiro.
Luna: ¿No me vas a contestar? ¿Estás molesto?
No le había respondido el mensaje en el que se disculpaba por no haber estado en casa y decía que había salido con su familia. La ira recorrió mis venas, cuán poderosas eran las palabras, es gracioso pensar en cómo un simple mensaje puede llegar a cambiar tu estado de ánimo, a arruinar tu día o a alegrarlo. Miré la pantalla otra vez, solté un suspiro y comencé a escribir.
Alexander: Alcancé a ir a tu casa, me hiciste ir para nada. Allí me encontré con tu hermano. ¿Por qué él no fue con ustedes?
La chica tardó en responder.
Luna: No quiso ir, dijo que había quedado en reunirse con sus amigos en el apartamento y pues mis padres no insistieron. Siento mucho haberte hecho ir, en serio.
Alexander: Quiero preguntarte algo y quiero que seas completamente sincera.
Esperó a que yo escribiera otra vez.
Alexander: ¿Yo te gusto?
Podía ver que estaba escribiendo, pero luego se detenía. Esperé un par de minutos, seguía saliendo la misma frase: Luna está escribiendo.
Alexander: Sólo di sí o no.
Luna: No lo sé.
Alexander: Eso es un no.
Luna: No lo es. Es que es complicado, si te hubiera conocido antes...
Alexander: Sé que no estabas con tu familia.
Alexander: ¿Por qué mientes?
Luna: ...
Luna: No quería mentir, las cosas se salieron de las manos. Tú me gustas, pero hay alguien de quien estoy enamorada. No quería herirte, no pensé que esa persona fuera a volver a mi vida, tampoco pensé que sería capaz de perdonarla, pero cuando volvió sólo no pude dejarle ir.
Unas profundas ganas de estrellar el aparato contra la pared, y de comenzar a destruirlo todo, recorrió mi cuerpo. Por qué las personas actuaban así, por qué era tan difícil decir las cosas cuando se deben, por qué esperar a que la mentira se haga insostenible para poder decir la verdad.
Alexander: Ya veo.
Alexander: Creo que hubiese sido mejor que ese día me llamaras y me dijeras todo, en lugar de hacerme perder el tiempo.
Luna: Lo siento u.u
Alexander: No te disculpes.
Luna: :c
Dejé el celular en la mesa y continué organizando la casa. Llegó la hora del almuerzo, la señora Carmenza entró en el apartamento, dejó la comida sobre el comedor y me miró desconcertada, luego paseó sus ojos por todo el lugar.
—¿Qué pasó aquí? —preguntó tomando asiento—. Esto se ve muy bien, es tan raro llegar y encontrar todo tan ordenado —dijo haciendo que un color rojo se asomase por mis mejillas—. Aunque lo más extraño es encontrarte levantado. ¿Eres tú, Alexander?
—No me molestes, Carmencita —dije sobando mi nuca y agachando la cabeza.
—Espero encontrarme con esto más seguido —se levantó.
—¿Puedo comer contigo? —inquirí cuando ella se encontraba ya frente a la puerta.
Se giró hacia mí lentamente, estaba estupefacta.
—P-por supuesto que sí —su expresión de confusión cambió enseguida a una de total alegría—. Vamos, yo te ayudo.
Carmenza dio largos pasos de vuelta hacia el comedor, cogió los platos y me hizo señas de que fuese tras ella.
—Tus padres vienen la otra semana, ¿verdad? —preguntó cuando ya nos encontrábamos sentados en su comedor. Asentí con la cabeza en tanto llevaba la cuchara a mi boca—. Ahora todo tiene sentido —sonrió—. Ya decía yo que estabas actuando muy raro, aunque no hay nada más raro que el que vengas a comer conmigo.
Dejé escapar una risita incómoda.
—Pero bueno, dejando eso de lado. ¿Cómo va todo, Alexander? —inquirió apoyando los codos sobre la mesa.
—Bien —contesté—. Normal, creo.
—Y ¿cómo te fue con tu amiga en navidad? —dijo en un tono picaron.
Pasé saliva y luego puse los cubiertos sobre la mesa.
—No estaba en casa —murmuré con la boca llena.
—¿Cómo así que no estaba en casa? ¿No te había invitado a comer?
Asentí con la cabeza.
—Pues —levanté mis hombros en gesto de que no sabía—. Es decir, al día siguiente fue que me dijo que lo sentía mucho, pero que no había podido estar en casa.
—Qué niña tan tonta.
—Sí —dije en un suspiro—. Luna tonta —murmuré en un tono inaudible.
