V e i n t i d o s

Victor tomó mi cuerpo como si de un koala se tratase, acarició mi mejilla con su nariz para bajar hasta esconder su rostro en mi cuello y comenzar a besarlo con lentitud. 

—Hueles más delicioso de lo normal... 

Abrí los ojos con sorpresa seguido de un gemido que salió naturalmente de mí e hizo que mis mejillas tomaran color con velocidad. 

Dejó caer mi cuerpo sobre el sofá y se acomodó sobre mí. 

Comencé a desabotonar con un leve temblor en mis manos su camisa, la cual probablemente se había colocado solo para verse guapo ante mis ojos. 

Mis ojos quedaron hipnotizados por su bien formado cuerpo, el cual nunca comprendí cómo podía ser tan perfecto. 

Pasé mis brazos por su cintura y lo apegué más a mí. Dejé que mi nariz y labios rozaran su hombro izquierdo, y a la vez, que mis fosas nasales se llenaran de ese olor a canela y menta. 

Aunque con el pasar del tiempo, la menta se estaba volviendo más parecida al eucalipto; fuerte e inolvidable a la pasada.

Victor depositaba besos en mi frente con ternura mientras subía mi polera para poder retirarla. Al momento en el que levanté mi cuerpo para que pudiera quitármela, nuestros rostros estuvieron tan cerca que, inevitablemente, comenzamos a besarnos. 

Dimos una media vuelta sin despegar nuestros labios y mi cuerpo quedó sobre él. Sus dedos aprovecharon la cómoda posición para acariciar mi espalda con sus cálidas manos y bajar suavemente hasta mi pantalón. Sentí como estas se metieron por dentro de la prenda y con diversión agarró mis glúteos y ambos reímos, pero rápidamente la risa pasó a suaves gemidos cuando dos de sus dedos se acercaron con suavidad a mi entrada. 

Victor besaba mi mejilla derecha a forma de distracción mientras seguía jugando con sus dedos sobre mi ropa interior. 

—Cariño, estás muy húmedo... ¿Estuviste tocándote antes? 

—¿N-no? —dije algo desconcertado, pero sin poder dejar los jadeos de lado. 

—Qué extraño —replicó mirando mis ojos—, pero no deja de ser excitante sentirte así. 

Sentí que mi voz fue cortada ante la mirada de alfa de Victor; sus ojos parecían ver el platillo más delicioso del mundo con ese destello medio lascivo que le acompañaba. 

—¿V-Victor? —hablé mordiéndo levemente mi labio inferior.

—¿Qué sucede? 

—¿L-los tienes aquí? 

Victor sonrió con perversión y rápidamente desvié la mirada con vergüenza. 

—¿El qué, mi vida? —preguntó metiendo su mano por dentro de mi ropa interior. 

—Sabes bien a que me refiero...

—Si me dices, podré saberlo.

—Ya sabes... —llevé una mano a mi boca para morderla con débil fuerza—, l-lo que se usa en estas ocasiones.  

—Cariño, no hables con la boca tapada. Nadie más que yo te escuchará —dijo retirándola para luego acercar mi mano a sus labios y besarla con cariño—. Están en mi bolsillo derecho. 

Victor desabrochó mi pantalón y se posicionó sobre mí para retirarlos suavemente junto a mi ropa interior, tocando mis piernas con la yema de sus dedos. 

Abrió mis piernas para posicionar sus caderas contra las mías y acercó su rostro al mío para comenzar un beso pasional, lleno de amor, cariño, e inevitablemente, placer. Mientras lo hacía terminamos por quedar desnudos. 

—¿Cuándo fue la última vez que lo hicimos? —susurró en medio beso. 

—No lo sé, y mi mente está tan llena de ti en este momento que no puedo pensar con claridad.

—Y-Yuuri... 

Victor acercó el preservativo a su boca y jaló una esquina para abrirlo rápidamente.

Grave error...

Miré en otras direcciones mientras colocaba la protección en su miembro, y no pude evitar pensar que esos segundos se sentían como cuando estás en un ascensor con un desconocido. 

De pronto Victor tomó mis brazos, los posicionó alrededor de su cuello y me aferré a él. 

Besó mi nariz un par de segundos, luego mi mejilla y finalmente mis labios, justo en el momento en el que su miembro entró en mí y nuestros cuerpos pasaron de ser dos por separado a uno solo. 

—Vuelvo a insistir, hoy estás demasiado lubricado... es esquisito. 

Acerqué mis labios a su oreja, susurré una frase lo suficientemente sucia como para provenir de mí, logrando que Victor activara ciertos puntos de su sentidos y todo se volviera más intenso. 

Pasamos por diferentes posiciones sobre el sofá antes de que nuestros cuerpos se comenzaran a sentir en su máximo clímax. 

—Yuuri, cariño, y-yo no creo poder m-más...

Sus manos estaban firmemente aferradas a mis caderas mientras mis glúteos chocaban con fuerza contra su miembro una y otra vez. 

Podía sentir la dureza de su masculinidad llegando su límite, pero no estaba preocupado, ya que estábamos utilizando preservativo. 

Seguimos con fuerza, sin desperdiciar ni un segundo para dar una nueva estocada de placer. 

Victor escondió su rostro entre mi cuello y hombro e incrustó sus dientes en mi hombro con un poco de fuerza. 

Entonces fue que comencé a sentir mi cuerpo más caliente de lo normal, la mente con una espesa capa de niebla. 

El miembro de Victor se hacía cada vez más grande dentro de mí, y me sentía extrañamente lleno. 

—Victor —acaricié su cabello con leve desespero—, estas utilizando un condón, ¿cierto? 

—Sí, ¿por qué? —preguntó con la voz ronca y cansada.

—¿Podrías ver que todo esté bien? 

—Claro... —dijo besando mi frente, para luego arrodillarse frente a mí, mientras yo permanecía recostado. 

Miraba las manos de Victor que retiraban su miembro de mí lentamente.

Alzé la vista y lo miré.

Llevé la mano hasta mi entrada. 

—¿Vitya? 

Definitivamente, el celo bloqueó mis pensamientos, movimientos y la coherencia que me quedaba. 

+Continuará

..................... 

Quiero ver sus teorías🔥hehe

•••

Ya escribí todos los capítulos que le quedaban a Desde mi infancia;o; y por ello, vengo a comunicarles que nos estaremos viendo 2 veces a la semana con una nueva actualización❤

Eso;u;

¡Cuídense, las quiero mucho!💕

PD: Gracias Betita hermosa por darte el tiempo de corregir q w q❤

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