Capitulo 2


Ashton se sienta enfrente de mí y ahora lo puedo detallar mejor, sus ojos grises tienen tonalidades claras y oscuras, el cabello rubio le cae por la frente, no lleva nada de gel y lleva un piercing en la nariz, el pequeño diamante brilla y hace que su nariz se vea más respingada.

—Hans, voy a admitirlo, tienes más marcado el abdomen que yo. —suelta Luca, y eso me hace regresar a mi realidad.

—Luego te daré consejos. —bromeo y juego con mis manos, trato de no hablar tanto y no soltar ninguna tontería, porque cuando me pongo nerviosa lo hago y es sumamente vergonzoso.

—Claro, en serio que los necesito.

—¿Te dolió? —pregunto de la nada, mirando a Ashton.

—¿Qué?

Siento mi cara caliente de vergüenza, tuve que quedarme callada y reservarme mis comentarios curiosos.

—El piercing...

—Si, más porque el idiota de Shawn fue el que lo hizo.

—Estaba aprendiendo. —se defiende.

—Fui su conejillo de India. —me susurra y me rio.

—Y estoy aprendiendo a Tatuar. —Shawn mira a Ashton y este niega.

—Mi madre te asesina si lo haces y me asesina a mi si se da cuenta de que tengo tatuajes.

—Insisto en cómo es que no ha visto el de detrás de la oreja. —pregunta Luca y Ashton se encoge de hombros.

—Es pequeño. —murmuro y me voltean a ver. —El tatuaje.

—Ya sabemos que el tatuaje Hans, pero... —Se queda callado y entrecierra los ojos. —¿Cómo lo sabes?

—Se sentó frente a mí en la clase de química.

Ashton asiente y me da la razón.

—Que observadora. —murmuran y asiento.

James sacó otro tema de conversación y seguimos hablando y de vez en cuando Ashton se metía a la conversación, Nox y Olivia nunca llegaron así que tuve que estar con ellos. Aunque pensándolo bien, no fue tan malo, los conozco por mi madre, pero nunca habíamos entablado una conversación de más de tres palabras, son divertidos y se les nota que les gusta estar de fiesta, porque es lo único que mencionan.

Fiesta, alcohol y sexo. Lo que un adolescente hormonal busca.

A lo qué me contaron ellos reprobaron un año por centrarse solo en los partidos y no en las calificaciones, claro que ninguna excusa sirvió para pasarlos de año, pero al menos están juntos y dicen que eso es lo único bueno.

—¿Ya comiste, Hans? —pregunta Shawn y niego.

—No tengo hambre...

Era mentira, moría de hambre, pero mamá no me deja comer la comida que dan aquí, dice que tiene demasiadas calorías. Realmente casi nunca me da bien de comer con la excusa de que tengo que ir a entrenar, casi siempre como ensaladas, pero de tanto comer eso me estresa y quiero probar algo más, la fruta a veces es muy escasa ya que casi nunca compra nada y solo tiene comida en polvo y suplementos.

—¿Estás segura? —me pregunta Ashton y cruzo miradas con él.

—Sí, estoy segura. —le sonrío y lo veo esbozar una pequeña sonrisa.

Veo a Nox y a Olivia entrar apuradas, me buscan con la mirada, levanto la mano y corren hacia mí. Amaba a esas dos, pero se metían en problemas más veces de las que yo no como bien, una vez estábamos en clase e hicieron explotar el laboratorio, y como somos tres, así que castigan a una y nos castigan a todas, me echaron la culpa también y me vi obligada a pasar más de tres horas en un salón en silencio con ellas dos y un maestro estricto.

—A que no sabes que nos pasó —es lo primero que dice Nox al llegar

Olivia se percata de qué hay medio equipo en la mesa, sonríe nerviosa. Entre Nox, Olivia y yo, Nox era la que le valía todo en la vida, Olivia era la centrada y yo era un intermedio de ellas. El trío perfecto.

—¿Nos podemos sentar?

—¿Desde cuándo Olivia Smith pide permiso?

—Jodete, James.

Hace a un lado a Shawn y a James y se sientan a mi lado.

—Bueno, cuenten qué pasó —dice Theo, noto como ven a Ashton indecisas y sé que se trata de Amy.

—Cosas de chicas.

Las miran con los ojos entrecerrados

—Alerta, abeja reina. —dice Nox haciendo que todos volteen

—Nosotras nos vamos. —digo levantándome y recogiendo mi corbata del suelo.