Después de comer y charlar con Carmenza, hablamos de la escuela, de mis amigos, le hablé un poco sobre Luna y dijo que había sido lo mejor, pues peor hubiese sido que estuviéramos saliendo y termináramos porque aquella persona, por la cual Luna me había dejado plantado, había vuelto. También ella me contó un par de cosas, sobre su familia, sobre sus planes, dijo que el otro año quería hacer un viaje con una de sus amigas y conocer muchos lugares y culturas. Luego me despedí de Carmenza y volví a mi apartamento. Al entrar lo encontré en un profundo y sepulcral silencio, como siempre.
Busqué mi celular, abrí el whatsapp, busqué la conversación que tenía por nombre Desafinado y volví a leer su mensaje.
Desafinado: Espero te haya gustado la comida y hayas tenido una feliz navidad, para mí fue una noche muy especial. Tal vez no soy la persona que querías, y tal vez nunca lo sea, pero al menos espero haberte sacado alguna sonrisa sincera. Espero verte de nuevo, este es mi número. Escríbeme si algún día quieres hablar
Sonreí y comencé a escribir y a borrar lo que escribía. ¿Cómo debía comenzar? ¿Con un "buenas tardes? ¿Un "hola"? O simplemente diciéndole ¿quieres salir a comer algo? De la nada vi que bajo su nombre salía la palabra "escribiendo". Sentí una especie de emoción en mi pecho y mi dedo pulgar enseguida cerró todas las ventanas.
—Calma, calma —dije para mí mismo volviendo a abrir la aplicación. Todavía salía aquella palabra bajo su nombre. ¿Qué tanto está escribiendo? Me preguntaba, respiré hondo y fijé mi mirada en el chat.
Desafinado: Hola :p
¿Hola? ¿Tanto tiempo para un hola?
No respondí.
Desafinado: ¿Me odias?
«Esperaba tu mensaje» pensé en escribir, pero no lo hice.
Alexander: No.
Desafinado: Menos mal, ya me había asustado. Me quedé esperando tu mensaje, pero luego me di cuenta que moriría en la espera, así que preferí dejar morir mi dignidad y aquí estoy.
Alexander: Haha
Desafinado: ¿Cómo estás?
Alexander: Bien.
Desafinado: Me alegra mucho, y ¿qué haces? ¿Andabas durmiendo?
Alexander: No. Estaba almorzando y ahora supongo que me recostaré un rato, no sé.
Desafinado: Ohh
Desafinado: ¿Quieres salir a hacer algo?
Me demoré en contestar, no estaba seguro de querer verlo. Tal vez lo mejor era que alejara todo lo que tuviese algún tipo de relación con Luna, o al menos por ese momento, ya que pensar en ella me llenaba de ira.
Desafinado: Anda, no seas cobarde. Di que sí.
Desafinado: ¿Sí?
Desafinado: Respondeeeeeeee o te lleno de spam.
Desafinado: Oye
Desafinado: HEY!
Desafinado: Hey you, out there in the cold, getting lonely, getting old. Can you feel me?
Desafinado: Entonces te diré cosas lindas.
Alexander: NO
Desafinado: Ya sé cómo hacerte hablar, guapo.
Alexander: -_-
Alexander: No tengo ganas de salir hoy.
Desafinado: Bueno, yo puedo ir ;p
Alexander: NO
Desafinado: Bueno, bueno, pero no me grites.
Alexander: Salgamos mañana.
Desafinado: Yeiiii <3 bueno, me parece perfecto. ¿A dónde quieres ir?
Alexander: Mañana miramos.
Alexander: Debo poner a cargar mi celular. Hablamos luego.
Dejé el celular en la mesa y encendí mi computador. Quería enviar un mensaje a mis padres para saber el día exacto en el que llegarían.
Narra Tobi
Me encontraba frente a la puerta del apartamento de Irene. Llevaba al menos cinco minutos de pie, siendo incapaz de tocar a la puerta, quería pensar muy bien en las palabras que diría antes de verla. Se preguntarán ¿qué hacía en aquel lugar? ¿Por qué quería hablar con ella? Tal vez algunos incluso piensen en que quería disculparme y pedirle que volviéramos, pero no, no era eso, o no del todo. Pensaba en disculparme, pero no por haber terminado, sino por haber comenzado.
Desde que los recuerdos de mi niñez y de mis sentimientos por Sam, sentimientos que aunque no había podido aclarar con Sam en mi interior sabía que eran ciertos, inundaron mi cabeza, no dejaba de pensar en que mi relación con Irene no había sido producto de una atracción o un gusto, sino que había sido parte de las terapias de las cuales mi padre había hablado. Sin embargo, ¿Irene necesitaba saberlo? ¿Hablar de esas cosas con ella era realmente lo correcto?
