Capítulo 13

Narra Tobi

—¿Debería preguntarle? —susurré para mí, llevaba hablando solo desde que Sam se había ido. Incluso las personas que pasaban junto a mí me miraban raro—. Sí, debo hacerlo, pero... ¿qué haré si dice que es gay? —Me sentía muy confundido y asustado, ni siquiera entendía el porqué, es que el hecho de que Matt fuera gay no cambiaba nada en realidad.

Comencé a caminar de vuelta a casa, estaba decidido a preguntarle, aunque no sabía cómo hacerlo pues si no escogía las palabras correctas terminaría quedando como un idiota y eso no era raro en mí. Me detuve frente a la puerta y, después de tomar un profundo respiro, saqué mis llaves e intenté abrir la puerta con torpeza. No miento al decir que nunca me había sentido tan nervioso como en aquel día, lo único que hacía era rogar que la respuesta de Matt fuese la que quería, o más bien la que necesitaba escuchar.

Una vez adentro me dirigí con lentitud hacia el cuarto, la puerta se encontraba entreabierta. Antes de entrar, y no sé por qué, le di un par de golpecitos, como si necesitara el permiso de Matt para entrar a mi propia habitación.

—Matt —El chico se encontraba pegado a su celular y la expresión en su rostro reflejaba que no estaba muy contento, por obvias razones—. Matt ¿podemos hablar?

—Claro —contestó dejando el aparato en su mesita de noche—. ¿Qué ocurre?

Sus respuestas eran más cortas y calmadas de lo normal, se notaba que no tenía ganas de discutir conmigo.

—P-primero quería disculparme por mi actitud —¿Disculparme? ¿De dónde carajos habían salido esas palabras? Definitivamente había algo malo en mí, era como si alguien se metiera en mi cuerpo y me hiciera hacer y decir cosas que no quería.

—¿Disculparte? —No fui el único que encontró aquellas palabras extrañas, Matt no dejaba de mirarme con sus enormes ojos que parecían estar a punto de salirse de sus cuencas por la sorpresa—. ¿E-estás bien? —preguntó con el ceño fruncido y los labios levemente apretados—. No tienes que disculparte, la fiesta estaba trascurriendo de una forma demasiado tranquila y buena como para ser verdad. Ya sabes... tú y yo... ¿sonriéndonos? ¿Jugando juntos? El mundo debió estar patas arriba.

—¡Oye! No seas exagerado —respondí en una mueca—. Eso sólo demuestra que podemos llevarnos bien —continué hablando de manera muy amable, no entendía por qué estaba dirigiéndome a él así, es decir, sólo tenía que hacer la pregunta, sólo tenía que ir directo al grano—. Espero que al menos te hayas divertido y en un futuro recuerdes sólo lo bueno —añadí un tanto avergonzado—. Matt... —hacer la pregunta era más difícil que lo que había llegado a imaginar. Matt no era tan desagradable, de algún modo había conseguido agradarme, pero... que fuera gay me asustaba.

—¿Qué ocurre? Suéltalo, dudo que hayas venido sólo a disculparte —El rostro del castaño parecía cada vez más cargado de preocupación y eso me hacía sentir más nervioso—. Si es sobre tu beso con Alex... Yo no le diré nada a Irene —murmuró con el rostro agachado. ¿Mi beso con Alexander? Y eso ¿a quién le importaba? Había sido sólo un juego, además también había besado a una chica.

—No es eso, es algo muy difícil de decir —suspiré a tiempo que cerraba mis ojos. Al abrirlos los clavé en él, al sentirse observado Matt se sonrojó—. Matt, quiero preguntarte algo, pero prométeme que no te enojarás y responderás con la verdad.

—¿Qué es? Dilo de una vez, me pones nervioso —dijo en tanto tomaba su almohada y la ponía entre sus brazos—. No me enojaré si lo dices de buena forma —agregó hundiendo su barbilla en la almohada.

—Matt —suspiré nuevamente—. Matt, ¿a ti te gustan los hombres? —inquirí tratando de sonar lo más tranquilo posible, sin embargo mi voz pareció cortarse en la última palabra.

—¿Qué? —Al ver su cuello noté que pasó saliva con dificultad, parecía en shock, ¿lo había descubierto?—. ¿P-por qué dices eso? —preguntó con voz temblorosa, eso sólo me hacía pensar en que era cierto, Matt era gay ¿cómo se supone que debía reaccionar?—. Por supuesto que no —Sus repentinas palabras me sacaron de mis pensamientos, alejando aquellas mortificantes ideas y preguntas que se formulaban en mi cabeza.

—¿Seguro? —Me senté en el borde de su cama y lo miré fijamente a los ojos—. ¿No eres gay? Dime la verdad.

