Capitulo 14

Morgan

Observo mi cara en el espejo de mi baño, tengo ojeras y mi aspecto no es el mejor, no dormí toda la jodida noche. La principal razón es lo que me dijo el doctor ayer, cuando salimos de la sala donde estaba con mis amigos, fuimos a la sala de análisis y ahí me hicieron un análisis físico y de sangre para descartar lo que es la anorexia y la bulimia, después de eso me llevaron a rayos x a sacarme radiografías, esto para descartar lesiones, sinceramente espero lo peor al recibir esos resultados, ya ni si quiera tengo esperanzas de salir bien.

Si estoy enferma es por mi madre y mi culpa por no saber ponerle un alto.

Y la segunda razón por la cual no dormí fue por el beso que me dio Ashton, no dejo de pensar en eso, tal vez puede que solo haya sido una presión, pero una electricidad invadió mi cuerpo y supe que estaba jodida. Ashton no es como los demás, tiene algo que te atrae y no solo es su físico, puede que sea impulsivo, pero todas las personas tienen lados buenos y no solo malos. Las personas siempre juzgan, por que te puede gustar una persona así, pero ellos no ven lo que tu cuando estás sintiendo algo por esa persona o por que ya estás enamorada.

Mis luchas internas no sirven de mucho, un beso o mejor dicho una presión en los labios te destruye, pero te reconforta a la vez.

Sus labios eran suaves y quede con ganas de más, cuando se lo conté a mi psicóloga. Claramente se lo conté y la mirada de orgullo que le dio hizo que mi corazón latiera con rapidez. Ella sabe todo lo que tuve que pasar para lograr salir adelante y tener algún tipo de contacto con los hombres, sin ayuda de nadie.

Ya no me molesta el contacto físico y estoy orgullosa de mi misma por eso.

Y Ashton, quería odiarlo porque esta con Amy, pero con él me entendía muy bien, me escuchaba y no opinaba hasta que yo le preguntara, podía ser la verdadera Morgan con Ashton y no me importaba que mis muros se bajaran cuando estaba compartiendo el mismo sitio con él. Algo que estaba muy jodido era Amy, su relación me está perforando la cabeza, ¿son o no son novios? Esa pregunta ronda en mi cabeza siempre que los veo juntos.

Cree mis muros por mamá, cada vez que me veía ella me criticaba, forma de vestir, forma de alimentarme y llegó un punto en el que me cansé y cree la personalidad de me vale lo que me digas, yo hago lo que quiero.

Tengo mis fuertes, pero también mis bajas.

Nadie es Perfecto, pero mamá quiere que lo sea.

No hay un por qué o una respuesta, nunca me lo ha querido decir, pero está haciendo que vaya apagándome poco a poco y eso empieza a frustrarme, mi mente va años atrás y todo era felicidad, hasta los 10 años donde todo se complicó y me hizo vivir lo peor que le pueden hacer a una persona.

Siempre ha sido perfeccionista con muchas cosas de la casa, pero me incluye a mi. Cada vez que ella me veía entrenar en el gimnasio me gritaba con que lo hiciera perfecto y no fallara por que nadie me va a querer siendo una fracasada.

Mamá está en la cocina y cuando veo que sale de la casa para ir a la preparatoria, tomo mi mochila y bajo corriendo las escaleras, ahora que no estoy yendo con ella a la preparatoria, puedo tardarme lo que quiera arreglándome o el simple hecho de poder levantarme tarde.  Salgo de la casa y me dirijo al hospital donde me darán los resultados, caminando por que no tenía como ir.

Después de una hora y 40 minutos caminando llego al hospital, entro y me registro, John el doctor que me atendió ayer sale y me indica que lo siga. Voy caminando detrás de él y entramos a su consultorio. Tomamos asiento y suspiro a ver una carpeta con mi nombre, tengo el presentimiento que algo malo va a decirme por como me mira.

—Bien Morgan. aquí está, pero antes voy a preguntarte algo —me extiende su mano y tomo la carpeta aún no la abro hasta que me pregunte. —¿Sabías que tenías un dispositivo anti-conceptivo?

—No.

—En la radiografía sale y al parecer lleva 4 casi los 5 años en tu sistema, pueden durar de 3 a 5 años, tal vez en algunos meses o finales de año caduque.

—Tuvo que haberlo puesto mamá.

Hago memoria y me tuvo que haberlo puesto a los 14..

—Bueno, entonces para prevenir necesito que vayas consultando otros métodos.

—De acuerdo.

—Lo siguiente, viste que sacamos una radriografia de tu cráneo.

—Si, ¿que tiene?