—Sólo haré las cosas más difíciles para ella —me lamenté recostándome contra la pared—. Pero debo ser sincero. Al menos debo disculparme y abrazarla, aunque no le diga el porqué, de lo contrario no podré con la culpa.
Me armé de valor y me paré bien derecho, con la cabeza en alto, frente a la puerta.
—Es lo mejor —dije antes de tocar.
—Un momento —escuché un grito del otro lado.
La puerta se abrió enseguida.
—¿Tobi? —Irene asomó su cabeza—. ¿Qué haces aquí?
—Tenemos que hablar —contesté—. Es algo muy importante.
—No puedo ahora —dijo ella cerrando un poco la puerta—. Tienes que irte.
—Por favor, Irene —me arrodillé frente a ella.
Irene soltó la puerta, ésta se abrió por completo. La chica se agachó y me dijo que me levantara.
—Tobi, por favor.
—Tu madre pregunta quién es —escuché una voz conocida. Enseguida levanté mi rostro—. Tobi —El rostro de Irene se veía sombrío.
—Vete —dijo la chica.
—¿Sam? ¿Qué haces aquí? —Miré a Irene—. ¿Desde cuándo Sam viene a visitarte? —le pregunté.
—No es lo que piensas, Tobi —dijo Irene.
—¿Qué está pasando aquí? —inquirí levantándome.
—¿Tan extraño es que un amigo viviste a su amiga?
—Pensé que ustedes no se llevaban tan bien como para eso —dije mirando a Sam, quien sonreía con diversión.
—¿Qué haces tú aquí? —preguntó Sam.
—Vine a hablar con Irene, no es asunto tuyo.
—¿Le vas a pedir que vuelvan? —Sam se puso de pie frente a ella—. ¿Ya te cansaste de que Matt te rechazara y ahora vienes en busca de ella para no estar solo? ¿Es eso?
—Claro que no —contesté molesto—. Irene, podemos hablar un rato afuera.
—No, Tobi. Lo que tengas que decir dilo de una vez aquí.
—No puedo hacerlo si Sam está escuchando —dije, mis manos temblaban.
—Ayer ibas a decirme algo, Tobi —habló Sam—. ¿Tiene que ver con eso?
Negué con la cabeza.
—Yo también tengo algo que decirte —continúo—. Me gusta Irene, siempre he estado enamorado de ella —dijo, Irene giró su mirada a él y abrió sus ojos con sorpresa—. Tú lo sabías, te lo dije porque eras mi amigo, ¿recuerdas?
—¿Q-qué? —No entendía de qué hablaba.
—Luego comencé a salir con Matt y resultó que también te gustaba, Tobi ¿por qué? —no respondí—. ¿No sabes? Yo sí —sonrió—. Verás, Irene. Cuando Tobi era más chico, antes de que te conociera y comenzaran su relación "perfecta" —enfatizó en la palabra haciendo comillas con sus dedos—. Yo lo rechacé.
Irene lo miró extrañado.
—Así es. Tobi era gay desde pequeño, pero yo no. Un día el me besó y yo le dije que estaba loco. Al día siguiente seguimos hablando como si nada hubiera pasado, nunca volvimos a hablar del tema. Luego yo te conocí, le hablé a Tobi de la chica que me gustaba y un día él llegó diciendo «conocí a una linda chica, se llama Irene, vamos a salir el viernes» —soltó una risita irónica—. Le dije, ¡vaya qué coincidencia! y cuando me la presentó era mi Irene, pero por alguna razón Tobi no lo recordaba, ¿no es gracioso? Es como olvidar lo que le conviene, siempre se ha tratado de eso, ¿verdad, Tobi?
—¿Eso es cierto, Tobi? —Los ojos de Irene se llenaban de lágrimas.
—No —contesté con voz temblorosa—. No lo sé, no lo recuerdo bien.
—Lo que yo creo es que siempre has querido que yo sufra sólo porque te rechacé —gritó Sam.
Negué con la cabeza.
—¿Por qué estás con Matt? —pregunté apretando mis puños.
—Esa pregunta sobra —dijo él—. Ya sabes de quien estoy enamorado, de quien he estado enamorado siempre.
—Déjalo —apreté mi mandíbula con fuerza.
—No —sonrió.
—Irene —la miré—. Dime que no estás con él.
—Eso no es de tu incumbencia —la chica mantenía su mirada clavada en el suelo—. Vete ya o tendré que llamar a mi padre.
—Le diré a Matt —dije en tono amenazante a Sam—. Le diré que sólo lo has usado.
—Dile a ver si te cree —contestó sonriente—. Además, él está enamorado de mí. ¿Qué crees que hará? ¿Cómo crees que se sentirá? ¿Realmente quieres verlo sufrir? —Se cruzó de brazos—. Lo único que va a pensar es que como estás enamorado de él quieres separarnos. Piénsalo, con todas las cosas que han pasado, todos los problemas que tienes, debe pensar que estás enloqueciendo —rio.