—Y-yo... —hizo una breve pausa, ¿por qué le era tan difícil decirlo si estaba tan seguro de que no lo era?—. Yo no soy gay, ¿de dónde sacas esas estupideces? Que no me la pase hablando de tetas y culos como tú y tus amigos no significa nada.

—No es sólo eso, Matt —No podía hablarle de lo que me había dicho Sam, ¿qué podía decir entonces? ¿Qué me podía haber hecho sospechar aparte de eso?—. No sé, hay algo en ti que es extraño, cuando estás cerca siento algo diferente, no sé cómo explicarlo.

—¿Y eso significa que soy gay? —Matt soltó un bufido—. ¿No será que tú eres gay y te sientes atraído por mí? Creo que eso es mucho más lógico —¿Qué? ¿Yo gay? Era imposible, yo tenía novia y había estado con ella durante muchos años—. Y que una persona sea gay no la hace diferente de ninguna manera, no es como que sea una enfermedad o mutación, no es como que vayas por la calle y digas ahí va un gay.

—Yo no soy gay —contesté molesto—. No vuelvas si quiera a insinuarlo.

—¿Y tú si puedes hacerlo? —se levantó y me empujó—. No te sientes en mi cama. Yo no soy gay, si quieres creerme bien y si no pues ni modo, no me importa lo que pienses de mí, de cualquier modo tú y yo no somos nada más que simples compañeros de cuarto.

No sabía qué pensar, no sabía si creer en las palabras de Matt, era posible que su reacción agresiva se debiera a que le enojaba que lo trataran de homosexual porque se sentía ofendido, pero también podía haberse sentido enojado al verse descubierto, tal vez tenía miedo de que yo no lo aceptara o lo molestara o lastimara por ello.

—Está bien, lo siento, creo que cada vez que abro la boca contigo es para decir algo estúpido —me lamenté. Al escuchar esas palabras Matt suavizó la expresión en su rostro—. Te creo, si dices que no eres gay no lo eres, sólo espero que hables con la verdad. Si lo eres, creo que tengo derecho a saberlo. Tal vez te he dado una imagen equivocada de mí, yo no soy una persona homofóbica, puede que haga comentarios ofensivos pero... tú sabes, de mi boca salen muchas cosas tontas.

—Vale... Acepto tus disculpas —Sus respuestas me demostraban que el resultado de la fiesta no había sido el esperado, y todo porque yo lo había arruinado, Matt estaba triste, podía notarlo por el tono de su voz.

—Puedes confiar en mí —dije finalmente antes de salir. No podía estar más cerca de él, no en ese momento en el que me sentía como la peor mierda del mundo.

Narra Matt

Tobi dejó la habitación y enseguida mis ojos comenzaron a aguarse. Tomé el celular, necesitaba hablar con Luna sobre lo que había pasado. Estaba asustado, había sido descubierto y por la persona que menos hubiera deseado. ¿Cómo lo había hecho? ¿Mi madre había dicho algo? No... me había prometido no volver a desconfiar de ella, mi madre sería incapaz de hacer algo que pudiera lastimarme. Mi corazón latía más rápido de lo normal y mis manos temblaban, haciendo que escribir en aquel aparato resultara muy molesto.

—No puedo hacerlo —mascullé tirando el celular a mis pies—. ¿Qué debería hacer ahora? —Las lágrimas comenzaron a brotar por el rabillo de mis ojos. Traté de secarlas inútilmente y después sólo pude abrazar mis rodillas contra mi pecho—. Estúpido Tobi, espera que le confiese todo pero no hace más que decir cosas crueles y horribles sobre el tema. Es obvio que me odiaría si lo supiera, entonces ¿por qué tienes que actuar de esa forma? ¿Por qué quiere parecer comprensivo y amable cuando en él no existe ningún tipo de sentimiento bueno hacia mí?

Las lágrimas quemaban mis mejillas y mis ojos mientras que mis parpados se hacían cada vez más pesados. Mi cuerpo comenzó a escurrirse hasta que me hallé acostado, abrazando mi almohada, en la cama. "Debería decirle la verdad, puede ser un idiota pero no parece una mala persona" pensé mientras recordaba lo que había pasado en la fiesta. Eran muchas cosas, desde la sonrisa y la mirada de Tobi, hasta mi beso con Samuel. Hasta el momento no me había detenido a pensar en ello, los labios de Samuel eran realmente suaves, aunque el beso no hubiera durado más que un par de segundos, lo había disfrutado. Tal vez porque el chico había sido muy amable conmigo y porque además me había defendido de Tobi.

—Fue un día muy loco —me dije mientras sentía mis parpados cerrarse con lentitud.

Cuando los abrí me hallé corriendo por la carretera, en medio de una fuerte tormenta eléctrica. Al mirar atrás me encontré con un montón de personas que corrían hacia mí, estas personas no tenían rostros, eran simples sombras. Corrí y corrí, podía escuchar sus horribles palabras de odio hacia mí, me llamaban mentiroso, me llamaban farsante y de muchas otras formas que prefiero no decir. Seguí recorriendo el camino, comenzaba a sentir que las plantas de mis pies me quemaban, al ver mis zapatos noté que se estaban gastando hasta el punto en el que corría descalzo.