—Hay algo que llamó mucho mi atención. —saca una radiografía de otro portapapeles y después saca la que me hicieron ayer. —Está es la radiografía de ayer.

Me muestra una que al parecer todo se ve bien, no hay algo que se vea diferente.

—Y esta es de hace 7 años.

Frunzo el ceño, cuando veo algo diferente en ella.

—¿De que habla?

—Tuviste un hematoma cerebral hace 7 años, lo cual explica este círculo.

Mi sangre se va a los pies, no tengo ni si quiera las palabras para describir lo que siento.

—Pero yo no recuerdo...

—La cirugía pudo causarte amnesia.

—¿Me operaron?

—Era de urgencia, si no lo hacían podías morir.

—Pero recuerdo casi toda mi niñez.

—Solo recuerdas lo que quieres recordar o lo que se te menciona de tu niñez, eso hace que tu cabeza solo muestre esos flashbacks.

—¿Llegaré a recuperar de algún modo la memoria por completo?

—No se descarta, si ya tienes la mayoría de tus recuerdos, podrás recordar lo demás.

Miro un punto fijo y asiento.

—¿Tiene mi expediente de ese año? ¿Sabe porque fue?

—Choque automovilístico, severamente grave, un autobús chocó contra el auto en el que ibas y lo volcó haciendo que cayera encima de otro auto.

—Mierda...

—¿Quieres abrir la carpeta?

—¿Más malas noticias?

—Puede decirse que sí.

Asiento y me hace una seña para que abra la carpeta. Frunzo el ceño al ver lo que se diagnosticó.

Trastorno por evitación/restricción.

—¿Qué es eso?

—El trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos, esto es un trastorno alimenticio que se caracteriza por ingerir muy poca cantidad de alimento o evitar el consumo de ciertos alimentos. —explica mirándome fijamente que da hasta miedo.

—¿Y todo es por no comer bien?

—Las personas con ese trastorno evitan el consumo de ciertos alimentos o simplemente no lo consumen, es posible que coman tan poco que lleguen a perder un porcentaje considerable del peso inicial.

Trago saliva, sabía que en algún punto de mi vida con la mala alimentación que tengo, iba a causar consecuencias.

—¿Qué es lo que consumes?

—Suplementos y malteadas, a veces ensaladas, pero de ahí no pasa.

—Por cuidar tu figura. —deduce y niego.

—A mi no me importa mi figura, seré feliz si soy gorda o flaca, mi madre es a la que le importa, yo amo mi cuerpo, pero a mi madre no le gustaría verme pasada de peso.

—Tu mama te prohíbe los alimentos. —se gana un asentimiento de mi parte. —¿Desde cuando?

—Desde los 9 años.

—¿Alguna vez has comido algo diferente a eso?

—Una vez comí una hamburguesa, pero mi madre siempre me pone a hacer ejercicio el doble si se da cuenta.

—¿Cuánto pesabas?

—¿43? No lo recuerdo...

—En realidad deberías pesar entre 56 a 63 kilos por tu edad, músculo y altura.

—Lo se.

—Bien, te daré unas cosas que te ayudarán con el trastorno.

Asiento y miro el apunte que hizo. Aquí el problema era mi madre, como voy a comer las cosas que debería sin que ella se entere si siempre está esperando en las escaleras de mi casa.

En realidad, ella era la del problema de todo.

Le agradezco por todo y salgo del hospital, llamo a Olivia para que venga por mi, ya que me perdí toda la mañana de clases, decidí no decirles nada y que fue solo algo estomacal, ya tendré tiempo de hablarles de lo que me enteré hoy.

Veo el auto de Olivia llegar, no dudo ni un segundo y entro, debato en mi interior si es buena idea decírselo y creo que si, es mi mejor amiga y ella y Nox siempre estarán para mi.

—Tengo trastorno por evitación o restricción alimenticio. —digo antes de que ella hable

—Morgan.

—No quiero que le digas nada a nadie, es algo estomacal y punto.

—Pero...¿qué harás? Tu madre te mata de hambre y nunca nos dejas hacer nada por ti.

—Está es la vida que me toco Olivia, aunque no quiera y lo vea más jodido, debo de salir adelante por mi misma.

Solo suspira y asiente.

No volvemos hablar en el camino, cuando se estaciona, bajo y camino sin esperarla, necesito despejarme, quiero llorar y gritar de impotencia, todo esto es culpa de mi madre.
Miro mi reloj que marca las 4:25 pm, apresuro mi paso hasta llegar al laboratorio de química, abro la puerta ganándome la mirada de todos.

—Siento la tardanza.

—Adelante Irina, me comentaron algo de unos análisis.