Cuando me levanto, veo a madre que viene con el entrenador riendo y frunzo el ceño. ¿Ella que hace con él aquí?

—¿Qué mierda hace tú padre con la entrenadora, Ashton?

—¿Tu padre es el entrenador? —le pregunto

—Si. —me responde extrañando. —¿Por qué?

Las chicas me voltean a ver y yo solo miro a mi madre, estoy apunto de decir que se me hace conocido de algún lado, pero me arrepiento cuando mi madre me voltea a ver.

—Por nada...

—Se ven que son cercanos. —dice Luca y me da un escalofrío

—Son amigos desde hace mucho. —le responde Ashton

—Bueno, nosotras nos vamos. —avisa Oliv

Nos despedimos y empezamos a caminar.

—¡Oye Morgan! —me giro dándole la atención a Shawn y puedo sentir la mirada de Ashton sobre mí— ¿Verás el partido?

—Claro. Nunca me los pierdo. —le sonrío

Le tomé cariño al fútbol americano por mi abuelo, él me ponía a verlo desde que era una niña y hasta la fecha me sigo emocionando cuando lo veo, siempre cuando ellos podían me llevaban al estadio, pero mamá dijo que eso no era para niñas y los abuelos dejaron de insistir.
Realmente por mi yo entraba a jugar eso, pero creo que a mamá le daría un infarto al verme así de ruda.

—Los chicos nos juntaremos en mi casa, están invitadas las tres.

—Gracias, Shawn, lo tomaremos en cuenta.

Me giro y salimos de la cafetería, nos dirigimos a nuestros casilleros, dejamos los libros y yo tomo mi mochila con mi uniforme de entrenamiento. Entrenar era algo que me gustaba, pero le pedía mucho a mi cuerpo y solo hacía lo que mi cuerpo permitía y daba, y que si hacía un esfuerzo de mas podría salir lastimada y con sinceridad no quiero eso.

—¿Irás a entrenar? —pregunta Nox

—Todos los días de mi desgraciada vida, Nox.

—¿Por qué no te das un descanso? —me pregunta Oliv mirando el maletín.

—Es mi pasatiempo, chicas.

—Tu madre lo ve como tú carrera...

—Ella sabe que estudiaré Derecho y me olvidare que la animación es todo.

—Te odiará.

—No lo creo, se lo deje en claro desde hace mucho tiempo. —ellas se despiden de mí y camino hacia la salida, veo a Ashton y a Amy hablar y reír, Amy se carcajea de algo que dice Ashton y él niega divertido.

¿Hace cuánto salió de la cafetería?

Paso de largo y camino hasta llegar a la parada de autobús. A veces si necesito un auto para tenerme en qué mover y sin ir en un autobús o con mi madre, con ella nunca me gusta ir por que siempre habla y habla de como hacer cosas para mejorar y lo único que yo quiero es que deje de hablar del deporte y hable de otra cosa.

Siempre pienso que es lo único que le importa.

Saco mi celular y noto que faltan 20 minutos para que empiece mi entrenamiento, si llegaba tarde mi madre me mataba, ya que se enteraba de todo, a qué hora entraba y a qué hora salía, algo que si me molesta de ella es que quiere que sea perfecta, pero lamentablemente no lo soy.

Era asfixiante de varios modos.

—¿Qué haces aquí? — me sobresalto por la voz de Ashton.

—Espero el autobús.

No te pongas nerviosa, no te pongas nerviosa...

—Eso lo sé, Hans, me refiero a el por qué.

—Me tengo que ir.

—¿Quieres que te lleve?

—No, gracias.

—Como quieras.

Se da la vuelta y avanza, checo mi celular y me doy cuenta que si no acepto su oferta llegaré tarde. ¡Dios!, nunca me ha gustado pedir las cosas y negarme para después acceder.

—¡Espera!

—Nah, ya no quiero llevarte.

Abro la boca ofendida y cuando se da la vuelta le saco la lengua.

Idiota

—Y menos llamándome así. —menciona y ruedo los ojos.

Veo el autobús pararse enfrente de mí y agradezco eso, el conductor abre la puerta y cuando estoy a punto de subir, unos brazos me rodean la cintura y me jalan hacia atrás. Okey, si estuviéramos en otra circunstancia las mariposas en mi estómago hubiesen aparecido, pero no. Las puertas se cierran y yo en serio quiero golpear a Ashton, me giro y tomo aire.

—¿¡Qué te pasa!?

—Te llevaré yo...

