Capitulo 5
Estoy en las gradas viendo entrenar a los chicos, Olivia está dormida con la cabeza en mis piernas y Nox hablando de lo guapo que es James. No es esa chica que le gustaba cada hombre que pasará, el año pasado estuvo enamorada de uno de primero y creo que a James lo ve solo como alguien para follar o eso creo, Nox es muy inestable en eso de las relaciones.
Recargo mi cabeza en el hombro de Nox y bostezo.
He de admitir que después de el tiempo que pase con Ashton me sentí tan libre. Las risas, el pequeño susto de caerme y romperme algo y puede ser algo tan pequeño pero volví a sentirme libre. Hoy tuve cita con mi terapeuta en la mañana, por unos problemas que tenía. Claramente lo he sabido sobrellevar y ya no me atormenta tanto, solo necesitaba dejar de pensar mucho en ello.
—Hay que ir a comprar la ropa para la fiesta. —menciona
—Sabes que no puedo hoy. —murmuro
—Si puedes, solo que te encanta obedecer a tu madre.
—Tengo entrenamientos, Nox.
—Solo dos semanas más, Morgan y aún no sé porque van.
—Son las reglas, después de las mundiales, tenemos que ir dos semanas y tenemos un mes de vacaciones. Ya que después son las audiciones para el equipo.
Así eran las reglas del gimnasio y del equipo y yo siendo capitana no puedo faltar así porque si.
—No se como le harás mañana, pero de que iremos a la fiesta iremos.
—Claro. —vuelvo a murmurar
—Es hora de que Morgan Irina Hans salga a la luz
—No vuelvas a decir mi segundo nombre. —digo horrorizada.
Odio que ellos me digan así, realmente lo hago.
Se carcajea, pero se pone seria al instante.
—¡Cuidado!
Me giro y siento un golpe en la nariz que duele como un demonio. Quito mi mano y noto que estoy sangrando, Nox me mira con horror y yo solo quiero llorar por el dolor.
Ya sabía yo que tenía un imán para los golpes y ya se estaban tardando en que no lo hicieran.
Olivia que se despertó por el grito, saca de su mochila pañuelos y me los pone en mi nariz, siento que todo me da vueltas. Escucho voces de hombres, pero no abro los ojos. Siento que me iba a desmayar y les deseaba suerte al que me había roto la nariz, mi madre lo iba a matar por dejarme así.
***
Abro los ojos y después los cierro por la fuerte luz, toco mi nariz y me quejo. Quiero llorar por que aún me duele, escucho los gritos de mi madre diciendo que deberían expulsar al que me golpeo y quiero reír, pero duele como la misma mierda. Ni si quiera puedo mover la parte de mi boca por que cada gesto hace que me duela más.
Me siento y veo a la enfermera de la escuela.
—¿Cómo estas, Morgan?
—Creo que bien.
—De acuerdo, no es ninguna fractura, pero tu nariz quedó un poco hinchada y morada.
Asiento y me levanto de donde estaba, me miro al espejo y hago una mueca al ver mi nariz. No estaba muy hinchada solo estaba muy morada y roja, se ve horrible. Salgo y veo a mi madre hecha furia hablando con la directora, no pueden dañar la cara de una porrista prestigiada de ese gimnasio, pero mírenme aquí, con una nariz morada y roja y sin entrenamientos hasta que se me baje la inflamación.
Me acerco a ellas y mi mamá me pone toda la atención a mí. Me hace varias preguntas a las cual le respondo asintiendo y negando. En su cara ve que tiene mucha preocupación, ya quiero ver que me dice llegando a la casa. Salgo de la dirección y veo a todos los jugadores y el entrenador mirándome, hacen una mueca como si pudieran sentir mi dolor.
Nadie puede sentirlo, no es fractura pero el idiota que lo lanzó tiene buena puntería. Me acerco a las chicas que me ven horrorizadas, no hacia falta que hablaran para decirme lo feo que se veía.
—Se ve horrible.
—No es cierto. —me defiende Oliv
—Parece una uva.
—Cállate, Nox. —le pido. —Siento que no puedo mover la parte de mi boca.
—Tu madre quiere matar a todos. —miro por detrás de mi hombro
—Pues ojalá lo haga.
El entrenador se acerca a mi y me sonríe con culpa.
—Siento el golpe, Morgan, sé que no fue intención de ninguno de mis jugadores lastimarte.