Asiento y entro por completo, miro los nuevos lugares, trago en seco al ver que el único lugar es a lado de Ashton. Me acerco y me siento, saco el libro e intento poner atención.

—¿Qué te dijeron? —me susurra

—Algo estomacal. —le respondo de la misma manera.

Necesitaba hablar con mi madre sobre esto, necesito comer más, necesito subir de peso y llegar a los 60kg. Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando el subdirector hizo acto de presencia en el aula.

—Perdón por interrumpir la clase, pero hay alumnos que se integrarán hoy.

La mayoría de las personas presentes fruncen el ceño, ya que es muy raro.

Entran tres chicas, pero hablemos de la autoridad que emanan las tres, el uniforme de ellas va perfectamente arreglado, el peinado que llevan es perfecto, llevan tacones altos negros, mientras que las miro de pies a cabeza, puedo escuchar a Ashton suspirar y a casi todos hacer lo mismo.

El subdirector se va, y las tres chicas se quitan los lentes oscuros, una de ellas tiene el cabello castaño con las puntas del cabello de color verde y ojos cafés oscuro, la de en medio es rubia de ojos grises y la otra chica es pelirroja y ojos color avellana.

—Dime que es un jodido sueño. —susurra, Luca y lo volteo a ver.

—Lily Johnson, Agatha Harrison y Shanik West, no es un placer volverlas a ver.

Abro mi boca con sorpresa y miro a Ashton que tiene la frente pegada a la mesa, miro a Shawn y a Luca que están igual y frunzo mi ceño.

—El de nosotras tampoco.

—Siéntense aquí adelante, no las quiero distrayendo a todos.

Ahora que las veo bien, Lily y Shanik si se parecen un poco a Luca y a Shawn, pero Agatha es Ashton versión mujer.

No son ni 10 minutos cuando la campana suena y todos salen corriendo del aula, menos mi grupo de amigos y ellas tres, cuando sale la profesora, las tres se levantan y se giran.

—Pensé que nos recibirán con un abrazo, ¿¡no te alegras de ver a tu hermana menor idiota!?

—Estaban en Londres. —murmura Luca.

—Y tú deberías de estar en la universidad, pero veo que mamá tiene razón cuando dice que el fútbol es lo primero.

—¿Tu también Shawn? ¿Repitiendo año?

—Gales de oficio.

—Tu deberías de estar en la universidad. —la voz de Ashton se hace presente y Agatha se recarga en la pizarra.

—Igual que tu, pero a comparación mía, a mí no me quisieron valer mis estudios en Londres y tengo que volver a cursar este estúpido año.

—¿En serio tan malo es vernos? —pregunta la hermana de Luca.

Ashton es el primero que se levanta y abraza a su hermana, ella le responde igual de gustosa, miro a las chicas que están igual de sorprendidas que yo.

Los demás también se levantan a abrazarlas, en serio me da tanto miedo ver a Agatha, es que literalmente estoy viendo a Ashton, solo que con cabello súper largo.

—Ellas son Nox, Olivia y Morgan.

—¿Así que ellas fueron nuestro remplazo? —pregunta, Shanik.

Olivia abre la boca para hablar, pero inmediatamente ellas ríen.

—No le hagan caso, pisar tierras americanas le afectó la cabeza. —menciona, Lily.

Nos levantamos a saludarlas, y aunque no es incómodo, nuestras caras dicen otra cosa.

—Es mi melliza.

—Diría que eres mi copia barata versión hombre.

—¡Yo nací primero que tú!

—Es hombre, no le hagas caso. —me rio y Ashton niega divertido.

—¿Nos vemos más tarde?

—Claro, ahora tenemos más clases a las cuales ir a hacer acto de presencia. —menciona, Agatha y nos guiña un ojo antes de salir con Shanik y Lily pisándole los talones.

—Ashton, ¿puedo decir algo? —todos miramos a Nox.

—Claro.

—Tu hermana es tan caliente, no le gustaría experimentar con...

—¡Cállate, Nox!

Ashton se carcajea.

—Te aseguro que ni por nada del mundo cambia de bando, le gustan los hombres.

—Pensé que dirías que daba miedo el parecido de ambos.

—Verdad que da terror. —dice, Shawn.

Ashton niega y me hace un seña de que salga del aula, salimos y nos dirigimos a nuestros casilleros, olvidamos un poco del tema de que su hermana está aquí y gracias al cielo que él no ha tocado nada del tema del beso de ayer, porque no estaba lista para responderle.

Vamos a la cafetería y nos sentamos en una mesa apartada, nos sentamos frente a frente, Ashton pone sus codos en la mesa y yo juego con sus manos, delineo las venas que se marcan en ellos, Ashton no se pierde la acción, mis uñas están pintadas de negro y una idea se me ocurre.