Me quedo boquiabierta, ¿en serio dijo eso? ¿Acaso es bipolar?

Deja que el autobús se vaya y me suelta, camino detrás de él y subo al auto. Lo enciende y arranca, mirándolo bien y por curiosidad, es mucho más atractivo de cerca y sus ojos no son de este mundo, es muy guapo tengo que admitirlo.

Dios, no sé qué me pasa, apenas lo conozco y ya estoy fantaseando con él.

—¿A dónde iras? —me saca de mi transe y carraspeo

—Está es la dirección. —le muestro el teléfono

Asiente

—¿Te gusta el fútbol?

—Si, me encanta...

—Puedo jurar que eres la primera chica que conozco que le gusta.

—Soy única y diferente.

—Clarooo. —alarga la "o" y suelto una risa.

—¿Qué? Es verdad, pero que vas a saber, si sales con la reina de las compras compulsivas y solo me importa mi cabello y nadie más. —imitó la voz de Amy.

—Amy no es tan mala como parece.

—Tal vez contigo no, pero se ha encargado de hacerme la vida imposible desde que la conozco. —murmuro, mirándolo.

—Me cuadran algunas cosas.

—¿Qué cosas?

—Amy siempre habla de una chica a la cual molesta, ahora pienso que eres tú.

—Molesta a muchas personas y no entiendo el porqué se cree superior a los demás.

—Está saliendo con el mariscal de campo y al chico más guapo de la preparatoria.

—No dijiste eso. —lo miro apunto de atacarme de la risa. —Joder...

Empiezo a reírme y después escucho su risa.

—Mentira, la realidad es que no lo sé, será mi próximo misterio a resolver.

—Resuélvelo rápido, por favor. —se ríe y asiente.

Él enciende la radio y se vuelve a escuchar el nombre mi equipo. Me perseguía a todas partes...

—Este fin de semana, se dio a cabo la competencia mundial de animación. Elite California se llevó ese gran triunfo, siendo nivel 6.5 en gimnasia lograron hacer todo a la perfección.

—Claro que sí, las chicas que tienen como bases son increíblemente fuertes... y esas flyers, flexibles y esas increíbles figuras.

—Amy quiere entrar a ese equipo.

—¿Crees que lo logre?

—Voy a serte sincero. —asiento esperando. —Tiene buena técnica, pero ese equipo le queda muy grande.

Asiento comprensible, hay muchas personas que tenían en buena técnica, saben lo que hacen, pero a veces no es suficiente para entrar al Elite. Una vez que entras no puedes salir tan fácilmente, el Elite te priva de muchas cosas, pero es una experiencia extraordinaria.

—¿Desde cuándo son novios? —pregunto antes de pensarlo.

—¿Celosa, Morgan?

—Claro que si, Ashton, tú puedes ser el próximo amor de mi vida para ver partidos de fútbol.

Se carcajea y yo lucho por no sonrojarme.

—No somos novios, oh bueno, somos algo, pero no novios. Aún no es oficial, a parte de que mi padre influye mucho en que quiere a una novia perfecta para mí y Amy le llenó las expectativas.

—¿Rubia y porrista? —pregunto con diversión y me mira con fijeza.

—Tal vez, pero no niego que ella me atrae, solo que lo único que quiero es enamorarme y aun no lo he hecho de ella.

—Que romántico me saliste, Ashton. —digo aguantando una risa.

—Vaya, Morgan, me estas sorprendiendo.

—Perdón, pero yo sorprendo a todo mundo.

Se estaciona y veo a lo lejos el gran gimnasio del Elite.

—¿En dónde es? Que, si me sales que es en ese callejón, ni loco te dejo salir.

—Tranquilo. Es ahí —señaló el gimnasio

Me mira sorprendido y aprieto mis labios.

—Gracias por el aventón, Ashton.  —beso su mejilla y sonrío.

Me bajo del auto dejándolo con la palabra en la boca y corro hasta el gimnasio, abro la puerta, pero antes de entrar miro el auto que sigue donde mismo. Caigo en cuenta de lo que hice y vuelvo a sonrojarme de pura vergüenza, aunque odie a Amy no quiero que se rumoree que el chico con el que está saliendo le estoy coqueteando.

Sonrío y alzó una mano diciendo adiós.

Entro y ya están todas alineadas y en sus posiciones.

—Venga chicas 15 vueltas. —grito y aplaudo para que se levanten de donde estaban.