—Detente —dijo Irene mirando a Sam—. Adiós, Tobi —dijo y luego sólo trató de cerrar la puerta en mi cara. Yo la detuve.
—Deja de mirarme así, Tobi, como si yo fuera el malo. No entiendes que el malo has sido tú, eres un mal amigo, siempre has querido quitarme a las personas por las que me he interesado. ¿Qué clase de amigo eres?
—Eso no es verdad.
—¿Por qué de la nada quieres a Matt? Al principio ni lo soportabas. ¿No será que sigues enamorado de mí y no quieres verme feliz con nadie porque eres un egoísta?
—¡Yo quiero a Matt! —grité en respuesta.
—Y él me quiere a mí.
—Basta —dijo Irene—. Vete ya —me miró con los ojos llenos de tristeza—. ¿No crees que ha sido suficiente? ¿No te importa ni un poco como me siento, Tobi? Ya no quiero verte más, ¡vete!
Me alejé de la puerta y ésta se cerró.
Estaba en shock, no sabía qué hacer. Debía decirle a Matt, pero cómo hacerlo, ¿y si Sam tenía razón? ¿Qué pasaría si no me creía? ¿Pensaría Matt que sólo son inventos míos por celos? ¿Amaba Matt a Sam? Apreté mis puños con fuerza, todo era culpa mía, siempre había sido así, las personas que me rodeaban terminaban con el corazón roto.
https://youtu.be/exzpwITTcuo
"Pero siento tal impotencia cuando lucho con el perdón. Sin embargo, no conozco mi propia fuerza cuando lo destruyo todo. Todo lo que toco se convierte en oro, luego en carbón. Todo lo que toco se convierte en óxido, luego en polvo".
Everything I Touch Turns to Gold...then to Coal - Woods of Ypres
Hola a todos <3 ¿Cómo están? T.T estos días ha estado difícil para mí escribir debido a que en mi país hay paro de profesores, y de casi todo ya que nada funciona bien aquí :'v y pues como vivo en un pueblo cercano a la ciudad se me ha complicado el desplazarme a la misma y he tenido que salir con más tiempo, he llegado más tarde y también algunos días me he quedado fuera de casa por lo que no tengo mi computador a mano para poder escribir.
Espero el paro logre algo, aunque lo dudo, yo mejor voy haciendo mis maletas para irme lejos >w< El caso es que es triste ver cómo una profesión tan necesaria e importante para el desarrollo de una sociedad es maltratada, humillada, despreciada, no sólo por los hijos de puta (perdonen mi vocabulario pero no hay palabra que los describa mejor) que están en el poder, sino por el mismo pueblo, la gente es muy ignorante :( eso es lo que más duele...
Ellos sólo piensan en que no tienen en donde dejar a sus hijos, como si la escuela fuera una guardería, y no entienden que el paro no es sólo por un sueldo, sino por un sistema mal organizado, porque los hijos de puta se roban la plata, porque hay más de cuarenta niños espichados en un salón a cargo de una sola persona, porque los colegios se caen, porque los niños reciben comida en mal estado, porque supuestamente no hay plata para la educación, pero sí para la guerra, si para los políticos u.u ¿y aún así tienen el descaro de decir que se invierte mucho en educación? ¿Que Colombia es un país educado? ¿Cuál es la inversión? ¿Las becas de ser pilo paga? ¿Becas que dan a personas que tienen suerte en un examen en el que no se evalúa nada? Personas que luego eligen las carreras más caras, las universidades más caras, para luego abandonarlas porque no pudieron aguantar el bullying, ¿o porque no tuvieron los recursos para poder mantenerse en esas universidades? ¿Cuánto dinero no se pierde en eso? La verdadera inversión debería ser en los colegios, el sueldo de los profesores, ¿cómo puede ser una de las profesiones menos pagadas cuando es de las más difíciles? ¿Por qué no invierten en las universidades públicas que también se están cayendo? Pero no, aquí sólo hay plata para los señores del senado, para transmilenio, para los bolardos !bolardos para todos! :'v y aún así reeligen a Peñalosa :'v
ok, ok, me calmo :'( es que no sé qué es peor, si el sistema corrupto o el pueblo ignorante </3 no sé, me disculpo por este mensaje tan largo y para algunos sin importancia pero tenía que desahogarme. Gracias a todos.
Gracias por leer la historia y por apoyarla, por sus comentarios y estrellitas. Espero les haya gustado el capítulo, ¿qué creen que pasará? Gracias, gracias y mil gracias a todos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top