—Oye, Ashton...

—¿Si?

—¿Te gustaría que te pintara las uñas? Negras, obviamente.

—Adelante. —responde, sonriendo.

Tomo mi mochila y saco el esmalte color negro, un algodón con acetona por si me equivoco y mi teléfono, para tomarle una foto cuando estén listas.

—Dime datos curiosos de ti. —miro a Ashton y niego.

—No tengo, solo que soy una porrista prestigiada del Elite. —comienzo a pintar sus uñas.

—Podría darte al menos 20 datos curiosos tuyos ahora mismo.

Me sonrojo y niego.

—No son tantos, yo solo tengo 50.

—Haré una lista de los datos curiosos que creo, y superaré la lista que tienes.

—No creo, no son tantos.

—Dato curioso número uno de Morgan Hans, Ama practicar animación.

Alzo la mirada, está sonriendo, vuelvo a centrarme en sus uñas.

—¿Lo ves? Solo un da...

—Dato número dos de Morgan Hans, También ama el fútbol americano.

Termino con su mano derecha y me concentro en la izquierda.

—Podría seguir, pero mejor haré la lista y te la entregaré algún día de estos.

—La estaré esperando. —murmuro, con una sonrisa. —¡Listo!

Ashton se mira las uñas y sonríe, las pone en la mesa y le tomo foto, después pongo mi mano sobre la de él, esa corriente vuelve a cruzar mi cuerpo y tomo la foto, cuando estoy apunto de quitarla, entrelaza nuestras manos, mi corazón comienza a latir con rapidez y el miedo vuelve a mi, tal vez solo soy yo la tonta que empieza a sentir más cosas por él...

—¿Qué sentiste al ver a tu hermana?

—Llevaba más tiempo de lo que crees sin verla.

—¿Y eso?

—Mis abuelos cuidaban de ella, siendo la única mujer en la familia Harrison, mis padres aceptaron que ellos le dieran el estudio, mientras que a mi hermano y a mí nos educaban diferente.

—Es extraño.

—Me acostumbre a verla solo los fines de semana, nunca compartí clases con ella y menos cuando a los 15 años la mandaron a Londres a estudiar.

—¿Y no tiene algún enojo con tus padres?

—Ella los quiere demasiado, sabe que era por su bien ser criada por los abuelos.

—¿Por qué?

—Los abuelos tenían una forma de enseñar muy peculiar, la familia Harrison es una familia llena de poder y querían darle esa enseñanza a Agatha, siendo la primera mujer en la familia, así que la educaron y la mandaron a Londres a un internado.

—¿Poder?

—Si, la empresa Harrison es una cadena de hoteles, están en todo el jodido mundo, así que ya te imaginarás el dinero.

—Y porque tu padre es...

—¿Entrenador?

—Si.

—Es un perfil bajo que tiene, parte que siempre le ha gustado entrar y el fútbol, y como es el dueño, se desaparece cuando quiere.

—¿Y cómo es tu relación con ella?

—¿Qué?

—Con Agatha.

—Joder, Bonita, ya tengo otro dato curioso, sacas temas que nada que ver con la plática. —me río y me encojo de hombros.

—Déjame y contesta.

—Demasiado bien, usualmente hablamos en las noches, por el cambio de horario, pero nunca mencionó que volvería.

—¿Y te gusta tenerla ya cerca?

—Ya hacía falta tener a mi alma gemela, a parte de que me llevo mucho mejor con ella que con mi hermano.

Cuando iba a preguntar otra cosa el celular de él suena y mira el mensaje, me mira y suspira.

—Tengo que ir con mi padre, ¿vienes?

—Claro, no tengo nada que hacer.

Salimos de la cafetería y segundos después vuelvo a sentir esas mariposas.

Me toma de la mano y me guía por los pasillos, varias personas nos miran así que intento ignorarlo. Salimos y nos dirigimos a la oficina de su padre, cuando llegamos Ashton abre la puerta sin pedir permiso y con lo que nos encontramos no es nada agradable de ver. Ashton me tapa los ojos y escucho que vuelve a cerrar la puerta, no puedo creer eso, me los destapa y veo su expresión de horror, me enoja y quiero gritarle a mi madre.

¡No puede hacerme eso!

—Chicos.

Mamá me ve avergonzada y aquí lo que me preocupa más, es que estoy sintiendo algo por Ashton y encontrar a su padre y a mi madre teniendo sexo en su oficina, causa algo en mi interior y no es muy agradable que digamos.

—Podemos explicarlo. —se excusan, volteo a ver a Ashton que tiene una mueca en su rostro.

Oh, claro que lo iban a explicar...

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