—Tu también. —le gritó a Elisa y ella se carcajea

—¡Morgan, tú también ponte a correr! —grita mi entrenadora con una sonrisa.

El ambiente en el gimnasio siempre es bueno, nadie se peleaba con nadie y era una gran ventaja que tenemos, siempre decíamos las indiferencia y las cosas que creíamos convenientes para el equipo.

El entrenar animación es una de las cosas que siempre me han distraído de mis problemas, el ser la capitana tenía sus ventajas, el ser una de las mejores tenían sus ventajas y bueno solo era cuestión de tiempo en que a mi me cansara ser esto, lo bueno es que aún no llega ese momento. Ya tenía mi futuro planeado, lástima que mamá crea tenerlo. Ella quiere, anhela y desea que siga en esto, pero yo no quiero. Es mi deporte, es mi pasatiempo, no mi carrera, siempre quise ser abogada, desde que la mamá de Nox una vez nos llevó a su trabajo me enamoré de esa carrera y desde ahí siempre he querido ejercer la carrera de derecho y se que lo voy a lograr aunque ella no quiera.

Pero por ahora disfruto lo que hago y lo que soy.

Nuevo año, Nueva capitana...

🏈📣

—¿A ver si entendí, hay una fiesta el miércoles porque es la bienvenida?

—¡Si! Ya lo repetí mil veces. —miro a Oliv, que rasca su nuca. —¡Ay por favor!

—¡Si fuera viernes si, pero es miércoles, Nox!

—¿¡Y!? Es una fiesta organizada por los chicos de último. ¡Tenemos que ir! Hay que encajar una vez en nuestras vidas.

El cansancio con el que lo dice hace que me sienta mal, aunque cada una de nosotras tenga un nivel socioeconómico alto, nunca hemos podido encajar en ningún grupo.

—Claro, iremos. —murmuro, Olivia me ve y me encojo de hombros.

—Bien, porque tenemos que ir a comprar ropa.

Miro a mi alrededor y veo a mi equipo entrenar, sonrío cuando veo a Barbara lograr nuevas acrobacias, Olivia se recarga en mi hombro y Nox suspira recargándose en el espejo.

—Es una fiesta simple, Nox. —murmuro, me mira como si estuviera loca y me rio. —O quieres impresionar a alguien.

—¿Qué? ¿Yo?

—No, mi hermana, Nox. —suelta Olivia con sarcasmo. —Pues claro que tú, ¿James irá, no?

—¿Creen que quiero ir solo por James?

—Si. —respondemos, al unísono.

—Pues que malos pensamientos tienen de mi. —se indigna y sonrío. —Cuando se enamoren...

—No, cállate. —Olivia estalla a carcajadas. —tu no estás enamorada, quieres que te folle.

Nox vuelve a abrir la boca indignada y sonrío.

—¿También piensas eso de mi, Mor?

—Claro que no, ¿cómo crees?

—¡Váyanse a la mierda, las dos! —nos apunta y nos reímos, Florencia, mi entrenadora nos calla y aguanto mi risa.

Mi celular vibra indicando que me llegó un mensaje, sonrío y Nox y Olivia se me vienen encima mirando mi celular.

Liam

¡Llegue a Los Ángeles, desgraciada! Necesito verte, tengo tantas cosas que contarte.

Así que vuelve de su vida de ensueño en Nueva York. —murmura, Olivia.

—Envidiosa, lo dices porque no saliste de aquí ni en vacaciones.

Me rio y le contesto qué hay que quedar algún día.

—¡Morgan!

—¡Ya voy! —le hago una seña a mi entrenadora y las apunto. —Vamos a ir a casa de Shawn a ver el juego.

—¡Claro!

—¡No!

—¡Oliv! —nos quejamos Nox y yo al unísono.

—Es que estará Dylan y...

—Es que nada, Vamos a ir por que vamos a ir. —Nox sonríe y codea el hombro de Oliv. —Tal vez follas con Dylan y...

—No, cállate, cállate. —nos levantamos entre risas.

—Pasaré por ustedes, nos avisas cuando estés en tu casa, Morgan.

—Claro, nos vemos en unas horas.

Salen y yo voy directo a la alineación, me hago una coleta alta y me preparo para subir, Florencia nos mira con orgullo, y eso me hace saber que estoy haciendo mi trabajo bien.

—Morgan. —miro a Florencia y alza sus pulgares. —¡Perfecto!

Simples palabras hacen sentirme inalcanzable.

Por que si, Soy Morgan Hans, capitana del Elite California.

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