—No se preocupe entrenador, ya casi no duele.—intento sonreír, pero hago una mueca.
Lágrimas salen de mis ojos por hacer eso y me rio un poco.
—Voy hacer como que te creo.
Asiento frenéticamente
—Nosotras tenemos clases, nos vemos en la cafetería.
Asiento y toco mi nariz, la siento caliente y también está palpitando.
Voy a mi casillero aguantando la mirada de todos en mí, o mejor dicho en mi nariz.
Abro la casilla y saco los libros que voy a ocupar, cuando cierro el casillero me sobresalto al ver a Ashton recargado en el casillero de alado.
—Te asustas con facilidad. —me sonríe
—Debes de dejar de hacer eso.
Mira mi nariz y hace una mueca
—Lo siento por el golpe...
—¿¡Fuiste tú!?
Sonríe con culpa y se rasca la nuca.
—Estoy empezando a odiarte.
—Nadie me puede odiar.
—Yo sí, me duele y es horrible.
Rueda los ojos y hace un intento por tocar mi nariz, pero le doy un golpe en su mano antes de que llegue a su destino. Se que se ve mal y que da curiosidad tocar mi nariz, pero que no joda con querer tener intenciones de hacerlo.
—Ni lo pienses.
—Fue un golpe de suerte.
—Un golpe de suerte y una mierda. —le digo haciéndolo reír.
Veía a Amy acercarse, no quería lidiar con cualquier insulto por parte de ella. Así que me doy la vuelta, estoy a punto de dar un paso y jalan de mi brazo volviendo a mi lugar.
—¿Tanto así no te cae Amy?
Me encojo de hombros viéndola acercarse.
—Si no te habías dado cuenta, ella es la que me molesta, no yo, pero ya vez que dicen que el karma de todas formas llega. —murmuro
—Hola, Amorcito —lo toma de la cara y le planta un beso, frunzo el ceño y ruedo los ojos.
—¿Eso es una uva? O no...es tu nariz
Que gran insulto, si existiera un premio de eso, ella se lo llevaría.
—Eres terrible insultado. —le dice Ashton y ella lo mira mal.
Realmente si parecía una jodida uva con puntos verdes y amarillos por la pomada que me pusieron. Muy apenas puedo respirar bien y no quiero gastar mi oxígeno respirando el mismo aire que Amy.
Es estúpido, pero quiero estar alejada de ella.
Tragó saliva cuando veo a Nick mirándome desde la esquina del pasillo. Ashton y Amy se me quedan viendo esperando a que la insulte, pero no podía.
No ahora que está frente a mi.
—Me tengo que ir...
Los rodeo y me dirijo hacia Nick, no sé qué hace aquí y por muchas razones no lo quiero ver.
—¿¡Qué haces aquí!?
—Necesitamos hablar.
—Nick, si es para otra oportunidad, créeme que no te la daré y no busco relación.
Suspira y asiente lentamente
—¿Podemos ser amigos?
—Los ex's no lo son.
Me mira divertido
—¿Hacemos una excepción?
—Lo pensaré.
Nick Thomson mi atractivo ex-novio, hace tiempo fuimos la pareja perfecta, pero por cuestiones que odio recordar lo termine. ¿O el lo hizo? Pero recapitulando ¿qué novio deja en ridículo a su novia frente a toda la escuela? Ese es el caso de Nick, se enteró que mi madre no me daba de comer porque engordaría como cuando era niña.
Subió fotos mías de cuando tenía 10 y 11 años y las comparo cuando tenía 15, me empezaron a molestar con que me habían operado y así siguieron las burlas hasta que se enteraron de que era Morgan Hans, una porrista prestigiada del Elite de California y se enteraron gracias a que una vez subieron un video mío quitándome la peluca rubia y el puesto de capitana casi siempre me salva, empiezan a tenerme respeto por eso y a veces molesta porque eras la persona que molestaban y después eras la persona con más respeto en toda la secundaria, porque si...paso en secundaria.
Ya lo recordé, yo lo terminé después de darle otra oportunidad...
Camino ignorando a todo aquel que me mira, entro al baño y joder, está peor que hace rato. Está un poco más inflamada y morada, realmente estoy batallando para poder respirar.
Quiero llorar, nunca me habían golpeado y quedar así.
La puerta de abre y Ashton entra, frunzo el ceño y hago una mueca
—¿Qué haces aquí?