—¿Qué quieren de mí? —grité con desesperación mientras las gotas de lluvia se mezclaban con mis lágrimas.

—No puedes escapar, tú no perteneces aquí, ni siquiera tu padre te acepta —Las palabras de odio eran cada vez más fuertes—. Las personas como tú no merecen vivir.

Mis piernas temblaban y sabía que en cualquier momento mi cuerpo se desplomaría. Estaba muy asustado, no quería que me atraparan, si lo hacían estaba muerto. "Que alguien me ayude" pensé mientras mi paso se hacía más lento. De pronto no encontré más fuerza en mi interior y me dejé caer, al levantar mi vista me encontré con lo que parecía un abismo. Cerré mis ojos, ese era el fin, ellos me habían arrinconado.

—Levántate —Uno de ellos salió de entre la multitud y corrió hacia mí, me tomó de la mano y me hizo levantar enseguida—. Confía en mí —me arrastró hacia el abismo y antes de saltar al vacío me abrazó.

—¿Qué haces? —grité aferrándome de aquella figura oscura y sin rostro.

—Te llevo conmigo, al lugar al que perteneces —¿El lugar al que pertenecía? No podía entender nada de lo que ocurría, todo debía ser parte de un sueño—. Cualquier lugar es nuestro mientras estemos juntos.

Caímos y de repente sentí que ya no me hallaba en el vacío. Abrí mis ojos y me solté de aquella persona, cuando miré a mi alrededor me asombré por la belleza de paisaje en el que me encontraba inmerso. Había una enorme laguna, con agua pura y cristalina, agua que era pintada por las nubes y el cielo azul que se reflejaba en ella. Con una sonrisa en mi rostro me giré para ver a mi acompañante, pero seguía siendo una figura sin rostro.

—G-gracias —musité acercando mi mano a su cara, quería ver si al menos podía sentir algo, pero aquella figura sólo comenzó a desvanecerse.

—¡Matt! —Una voz chillona y fastidiosa retumbaba en mis oídos—. Matt, despierta, he escuchado un ruido —abrí mis ojos con lentitud, sentía mis parpados aún pesados—. ¡Matt!

—Acabas de arruinar un sueño hermoso —me quejé, Tobi se encontraba frente a mí, de nuevo con sus niñerías y su miedo a la oscuridad.

—Córrete —dijo empujando mi cuerpo—. No seas envidioso, se un buen hermano.

—¿Eh? ¿Ahora si soy tu hermano? —pensé en patearlo hasta sacarlo de mi cama pero la pereza me ganaba—. ¿Pesadillas otra vez? —inquirí con voz queda.

—No había podido dormir y escuché algo —susurró a tiempo que se arropaba—. Me avergüenza hacer esto pero no sé, no puedo hacer nada más al respecto.

—¿Por qué le temes a la oscuridad? —pregunté dándole la espalda—. ¿No estás bastante grandecito?

—No lo sé, mis pesadillas comenzaron cuando mi madre se fue —confesó con la voz cargada de tristeza—. Vamos a dormir, no quiero hablar de ello.

—Vale, entonces buenas noches y gracias por arruinar mi sueño —me cubrí hasta la cabeza con las cobijas.

—Descansa y deja de quejarte ¿qué mejor sueño que compartir tu cama con alguien como yo? —dijo en tono de broma, realmente era un idiota—. Ay, bueno no, descansa —continuó, yo sólo lo ignoraba pero él seguía hablando—. ¿Qué quieres comer mañana? —comencé a hacer ronquidos falsos para que entendiera que no quería hablar con él—. Oye, Matt, no me ignores —Su voz por fortuna era arrulladora—. ¿Matt?

Después de un buen rato en el que no dejó de hablar de comida y de lo que podíamos preparar para el desayuno, cerró la boca, "al fin" pensé, estaba muy cansado, sólo quería dormir y mi querido Tobi, qué digo, el rubio idiota no respetaba mi deseo. 

Cuando el silencio se apoderó del lugar, no pude evitar pensar en mi sueño, no dejaba de pensar en cómo sería el rostro de aquel ser misterioso que me había salvado. Tampoco podía sacar sus palabras de mi mente "Cualquier lugar es nuestro mientras estemos juntos", ¿podría alguien como yo llegar a escuchar esas palabras algún día? De seguro si aquel día llegara sería el más feliz de mi vida.

*****

Hola a todos <3 ¿Cómo están? Gracias por leer esta historia :3 espero les haya gustado este capítulo,  díganme ¿qué les pareció? ¿Creen que Matt hizo bien al mentir? ¿Ustedes hubieran dicho la verdad? 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top