—Te conseguí hielo. —extiende la bolsa y la tomo rápidamente colocándola en la nariz con delicadeza
—Gracias.
—Y un poco de pomada.
Aunque ya traía le agradezco e intento sonreír con diversión pero me sale una mueca.
—Si que te sientes culpable.
—Claro que lo hago.
—Tienes una muy mala puntería. —le digo arqueando una ceja
—Técnicamente le di solo a tu nariz y no en toda tu cara, así que tengo una muy buena puntería. —el orgullo con lo que lo dice hace querer golpearlo.
—Si claro, deberías prestarme el balón para que veas mi buena puntería.
—No, ni de chiste.
Se acerca y abre el botecito con la pomada
—¿Me dejas? —señala la uva que tengo como nariz y asiento.
Quito la bolsa de hielo y él pone su dedo índice con delicadeza en ella, estamos muy cerca, demasiado...
—Eleva la cara. —le hago caso y me arrepiento completamente, su respiración choca en mis ojos y sus labios están entre abiertos, esta tan concentrado en hacerlo con sumo cuidado que no se da cuenta de que tan cerca estamos. —Listo. —susurra quitando su mano, nadie dice nada, no nos movemos y puede que esto se malinterprete si alguien llegase a entrar. La mano de Ashton quita un mechón de mi cara y lo pone detrás de mi oreja. —Me gustan tus ojos, Morgan. —dice y esboza una pequeña sonrisa
—Si a mi también me gustan. —le sonrío como puedo y él se carcajea.
—Se supone que te debes de sonrojar y decir a mi también me gustan los tuyos.
—Tzzz, pero ni si quiera me gustan. —hago una mueca y el sonríe.
—A todas les gustan mis ojos. —menciona separándose y sonriendo con autosuficiencia.
—Son bonitos hay que admitirlo.
—¿Puedo ver tus ojos de cerca? Me causan curiosidad
—Son normales.
—Eres muy modesta. —me encojo de hombros y abro mucho mis ojos haciéndolo reír.
Se acerca y me toma de las mejillas para alzar mi cara.
—Miel.
—¿Qué?
—Tienes los ojos color miel, color como ámbar.
—¿Crees?
—Un 100% que si.
La puerta se abre y mis ojos van a la puerta, la maestra de química nos mira con la boca abierta y trago en seco, ella siempre me ha odiado y con esto lo hará más.
Miro a Ashton que me ve y después volvemos a mirarla.
—A la dirección.
🏈📣
Los profesores nunca iban a los baños de los alumnos y no sé porque a esa maestra se le ocurre ir cuando estoy ahí con un hombre. Mi madre y el padre de Ashton están con ella dentro de la dirección y yo no puedo dejar de mover mi pierna derecha. Siempre hago eso cundo algo me inquieta o estoy nerviosa y ahorita sobrepaso esos límites de nerviosismo.
—¡Deja de hacer eso!
—No me digas que hacer. —digo entre dientes. —Es tu culpa.
—¿Mía? Fui a dejarte hielo.
—Ajá, en el baño de mujeres. ¿No pudiste esperarte en otro lugar?
Me mira y después rueda los ojos.
Nuestros padres salen y nos levantamos rápidamente. Mi madre no trae buena cara y se ve que le molesta todo lo que dijo la maestra de química.
—Tener intimidad en los baños Ashton, ¿en serio?
Espera...¿Quién le dice intimidad?
—No fue lo qué pasó. —se defiende
—Pues la maestra de química dijo y detalló que estaban teniendo intimidad.
—Vieja necesitada. —murmuro y Ashton suelta una carcajada. —Y mentirosa.
La maestra de química sale y me asesina con la mirada, ruedo mis ojos y vuelvo a fijarme en mi madre. El padre de Ashton oculta una risa y mi madre me quiere matar con la mirada.
—Eso no pasó, si tener intimidad es ponerme hielo y pomada en la nariz, pues si estábamos teniendo intimidad —digo, intentando no reírme. —Demasiada intimidad
Joder, que palabra tan divertida.
—Aparte, ¿quién mierda le dice intimidad al sexo?
—Exacto. —apoyo a Ashton y este sonríe
Los dos niegan, solo que el padre de Ashton divertido y mi madre más seria.
—¿Así éramos nosotros? —le pregunta el entrenador a mi madre
—Quiero recordar que no.
Ashton y yo nos volteamos a ver asustados e hicimos una mueca hacia ellos. No es bonito imaginar a tu madre teniendo, intimidad con el entrenador.
Mi celular suena y rápidamente lo saco de mi pantalón.
Te necesito aquí Morgan, hay junta de capitanas.
Mierda.
Le enseño el mensaje a mi madre, asiente y me da las llaves de su auto.
—Avisaré a la directora que saldrás y por cierto, los prefectos no te quieren ver sin la corbata. —miro mi uniforme y suspiro.
—De acuerdo, nos vemos luego, mamá y entrenador. —agito mi mano en modo de despedida. —Adiós, Ashton.
Corro lo más rápido que puedo al estacionamiento, enciendo el auto rápidamente y arranco. La junta de capitanas se hacía después de una competencia de los equipos que compitieron, se habla de los puntos, de la ejecución de la gimnasia, de las atletas que piden irse a sus equipos y renovar contratos con ellos, las capitanas toman a las mejores para que no estén en peligro de ser elegidas por otro equipo.
Es muy dinámico, pero es triste a la vez.
Y yo voy a llegar con la nariz morada.
🏈📣
—¿Qué dijeron?
Miro a Barbara que se muerde las uñas, ruedo mis ojos y me siento frente a ella, tomo la bolsa de hielo y la coloco en mi nariz, le doy mis apuntes, los lee detenidamente y grita con emoción.
—¿¡Seguiré aquí!?
—Eso es lo que dice, aún no lo sé bien. Florencia se ve convenida de querer a dos de cada equipo que compitieron.
Me recargo en el sofá y rasco mi frente, su cara de frustración es grande y la verdad es que lo entiendo, si Florencia quiere más atletas de otros equipos es menos la oportunidad de quedar alguna del Elite y de las nuevas que harán las audiciones.
—Esto es una mierda.
—Que no te escuche decir eso. —digo, divertida.
Mi celular vibra y miro el nombre de mi madre.
—Debo irme, nos vemos mañana.
Salgo del gimnasio y voy al estacionamiento, entro al carro de mi madre y recargo mi frente contra el volante, tengo mucha hambre, quisiera llegar a algún McDonalds y comprar algo, pero el nombre de mi madre aparece de nuevo en mi celular.
—Ya voy para la preparatoria, mamá.
—Bien. No quiero que pierdas más clases.
—¿Puedo comprar algo de comer?
—Compras en la cafetería de la preparatoria.
—¿En serio?
—Si, pero regresa ya.
Después de 20 minutos manejando llego a la preparatoria, siento un ligero mareo, pero me detengo de la puerta, cierro el auto y camino hasta el campo de fútbol, pero Olivia me detiene con una sonrisa.
—Hey, ¿estás bien?
—Tengo hambre. —me quejo y me recargo en ella.
—Joder, Morgan. Debes de comer algo, a escondidas, pero debes de hacerlo. —murmura, mirándome con preocupación
—Lo se, mamá me dejó comprar algo en la cafetería, pero...
—Iré por comida y...
—Tengo detención y una clase más.
—Mierda. —se queja y busca en su mochila. —Le di a Nox las últimas galletas que traía.
—No te preocupes, Oliv. —le sonrío un poco. —Me tengo que ir, a parte, no se que le pasa a mi madre que me dejó comprar comida aquí.
—¿No es broma?
—No bromearía con eso, pero bueno, me tengo que ir ya.
Visualizo a mi madre y camino con rapidez hasta ella.
—Mamá... —mi voz sale en un susurro, me toma con fuerza del brazo y jadeo de dolor. —Tengo mucha hambre...
—Cállate. —susurra y me acerca a ella. —Vas a ir a tomar tus clases y la detención y después comerás. —mis ojos se cristalizan cuando aprieta con más fuerza mi brazo.
—Dijiste que podía comprar de comer ahora.
—Tienes clases, Morgan, así que hazme caso y después podrás comer.
Alzo la mirada cuando siento que alguien me mira, mis ojos van directo a Ashton, aunque quisiera seguir viéndolo, mi madre me vuelve a apretar el brazo ganándose mi mirada. Me odio a mi misma por no poder ponerle un alto a mi madre, que me trate así frente a personas es muy bajo de su parte.
—Más te vale no hablar, Morgan y deja de llorar. —asiento y trago en seco.
—De acuerdo.
—¿De acuerdo, que?
—De acuerdo, mamá...
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